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jueves, 4 de mayo de 2017

La Lucha entre el 1% continúa - Banca contra Fondos de Inversión por culpa de la ley Glass-Steagall

La Lucha entre el 1% continúa - Banca contra Fondos de Inversión por culpa de la ley Glass-Steagall

La guerra entre los grandes de la élite sionista, es comparable a la de los Inmortales... solo puede quedar uno.

La escenificada entre Goldman Sach contra JP Morgan, se debate ahora, entre la implantación o no, por parte de Trump, de una nueva ley Glass-Steagall, que separe la banca tradicional de la de inversión, y su deseo de trocear los bancos imposibles de caer, por otro más pequeños.

Lo cual significaría sobre el papel, que ante una nueva crisis o reseteo del sistema, solo la tradicional sobreviviría y no toda.

Al ser, la de inversión, un castillo imaginario de naipes sin base ni sustento alguno.

Armak de Odelot

La Banca se enfrenta a los Fondos de Inversión, en la disputa del nuevo sistema monetario (según Sorcha Faal)

La cercanía de una confrontación a escala global es el termómetro de cuán cerca estamos del reseteo del sistema monetario. 

Las hostilidades contra Irán por parte de ‘Estados Unidos’ quedan definitivamente explicadas ante la confirmación de que Hezboláh (controlada por los persas) se dirige a los Altos del Golán: una decisión como ésta sólo ha podido ser tomada si el reseteo está cerca porque nadie puede tocar a Israel mientras maneje la moneda mundial. 

Por su parte, la inteligencia rusa trabajando a través del pseudónimo “Sorcha Faal -además de abundar de la preparación para una eventual guerra entre China y Rusia por un lado, y la OTAN por otro-, nos explica la escalada de tensión, que no es otra que el adiós al petrodólar de la comunidad BRICS, lo que provocará el final del poderío militar USA. 

La novedad de este artículo consiste en el anuncio de que dentro del sistema financiero internacional se ha producido una inesperada fractura entre los Fondos de Inversión y la Banca, ejemplificada en el todopoderoso Goldman Sachs

Tras el crack del 2008 vio desgajada su división como “fondo de inversión” y actualmente se habría alineado en contra de estos fondos de inversión que podrían quebrar con la caída del dólar. 

Apoyando este aserto, Sorcha Faal nos informa de que Goldman Sachs se ha trasladado al ámbito de las criptomonedas, después de haber creado la suya propia, SETL Coin, que dice ser una “expansión del resto de criptomonedas”. 

En los últimos meses, y tras haber alcanzado mínimos de 300 euros, el bitcoin ha superado los 1200 euros de cotización, lo que viene siendo un indicador de las turbulencias del dólar y, en general, del sistema monetario.
Obama, por su parte, está dando conferencias a precios inauditos, financiado por un poderoso Fondo de Inversión; al parecer, son éstos los que estarían presionando en pro de la guerra.

La banca responde a Trump: Deshacerse de los gigantes es una "locura"

Después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, declarara este lunes a Bloomberg que contempla la posibilidad de dividir a los bancos gigantes, con el objetivo de separar a las entidades comerciales de las de inversión, las reacciones no se han hecho esperar. 
Brian Moynihan, director ejecutivo del segundo banco más grande de EE.UU., Bank of America, tachó esta idea de "locura" en la cumbre Bloomberg Breakaway Summit.

Los pros y los contras

La idea mencionada por Trump se inspira en la ley Glass-Steagall, introducida en 1933, en el punto álgido de la Gran Depresión, cuando quebraron unos 5.000 bancos. 
Aquella ley prohibía a los bancos (que aceptan ahorros de clientes privados y ofrecen productos básicos de préstamos e inversión) realizar operaciones arriesgadas como las que se efectúan en Wall Street. 
Esta norma fue revocada en 1999, algo que, según varios expertos y políticos, empeoró la crisis financiera de 2008-2009.
Como los bancos fueron entonces respaldados por la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), tras la crisis los contribuyentes estadounidenses se vieron obligados a salvar los bancos que quebraron por manipulaciones arriesgadas
Sin embargo, la ley Glass-Steagall prohibía a los bancos respaldados por la FDIC invertir en activos que no fueran de bajo riesgo.
Según la opinión del director ejecutivo de Bank of America, reintroducir una nueva versión de aquella legislación y "romper" a través de ella a los grandes bancos iría "en contra de los intereses de EE.UU."
La institución que encabeza Moynihan compró el gigante inversionista Merrill Lynch, afectado por la crisis, y ahora "respalda sus operaciones", lo que representa "una situación mejor", afirma el banquero, argumentando que los bancos de inversiones globales ayudan a crecer a las empresas estadounidenses.

No todos comparten esta opinión

En declaraciones a Bloomberg, Ken Griffin, director ejecutivo del fondo global de activos Citadel, respalda la idea de dividir a los bancos, ya que el mercado excesivamente concentrado reduce la competencia y presta un mal servicio a la economía.
Sin embargo, el presidente estadounidense no puede restablecer la ley Glass-Steagall, ya que corresponde al Congreso aprobar su nueva versión, recuerda la agencia.
A primeros de abril, dos senadoras demócratas, Elizabeth Warren y Maria Cantwell, el senador independiente Angus King y el republicano John McCain introdujeron el proyecto de ley apodado 'Ley Glass-Steagall para el siglo XXI de 2017' que busca separar a los bancos comerciales de los de inversión. 
Sin embargo, las perspectivas de que prospere no están claras, ya que, de momento, la iniciativa no ha logrado el apoyo de otros senadores.

El anuncio de Trump del retorno a la Ley Glass-Steagal marca el comienzo del final de la burbuja de la crisis


En los círculos a favor del reseteo del sistema monetario se venía comentando desde hace días que Trump ha firmado ya la ley que devuelve los Estados Unidos a su constitución original y acaba con el poder de los bancos, y ayer 1 de mayo Rusia Today publicó un extracto de una importantísima entrevista al presidente USA en Bloomberg en la que anunciaba lo que Lyndon Larouche viene pidiendo desde hace una década: 

el retorno a la Ley Glass-Steagal que separa la banca de los ahorradores de los inversionistas (bolsa). 

De manera que, el problema que hizo que los estados tuvieran que rescatar a los bancos (que no se podía diferenciar el dinero del ahorrador del del especulador) queda resuelto y por tanto, la bancarrota del sistema actual (pinchazo de la burbuja) puede comenzar ya. 


Muy atentos a la bolsa de Nueva York hoy porque que un presidente hable de “deshacerse de grandes bancos” puede provocar un crack. 



En España, ningún medio se hace eco de estas vitales declaraciones. 

La única opción que les queda a los conspiradores (la guerra mundial) sigue estando encima de la mesa: en las últimas horas, otra vez en los Balcanes, donde Rusia se ha posicionado para defender Serbia. 

Si la guerra no lo impide, el reseteo se hará realidad en poco tiempo.


Trocear los 'too big to fail': la reforma de la banca que Trump tiene entre manos

Apenas ha cumplido cien días al frente del Gobierno de Estados Unidos yDonald Trump no está dejando títere con cabeza. 
Lo mismo da la política exterior, la migratoria, la sanitaria o, por supuesto, la económica. 
Después de abrir el debate impositivo proponiendo una verdadera revolución que obligará al Congreso a abordar seriamente la reforma fiscal por primera vez en 30 años, el huracán Trump ha abierto otro melón: el sistema bancario.
No en vano, este fue el responsable de la peor crisis financiera desde la Gran Depresión y la necesidad de llevar a cabo una reforma en profundidad y sin complejos nunca ha dejado de planear sobre unas entidades que, después de una oleada de fusiones y adquisiciones que evitaran que otras tantas siguieran los pasos de Lehman Brothers en 2008, el problema que se encuentra el país es que ahora hay demasiados bancos "too big to fail".
Y es precisamente eso lo que alega Trump para justificar que su equipo está "estudiando activamente" obligar a la ruptura de los gigantes de Wall Street impulsando los esfuerzos por revivir una ley de los años 30 tras el crack de 1929 por la que las actividades de ahorro y consumo estaban claramente separadas de la banca de inversión. 
De hecho, aunque parece que ahora han saltado las alarmas tras afirmar en una entrevista en Bloomberg que está "estudiándolo ahora mismo. Hay personas que quieren volver al sistema antiguo, ¿no? Así que vamos a estudiarlo", lo cierto es que impulsar la Ley Glass-Steagall de 1933 era una de las medidas que ya llevaba en su programa electoral.






De esta manera, se consigue, por un lado, proteger los intereses de los ciudadanos, en tanto que los bancos de depósitos, respaldados con dinero público y cuya función es dar crédito a empresas y consumidores, estén completamente separados de los bancos de inversión y aseguradoras que pueden comerciar con instrumentos financieros más complejos. 
De esta manera, el riesgo de que se produzca otro 'subprime', es decir, que las entidades coloquen productos de alto riesgo a clientes minoristas para obtener mayores ganancias se reduce considerablemente y, con ello, el peligro de otro estallido de una crisis financiera como la de 2007.
Por otro lado, se reduce el tamaño de aquellos bancos considerados sistémicos, es decir, cuyo tamaño hace que su quiebra ocasione un tsunami económico y financiero tan potente que el Gobierno no puede permitirse dejarlos caer por lo que, en caso de colapso, debe rescatarlos con el dinero de los contribuyentes, concepto que en EEUU está muy interiorizado para referirse al dinero público.
Pero este nuevo golpe de efecto, que lleva el sello del más puro estilo Trump, no es una ocurrencia que se le haya pasado ahora al presidente de EEUU. 
Ya en 2016 el Partido Republicano respaldó la restauración de este cortafuegos legal que fue derogado en 1999 con la desregulación financiera de la presidencia de Bill Clinton. De hecho, no son pocos los legisladores que culpan a este último de contribuir al estallido de la crisis de 2008.
Ahora falta por ver si el Congreso está dispuesto en apoyar a Trump y resistir las presiones procedentes de Wall Street que, como no podía ser de otra manera, considera que esta medida es un atropello. 
De hecho, en los últimos años han arremetido contra aquellos políticos que se atrevían a plantear la posibilidad de reducir el tamaño de los grandes bancos para evitar que sean sistémicos. 
Y es que la ley Glass-Steagall no se puede restaurar unilateralmente y la cámara baja tendría que aprobar una nueva versión de la misma.
Con todo, el melón está ya abierto y funcionarios de Trump, entre los que se encuentran el secretario del Tesoso, Steven Mnuchin, el director del Consejo Económico Nacional, Gary Cohn, ambos ex-banqueros de Goldman Sachs Group, han ofrecido su apoyo al presidente para lograrlo.

Trump estudia obligar a los gigantes bancarios de Wall Street a dividirse

El presidente de EEUU y su equipo analizan la posibilidad de recuperar una ley de la época de la Depresión que obligaba a separar la actividad de crédito al consumo de la de banca de inversión.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha señalado este lunes que está considerando la posibilidad de obligar a los grandes bancos a dividirse, dando un espaldarazo a los intentos de resucitar una norma que data nada menos que de 1933, la época de la Gran Depresión, y que imponía la separación del negocio de crédito al consumo de la actividad de banca de inversión.
En una entrevista con Bloomberg, Trump ha señalado que "hay algunas personas que quieren volver al antiguo sistema", por lo que él y su equipo económico están analizando esta posibilidad. 
Trump ya reclamó durante la campaña electoral una 'versión del siglo XXI' de esta norma, denominada ley Glass-Steagall, de 1933.
Esta norma fue derogada en 1999 por la Administración de Bill Clinton. Algunos reguladores culparon a esa derogación de contribuir a la crisis financiera que estalló casi una década después, en 2008, un argumento que Wall Street rechaza de plano.
Aunque Trump y su equipo no ocultan su deseo de revitalizar esta antigua ley, no han ofrecido de momento detalles sobre cómo sería un enfoque actualizado de la misma.
Las declaraciones de Trump fueron acogidas con cierta alarma por el sector bancario, cuyo índice llegó a caer alrededor de un 1% en el S&P 500 antes de rebotar.

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