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lunes, 17 de julio de 2017

Voila! Exagente de la CIA asegura: “La Torre 7 del WTC la demolimos nosotros”

Vista aérea del Centro Mundial de ComercioFoto por: WTC, en inglés

Voila! Exagente de la CIA asegura: “La Torre 7 del WTC la demolimos nosotros”

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Persisten las dudas sobre lo ocurrido en Nueva York el 11 de septiembre de 2001, con la publicación en EE.UU. de supuestas confesiones de un exagente de la CIA.

Fue una demolición controlada con explosivos típica. 

Usamos materiales compuestos con nanotermita de calidad extra para uso militar. Lo difícil era meter en el edificio miles de kilos de explosivos, mechas y sistemas de encendido sin provocar inquietud”, explica un testigo citado el jueves por el portal Your News Wire.

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La página afirma que Malcom Howard, de 79 años de edad, fue agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés) durante 36 años y en la actualidad ha sido dado de alta de un hospital de Nueva Jersey (noreste de EE.UU.), tras lo cual se habría decidido a confesar su participación en el atentado de bandera falsa que sirvió de justificación a las invasiones por EE.UU. de Afganistán, semanas después, y de Irak, en 2003.

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La Torre 7 que se derrumbó el 11-S lo hizo unas 7 horas después de caer a su vez las Torres 2 y 1 (Sur y Norte), en apariencia por el impacto en ellas dos de sendos aviones civiles secuestrados, según el FBI (Buró Federal de Investigaciones, en inglés), por 15 terroristas de Arabia Saudí y 4 de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Egipto y El Líbano de la banda takfirí Al-Qaeda.

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De acuerdo con el relato de Howard, su equipo (de cuatro hombres) tenía asignada la tarea de demoler la Torre 7 camuflando el hecho de que se trataba de una demolición, algo que les facilitó la situación, según él, de que “prácticamente todas y cada una de las oficinas de la Torre 7 estaban alquiladas por la CIA, el Servicio Secreto o el Ejército”.

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Tras la acción de los explosivos, los restos del edificio, de 47 plantas, fueron derribados por el servicio de bomberos sin que nadie resultara dañado, lo que celebraron los agentes, preocupados aun así por que todo hubiera salido “demasiado redondo”, pudiendo levantar sospechas, en particular después de que la cadena paraestatal británica BBC diera la noticia del derrumbe de la Torre 7 veintitrés minutos antes de que ocurriera.

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Ese mismo día, de hecho, apuntó ya que en la caída de las torres debían haber sido empleados explosivos el actual presidente de EE.UU., Donald Trump, entonces constructor con décadas de experiencia con torres de gran altura en la misma Nueva York (noreste).

El autor de las confesiones dice haber aceptado entonces participar en la demolición y haber permanecido en silencio porque, “cuando eres un patriota, no pones en cuestión los motivos de la CIA ni de la Casa Blanca. Asumes que el propósito global obedece a un bien superior”.

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11 S, el autoatentado que cambió la historia



“NO SOY UN CONSPIRANOICO 
Más de 6000 compañeros míos en el servicio militar han dado sus vidas. Miles de mis compañeros bomberos y policías que llegaron primero a las torres se han muerto. Somos americanos y MERECEMOS LA VERDAD”
“Este es el edificio 7, un edificio de 47 plantas que se cayó en la tarde del 11 S. 
El gobierno dice que el fuego hizo que se cayera el edificio, sin embargo 1.500 arquitectos e ingenieros concluyeron que fue una demolición controlada” 
Remember Building 7 
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En 1898, una explosión en el acorazado Maine en la bahía de La Habana, atribuida a los españoles, desencadenó la intervención norteamericana en la independencia de Cuba. 
Durante casi un siglo, negar la autoría del atentado se ha considerado teoría de la conspiración -nombre que desprestigia las versiones no oficiales- hasta que los archivos secretos del gobierno de EEUU han demostrado que ellos mismos se autoatentaron (250 muertos) para tener una excusa y declarar la guerra a España.
Esta maniobra se llama BANDERAS FALSAS y es una práctica política y militar habitual desde la Edad Media y que nunca ha estado en desuso. Otras famosas son:
  • el incidente de la Bahía de Tonking que fue prefabricado para entrar en la guerra de Vietnam
  • no evitar -pudiendo hacerlo- el ataque de Pearl Harbour, y las 2.500 pérdidas humanas, que desencadenó la intervención estadounidense en la II Guerra Mundial porque necesitaban enfrentarse a Japón
  • el bombardeo del USS Liberty en 1967 que se atribuyó a Egipto y significó un cheque en blanco a Israel en la guerra de los seis días (ver documental The sinking of the USS Liberty)
Existen muchos más ejemplos de autoatentados o banderas falsas comodesencadenantes de guerras, políticas o medidas determinadas o cambio geoestratégico del mundo, pero el más famoso y que cambió el curso de la historia reciente el 9 de septiembre del 2001 es el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York.

(Esquema de la página 3 del periódico en pdf 
El Jaque Mate, el fin de los secretos de estado)
Este suceso responde también a las pautas de LA DOCTRINA DEL SHOCK (ver documental) y la consecución de unos objetivos mediante la ecuación Problema-Reacción-Solución: atentado grave – shock de la población, miedo, deseo de venganza – guerras, pérdida de libertades civiles, mayor control y poder, instauración de una agenda previamente marcada, etc.
A pesar de la propaganda, desinformación y manipulación mediática(muy fácil de ejercer cuando los medios de comunicación son propiedad de muy pocas manos), la versión oficial solo ha convencido a una parte de la sociedad, pero son millones las personas que reclaman la verdad sobre lo sucedido.
Sería cómodo pensar que son solo cuatro frikis conspiranoicos y antipatriotas que dudan de todo, pero el tema cambia cuando las evidencias de datos falsos e irregularidades en los informes son aplastantes y más de 12.000 arquitectos, ingenieros y científicos firman una petición para una nueva investigación de la destrucción de las torres y del Edificio 7 (un edificio con estructura de acero contra el que NO se estrelló ningún avión y que se derrumbó en segundos de manera totalmente simétrica).
Trailer y documental realizado por “Arquitectos e ingenieros por la verdad sobre el 11-S“.


Los medios de comunicación siguen hablando de mentiras conspiratorias (El MundoPúblicoABC) pero las pruebas están ahí (a través de numerosos documentales e investigaciones independientes) para quien quiera acercarse a descubrirlas y juzgar por si mismo.
Las investigaciones cubren todos los momentos de la historia: desde operaciones en las torres días antes, movimientos bursátiles, vigilancia aérea, que tres cadenas como la BBC emitieran el derrumbe de la torre 7 veinte minutos ANTES de que sucediese, las leyes físicas del derrumbamiento de edificios y fundición de los metales (1 y 2), etc. etc. y dejan muy poco margen para la duda y mucho para la indignación, el dolor de enfrentarse con el verdadero rostro de quienes controlan el mundo y el DESPERTAR.


Para conocer otros datos de los sucesos, causas y consecuencias del 11 S adjuntamos el artículo íntegró del periodista Rafael Palacios (páginas 1, 2 y 3 de su periódico gratuito en pdf El Jaque Mate) quien ha investigado el tema durante todos estos años y varios documentales al respecto.
A 10 años de esa tragedia NOS MERECEMOS LA VERDAD…

La verdad sobre el 11-S supera la censura gracias a Internet

En el 2003, el Planeta Tierra vivió uno de sus momentos más mágicos. Millones de personas alrededor del mundo salieron a la calle para protestar ante sus gobiernos contra una guerra que, intuían, se debía a causas económicas y a no la lucha contra el Mal, como les decían sus gobiernos. 
Todo había empezado dos años atrás, el 11 de septiembre del 2001, cuando el país más blindado de la Tierra fue atacado por unos terroristas. 
Había nacido la teoría de la conspiración musulmana. Ayudados por la extensión de Internet, que salvaba la censura de la información, muchos intuyeron que les estaban engañando, que había algo más que un peligroso sátrapa supuestamente relacionado con el atentado del 11-S y después, con las armas de destrucción masiva.
Pero la enorme maquinaria de propaganda y desinformación que se había puesto en marcha el 11 de septiembre del 2001 siguió su curso y una nueva guerra se montó en Oriente Medio. 
Viendo que los medios de comunicación masivos, unánimemente y en todo el Planeta, se negaban a informar de cualquier dato que cuestionara la versión oficial, la red se puso a trabajar de firme para encontrar la verdad sobre el hecho que había lanzado esta cruzada contra el mundo musulmán.
¿Cómo es posible que dos aviones hubieran burlado los controles de seguridad de la primera potencia del mundo? ¿es que tanto el Pentágono como Nueva York estaban desprotegidos por completo?
Uniendo las informaciones inconexas, que los propios medios de comunicación habían filtrado durante los días posteriores al atentado, se pudo ir recomponiendo la verdad. Aportaciones de personas anónimas de diferentes lugares del planeta (sin derechos de autor) fueron componiendo la realidad de lo que sucedió.

Aquel día 11 de septiembre, los servicios de seguridad aérea –del NORAD (aviación militar), del Pentágono, de la CIA y de aviación civil– con sus respectivos radares y sus enormes protocolos de seguridad, vivieron una increíble casualidad: dejaron de funcionar durante unas horas
Los aviones, que volaban desde Boston a California, se desviaron dos horas de su ruta sin que los servicios de seguridad de cada una de las bases militares que protegen las ciudades de Nueva York y Washington, actuaran. ¿Qué ocurrió? ¿hubo una negligencia o una connivencia?
Curiosamente, aquel día se celebraban cuatro ejercicios militares en los que se simulaban otros tantos secuestros de aviones por parte de grupos terroristas.

La verdad sobre el 11-S sale a la luz

Curiosamente, el 11 de septiembre de 2001, se celebraban cuatro ejercicios militares en los que se simulaban otros tantos secuestros de aviones por parte de grupos terroristas. 
Es pues plausible que las personas encargadas de ordenar la interceptación recibieran la orden de dejarlos pasar bajo el argumento de que eran unos ejercicios militares.
Sorprendentemente, el 7 de julio de 2005 en Londres y el 9 de marzo de 2004 en Madrid también se vivieron sendos ejercicios de simulación de atentados. 
Igualmente, unas semanas antes del fatídico día, todos los mecanismos de control de emergencias estadounidenses (en manos de los jefes de los distintos ejércitos; tierra, mar y aire para que, en caso de que uno fallara, otro tomara el mando) se habían unificado en una sola persona: el vicepresidente y jefe del Consejo de Seguridad Nacional,Dick Cheney. Así pues, la persona que dio la orden de no actuar a los servicios de interceptación fue el entonces vicepresidente estadounidense.
La mayoría de las personas que salieron a la calle aquellos días del 2003 no podían asumir que un gobierno pudiera matar a sus propios ciudadanos para organizar una guerra pero, como veremos en el artículo sobre Banderas Falsas esto ha sido algo bastante habitual a lo largo de la historia
Tanto es así, que el pueblo norteamericano no se movilizó para detener una invasión, la de Afganistán, fundamentada en el el uso de una prenda de ropa (el burka) por parte de las mujeres afganas y en el propio ataque del 11-S, una conexión que jamás se ha podido establecer en un tribunal. 
De hecho, a día de hoy, Osama Bin Laden ni siquiera figura entre los buscados por el 11-S. No existen pruebas que le incriminen, como tampoco en los atentados de Madrid o los de Londres.
El cineasta Michael Moore ya abundó en las estrechas relaciones entre las familias Bin Laden y Bush en su aclamada película sobre el 11-S pero se le olvidó mencionar que, según reconoció el ex ministro de Asuntos Exteriores británico, Robin Cook (muerto de un cáncer fulminante, al igual que los otros dos ministros ingleses que se opusieron a la guerra) había aclarado que la expresión Al Qaeda significa La Base en castellano.
Y era, ni más ni menos, que la base de datos que la CIA desarrolló para manejar a los guerrilleros musulmanes (mujaidines) que entrenó en Afganistán para combatir a los soviéticos y posteriormente envió a Bosnia y a Kosovo. 
Es decir, que todos esos hombres que más tarde convirtieron en terroristas estaban bajo las órdenes de los servicios secretos estadounidenses.
También se olvidó de mencionar el citado cineasta que a finales del siglo XX, un grupo de influyentes personalidades tales como Donald Rumsfeld, Richard Perle, Paul Wolfowitz y Dick Cheney se reunieron para analizar el mundo tras la caída del enemigo comunista en un grupo denominado PNAC (Plan for a New American Century, Plan para el Nuevo Siglo Americano).
En las conversaciones mantenidas por expertos de todos los ramos decidieron que la carestía del petróleo era el problema más importante que afrontaría EEUU
“Lamentablemente, el petróleo no está en países democráticos por lo que habría que proceder a la democratización de esos países reordenando el mapa de la región”.
Para poder lanzar esa operación, haría falta un desencadenante, un ataque que hiciera que el pueblo norteamericano accediera a enviar a sus hijos a la guerra.
Ese desencadenante fue llamado Un Nuevo Pearl Harbour y figura en los documentos del citado PNAC (al que se adhirió el ex presidente español José María Aznar hace pocos años). 
Todo indica que ese Nuevo Pearl Harbour fue el ataque del 11 de septiembre pues, como luego citamos, gran número de personas anticiparon este ataque.
El periodista francés Thierry Meyssan, fundador de la web Red Voltaire, fue el primero en el mundo que se atrevió a desafiar la verdad oficial, sostenida sobre la machacona repetición de los aviones estrellándose contra las torres. 
El fue el pionero en analizar el agujero dejado por el supuesto avión estrellado contra el Pentágono y la ausencia de restos del fuselaje en los alrededores.
A día de hoy, y aunque en el 2007 apareció una grabación de las cámaras adyacentes que supuestamente iba a mostrar la aeronave impactando contra el Pentágono, nadie ha visto lo que supuestamente se estrelló contra este edificio. 
Todas las apuestas coinciden en que lo más probable es que fuera un misil lo que impactara contra el corazón de la seguridad de los EEUU.
Los ingenieros, arquitectos y expertos en demoliciones de diferentes países que no están bajo control gubernamental convienen en una cosa:el fuego del carburante de los aviones no pudo causar el desplome de las torres pues el acero funde a una temperatura mucho más alta que el fuego originado. Y la prueba más fehaciente es el edificio Windsor, en Madrid, que ardió durante toda una noche y, a la mañana siguiente, su estructura de acero permanecía en pié. Para demoler ese edificio hacían falta explosivos.
Por el contrario, las Torres Gemelas apenas vivieron unos pequeños incendios en unos pocos pisos de la mitad superior del edificio durante unos pocos minutos que llevaron a su derrumbamiento en siete segundos, es decir, en caída libre. Eso quiere decir que no hubo obstáculo para el derrumbe de los decenas de pisos que componían el edificio ni las más de 200 columnas de acero que componían su estructura y que habían sido construidas, precisamente, para que el impacto de un avión no pudiera derribarlas, como reconoció el arquitecto que las diseñó.
Las decenas de testimonios de bomberos, personal del WTC, como William Rodríguez, y testigos que afirmaban haber oído explosiones antes de que cayeran, y que aparecieron en los medios de comunicación,fueron censurados después, para apoyar la versión oficial de que las torres cayeron por el impacto de los aviones.
Más ayudará a saber lo que realmente ocurrió si conocemos que Marvin Bush, hermano de George Bush, era el jefe del servicio de seguridad del complejo World Trade Center. 
Que su primo Alexander Walker era el director de la empresa Securacom, que llevaba la seguridad de las torres y que la semana antes del atentado, los perros que rastrean explosivos dejaron de trabajar y que hubo apagones en el edificio, según la versión recogida por un trabajador, “para instalar la fibra óptica”.
El propietario de todo el complejo del World Trade Center, Larry Silverstein, había asegurado las torres contra ataques terroristas unas semanas antes, razón por la cual, ganó unas escalofriantes cifras a cuenta del atentado. 
El propio Silverstein reconoció ante las cámaras de televisión sobre el edificio 7 que “nos habían dicho que había peligro de que colapsara, así que decidimos demolerlo”. 
El edificio 7 cayó exactamente igual que las otras dos torres. Así que, si una fue demolida, las otras dos, también…
Silverstein no fue el único que tenía información privilegiada sobre lo que iba a ocurrir. 
Al igual que sucedería el 7-J de 2005 en Londres y el 11-M de 2004 en Madrid, hubo un inusual movimiento de acciones en las bolsas de esas ciudades que cristalizaron en el delito de iniciado, es decir, gente que vende acciones un poquito antes de que ocurra un suceso catastrófico y compran cuando han bajado a consecuencia de ese hecho.
Seguir la pista del dinero es, sin duda, la forma más segura de llegar al inspirador del atentado. En este caso, se conoce que el terrorista Mohamed Atta (cuyo rostro no corresponde con la foto oficial) había recibido una fuerte suma por parte de los servicios secretos paquistaníes (ISI), ligados a los israelíes y norteamericanos, unos días antes del atentado.
Ninguna de estas pistas fue seguida por la comisión que investigó el atentado. Jerome Kerviel, el broker acusado de una gigantesca estafa mientras trabajaba para el gigante bancario francés, Societé Generale, confesó en febrero de 2009 que su empresa había hecho “pingües beneficios” el 11 de septiembre de 2001 y el 7 de julio del 2005. Una pista que hoy se está siguiendo.
Tampoco se investigó ni juzgó a los 60 israelíes detenidos espiando en Estados Unidos, según informó la cadena Fox TV (disfrazados de becarios como Mónica Lewinski), al igual que un grupo de estudiantes israelíes a los que se observó grabando la caída de las torres al otro lado del Puente de Brooklyn, mientras aplaudían y se abrazaban. 
O que las empresas que gestionaban los servicios informáticos y de telecomunicaciones de todo el aparato gubernamental estadounidense fueran de nacionalidad israelita.
Una comunicación de la NSA días antes del atentado advertía del peligro de la empresa Amdocs, ligada al gobierno israelí y que controlaba la práctica totalidad de las comunicaciones gubernamentales norteamericanas: 
“no se puede hacer una llamada en Estados Unidos sin que quede registrado en los archivos de Amdocs”.
En 1999, la propia NSA advertía de que las comunicaciones de las Naciones Unidas eran grabadas por esta empresa. El 10 de septiembre de 2001, el Wahington Post advertía: 
“Israel tiene poder para atacar a fuerzas norteamericanas y hacer creer que han sido árabes”, así como: “el Mossad se ha infiltrado en casi todas las organizaciones musulmanas”.
El 12 de septiembre de 2001, el investigador Christopher Bollyn escribía en el Jerusalem Post que Israel tenía conocimiento de que 400 israelíes trabajaban en el World Trade Center pero tan sólo uno había muerto
Dos trabajadores de la empresa de mensajería instantánea Odigo, también israelí, recibieron varios mensajes advirtiendo del ataque dos horas antes de que ocurriera, pero no se lo contaron a las autoridades, según publicó el propio Jerusalem Post. 
Odigo tiene un programa que pone en contacto a personas con características comunes, como puede ser la religión o la nacionalidad. La sede de Odigo es una pequeña ciudad de Israel llamada Herzliya, donde se encuentran los cuarteles del Mossad. Los servicios de espionaje israelíes participan en el accionariado de numerosas empresas de software a través de compañías como Veritas, Cedar o Stageone. 
La seguridad del aeropuerto de Boston, de donde salieron los aviones, también era asunto de una compañía israelita, ICTS.
La evidencia de que gran parte de lo neocons tienen pasaporte israeliconfirma la sospecha de que el país más interesado en organizar una guerra en Oriente Próximo es Israel, máximo receptor además de ayuda norteamericana. Israel es una excepción en el ordenamiento norteamericano: sus ciudadanos son los únicos con derecho a la doble nacionalidad y, por tanto, a votar en ambos países. 
El hecho de que entre los neocons (seguidores de las teorías de Strauss sobre la revolución continua y la necesidad de provocar acontecimientos) se encuentre un gran número de israelíes es crucial para saber quién llevó a cabo el 11-S.
Neocons con pasaporte israelí:
  • Richard Perle. con el sobrenombre de Príncipe de las Tinieblas, es el jefe del grupo de expertos Defense Policy Board, Washington DC, que diseñó la guerra de Irak. Trabaja codo con codo con Henry Kissinger, de origen judío alemán, ligado a Rockefeller.
  • Paul Wolfowitz, fue adjunto al ministro de defensa Donald Rumsfeld, antes de acceder a la jefatura del Banco Mundial.
  • Michael Chertoff, hijo de un rabino, jefe del servicio de emergencias FEMA que tomaría el poder en caso de catástrofe climatológica o Elliot Abrams, Donald Kagan, Douglas Feith, Don Zakheim, Richard Haas, Ketih Adelman, Steve Goldsmith, Robert Satloff, David Frum, Marc Grossman, David Wurmser (ver vídeo Missing Links).

DIEZ EVIDENCIAS DEMOLEDORAS

(Pinchar las imágenes 2 veces para ampliarlas)
La caída de las Torres Gemelas muestra todas las características de una demolición por explosivos (incluso algunas no habituales en demoliciones normales). Además no hay precedente ni casos posteriores en los que edificios con estructura de acero de gran altura hayan colapsado por incendio. La Torre Winsor de Madrid es un buen ejemplo.
  1. Destrucción y derrumbe con aceleración de caída libre.
  2. Simetría casi perfecta en la distribución de escombros.
  3. Inicio muy rápido de la destrucción.
  4. Más de 100 explosiones detectadas durante los derrumbes.
  5. Varias toneladas de acero expulsado lateralmente hasta 180 metros y 97 km/h.
  6. Enorme volumen de nubes piroclásticas.
  7. Escombros homogéneos, sin rastro de los pisos aplastados. Pulverización del hormigón.
  8. Explosiones sucesivas observables entre 20 y 40 pisos por debajo de la línea de demolición.
  9. Destrucción total de la construcción: desmembramiento de la estructura de acero.
  10. Varias toneladas de hierro fundido encontradas en los tres rascacielos. Restos de thermite, explosivo incendiario que funde el acero.

Hechos que hacen necesario cuestionar la ‘versión oficial’

La presidenta de la asociación de víctimas del 11-S fue una catalana llamada Alicia Esteve, que con el nombre de Tania Head se había hecho pasar por una trabajadora de las Torres. Como quedó demostrado, Alicia jamás trabajó allí.
El agente del FBI Kenneth Williams advirtió en un informe elaborado en julio del 2001 de las intenciones de Al Qaeda. Su conocido informe Phoenix fue sistemáticamente obviado. Pese a que advertía que tanto el Pentágono como el WTC podían ser los blancos elegidos.
La CBS aseguró que en agosto de 2001, George Tenet, director de la CIA, había avisado al presidente Bush de los inminentes atentados. Coleen Rowley, agente del FBI en Minneapolis, también afirmó que se conocían los planes de los terroristas pero así y todo no se hizo nada por detenerlos.
El primer ministro Israelí, Ariel Sharon también fue advertido de que no viajara a Nueva York ese día por el servicio de seguridad Israelí, según el diario Yadiot Ahranot.
Muchos de los trabajadores de Odigo, empresa Israelí –cuya sede estaba en World Trade Center– fueron advertidos de los inminentes ataques a través de radio mensajes.
La base aérea de Wright Patterson también estuvo en alerta desde horas antes. El periodista Gordon Thomas confirmó que la CIA había sido notificada por el servicio secreto israelí de que aviones comerciales suicidas podrían impactar contra los emblemas de Norteamérica.
El alcalde de San Francisco, Willie Brown, también fue advertido. Lo mismo el escritor Salman Rushdie.
En el Pentágono, donde se produciría el tercer atentado, se citó ese día a un nutrido grupo de periodistas. Y, por razones que jamas se esclarecieron, se canceló aquella convocatoria que estaba preparada para la misma mañana de los hechos, en el preciso lugar donde habría de impactar el dudosísimo Boeing.
El 10 de septiembre de 2001, Tom Kemey, director del FEMA, fue impelido por sus superiores a que tomara puesto con su gente en Nueva York. En agosto de 2001, otra casualidad. Un ex teniente de marina es detenido y declara sin ambages trabajar como agente secreto.
Delmart Edward Vreeland avisaba –con absoluta precisión de detalles– de un inminente atentado en Nueva York .
El banquero Richard Dennison también denunció sus novedades al FBI en agosto de 2001. Y, según anticipó, aquellos terroristas tenían planeado secuestrar aviones para su horrendo crimen.
El presidente egipcio Hosni Mubarak también disponía de información al respecto –en virtud de sus servicios de inteligencia, que parecen funcionar mejor que los estadounidenses– de un atentado el 11 de septiembre.
Desde Alemania también informaron al FBI e indicaron con detalle que el blanco era el propio WTC. En junio de 2000 una empresa de paginas web, Verisign, tuvo 17 solicitudes sospechosas para registrar dominios punto.com en la red. Algunos de sus nombres lo dicen todo: august11horror, terrorattack2001, woldtradecenterbombs, newyorattack299, attackamerica, terrorattack2001…
El 7 de septiembre, George Schultz –ex secretario de Estado– también recibió la mala nueva por anticipado. Así lo dijo al diario San Francisco Chronicle.
El 10 de septiembre el juez antiterrorista de Francia Jean-Louis Brugiere también advirtió a los Estados Unidos de los inminentes ataques al World Trade Center.
Y he aquí lo más curioso: meses antes del 11-S, fue hecha una simulación en maqueta del ataque al Pentágono. Finalmente, por alguna extraña razón, las Torres Gemelas estaban a sólo un 20% de ocupación aquel fatídico día, lo que evitó que la masacre llegara a mayores.
Por eso, tal vez, Echelon –un sofisticado sistema de espionaje– que capta más de 50 millones de mensajes (informáticos o telefónicos) en el mundo cada día, no detectó nada. Salvo unas comunicaciones que dio a conocer la NSA (Agencia Nacional de Seguridad) Y decían: “mañana es la hora cero” y “el partido está por comenzar”.
Los terroristas no sólo consiguieron evadirse a pesar de estas informaciones (por negligencia o inteligencia del Estado) sino que pasaron armas blancas –según la versión oficial–, validaron sus pasaportes –a los que nadie negó el sello, pese a figurar en listas del FBI– y acto seguido, se hicieron con el control de los aviones. El resultado ya lo tenemos grabado en la memoria.

DOCUMENTALES QUE CUESTIONAN LA VERSIÓN OFICIAL DEL 11 S

LOS ESLABONES PERDIDOS DEL 11 S (2 partes)


LA VERDAD SOBRE EL 11 S (Conferencia de Diana Castillo deInvestigar 11-S en el congreso Ciencia y Espíritu II)


LOOSE CHANGE, An American Coup (web
http://video.google.com/videoplay?docid=-8646471539397446800
LOS MISTERIOS DEL 11 S (fragmentos y versión completa)
http://www.dailymotion.com/video/x1b2mkhttp://video.google.com/videoplay?docid=5816610253571876313
SEPTEMBER CLUES (8 partes)


ZERO, 10 partes


Más vídeos en Liberación Ahora
INFO SOBRE EL 11 S no oficial

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