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sábado, 26 de agosto de 2017

El factor Cuba: guerra psicológica y guerra asimétrica contra Venezuela

El factor Cuba: guerra psicológica y guerra asimétrica contra Venezuela


La supuesta “injerencia de Cuba en Venezuela” ha sido mensaje recurrente de la prensa de ultraderecha (1) en los 18 años de Revolución bolivariana (2).

Hoy, en un escenario de acoso visceral al Gobierno de Nicolás Maduro, el mensaje ha calado ya a todo el sistema mediático (3).

Recordemos que, en 2003, Cuba desplazó a decenas de miles de profesionales a las zonas más pobres de Venezuela, principalmente a la Misión de salud comunitaria Barrio Adentro (4).

En la actualidad, Cuba tiene 46 mil cooperantes en los 24 estados del país, en casi 20 programas sociales (5). Por mencionar solo un dato de impacto, la cooperación sanitaria cubana en Venezuela ha salvado un millón 700 mil vidas (6).

Pero, en estos 14 años, a los medios internacionales no les ha interesado reflejar el cambio operado en la vida de millones de personas gracias a estos programas (7).

Las únicas historias de vida publicables han sido las de una minoría de cooperantes cubanos que, para acceder a un mejor salario, decidieron acogerse al programa de asilo político a EEUU (8).

Por cierto, eliminado en enero este programa por Barack Obama, ya apenas leemos noticias sobre “médicos cubanos desertores” (9).

Pero el actual escenario de violenta guerra psicológica necesita de historias más fuertes sobre el “factor cubano” en Venezuela.

Hace unos días, el presidente Donald Trump hablaba abiertamente de una hipotética intervención militar en el país (10).

La oposición venezolana, casi dos días después, emitía un comunicado, en el que, sin siquiera mencionar a EEUU, responsabilizaba “a la dictadura de Maduro por convertir al país en una amenaza regional” e –increíblemente- la “intervención” que rechazaba era ¡la “cubana”! (11)

Sobre esta supuesta “injerencia cubana” podemos leer ya centenares de artículos de opinión, editoriales, reportajes y noticias, en grandes medios de todo el mundo: desde “The Washington Post” (de EEUU) (12) hasta Deutsche Welle (de Alemania) (13), pasando por “El Mundo” (14) o “ABC” (de España) (15).

Por supuesto, es la prensa venezolana la que lleva este tema al paroxismo. Hace unos días, el diario “El Nacional” decía que, con la nueva Asamblea Nacional Constituyente, “Venezuela y Cuba serán un solo país” (16).

El mensaje es ya universal: Maduro es “el títere de quienes realmente mandan en Venezuela: los cubanos” (17). “El régimen venezolano hoy se mantiene gracias a un aparato represivo (…) y de inteligencia (…) controlado por oficiales y funcionarios cubanos” (18), con el objetivo de garantizar “el petróleo que le subsidia” Caracas. Todo esto lo leíamos en el diario español “El País”, cuya línea editorial sobre Venezuela es marcada por Moisés Naim (19).

Moisés Naim, quien hoy afirma que su país es “una sucursal del régimen de Raúl Castro” (20) fue –recordemos- el ministro venezolano de Fomento que, en 1989, cedió toda soberanía económica al Fondo Monetario Internacional, e implantó un duro paquete neoliberal.

Miles de personas sin recursos salieron entonces a las calles y asaltaron establecimientos de comida, en lo que se conoce como el Caracazo (21).

Quien hoy habla del “sufrimiento de millones de venezolanos” (22), fue el ministro que llevó a su país a tener un 80% de pobreza y un 58 % de pobreza extrema, con varios millones de personas sin ningún servicio de salud o educación (23).

Quien hoy apoya lo que denomina “resistencia en las calles” (24), es decir, la violencia opositora que ha quemado vivas más de 20 personas por ser “chavistas” (25), formó parte del gobierno que impuso la ley marcial y autorizó a disparar con munición de guerra.

El balance: más de 3.000 muertos (26).

Pero no solo es la amnesia histórica y la doble moral. Hoy, desde todo el aparato mediático se pide, sin el menor pudor, presiones (27), sanciones (28) e incluso una intervención en Venezuela (29): “Sí, intervenir: no hay por qué asustarse.

El derecho de injerencia humanitaria, en un caso como el venezolano, reclama ser ejercido”, leíamos en “El País” (30).

Alguien puede argumentar que todo esto es publicado en la sección de “Opinión” de dichos diarios. O como entrecomillados de noticias y reportajes. Que no es necesariamente, por tanto, la opinión de los medios.

Una falacia, porque hoy la censura de cualquier artículo de opinión de línea contraria es absoluta e implacable (31).

Por eso dejémonos de tibiezas. Vivimos una dictadura mediática global. A la que hay que combatir en un nuevo escenario de guerra asimétrica. Con métodos también… asimétricos.





























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