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miércoles, 4 de enero de 2017

PERIODISTA EEUU denuncia COMPLICIDAD de la ADMINSITRACIÓN OBAMA con losTERRORISTAS en SIRIA

PERIODISTA ESTADOUNIDENSE DENUNCIA LA COMPLICIDAD DE LA ADMINSITRACIÓN OBAMA CON LOS TERRORISTAS QUE OPERAN EN SIRIA


El presentador televisivo estadounidense Ben Swann acusó a los medios informativos oficiales de sus coberturas "tibias" acerca de la situación en la ciudad siria de Alepo. 

El periodista mostró evidencias de que la llamada 'oposición moderada' está directamente vinculada con los terroristas.
Swann es presentador del canal WGCL-TV Atlanta, conocido por su cobertura de noticias polémicas o poco divulgadas. Además, se ha ganado una reputación a nivel nacional con su semanal Reality Check. 




Así, a finales de diciembre, el presentador ofreció evidencias y puso en contradicción la cacareada dialéctica del carácter 'moderado' de la oposición a Asad.
Swan dijo que ahora "hay solo dos grupos armados en el territorio de Siria que luchan contra el Gobierno de Bashar Asad" -Daesh y Al Qaeda (Frente Fatah al Sham, antiguo Al Nusra)-, ambos proscritos en Rusia y otros países. 
En lo que se refiere a la llamada oposición moderada -Ejército Libre Sirio-, el periodista recordó que esta había dejado de ser moderada ya hace más de cuatro años.
"El Ejército Libre Sirio se formó en julio de 2011, pero tan solo un año más tarde ya había informes de que Al Qaeda los había absorbido", explicó.
Además, en 2012, Swan le preguntó directamente a Barack Obama sobre los esfuerzos de EEUU de armar a las fuerzas en Siria, entre las cuales se encontraban los miembros de Al Qaeda.

No obstante, Obama indicó en aquel momento que "compartía la preocupación" y que los intentos de Washington habían tenido como objetivo "proporcionar asistencia no letal a los grupos opositores que velaban por el cumplimiento de los derechos humanos".


Sin embargo, el periodista señalo que "un año más tarde, en 2013, la CIA comenzó a entregar armas a los rebeldes sirios". 
The Washington Post informó sobre las entregas y confirmó que el Departamento de Estado también estaba implicado en estas entregas suministrando vehículos y "otros equipamientos". Asimismo, el rotativo apuntó que este "flujo de material" había marcado "una gran escalada del papel de EEUU en la guerra civil en Siria".
"Pero las cosas solo empeoraron porque, mientras llegaban las armas, arribaban los yihadistas. Y, en septiembre de 2013, el grupo de consultas IHS Jane's, con sede en Londres, informó que 10.000 de los 100.000 insurgentes estaban vinculados a Al Qaeda", continuó Swann.
El presentador también agregó que "entre 30.000 y 35.000 rebeldes pertenecían a facciones poderosas que luchaban a favor de Daesh dentro del califato más grande de Oriente Próximo, que se extendía desde el océano Atlántico hasta el Índico".
No obstante, según Swann, eso no impidió que EEUU siguiera enviando fondos y armas. 
Asimismo, a pesar de que algunos congresistas estadounidenses insistieron en que aquellos rebeldes eran yihadistas, Washington continuó proporcionando dinero para la formación y el entrenamiento de los rebeldes, incluso en su propio territorio.
"Y en septiembre se produjo un gran golpe: los 3.000 combatientes restantes del ELS desertaron y proclamaron su lealtad a Daesh. Ellos pertenecían a varias brigadas que formaban el conglomerado del ELS", detalló Swann.
Además, el Pentágono admitió públicamente en 2015 que otros 70 rebeldes sirios de la División 30, entrenados en EEUU, habían entregado un arsenal de armas al Frente al Nusra. 
En marzo del mismo año, The International Business Times informó que "el movimiento moderado en Siria podía ser considerado oficialmente muerto después de que la última facción respaldada por EEUU -Harakat Hazzm- se hubiera disuelto y sus miembros se hubieran unido a los grupos extremistas, incluido Al Nusra".
No obstante, prosiguió Swann, en 2016 los flujos de armas y fondos occidentales no fueron detenidos. Así, el pasado septiembre, EEUU entregó 3.000 toneladas de armas y municiones, incluidos lanzadores de cohetes y sistemas de armas antitanque guiados, a los insurgentes en Siria.

"Desde 2012, los llamados rebeldes 'moderados' en Siria iban siendo absorbidos por varios grupos de Al Qaeda o bien juraron lealtad a Daesh. 

En el último año, todos los moderados se han ido. Y cuando los medios los califican de "luchadores por libertad [...], no quieren hacer Siria libre. Solo buscan esclavizarla", concluyó Swann.
Las revelaciones del periodista han causado mucho furor en las redes sociales y la mayoría de los usuarios le agradecen su buen trabajo, que los medios mainstream parecen haber eludido.

Disfrazando la insurrección islamista en Siria

Arabia Saudí, un aliado regional de EE.UU. clave, había armado y financiado sectas sunitas salafistas extremistas para lanzarlas contra el gobierno secular. 

El funcionario saudí Anwar Al-Eshki más tarde confirmó a la televisión BBC que su país había enviado armas a Daraa y a la mezquita de al-Omari (Truth Syria 2012). 

Desde el exilio en Arabia Saudí, el salafista Sheikh Adnan Arour llamó a una guerra santa contra los musulmanes alauitas liberales, que se decía dominaban el Gobierno sirio: 

'por Alá debemos triturar [a los alauitas] en picadoras y dar su carne para comer a los perros' (MEMRITV 2011). El objetivo salafista era un estado teocrático o califato. 

El eslogan genocida 'los cristianos a Beirut, los alauitas a la tumba' se convirtió en generalizado, un hecho reseñado por los medios norteamericanos tan pronto como mayo de 2011 (e.g. Blanford 2011). 

Islamistas de la brigada Farouq del Ejército Sirio Libre actuarían pronto bajo esas amenazas (Crimi 2012). 

El analista canadiense Michel Chossudovsky (2011) concluía:

Después de esos primeros días en Daraa el asesinato de fuerzas de seguridad sirias continuó, pero fue en su gran mayoría no informado fuera de Siria. 

No obstante, la analista independiente Sharmine Narwani escribió sobre la escala de esta matanza a comienzos de 2012 y de nuevo a mitad de 2014. 

Una emboscada y masacre de soldados tuvo lugar cerca de Daraa al final de marzo o principios de abril. 

Un convoy del ejército fue detenido por un derramamiento de aceite sobre una carretera entre Daraa al-Mahata y Daraa al-Balad, los camiones fueron ametrallados. 

Las estimaciones de muertes de soldados, de fuentes del gobierno y de la oposición, varían de 18 a 60. 

Un residente de Daraa dijo que estos asesinatos no fueron mencionados porque: 'En ese tiempo, el gobierno no quería mostrar que eran débiles y la oposición no quería mostrar que estaban armados'. 

El bloguero antisirio, Nizar Nayouf, registró esta masacre como teniendo lugar en la última semana de marzo. 

Otro escritor contra el gobierno, Rami Abdul Rahman (situado en Inglaterra y llamándose así mismo como el 'Observatorio Sirio de los Derechos Humanos') dice:
'Fue el primero de abril y alrededor de 18 o 19 fuerzas de seguridad... fueron asesinadas' (Narwani 2014). Faisal Mikdad, Viceministro de Asuntos Exteriores, él mismo residente de Daraa, confirmó que: 'este incidente fue ocultado por el gobierno... como un intento por no antagonizar o no incrementar las emociones y calmar las cosas, para no fomentar cualquier intento de inflamar las emociones, lo que puede conducir a una intensificación de la situación' (Narwani 2014).
Aunque el sentido de negar las muertes contra el gobierno era ese, en los medios occidentales todas las muertes fueron denunciadas (a) como víctimas del ejército y como civiles (b).

Por más de seis meses, cuando un recuento de muertos fue mencionado en los medios internacionales, se consideró habitualmente como aceptable sugerir que todos eran 'manifestantes' asesinados por el Ejército sirio. Por ejemplo, un informe de Reuters del 24 de marzo decía que el principal hospital de Daraa había recibido 'los cuerpos de al menos 37 manifestantes muertos el miércoles' (Khalidi 2011). 

Tener en cuenta que todos los muertos se habían convertido en 'manifestantes', a pesar de que los informes iniciales informaban de la muerte de un número de policías y asistentes médicos.

Otros diecinueve soldados fueron acribillados el 25 de abril, también cerca de Daraa. Narwani obtuvo sus nombres y detalles del Ministerio de Defensa sirio, y corroboró estos con otro documento de una fuente no del gobierno. 

A lo largo de abril ella calcula que ochenta y ocho soldados sirios fueron asesinados 'por desconocidos tiradores en diferentes zonas de Siria" (Narwani 2014). 

Ella también refutó las acusaciones de que los soldados muertos eran 'desertores', tiroteados por el Ejército sirio por rechazar el disparar a civiles. 

La organización con base en WashingtonHuman Rights Watch, refiriéndose a entrevistas con 50 'activistas' anónimos, denunciaba que los soldados muertos en ese tiempo eran todos 'desertores', asesinados por el Ejército (HRW 2011b) [Human Rights Watch y Amnistía Internacional, dos organizaciones "humanitarias" con centrales en Washington y Londres, que utilizan los derechos humanos con fines políticos y económicos en beneficio de la agenda de las corporaciones occidentales, de las cuales reciben financiación y difusión, han tenido una responsabilidad directa y enorme en la justificación de la barbarie que hemos visto en Libia o Siria, al tergiversar la realidad y engañar emocionalmente a los habitantes de Europa o Norteamérica. 

Mostrando, además, "informes" carentes de cualquier rigor basado en "activistas" a sueldo y anónimos, sin sustento en evidencia alguna].

Aunque los funerales de funcionarios leales, mostrados en internet en aquel momento, eran distintos. 

Incluso Rami Abdul Rahman, propenso a culpar al ejército por el asesinato de civiles, dijo 'este juego de decir que el ejército está matando desertores por abandonar - Yo nunca acepté eso' (Narwani 2014). No obstante, los informes tan recargados eran confusos, en Siria como en el exterior.

La violencia se extendió por el norte, con el apoyo de combatientes islamistas desde el Líbano, alcanzando Baniyas y áreas alrededor de Homs. 

El 10 de abril nueve soldados recibieron disparos en una emboscada a un autobús en Baniyas. 

En Homs, el 17 de abril, el general Abdo Khodr al-Tallawi fue asesinado junto a sus dos hijos y un sobrino, y el comandante sirio Lyad Kamel Harfoush fue muerto a tiros cerca de su casa. 

Dos días más tarde, el coronel Mohammad Abdo Khadour fue asesinado fuera de servicio en su coche (Narwani 2014). 

El comentarista norteamericano Joshua Landis (2011a) informó sobre la muerte del primo de su mujer, uno de los soldados en Baniyas.

Al Jazeera, el principal medio en Oriente Medio apoyando a los Hermanos Musulmanes, ocultó estos ataques, como también los refuerzos aportados por los extranjeros armados.

 El que fuera periodista de Al jazeera Ali Hashem fue uno de los muchos que dimitió de la cadena propiedad de Catar (RT 2012), quejándose de un profundo sesgo sobre la presentación de la violencia en Siria. 

Hashem tenía un rodaje de hombres armados llegando desde el Líbano, pero fue censurado por los directores catarís. '

En una carta de dimisión le decía a la directiva... es como si nada estuviese ocurriendo en Siria'. 

Pensaba que la 'revolución libia' era el punto de inflexión para Al Jazeera, el final de su prestigio como un medio creíble (Hashem 2012).

Los provocadores estaban actuando. 

El yihadista tunecino 'Abu Qusay' más tarde admitió que él había sido un destacado 'rebelde sirio' encargado de 'destruir y ultrajar mezquitas suníes' y de dibujar el graffiti 'No hay Dios salvo Bashar', una blasfemia para los musulmanes devotos. De esto se acusó entonces al Ejército sirio, con el propósito de crear deserciones de suníes. 'Abu Qusay' había sido entrevistado por periodistas extranjeros, quienes no se dieron cuenta que él no era sirio (Eretz Zen 2014).

El periodista Nir Rosen, cuyos informes fueron en general contra el Gobierno sirio, criticó además el consenso occidental sobre la violencia inicial:
'El tema de los desertores es una distracción. La resistencia armada comenzó bastante antes de que las deserciones comenzasen... Cada día la oposición da un recuento de muertos, normalmente sin ninguna explicación... Muchos de los indicados como muertos son de hecho combatientes de la oposición pero... descritos en los informes como civiles inocentes asesinados por las fuerzas de seguridad... y cada día miembros del Ejército sirio, de las agencias de seguridad... son también asesinados por combatientes antirégimen' (Rosen 2012).
Un juego de números se está llevando a cabo para deslegitimar al Gobierno sirio (el régimen) y al Ejército sirio (leales a Assad), sugiriendo que eran responsables de toda la violencia. Justo cuando las fuerzas de la OTAN estaban para bombardear Libia y derrocar a su gobierno, voces de EE.UU. comenzaron a pedir que el presidente Assad dimitiese. 

Brookings Institution (Shaikh 2011) decía que el Presidente había 'perdido la legitimidad para permanecer en el poder en Siria'. Los senadores de EE.UU. John McCain, Lindsay Graham y Joe Lieberman dijeron que era tiempo 'de unirnos nosotros mismos inequívocamente con la gente de Siria en su demanda pacífica por un gobierno democrático' (FOX News 2011). Los grandes poderes comenzaban a pedir ya otro 'cambio de régimen'.

En junio, la Secretaria de Estado Hillary Clinton descartó la idea de que 'instigadores extranjeros' habían estado trabajando, diciendo que 'la inmensa mayoría de las bajas han sido civiles desarmados' (Clinton 2011). 

De hecho, como Clinton sabía muy bien, sus aliados de Arabia Saudí habían armado extremistas desde el mismo comienzo. 

Su declaración de bajas estaba también equivicada. 

Las Naciones Unidas (que abandonarían más tarde su recuento de muertos) estimaron desde varias fuentes que, para comienzos de 2012 había más de 5.000 víctimas, y que las muertes en el primer año de conflicto incluían 478 policías y 2.091 de las fuerzas del ejército y de seguridad (OHCHR 2012: 2; Narwani 2014). 

Esto es, más de la mitad de las víctimas en el primer año fueron de las fuerzas de seguridad sirias. Este cálculo independiente no fue reflejado en los informes de los medios occidentales. 

ONGs 'perros guardianes' tal comoHuman Rights Watch, junto con columnistas de EE.UU. (e.g. Allaf 2012), continuaban en denunciar, bien entrado 2012, que las fuerzas de seguridad sirias habían estado masacrando 'manifestantes desarmados', que la gente de Siria 'no tenía otra opción' salvo tomar las armas, y que ese 'movimiento de protesta' había sido 'mayoritariamente pacífico hasta septiembre de 2011' (HRW 2011a, HRW 2012). 

De hecho, el movimiento de reforma política había sido echado de las calles por los pistoleros salafistas-islamistas, en el curso de marzo-abril de 2011.

En junio la reportera Hala Jaber (2011) observó que alrededor de 5.000 personas fueron a una manifestación en Ma'arrat al-Numan, una pequeña ciudad en el noroeste de Siria, entre Alepo y Hama. 

Ella dice que a varios 'manifestantes' les habían disparado la semana anterior, mientras intentaban bloquear la carretera entre Damasco y Alepo. 

Después de algunas negociaciones que redujeron las fuerzas de seguridad en la ciudad, 'hombres con grandes barbas en coches o pick-ups sin matrículas' con 'rifles y lanzagranadas' comenzaron a disparar a los escasos números de las fuerzas de seguridad. 

Un helicóptero militar fue enviado a apoyar a las fuerzas de seguridad. Después de este enfrentamiento 'cuatro policías y 12 de sus atacantes estaban muertos o muriendo. Otros 20 policías estaban heridos'. 

Funcionarios que escaparon del combate fueron ocultados por algunos de los ancianos tribales que participaron en la manifestación original. 

Cuando la siguiente 'manifestación pro-democracia' tuvo lugar, el siguiente viernes, 'solo 350 personas estaban presentes', la mayoría hombres jovenes y algunos militantes barbudos (Jaber 2011). Cinco mil manifestantes habían sido reducidos a 350, después del ataque salafista.

Después de meses de manipulaciones mediáticas, disfrazando la insurrección islamista, los sirios tal y como Samer al Akhras, un joven de familia suní, que solía ver Al Jazeera porque la prefería a la televisión estatal, quedó convencido en apoyar al Gobierno sirio. 

Él vio de primera mano la invención de informes por parte de Al Jazeera y escribió, a final de junio de 2011:
'Soy un ciudadano sirio y un humano. Después de 4 meses de vuestra falsa libertad... Decís manifestaciones pacíficas y disparáis a nuestros ciudadanos. Desde hoy... Yo soy [ahora] un sargento en la reserva del Ejército. Si yo atrapo a alguien... de cualquier organización terrorista actuando sobre el terreno en Siria, yo voy a dispararte a ti como tú nos estás disparando a nosotros. Esta es nuestra tierra no la vuestra, los esclavos de la falsa libertad americana' (al Akhras 2011).

 By Prof. Tim Andersonmiguel-esposiblelapaz.blogspot.com

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