Las dificultades crecen hoy para el gobierno británico tras la divulgación por medios locales de declaraciones de un oficial retirado sobre la supuesta implicación del primer secretario de Estado, Damian Green, en un caso de pornografía.
Green, de 61 años, es uno de los hombres de confianza de la líder conservadora, Theresa May, y su alto cargo lo posiciona como una figura fundamental para la actual administración.
Las acusaciones en su contra fueron publicadas semanas atrás, pero las sospechas aumentaron esta jornada luego de la difusión por la cadena BBC del testimonio de Neil Lewis, ex miembro de Scotland Yard que en 2008 participó en una investigación sobre filtraciones de información sensible.
Según Lewis, al revisar la computadora del entonces diputado encontró una gran cantidad de material pornográfico, lo cual calificó de inmoral.
Recientemente, otro oficial británico, Bob Quick, confirmó la culpabilidad del político.
Por su parte, Green, quien también es investigado por acoso sexual, negó poseer material pornográfico, pero descartó realizar más comentarios al respecto.
En tanto, el ministro para el Brexit, David Davis, defendió a su colega y amenazó con dimitir si este es tratado injustamente.
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