Intesa Sanpaolo se anotó un beneficio de 5.888 millones de euros en los primeros nueve meses del año, una cifra en la que tuvieron mucho que ver los 3.500 millones aportados por el Estado italiano para permitir la compra de Banca Popolare di Vicenza y Veneto Banca el pasado mes de junio.
Sin contar estos extraordinarios, las ganancias alcanzaron los 2.469 millones, un 5,7% más que en el mismo período de 2016, cuando el beneficio fue de 2.335 millones.
Si sólo se contabiliza el tercer trimestre, Intesa ganó 731 millones, por encima de los 628 millones del mismo período de 2016 pero por debajo de los 837 millones del segundo trimestre.
Tras estas ganancias, Intesa ha confirmado su compromiso de repartir 3.400 millones de euros en efectivo en dividendo este año. A cierre de septiembre, la entidad bancaria italiana contaba con una ratio de capital del 13,4%.
Intesa Sanpaolo se hizo por el precio simbólico de un euro con Banca Popolare di Vicenza y Veneto Banca, entidades que atravesaban graves problemas de liquidez y patrimoniales, gracias a un decreto aprobado por el Gobierno para permitir su “liquidación ordenada”. El Gobierno anunció entonces que el Estado movilizaría hasta 17.000 millones de euros, entre otras cosas, para reforzar el patrimonio de la compradora.
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