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viernes, 3 de febrero de 2017

Un Estado kurdo en Siria, será tan fascista y títere como el de Kosovo

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Un Estado kurdo en Siria, será tan fascista y títere como el de Kosovo  ¿Con qué autorización y derecho  están en Siria?

Un Estado kurdo en Siria, será tan

 fascista y títere como el de Kosovo


Algunos lideres locales kurdos han mostrado su apoyo al Ejército sirio y ratificado respeto a la integridad territorial del país condenando los ataques de Hasaka y la limpieza étnica que el YPG, entre otros, intenta desarrollar contra asirios y otros grupos tribales. En la imagen las "idealizadas" combatientes del YPG, tan imperialistas como su mentor EE.UU.
Desde el 20 de noviembre de 2015, Francia ha estado tratando de formar una coalición –¡otra más!– supuestamente para luchar contra el Emirato Islámico, y más exactamente para tomar la ciudad siria de Raqqa. 
Esta retórica, que ha bastado para convencer a los franceses de que su gobierno quiere dar respuesta a los atentados perpetrados en París el 13 de noviembre, no logra sin embargo ocultar las intenciones coloniales del presidente Hollande. 
En efecto, si el objetivo es expulsar al Emirato Islámico de Raqqa, ¿cómo piensa lograrlo sin tropas terrestres? Y después de la expulsión de los yihadistas, ¿en manos de quién quedaría Raqqa?
La campaña aérea rusa presta apoyo a las acciones terrestres del Ejército Árabe Sirio, mientras que –según el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, los bombardeos aéreos franco-británicos podrían prestar apoyo a los grupos armados del Ejército Sirio Libre [organizado por los responsables de al-Qaeda en Libia], de las Fuerzas Árabes Sunnitas [o sea las milicias turcomanas que reciben apoyo del ejército turco] y a los kurdos [el YPG sirio y los peshmergas del gobierno regional kurdo de Irak].
Si esas fuerzas llegasen a tomar Raqqa, esa ciudad siria sería entregada al gobierno regional kurdo de Irak, que la anexaría. 
Se trataría de proclamar así un «Kurdistán» que se extendería sobre territorios pertenecientes a Irak y Siria, de expulsar después a las poblaciones sirias que allí residen y de terminar la operación trasladando hacia ese nuevo Estado 10 millones de kurdos de Turquía.
Los kurdos son un pueblo que, desde hace siglos, habita un territorio actualmente compartido entre Turquía, Irak e Irán. 
Cuando se hizo el censo de 1962, en Siria había solamente 169 000 kurdos, o sea una parte infinitesimal del total de la población kurda.
Pero durante la guerra civil turca de los años 1980-1990, 2 millones de kurdos turcos se refugiaron en Siria. 
La intención de Francia, Israel y el Reino Unido es crearles un Estado, pero no en Turquía, país de donde proceden, sino colonizando el país que tan generosamente los acogió cuando llegaron como perseguidos.
Francia y el Reino Unido ya dividieron Siria durante la Conferencia de San Remo (en 1920) en función de los acuerdos Sykes-Picot (que databan de 1916). 
La Siria histórica abarca no sólo la actual República Árabe Siria sino también Palestina, Israel, el Líbano, Jordania, la región designada como el Sandjak de Alejandreta (conocida en Turquía como Antioquía) y una parte de Irak. El actual proyecto apunta, por consiguiente, a proseguir el desmembramiento de Siria (…).
Durante la guerra fría, los kurdos se dividieron en dos grupos, uno de ellos contaba con el respaldo de Israel y Estados Unidos mientras que Siria y la URSS apoyaban al otro grupo.
Durante la guerra civil turca, el PKK –principal partido kurdo de Turquía, el PKK se proclama marxista-leninista– y su líder histórico Abdullah Ocallan militaron por la creación de un Kurdistán independiente en Turquía. 
Precisaron además que no tenían ninguna ambición territorial en suelo sirio. Ocallan fue acogido en Damasco como refugiado político y desde allí dirigió las operaciones militares del PKK en Turquía. Huyendo de la represión, 2 millones kurdos encontraron refugio en Siria. 
Pero, en 1998, Ankara amenazó a Damasco con declararle la guerra si seguía albergando al PKK. El presidente Hafez el-Assad pidió finalmente a Abdullah Ocallan que buscara asilo en otro país y siguió protegiendo a los refugiados kurdos.
Al inicio de la guerra contra Siria, el presidente Bachar al-Assad concedió la nacionalidad siria a numerosos refugiados kurdos provenientes de Turquía, estimulándolos además a formar milicias locales y a participar en la defensa del territorio nacional. 
Durante 2 años, la cooperación de esas milicias kurdas con las fuerzas sirias fue total. 
Pero ese estado de cosas comenzó a deteriorarse en 2014.
El 31 de octubre de 2014, el dirigente de la Unión Democrática Kurda de Siria, Salih Muslim, fue recibido por el presidente francés Francois Hollande al margen de una entrevista con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, justo después de la batalla de Kobane. 
Hollande y Erdogan, que hasta entonces habían negado toda ayuda a las milicias de los kurdos sirios, lograron convencer a Salih Muslim de sumarse a su proyecto.
Un año más tarde, Salih Muslim iniciaba una operación de “kurdización” forzosa del norte de Siria, provocando así la sublevación de las poblaciones locales, principalmente de los cristianos asirios y de los árabes sunnitas (…).
El Parlamento francés y la Cámara de los Comunes británica, convencidos de que la resolución 2249 permite la intervención en Siria sin consentimiento del gobierno sirio, autorizaron sus respectivos gobiernos a intervenir militarmente en Siria. 
Esas intervenciones, de carácter exclusivamente aéreo, han sido presentadas como tendientes a acabar con el Emirato Islámico. 
En los debates para su aprobación nunca se habló a los parlamentarios franceses y británicos del plan de creación de un seudo Kurdistán.
Contrariamente a lo que se ha declarado a la prensa, la política de respaldo al Emirato Islámico sigue siendo la misma. 
Esa organización terrorista sigue gozando del apoyo de sus fundadores (varias personalidades estadounidenses agrupadas alrededor de David Petraeus y John Negroponte, así como los gobiernos de Arabia Saudita, Qatar y Turquía). 
Los únicos que realmente luchan contra el Emirato Islámico son los chiitas iraquíes, el Hezbollah libanés, el Ejército Árabe Sirio y Rusia. 
Las operaciones de la coalición encabezada por Estados Unidos nunca apuntaron a la erradicación del Emirato Islámico sino solamente a «contenerlo». 
El objetivo actual no es otro que «liberar» el norte de Siria, con vista a su ocupación inmediata por los kurdos de Irak, empujando al Emirato Islámico hacia Irak, donde se le ha reservado el distrito de Al-Anbar. 
La única diferencia con el plan inicial es que, a raíz de la intervención rusa, los occidentales han renunciado a lograr que el desierto sirio quede en manos del Emirato Islámico.
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Extractos del artículo "El inconfesable proyecto de creación de un seudo Kurdistán" de Thierry Meyssan
Los kurdos (ojo, no los metemos a todos en el mismo saco) y sus mejores amigos

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