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lunes, 4 de septiembre de 2017

¿CÓMO PODREMOS DEFENDERNOS contra la PRÓXIMA GENERACIÓN de ARMAS BIOLÓGICAS?

¿CÓMO PODREMOS DEFENDERNOS CONTRA LA PRÓXIMA GENERACIÓN DE ARMAS BIOLÓGICAS?

Este artículo ha sido escrito por Ulson Gunnar en New Eastern Outlook.
Las armas químicas y biológicas nos llevan a la mente imágenes terroríficas y son material para auténticas pesadillas geopolíticas.
Lo cierto es que la biotecnología emergente está haciendo posible una nueva generación de armas biológicas que realmente pueden estar a la altura de lo que vemos en muchas películas de terror.
Un think tank centrado en política estadounidense, ya ofreció en el año 2000 en una publicación titulada “Reconstruyendo la Defensa de América” ​​(PDF), un plan virtual de los planes y medios que Estados Unidos buscaba utilizar para lograr la hegemonía global, haciendo especial hincapié en las armas biológicas y el uso de armas específicas para determinados genotipos:
“A pesar de que el proceso de transformación puede llevar varias décadas en desarrollarse, con el tiempo, el arte de la guerra en el aire, la tierra y el mar será muy diferente de lo que es actualmente, y el ‘combate’ probablemente tendrá lugar en nuevas dimensiones: espacio, “ciberespacio”, y el mundo de los microbios …
… formas avanzadas de guerra biológica que pueden ‘apuntar’ a genotipos específicos podrán transformar la guerra biológica en una herramienta políticamente útil”.
En 2004, y por lo tanto hace ya muchos años, el diario The Guardian en un artículo titulado, “¿Podría crearse un arma genéticamente dirigida?”, ya advirtió que:
“La perspectiva de que los científicos pudieran desarrollar armas biológicas diseñadas para atacar a ciertos grupos étnicos en base a sus diferencias genéticas se planteó esta semana en un informe de la Asociación Médica Británica (BMA).
El informe, advierte que la construcción de armas genéticas ‘se acerca ahora a la realidad’. Esas “bombas genéticas” podían contener ántrax o peste bubónica adaptadas para activarse sólo cuando los genes indiquen que la persona infectada pertenece a un grupo particular”.
Y eso fue hace 13 años, con la tasa de avance científico, especialmente en el campo de la genética, que estamos viendo en el mundo actual.
De hecho, la idea de crear armas biológicas específicas para un determinado genotipo ha sido un foco de interés para los países occidentales durante décadas.
Por ejemplo, el régimen del apartheid en Sudáfrica intentó producir armas biológicas para inducir la infertilidad entre la población negra de la nación.
El artículo de PBS Frontline, “What Happened in South Africa?” contó que:
“En 1998, la Comisión de Verdad y Reconciliación de Sudáfrica celebró audiencias investigando las actividades del gobierno de la era del apartheid. Hacia el final de las audiencias, la Comisión examinó el programa de guerra química y biológica del régimen del apartheid y alegó que había desarrollado una vacuna que inducía a la esterilidad para su uso en los sudafricanos negros, que empleaba armas tóxicas y químicas para el asesinato político y a finales de los años setenta, proporcionaron ántrax y cólera a las tropas de Rhodesia para el uso contra los rebeldes de la guerrilla en su guerra por derrocar el gobierno blanco de la minoría de Rhodesia”.
Si bien todo el programa de la CBW de Sudáfrica era abominable, lo que es particularmente espantoso es el uso del programa nacional de vacunación de Sudáfrica como vector para infectar a las mujeres negras con virus destinados a esterilizarlas.
Ahora que los programas de vacunación están siendo impulsados a nivel mundial, existe el peligro de que tales armas puedan ser utilizadas contra regiones enteras del planeta.
“El gobierno sudafricano desarrolló letales armas químicas y biológicas dirigidas contra los líderes políticos del ANC [Congreso Nacional Africano] y sus partidarios, así como las poblaciones que viven en los municipios negros. Estas armas incluían una toxina de infertilidad para esterilizar secretamente a la población negra; venenos absorbidos por la piel que podrían aplicarse a la ropa de los objetivos; y veneno oculto en productos tales como chocolates y cigarrillos”.
Eso fue hace muchos años. Ahora, estas técnicas pueden haberse desarrollado hasta límites que incluso nos costaría de imaginar.
Por ejemplo, más recientemente, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en una evaluación de 2010 titulada “Biotecnología: patógenos genéticamente modificados”, enumeró varias maneras en que podrían utilizarse tales armas:
“El grupo JASON, compuesto de científicos académicos, sirvió como asesores técnicos al gobierno de los Estados Unidos. Su estudio generó seis amplias clases de patógenos genéticamente modificados que podrían representar serias amenazas para la sociedad. Estos incluyeron los genes de diseño, la terapia génica como un arma, los virus sigilosos, las enfermedades de intercambio de anfitrión y las enfermedades de diseño”.
El informe entró en detalles sobre cada arma, incluyendo la terapia génica:
“La terapia génica podría ser la bala de plata para el tratamiento de las enfermedades genéticas humanas. Este proceso implica reemplazar un gen defectuoso por un buen gen para normalizar la condición del receptor. La transferencia del gen “sano” requiere de un vector para alcanzar su objetivo. Los vectores comúnmente usados ​​son ‘virus que han sido alterados genéticamente para transportar ADN humano normal’ tales como ‘retrovirus, adenovirus, virus adeno-asociados y virus del herpes simplex”.
La terapia génica ya se ha utilizado durante los ensayos clínicos para tratar con éxito los cánceres sanguíneos, la hemofilia y las enfermedades de inmunodeficiencia genética rara. Está bajo investigación para tratarlo todo, desde la ceguera y la sordera a la diabetes y la insuficiencia cardíaca.
Ante la opción de utilizarlo como arma, el informe señaló que:
“Otro resultado significativo de la terapia génica fue el experimento con virus del ratón (mousepox) en Australia. Los investigadores desarrollaron inadvertidamente un virus letal de la viruela del ratón mientras intentaban prevenir la plaga, dentro de la población de los ratones. Este virus genéticamente alterado atacó el sistema inmunológico de los ratones experimentales; los mató a todos. Los investigadores también descubrieron que el sesenta por ciento de los ratones previamente vacunados murieron días después de la exposición. Aunque esto se provocó involuntariamente, si el mismo virus modificado se agregara a la viruela, podría presentar la misma letalidad para los seres humanos”.
Con respecto a los “virus furtivos”, el informe afirma:
“El concepto básico de esta potencial arma biológica es ‘producir una infección vírica críptica estrictamente regulada que pueda entrar y propagarse en células humanas usando vectores’ (similar a la terapia génica) y luego permanecer latente por un período de tiempo hasta que se active mediante un virus interno o una señal externa. La señal entonces podría estimular al virus para que causara daño severo al sistema. Los virus sigilosos también se podrían adaptar para infectar secretamente a toda una población objetivo por un período extendido de tiempo, usando la amenaza de la activación de dicho virus para chantajear al objetivo”.
El aspecto más preocupante de estas armas biológicas de próxima generación es cómo pueden ser inoculadas en una población objetivo.
Ya hemos visto que una de las formas posibles de suministro, es a través de las campañas de vacunación, impulsadas muchas veces por grandes corporaciones y fundaciones farmacéuticas occidentales, que con ello podrían llegar a infectar a naciones enteras o regiones del planeta con virus ocultos.
A medida que mejore la comprensión colectiva de la humanidad sobre la genética humana, la capacidad de los desarrolladores de armas biológicas para atacar aspectos cada vez más específicos de nuestras características biológicas, incluyendo nuestro propio temperamento e inteligencia, sólo mejorará. Además de apuntar a poblaciones de una naciones extranjeras en el contexto de guerras, tales armas también podrían ser utilizadas en el interior de un país para inducir una mayor obediencia entre la población.
La evaluación de la Fuerza Aérea de los EE.UU. también señalaría en lo que respecta al uso de la terapia génica como arma biológica que:
“Las naciones que están equipadas para manejar la biotecnología probablemente considerarán la terapia génica como una arma biológica viable. Grupos o personas sin los recursos o la financiación necesarios, tendrán dificultades para producir estas armas biológicas”.
Por supuesto, esas mismas naciones sin los recursos o fondos para manejar la biotecnología, no solo serán incapaces de producir tales armas biológicas, sino que también serán absolutamente incapaces de defenderse contra ellas.
La defensa contra las armas biológicas mediante la terapia génica, ya sea directamente o como virus sigilosos, requiere de una infraestructura nacional de salud y defensa capaz de descifrar y editar rápidamente la información genética.
Las presuntas víctimas de las armas biológicas específicamente diseñadas para determinados genotipos requerirían que sus genes hayan sido examinados a través de la secuenciación genética moderna y las contramedidas sintetizadas de la misma manera que las armas biológicas basadas en la terapia génica. Si el ADN puede ser editado maliciosamente, también puede ser reeditado para corregir el código malicioso.
Por lo tanto, el desarrollo de la infraestructura biotecnológica de una nación no es sólo un medio para aprovechar las posibles oportunidades científicas, de salud humana y económicas, también es una cuestión de defensa nacional.
Naciones como China ya están invirtiendo fuertemente en genética y poseen infraestructuras que podrían conducir fácilmente a un programa de defensa de armas biológico y genotípico robusto. Otras naciones harían bien en seguir su ejemplo.
Al igual que en el caso de la tecnología de la información e incluso de las armas convencionales, las naciones que carecen de autosuficiencia en biotecnología están exponiéndose a sí mismas y a sus poblaciones a amenazas externas que se materializarán ante sus propios ojos y ante las que no podrán hacer nada si no están debidamente preparadas.
Ulson Gunnar

COMENTARIO DEL ROBOT:
El mundo al que nos aproximamos, en muchos aspectos, parece que será totalmente terrorífico, y no lo será por culpa de la ciencia o la tecnología, que de por sí pueden traernos cosas maravillosas, sino por el hecho de que el ser humano, a nivel espiritual, no ha evolucionado a la misma velocidad que a nivel intelectual y técnico.
Y cuando hablamos de nivel espiritual no hablamos de sentimientos religiosos, ni de programaciones mentales de este tipo, que tanto daño han causado a lo largo de la historia: hablamos del nivel de conciencia de los individuos y de su capacidad para comprender por sí mismos, cuál es el sentido de sus existencias.
Añadan a ello un cada vez más bajo nivel de rebeldía ante la opresión y la maldad de los gobernantes por parte de la mayoría de la población, cada vez más abotargada en su aborregamiento sumiso, y tenemos todos los números para convertir nuestro futuro en un infierno.
En el título del artículo nos preguntamos, cómo nos podremos defender de este tipo de armas. Pues de la misma manera que podemos defendernos de las armas nucleares, de la vigilancia masiva bajo el pretexto de la seguridad o de cualquier otro tipo de abuso proveniente de las esferas del poder: enfrentándonos a los más poderosos, sean quienes sean y haciéndoles pasar MIEDO.
Pero para ello, la gente debería dejar de pasarse el día jugando al Candy Crush…

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