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sábado, 28 de octubre de 2017

Las tres veces en 8 días que Rajoy pudo evitar este desastre y no quiso


Kafkiano, no...de gilipollas

Rajoy prefirió q Puigdemont declarara la DUI antes q convocar elecciones
y aplicar el 155 pá convocar elecciones

La CUP se lo pone  huevo a la oposición y opta por el suicidio político al no presentarse  a las elecciones. Um grano en el culo menos pál sistema corrupto español y catalán

Armak de Odelot

Las tres veces en 8 días que Rajoy pudo evitar este desastre y no quiso

Solo en los últimos 8 días, Mariano Rajoy ha tenido al menos tres oportunidades para evitar el desastre al que nos condenan la declaración unilateral de independencia y el 155. 
No hablamos de hipótesis políticas imposibles de asumir por el presidente, no se trata de referéndums pactados ni de mediaciones internacionales. 
No hay que remontarse a cómo el PP ha sido el gran impulsor del nacionalismo catalán al perseguirlo. Hablamos de tres momentos específicos en esta última recta final, donde Rajoy podría haber sido el líder sensato que dice ser sin dejar de defender su línea política sobre Catalunya.




El primero sucede cuando Puigdemont responde al requerimiento de Rajoy para que aclare si había declarado la independencia en aquel pleno tan confuso del 10 de octubre. 
El president catalán, no a la primera pero sí a la segunda, admitió que la DUI nunca fue tramitada.
Rajoy, muy claramente, había dicho al presentar su requerimiento en el Congreso: “ Basta con que diga (...) que no declaró la independencia”. Si no hay DUI, no habría 155. 
Es más, fuentes del Gobierno aseguraron a través de los medios de comunicación que si se aclaraba que no se había DUI, “se volvería al escenario anterior al 6 de septiembre”. 
Eso significa que el Gobierno estaba dispuesto a obviar la ley de transitoriedad y la convocatoria de referéndum, que de hecho ya habrían sido argumentos suficientes para aplicar el 155. 
Al ver la respuesta de Puigdemont, que confirmaba que la independencia no se declaró , muchos respiraron aliviados. Rajoy renunciaría a la intervención de Catalunya. Pero no.
El 19 de octubre, en su primera oportunidad en los últimos 8 días para evitar este desastre, Mariano Rajoy se agarró a los matices para ignorar la respuesta de Puigdemont y poner en marcha el artículo 155; y no una versión suave que nos había prometido el pacto con el PSOE, sino la más dura. El control total de la Generalitat.
Rajoy desplazó entonces la línea roja de la negociación. Se mandaron señales claras de que si Puigdemont convocaba elecciones autonómicas , quizá no fuera necesario aplicar el 155, cuyas consecuencias son imprevisibles. Es lo que lleva pidiendo Ciudadanos desde hace semanas. Es lo que el PSOE apuntaba como solución in extremis para evitar la intervención.
Y ante la presión y esa oferta, este jueves Puigdemont se da por vencido. Cumpliendo el plazo que le daba Rajoy al activar el 155, decidió este jueves disolver el parlamento catalán y convocar elecciones autonómicas.
No era un movimiento estratégico, no era un farol
Era una rendición. La prueba es que inmediatamente después de comunicárselo a los diputados de JxSí, muchos de los presentes en la reunión salieron muy enfadados, diciendo “se acabó” o aliviados, mascullando en el caso de ERC y luego la CUP contra la decisión del president. 
Dos diputados del PDeCAT que estaban en esa reunión estratégica anunciaron su dimisión. La dirección de ERC dejó caer que abandonaría el Govern para no ser cómplice de una convocatoria de elecciones que eran una cesión al chantaje del 155. La campaña electoral había comenzado.
Puigdemont ofreció su rendición, pero Rajoy dijo no 
El PP afirma que Puigdemont no solo ofreció a Rajoy las elecciones sino que pidió que la fiscalía pidiera la libertad provisional de los Jordis y hasta inmunidad personal, pero la mayoría de las informaciones apuntan a que Puigdemont solo pidió que se frenara la intervención.
Justo en el momento en que Puigdemont habló en el parlament para explicar que había fracasado su negociación con el Gobierno, se abrió paradójicamente otro último resquicio para la solución. Puigdemont no aprovechó ese mismo discurso para dar por hecha la independencia. Aún quedaban algunas horas para que todo cambiara de nuevo.
Una vez humillado ante los suyos, Puigdemont se retiró a un segundo plano. El president ha dejado en manos de los grupos parlamentarios catalanes, y no solo de su decisión ejecutiva, el trámite hacia la declaración de independencia. 
Ni siquiera ha tomado la palabra antes de la votación en el Parlament, ni para anunciarla ni para defenderla. No parece la típica actitud de quien ejerce chantaje.
Se ha retrasado la votación y se han estirado las horas disponibles de negociación. 
El PSOE, y especialmente el PSC, que no quiere cargar con la culpa histórica de un 155 desastroso pactado con el PP, ha intentado que Rajoy frene y anule el 155 por ahora.
Pero no. Rajoy no se ha movido y ha confirmado las medidas del 155 más agresivo. El Senado ha sellado la suspensión de libertades en Catalunyacon un estruendoso aplauso.
El independentismo catalán se ha embarcado en una aventura irresponsable. No se dan las condiciones sociales para una declaración de independencia sin conflicto y tampoco se dan las condiciones políticas para que haya un referéndum acordado con garantías legales. 
Pero eso no significa que Mariano Rajoy no sea responsable del desastre al que nos asomamos. Ha podido evitar el 155 y no ha querido. Ha preferido el aplauso a la solución. Porque no se fía de que sea una trampa o porque le conviene electoralmente mantener la mano dura y humillar al independentismo. 
Por la razón que sea, Rajoy ha preferido apretar.
Y ahora no sabemos a qué nos enfrentamos.

La ceguera del Partido Popular - por Nicolás Guerra Aguiar

La ceguera del Partido Popular - por Nicolás Guerra Aguiar *
El diario digital Público publicó el pasado 22 las conclusiones a que llega JM&A (empresa dedicada a conocer opiniones de la sociedad) tras los sondeos realizados días atrás. 
El titular de su reportaje (“La crisis catalana hunde al PP en los sondeos y C's le arrebata más de un millón de votos”) destaca el impetuoso avance de Ciudadanos y otro nuevo retroceso del Partido Popular. 
El primero, recordemos, es el más fiel aliado del señor Rajoy: a fin de cuentas la mayor parte de sus votantes lo fue antes del PP e, incluso, muchos de sus componentes militaron en las filas peperas y se forjaron en Nuevas Generaciones.
Pero las encuestas, estimado lector, ni son verdades absolutas ni -a veces- aproximaciones a la verdad. Como se trata de averiguar estados de opinión, sus resultados dependen de muchas circunstancias (grupos sociales seleccionados, muestrario numérico… y, por supuesto, que los encuestados respondan sin mentiras). 
Así, frente a todos los pronósticos, en 2014 ni Podemos desapareció tras su primera reválida ante las urnas (elecciones europeas) ni los independentistas escoceses ganaron el referéndum. 
Y en 2016 la señora Clinton no fue elegida presidenta de EE UU y Reino Unido votó sí a la salida de la Comunidad Europea…
Por tanto, las conclusiones del sondeo aparecidas en Público sobre el retroceso del PP y el trasvase de votos a Ciudadanos no son más que eso: una encuesta, un rastreo. 
Pero nada contundentes ni, por supuesto, científicos vaticinios de los resultados finales si las elecciones generales se hubieran celebrado este mes. Como dicen los políticos prudentes, “La certera encuesta son las urnas”.
No obstante, y con mucha prudencia, quizás las conclusiones de JM&A podrían aproximarse a la realidad del PP. 
Si comparamos, el retroceso no sería nada nuevo: de la mayoría absoluta obtenida en 2011 (186 diputados) pasaría a 111, es decir, 75 señorías perdidas en seis años. 
Su crisis, por tanto, se acentuaría: entre los resultados de 2016 y esta encuesta ante una hipotética convocatoria, la diferencia es la evaporación de 26 diputados más. 
Lo cual, acaso, nos llevaría a una conclusión no disparatada: que casi el cuarenta por ciento de sus votantes de 2011 le hayan retirado la confianza significa el más rotundo de los fracasos como partido político, del cual forman parte miles de ciudadanos serios y decentes.
Pero como todo lo que es tiene su razón de ser, ¿a qué se debe tan manifiesta regresión de este PPartido conservador y, con frecuencia, impertinentemente más a la derecha? A veces, estimado lector, el PP se parece al ciego de El Lazarillo de Tormes: Lázaro lo condujo frente a un poste de piedra para, supuestamente, saltar sobre un pequeño arroyo. El ciego lo hace, da con la cabeza en el poste y “cayó medio muerto y hendida la cabeza”. Veamos, pues.
Muchos simpatizantes del PP viven traumatizados psicológica y anímicamente por la supuesta descomposición ética del propio partido. Así, el pasado lunes la fiscalía fue rigurosa: el PP se financió ilegalmente. Lo cual haría sospechar que en el PP son muy dados a las mentiras, pues el mismo señor Rajoy lo había negado con rotundidadFoto por: febrero de 2009: “Gürtel no es una trama de financiación ilegal del PP”
Decenas de personas vinculadas directamente al partido se sientan en los banquillos o están en la cárcel por tramas de robo a la hacienda pública. 
La señora Matos, por ejemplo, exministra del Gobierno rajoyano, fue “partícipe a título lucrativo” (viajes y fiestas gratuitos) según la fiscalía de la trama Gürtel. El exministro señor Matas deambula entre los juzgados y la cárcel. 
El señor Rato, exministro, fue condenado a cuatro años de cárcel por apropiación indebida… Y así hasta 65 casos de corrupción denunciados por la señora Montero –diputada de Podemos- en sesión parlamentaria. (Por cierto: incluyamos al exministro señor Acebes, por el caso Bankia; al señor Gallardón, exministro del PP, para quien Anticorrupción podría solicitar su imputación por el fraude del Canal…)
El grotescoFoto por: ‘de mal gusto’
Recuerdo una estrofa de Quevedo (siglo XVII): “No he de callar por más que con el dedo, / ya tocando la boca o ya la frente, / silencio avises o amenaces miedo”. 
Los versos valen ante las muy peligrosas insinuaciones del exministro de Sanidad y presidente del PP en Euskadi, señor Alonso. Según él, la Comunidad vasca dispone de "todos los ingredientes para llegar a la misma situación que Catalunya”. 
La responsabilidad del PP ante Dios y España es, obviamente, impedirlo. (Por cierto: lo acompañaban altos dirigentes del PP.)
Y el vicesecretario de Comunicación, señor Casado, sosPPecha que el presidente Puigdemón “puede acabar encarcelado como Companys” quien, en efecto, fue detenido por la Gestapo, encarcelado por la dictadura franquista… y fusilado en España (1940).
Sí, en efecto: como Lázaro con el ciego, todos estos destacados del PP empujan a su partido para que tropiece con el poste de piedra… y se rompa definitivamente la cabeza, ya con grandes conejas.
* En La casa de mi tía por gentileza de Nicolás Guerra Aguiar

Cómo ser de “izquierda” y coincidir con Rajoy, Felipe GonzáleX y Aznar

    El Presidente de gobierno y su séquito de ministros ha empezado a aplicar en Catalunya el dichoso artículo 155. 
El PSOE lo apoya y la llamada “izquierda institucional” queda en fuera de juego porque se le acabó la equidistancia, se los comió el abismo mientras miraban con preocupación como el Telediario los ponía de poco patriotas y, por tanto, con malas sombras para ir a buscar votos. 
Saben que por su propia historia no están en condiciones de cuestionar la existencia del artículo 155 que hace imposible la autodeterminación de los pueblos, ya que de hacerlo sería poner en solfa la Constitución misma y eso jamás se ha hecho, los acercaría a lo políticamente incorrecto alejándolos de los comederos que otorgan las instituciones.
       El régimen del 78 parió una Constitución que era un modelo perfecto para la generación continuadora del franquismo, para los poderes económicos que la alentaron sin reparos, para la burguesía que fue a votar que sí con la alegría de que no se cuestionaba la clase social que seguiría sustentando el poder. 
La venta del producto estaba lleno de lugares comunes, “es la Constitución de todos” (¿de todos en una sociedad dividida en clases?), que dejaba olvidado lo vivido en la dictadura…  pero que, solo casualmente, refrendaba como pocas al capitalismo como sistema socio-económico con algunos guiños sociales incluidos para engatusar a los más incrédulos.
Llevamos unas semanas donde la flor y nata del régimen, empezando por su Jefe de Estado, piden firmeza y aplicar el 155 y lo que haga falta. Coincidir por acción u omisión con lo peor de lo peor, con los dirigentes del pelaje de Aznar, Rajoy, Felipe González o del Ibex  es formar parte de su propia comunidad, es no entender que el origen del problema es el mentado Régimen del 78 y su criatura constitucional que permite gobernar al PP, PSOE o C’s con absoluta soltura . 
En las próximas semanas se hablará mucho de “desobediencia social”, que no coja a la izquierda estatal otra vez con el pie cambiado defendiendo tal o cual artículo, tal o cual forma de aplicarlo, tal o cual institución burguesa porque sería reforzar la idea que solo les mueve el voto. Y estamos seguros que eso ya es pasado, que han aprendido (perdón por la ironía).

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