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viernes, 18 de agosto de 2017

"RED ATLAS": CONOZCA la ACTIVIDAD IMPLACABLE de la INTERNACIONAL CAPITALISTA

Fundaciones por la "libertad" para mantener nuestra esclavitud

"RED ATLAS": CONOZCA LA ACTIVIDAD IMPLACABLE DE LA INTERNACIONAL CAPITALISTA

     La Internacional Capitalista existe, está muy bien organizada y, obviamente, muy bien financiada. 
Funciona subrepticia y eficazmente a través de una inmensa red de fundaciones, institutos, centros, sociedades..., unidas entre sí por hilos casi invisibles. No es teoría de la conspiración, sino hechos constatables. Uno de los nodos de esta red es la llamada ATLAS NETWORK (Atlas Economic Research Foundation), de la que después nos ocuparemos. 
Pero el núcleo generador de todo el entramado hay que buscarlo en 1947, finalizada la II Guerra Mundial,cuando un grupo de académicos economistas ultraliberales - o neoliberales, como se autodenominaron -, entre los cuales se hallaban Friedrich von Hayek y Milton Friedman, se reunieron en la localidad austriaca de Mont Pelerin y decidieron formar una Sociedad. 
Su objetivo: luchar por todos los medios contra los obstáculos al libre mercado puestos tanto por el sistema de planificación soviético, como por el intervencionismo económico de los Estados más ricos de Occidente, o lo que pronto se llamaría el Welfare State (Estado del Bienestar)[1].
        Este grupo fundador se diseminó por los departamentos de economía de las universidades más importantes del mundo, especialmente en EE.UU y el Reino Unido; y bien dotados de fondos provenientes de empresas, organizaron fundaciones, institutos y centros de producción de pensamiento -lo que se conoce como think tanks-, que, además, pronto funcionarían también como centros de formación de líderes políticos. 
La Mont Pelerin Society se unió a otras ya existentes del mismo jaez, como el británico Institute of Economic Affairs, y le seguirían otras que hoy se cuentan entre las más influyentes, como la estadounidense Heritage Foundation o el Cato Institute
De este modo, fueron abriendo espacios para poner en contacto a académicos, políticos y periodistas afines y comprometidos con los objetivos de laInternacional ultraliberal, entre los cuales uno primordial era influir en la opinión pública, es decir, el control ideológico.
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     Alejandro Chafuen, de la Fundación de Investigación Económica del Atlas, a la derecha, da la mano a Rafael Alonzo, del Centro Liberal de Estudios Económicos de Venezuela, CEDICE, a la izquierda, mientras el escritor peruano Mario Vargas Llosa aplaude durante la apertura del foro internacional "Libertad y Democracia"
      Cuando una de las crisis estructurales del capitalismo se hizo sentir a mediados de la década de los 70, la operación de esta red de think tanksse hallaba ya muy avanzada. 
Uno de sus campos de experimentación estaba siendo el Chile de Pinochet, aupado al poder por el golpe de estado promovido por EE.UU en 1973. 
Proliferaron los artículos, libros, entrevistas radiofónicas, etc., criticando el Estado del Bienestar. Enseguida, con los gobiernos de Margaret Thatcher en Reino Unido y poco después de Ronald Reagan en EE.UU, llegaron los procesos de privatización, des-industrialización, desregulación, externalización y demolición del Estado del Bienestar, lo que significaba sobre todo desregular el mercado de trabajo. 
Pero su mayor éxito fue, como expresó la propia Thatcher, que incluso los partidos social-demócratas se estaban convirtiendo al credo neoliberal.[2] Aparte de Tony Blair, Felipe González fue también un alumno aventajado.
         En este contexto se fraguó, en 1981, la ATLAS NETWORK, think tank creado por un tal Antony Fisher en San Francisco. 
Pronto le crecieron filiales -con distintos nombres- en otros países, especialmente de Latinoamérica, y en Europa del Este tras la desintegración de laURSS. Fisher, cifraba el éxito de esta red de fundaciones en que el público las percibía como instituciones académicas e imparciales
De eso se trataba. En 1991 tomó el relevo de la dirección de Atlas el argentino con nacionalidad estadounidense Alejandro Chafuen, que había apoyado el golpe militar de Videla en Argentina y desde entonces dedica su vida a la destrucción de los movimientos y gobiernos de izquierda en América del Sur y Centroamérica. 
Entre sus donantes regulares se cuentanPhillip Morris, Exxon-Mobil y MasterCard; pero Atlas también atrae a inversores millonarios como los hermanos Charles y David Koch, la segunda fortuna de los EEUU. Este dinero lo emplea Atlas en financiar a sus fundaciones satélites. 
Otra vía de financiación proviene del mismo gobierno norteamericano a través del National Endowment for Democracy (Fondo Nacional para la Democracia) y el Center for International Private Enterprise (Centro de la Empresa Privada Internacional).
[3] 
      Todos los años se organiza el Foro de la Libertad en América Latina,el último de los cuales se celebró el pasado mes de mayo en el Brick Hotel de Buenos Aires, con el presidente Macri y Vargas Llosa de invitados especiales. 
Allí se debatió sobre cómo combatir a los líderes de izquierdas en todos los frentes, desde los campus universitarios a las movilizaciones masivas en la calle para provocar su derrocamiento. 
Otra sesión se dedicó a elaborar los argumentos que los “amantes de la libertad”deben emplear para dar respuesta a lo que llaman “surgimiento global del populismo” y de este modo “redireccionar el sentimiento de injusticia que muchos sienten” hacia los objetivos del mercado libre. [4]
[5]
     No debemos llamarnos a engaño. 
Las fundaciones y otras entidades“sin ánimo de lucro” que llevan la palabra LIBERTAD en su nombre, en la mayoría de los casos libertad significa su libertad, la de la clase capitalista para explotarnos, para succionar toda la riqueza que los trabajadores del mundo producimos, para privatizar (robar) los servicios públicos que sostenemos con nuestros impuestos (no los suyos), para minar nuestra resistencia, desestabilizar y derrocar gobiernos que no se plieguen a sus intereses, por los medios que sean, incluso organizando a “luchadores por la libertad”   en grupos paramilitares que asesinan y torturan, en manifestantes incendiarios, y golpes militares con su secuela de represión brutal. Su libertad es nuestra esclavitud. Por eso es necesario y urgente revitalizar nuestra Internacional.
Notas y referencias bibliográficas:
[1] Dejando aparte las causas reales que impulsaron a la social-democracia, tras la II Guerra Mundial, a instaurar el Estado del Bienestar en los países del centro capitalista, especialmente en Europa occidental, lo que estorbaba a la clase capitalista era la regulación de las relaciones capital-trabajo, la política redistributiva que garantizaba las prestaciones sociales, es decir el salario diferido que contribuía a la reproducción de la fuerza de trabajo, así como la enseñanza y la sanidad gratuitas, y, sobre todo, la fortaleza de los sindicatos y las organizaciones populares. 
[2] En los EE.UU, a los adeptos a esta doctrina se les llama libertarians (libertarios); pero como en nuestro idioma libertario tiene un significado muy distinto, optamos por ultra-liberales. Lo preferimos a neo-liberales por entender que este término (que significa nuevo liberalismo) es redundante, ya que el liberalismo económico ha sido siempre la doctrina del capitalismo, incluso en su versión Keynesiana, inspiradora de los Estados del Bienestar. Ultra-liberales denota un grado extremo de liberalismo que aboga por la nula intervención del Estado en las relaciones capital-trabajo y en las transacciones comerciales y financieras, o lo que ellos llaman el “mercado libre” en estado puro.
[3]   Véase el artículo de Lee Fang, “Sphere of influence: How American libertarians are remaking Latin American politics”, en The Intercept, 9 agosto 2017.
[4]   Véase artículo citado en nota anterior.
[5] Véase el artículo de Andrés Villena, “Quién paga la ofensiva española de los austriacos?”, en Público, 29 marzo 2017.

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