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sábado, 28 de enero de 2017

A la vista de las Pruebas, Datos y Testimonios... NADIE con dos dedos de frente se cree la Farsa del Holocuento

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Auschwitz-Los Hechos y la Leyenda-R. Faurrison

Resultado de imagen de iste ni una sola Prueba de la Existencia de las Cámaras de GasAUSCHWITZ: LOS HECHOS Y LA LEYENDA
El artículo maldito y censurado de Robert Faurisson, escrito en Enero 1995 para el 50 aniversario de la ‘liberación’ de Auschwitz el 18 de Enero 45.
Sin duda es un gran honor poder publicar en Mundo NS este artículo, enviado expresamente por un familiar de Faurisson
Un artículo que estaba ya preparado para su edición en un diario español, pero que la censura lograda por presiones de la embajada de Israel y empresas sionistas le impidieron publicarse en el último momento (cuando ya estaba enmaquetado y preparado para imprenta!)… por supuesto nadie dijo nada de esta censura, nunca saldrá al público que la embajada de Israel y empresas americanas dominadas por el lobby judío son capaces de censurar la prensa ‘libre y democrática’ española sin ningún problema.
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Este texto es el mejor resumen de la verdadera situación y origen del Mito del Holocausto, de forma concreta, sin adornos inútiles, se expone el núcleo del problema y de nuestra forma de verlo.
“A comienzos de 1940 Auschwitz sólo era una pequeña ciudad de la Silesia alemana, de 13.000 habitantes. 
Pero en el mes de mayo ,en las afueras se empezó a edificar un ‘campamento de tránsito’ para 10.000 detenidos polacos, en el emplazamiento de una guarnición de artillería del ejército polaco.
En los años siguientes ,con el empeoramiento de la guerra, Auschwitz se convirtió en el centro de un conjunto de casi cuarenta campos y subcampos y la capital de un extenso complejo agrícola e industrial (minas, petroquímica, fábricas de armas, etc…) donde trabajaban numerosos detenidos polacos, y judíos sobre todo, al lado de trabajadores civiles.
Auschwitz fue, a la vez o sucesivamente, un campo de prisioneros de guerra, un campo de tránsito, un campo-hospital, un campo de concentración y un campo de trabajos forzados y de trabajo libre. 
Pero nunca fue un campo de ‘exterminio’ (expresión inventada por los Aliados).
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EEUU en el fondo, siempre estuvo del lado de Hiler. Solo cuando vió que la URSS iba camino de ganar la guerra, intervino.
A pesar de las drásticas medidas higiénicas, de la abundancia de edificios y barracones hospitalarios, dotados algunos de los últimos adelantos de la ciencia médica, el tifus – una enfermedad endémica entre la población judía polaca y entre los prisioneros rusos- ocasionó, junto a las fiebres tifoideas y otras epidemias, auténticas matanzas en los campos y en la ciudad de Auschwitz entre la población reclusa y entre los propios médicos alemanes y la población civil.
De ahí que ,durante toda la vida del campo, estas epidemias, aliadas, según algunos, a las duras condiciones de trabajo en esta zona pantanosa, al hambre y el calor o frío, causaron la muerte probablemente de 150.000 detenidos (1) desde el 20 de mayo de 1940 al 18 de enero de 1945.


LOS RUMORES SOBRE AUSCHWITZ
Como viene siendo normal en tiempos de guerra y de propaganda bélica, a partir de estos dramáticos hechos se tejieron múltiples rumores. 
Hacia el final de la guerra y sobre todo en medios judíos de fuera de Polonia, se propagó la especie de que los alemanes mataban sistemáticamente ,siguiendo ordenes de Berlín.
Según estos rumores los nazis habían instalado ‘fábricas de la muerte’ especialmente para eliminar a los judíos, los disecaban vivos (vivisección), los quemaban vivos (en las fosas, en los altos hornos o en crematorios), o antes de quemarlos gaseaban a los judíos en mataderos químicos llamados ‘cámaras de gas’
En todos estos rumores se recogen determinados mitos de la I Guerra Mundial (2).
LA CONFUSION DE LOS LIBERTADORES SOVIETICOS
Los soviéticos ocuparon Auschwitz el 27 de Enero de 1945. Lo que descubrieron era tan contrario a lo que propagaba la propaganda, que se puede afirmar que se quedaron boquiabiertos. 
Por su organización y sus instalaciones sanitarias – muy modernas a ojos de los soviéticos- este campo era todo lo contrario de un ‘campo de exterminio’. 
Por eso durante varios días Pravda guardó silencio sobre el tema y, en un principio, los rusos no invitaron a comisión aliada alguna a venir a constatar sobre el terreno toda la verdad sobre Auschwitz.
Por fin el 1 de Febrero Pravda rompe su silencio. 
Pero únicamente para poner en boca de un prisionero -sólo uno- las siguientes frases: “Los hitlerianos asesinaron por medio de gas a los niños, a los enfermos, y a los hombres y mujeres que no podían trabajar, incinerando sus cadáveres en hornos especiales. En el campo había 12 hornos de estos”.
Pravda añade que el número de muertos se cifra en miles, y no en millones. 
Al día siguiente el gran reportero oficial del periódico, el judío Boris Polevoi, aseguró que el medio esencial utilizado para exterminar a sus víctimas era… la electricidad.
“Se utilizaba una cadena eléctrica en las que centenares de personas eran asesinadas simultáneamente por la corriente eléctrica. Los cadáveres caían sobre una cinta transportadora movida por una cadena y los llevaban hacia el alto horno”.
La propaganda soviética estaba desconcertada y, en sus películas, sólo pudo mostrar a las personas muertas o moribundas que los alemanes en retirada habían abandonado. 
Pero también dejaron, como lo demuestran las noticias de la época sobre la liberación del campo, numerosos niños y adultos vivos y gozando de buena salud. 
Pero entonces la propaganda judía vino a echar una mano a la propaganda soviética.
LA PROPAGANDA A FINALES DE 1944
Durante el verano de 1944 dos judíos evadidos de Auschwitz en el mes de abril se refugiaron en Eslovaquia. 
Allí con la ayuda de sus correligionarios, comenzaron a fabricar una historia de los campos de Auschwitz, Birkenau (campo anexo a Auschwitz) y Majdanek, en la que se describen estos campos como ‘campos de exterminio’. 
El más famoso de estos judíos era Walter Rosenberg, más conocido con el nombre de Rudolf Vrba, que todavía vive en Canadá.
Su relato ,plagado de fantasías, pasó a los medios judíos de Hungría y Suiza, y por último llegó a los EEUU, donde tomó la forma de un informe dactilográfico que publicó el War Refugee Board, en noviembre de 1944, con el sello de la Presidencia de los EEUU. 
El War Refugee Board era un organismo creado por Henry Morgenthau junior (1891-1967), el Secretario del Tesoro que iba a hacerse célebre por su ‘Plan Morgenthau’ que, si se hubiese aplicado por Roosevelt y Trumann, habría llevado al aniquilamiento físico de millones de alemanes después de la guerra.
Este informe sirvió de matriz a la ‘verdad oficial sobre Auschwitz’. Los soviéticos se inspiraron en él para redactar el documento URSS-008 del 6 mayo 1945. 
Tanto éste como el otro informe ruso sobre Katyn fueron considerados como documentos de ‘valor auténtico’ y que, por tanto, no se podían discutir en el proceso de Nuremberg. 
Según el citado informe ruso los alemanes habrían asesinado en Auschwitz más de 4.000.000 de personas, la mayoría de las cuales habían sido gaseadas con un insecticida llamado Zyclon B. Pero esa ‘verdad oficial’ iba a hundir se en 1990.
LA CONFESION DE RUDOLF HOSS
El 15 de abril de 1946, uno de los tres comandantes que tuvo Auschwitz, Rudolf Hoss -al que no hay que confundir con Hess- confesó bajo juramento ante sus jueces y ante los periodistas de todo el mundo que, en la época en que dirigió el campo -es decir del 20 de mayo de 1940 al 1 de diciembre de 1943- al menos 2.500.000 de detenidos de Auschwitz habían sido ejecutados con el gas y que, al menos, otros 500.000 habían sucumbido de hambre y de enfermedades, lo que arrojaba una cifra de unos 3.000.000 de muertos sólo en este periodo. 
En ningún momento Hoss fue interrogado por la acusación o por la defensa sobre la ‘materialidad’ de los hechos extraordinarios que contaba. Fue entregado a los polacos. 
Bajo la vigilancia de sus carceleros comunistas redactó a lápiz una confesión en toda regla. Tras lo cual fue ahorcado en Auschwitz el 16 de abril de 1947.
Curiosamente hubo que esperar a 1968 para tener acceso parcial a esta confesión ,conocida por el gran público como ‘Commandant á Auschwitz’.
IMPOSIBILIDADES FISICO QUIMICAS
La descripción ,extremadamente corta e imprecisa, de la operación de gaseamiento de los detenidos, tal como la cuenta Hoss en su confesión escrita, era materialmente imposible de realizar por razones físicas y químicas
No hay que confundir un gaseamiento para matar con un gaseamiento accidental o suicida. El objetivo de una ejecución por gaseamiento es matar sin ser matado.
El Zyclon B es un insecticida a base de cianhídrico utilizado desde 1922, y que todavía se usa hoy en día. 
Es de una gran peligrosidad, se adhiere a las superficies y es muy difícil de eliminar, además de ser explosivo. 
Los americanos utilizan el gas cianhídrico para ejecutar las penas de muerte en algunos Estados. 
Una cámara de gas para ejecutar es necesariamente una obra muy sofisticada y el procedimiento para las ejecuciones por gaseamiento es largo y peligroso. 
Pues bien, en sus declaraciones Hoss decía que el equipo encargado de sacar 2.000 cadáveres de una cámara de gas entraba en ella desde el momento en que se ponía en marcha el ventilador y procedía a esa labor hercúlea comiendo y fumando, es decir sin máscara de gas. Imposible. 
Nadie podría haber entrado así en un lugar con ácido cianhídrico para manipular miles de cadáveres llenos de cianuro, y a los que no se les puede tocar porque quedan impregnados de un fortísimo veneno que mata por contacto. 
Incluso con una máscara de gas dotada de un filtro especial para cianuro la tarea habría sido imposible, porque estos filtros no podrían resistir en caso de respiración acelerada debido a un esfuerzo físico, incluso de baja intensidad.
LA RESPUESTA A 34 HISTORIADORES
En Le Monde del 29 de diciembre de 1978 y del 16 enero 1979 expuse brevemente las razones por las que, conociendo los lugares y el pretendido procedimiento seguido, estimaba que los gaseamientos de Auschwitz eran técnicamente imposibles.
El 21 de febrero de 1979, siempre en Le Monde, apareció una declaración de 34 historiadores que concluía así: 
“No hay que preguntarse cómo han sido posibles técnicamente tal matanza masiva. Ha sido técnicamente posible porque se llevó a cabo”. 
A mi juicio los ‘exterminacionistas’, como yo les llamo, firmaban así una capitulación total. 
Desde la perspectiva científica e histórica el mito de las cámaras de gas acababa de recibir su golpe mortal. 
Desde esta fecha ninguna obra exterminacionista aporta ninguna clarificación sobre este punto y menos todavía la obra de Jean Claude Pressac falazmente titulada ‘Auschwitz: técnica y Operación de las cámaras de gas’ (3). 
Pues bien, se ha terminado el tiempo en que los historiadores se atrevían a decirnos que eran auténticas las cámaras de gas presentadas a los turistas como ‘en estado original’ o ‘en estado de reconstrucción’ o ‘en estado ruinoso’. 
Las pretendidas cámaras de gas de Auschwitz no eran más que cámaras de frío para la conservación de los cadáveres que esperaban su cremación, tal como lo atestigüan los planos que descubrí en 1976.
ENSEÑEMELOS O DIBUJEMELOS
En el mes de marzo de 1992 lancé en Estocolmo un desafío de alcance internacional: 
‘Enseñenme o dibujenme una cámara de gas nazi’. 
Precisé que no se trataba de presentar un edificio donde supuestamente hubo una cámara de gas, ni un lienzo o muro o puerta o cabello ni zapato. 
Lo que pedía era una representación completa del arma del crimen, de su técnica y su funcionamiento. 
Añadía que si a estas alturas se pretendía decir que los alemanes habían destruido las cámaras, al menos que me las dibujasen y enseñasen sus planos, de donde se fabricaron, etc…
Es decir, me negaba a creer en una ‘realidad material’ desprovista de representación material.
EL HOLOCAUST MEMORIAL MUSEUM
El 30 de agosto de 1994 visité el Holocaust Memorial Museum de Washington. No encontraba allí ninguna representación material física de la mágica cámara de gas. 
Entonces ,en su despacho y ante cuatro testigos, le pedí a Michel Berenboum, Director del Museo, que me explicase esta anomalía.
Después de ponerse como una fiera, terminó por contestarme que ‘se había tomado la decisión de no proporcionar ninguna representación física de las cámaras de gas nazis’. 
Ni siquiera procuró invocar la existencia en su Museo de una maqueta auténtica del crematorio II de Birkenau. 
Sabía que esa maqueta ,que de hecho no se reproducía en su libro-guía del Museo (4), no era más que una mera creación artística sin relación con la realidad.
EL DERRUMBAMIENTO EXTERMINACIONISTA
Tuve la ocasión de recordarle a Mr. Berenboum algunos acontecimientos desastrosos para la causa exterminacionista.
En 1968, en su tesis doctoral, la historiadora judía Olga Wormser-Migot había reconocido que existía un ‘problema de las cámaras de gas’ y había escrito que en Auschwitz I no habían cámaras de gas’ (esa misma cámara que visitan millones de turistas!) (5).
En 1983 un británico, aunque defensor de la leyenda de Auschwitz, revela como Rudolf Hoss antes de testimoniar ante el Tribunal de Nuremberg había sido brutalmente torturado por miembros judíos de la Seguridad Militar inglesa, y luego había acabado por declarar su culpa a fuerza de recibir patadas, golpes, latigazos, exposiciones a frío y privación de sueño (6).
En 1985 ,en el primer proceso contra E. Zundel en Toronto, el testigo número uno, Rudolf Vrba y el historiador número uno de la tesis exterminacionista, Raul Hilberg, se vinieron abajo en el contra-interrogatorio conducido por el abogado Douglas Christie, a quien yo asesoraba (7).
En 1988 el historiador judío americano Arno Mayer, que aseguraba creer en el genocidio y en las cámaras de gas, escribía: “Las fuentes para el estudio de las cámaras de gas son a la vez escasas y poco fiables. Además desde 1942 hasta 1945 en Auschwitz seguramente murieron más judíos por las llamadas ‘causas naturales’, que por las ‘innaturales'” (8).
En 1992 el profesor Yehuda Bauer de la Hebrew University de Jerusalem calificaba de “tonta” la tesis según la cual la decisión de exterminar a los judíos había sido tomada el 20 de Enero del 42 en Berlín-Wunsee (9).
En 1993 J C Pressac, que en 1989 había evaluado el número de muertos en Auschwitz en una cifra comprendida entre 1.500.000 y 2.000.000, la evaluaba ahora en 775.000. 
Y en 1994 lo volvía a hacer en una cifra entre 630.000 y 700.000 (10).
Ese mismo año el profesor Christopher Browning, colaborador de la Enciclopedia del Holocausto declaraba: 
“Hoss fue siempre un testigo muy débil y confuso. Por eso los revisionistas lo sacan a relucir siempre para tratar de desacreditar la memoria de Auschwitz” (11).
Hasta comienzos de 1990 cualquiera podía constatar en Auschwitz que ,en las 19 placas de metal del gran monumento de Birkenau, estaba escrito en 19 lenguas diferentes que 4.000.000 de personas habían muerto en ese campo.
Ahora bien, esas placas fueron retiradas hacia el mes de abril de 1990 por las autoridades del museo de Auschwitz, que siguen hoy aun sin saber que poner para reemplazar a la placa falsa ante la cual vinieron a inclinarse todos los grandes de este mundo, incluido el Papa Juan Pablo II.
En apoyo de sus tesis los revisionistas disponen de tres peritajes distintos (F. Leuchter, G Rudolf, W. Lüftl) e incluso del inicio de un peritaje polaco. 
Mientras los exterminacionistas no se atreven todavía a poner en marcha un peritaje del arma del crimen.
Todos los supervivientes judíos de Auschwitz, especialmente los niños, es decir los que nacieron en el campo o vivieron allí su más tierna infancia, son pruebas vivientes de que Auschwitz nunca pudo ser un campo de exterminio.
No sólo no ha existido una sola orden, ni un plan, ni huella alguna de instrucción o de presupuesto para esta vasta operación de exterminio sistemático de los judíos, no sólo no existe ni un sólo informe de autopsia que establezca la muerte de algún detenido por un gas-veneno, ni un sólo peritaje del arma del crimen, sino que además no existe ni un sólo testigo de las cámaras de gas, a pesar de lo que algunos autores nos quieran hacer creer. 
En La Nuit, testimonio autobiográfico publicado en 1958, Elie Wiesel no menciona ni una sola vez las cámaras de gas de Auschwitz.
Dice que los judíos eran exterminados en hornos grandes. 
En Enero de 1945 los alemanes le dieron a escoger, tanto a él como a su padre, entre esperar a los soviéticos en el mismo campo o escapar hacia Alemania. 
Después de una detenida reflexión el padre y el hijo decidieron huir con sus ‘exterminadores’ alemanes antes de esperar a sus liberadores soviéticos. Esto se encuentra escrito con todo detalle en La Nuit, a la que basta leer atentamente (12).
LA MENTIRA DE AUSCHWITZ
En 1980 declaré: “Atención, ninguna de las 60 palabras de la frase que voy a pronunciar me ha sido dictada por una opinión política:
El pretendido genocidio de los judíos y las pretendidas cámaras de gas hitlerianas forman una misma y única mentira histórica, que ha permitido una gigantesca estafa político- financiera, cuyos principales benificiarios son el Estado de Israel y el sionismo internacional, y cuyas principales víctimas son el pueblo alemán -pero no sus dirigentes- y todo el pueblo palestino”.
Hoy no veo ni una sola palabra que haya que retirar de esa declaración, a pesar de los procesos, las agresiones físicas, las multas que he sufrido desde 1978 y a pesar del encarcelamiento, exilio o persecución de tantos revisionistas. El revisionismo histórico es la gran aventura intelectual de finales de este siglo.
Sólo siento una cosa: no tener espacio suficiente -dadas las limitaciones de este artículo- para rendir homenaje a los cien autores revisionistas que, desde el francés Paul Rassinier, pasando por el americano Arthur Butz, el aleman Wilhelm Stäglich, el italiano Carlo Mattogno y el español Enrique Aynat, acomularon tantas investigaciones extraordinariamente meritorias sobre la realidad histórica de la II Guerra Mundial.
Para terminar los revisionistas no son negadores ni están animados de sombrías intenciones. Intentan decir lo que pasó. Son positivos. Lo que anuncian es una buena noticia.
Continuan proponiendo debates públicos, con luz y taquígrafos, aunque hasta ahora se les ha respondido sólo con insultos, violencias, la fuerza injusta de la ley o también con vagas consideraciones políticas, morales o filosóficas. 
La leyenda de Auschwitz debe dar paso a los historiadores, a la verdad de los hechos (13).

NOTAS
(1) Esta cifra de 150.000 muertos quizás corresponda al número de muertos del mayor ‘crematorio para vivos’ del mundo: el del bombardeo de Dresde, la ‘Florencia del Elba’, en el mes de febrero de 1945, por aviones angloamericanos.
(2) Durante la primera guerra mundial los aliados acusaron a los alemanes de utilizar iglesias como cámaras de gas y poner en marcha fábricas de cadáveres. Sobre el primer asunto vease: ‘Atrocities in Serbia. 700.000 victims’ (The Daily Telegraph 22 marzo 1916 p7) y compararlo con ‘Germans Murder. 700.000 Jews in Poland. Travelling Gas Chambers’ (The Daily Telegraph 25 junio 1942, p5).
(3) ‘Auschwitz:Technique and Operation of Gas Chambers’ New York, Beate Klarsfeld Foundation 1989.
(4) The World Must Know. The History of the Holocaust as Told in the USA Holocaust Memorial Museum. Boston Little 1993, p 137-143.
(5) Le System concentrationaire nazi (1932-1945). Presses universitaires de France 1968 p 157 7 541-545.
(6) Rupert Butler. ‘Legions of Death’, Londres, Arrow 1983, pag de los acknowledgements y p 234-238.
(7) Barbara Kulaszka. ‘Did 6 millon really die?. Report of the evidence in the Canadian False News’. Trial of Ernst Zundel 1988. Toronto Samisdat Publishers 1992. Consultar por el índice Vrba Rudolf y Hilberg Raul.    
(8) ‘The Final Solution in History’. New York, Pantheon 1988, p 362-365.
(9) ‘Wannsee importance rejected’. Jewish Telegraphic Agency. The Canadian Jewish News 30 enero 1992.
(10) Auschwitz Technique and operation of the Gas Chambers. op. cit. p553. ‘Les Crematoires d’Auschwitz’ CNRS ed. 1993, p148. ‘Die Krematorien von Auschwitz’ Munich, Pper Verlag, 1994 p 302.
(11) Christopher Hitchens. ‘Whose History is it?’. Vanity Fair, diciembre 1993, p 117.
(12) La Nuit. Ed de Minuit 1958, p128-130. Hay que señalar que en la edición alemana de esta célebre obra las palabras ‘crematorio’ u ‘hornos crematorios’ han sido sistemáticamente reemplazadas por ‘cámaras de gas’ con el fin de introducir el gas allí donde E. Wiesel en 1958 se había olvidado de meterlo. (‘Die Nacht zu begraben, Eliseha’, traducción de Curt Meyer-Clason, Ullstein 1962).
(13) Para las publicaciones revisionistas en francés véase RHR (BP 122, 92704 Colombes, France) y para las de inglés o alemán Samisdat Publishers, 206 Carlton Str ,Toronto, Ontario M5A 2L1 Canada, o el IHR P O Box 2739, Newport Beach, Cal 92659 USA”.
Para ver hasta donde ha llegado ese Mito y el interés que tienen los sionistas por oficializarlo fuera de toda crítica o estudio histórico, como una Religión, con su propia Inquisición, el gobierno Alemán acaba de declarar el día 27 de Enero de cada año Día de Duelo por el Holocausto, pues fue el día de la liberación del ‘campo de exterminio de Auschwitz’. 
El Presidente judeo-alemán Herzog declaró “es importante perpetuar el recuerdo de los millones de víctimas del nazismo”, manteniendo así el mito de sus cifras, el mito de los 6 millones, pese a que los propios historiadores exterminaconistas ya no hablan de millones de víctimas.
Para los que dudan el gobierno judeo-alemán no responde con datos sino con unas leyes que prohiben incluso pedir una prueba del Holocausto. 
Si, el Tribunal Supremo alemán consideró en una reciente sentencia que ‘pedir una prueba de la existencia de las cámaras de gas es de alguna forma dudar de ellas, lo que está prohibido por las leyes’.
Lo dicho, el llamado Holocausto es una Religión y una Inquisición. La Historia científica ha muerto ante la represión inquisitorial de la nueva Religión Sionista.
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Holocausto Judío = Cámaras de Gas ¿El Fin de un Mito? 


Fred Leuchter es el ingeniero jefe de la prestigiosa firma “Fred Leuchter Associates”, en Maiden, Massachusetts (Estados Unidos). 
Es esta la más prestigiosa firma en el mundo, especializada en la construcción de cámaras de gas para ejecutar condenados a muerte. 
Contra Ernst Zündel, de Canadá, se inició un proceso por difamación, por el hecho de haber negado el Holocausto y la existencia de cámaras de gas. 
Para su defensa contrató a la importante firma Leuchter, quien, dirigida por su ingeniero jefe, se trasladó a Polonia, para hacer un exhaustivo estudio en los pretendidos campos de exterminio nazi de Auschwitz, Birkenau y Majdanek. 
La conclusión fue definitiva y absoluta: “jamás existieron allí cámaras de gas para el asesinato de seres humanos”.


Contrariamente a la historiografía, la química es una ciencia exacta. Historiadores pasados de moda de la historia actual la conformaron hasta ahora, generalmente con inacabables y aprendidos debates sobre significados e interpretaciones. 
Los más perezosos entre ellos se empeñaron en desarrollar un oscuro arte de leer entre líneas. 
Todo esto servía para sustituir el fatigoso y esclarecedor trabajo de estudiar documentos, en los archivos relacionados con la Segunda Guerra Mundial. Documentos que súbitamente están a disposición en una cantidad que abochorna.
En los últimos tiempos, sin embargo, los [historiadores] más audaces entre ellos se han acercado a los instrumentos de la ciencia jurídica criminalista. 

Utilizando medios auxiliares como el análisis del carbono, los residuos de color de los gases y simples tests de antigüedad de la tinta aportaron algo de luz sobre los difusos acontecimientos de la historia contemporánea, rompiendo así no raras veces con algunos mitos del siglo XX.
A veces la opinión pública aprueba tales resultados. 

A menudo, por supuesto no. Especial ejemplo de un resultado impopular, en relación con los análisis jurídico-criminalistas, es el del sudario de Cristo en Turín. 
Quizás no se trata de un fraude intencionado, pero en modo alguno se aproximaba su antigüedad a lo que los sacerdotes aseguraban a miles de crédulos turistas.
No se puede pensar que la opinión pública mundial ahora ya está dispuesta a aceptar una desapasionada y profesional investigación química de las muestras de las piedras y del suelo del campo de concentración de Auschwitz.
Sin embargo, el Informe Leuchter tiene como cometido este hecho.


A nadie le gusta ser engañado, especialmente cuando están en juego grandes cantidades de dinero. 
El Estado de Israel ha recibido de la República Federal Alemana, a partir de 1949. más de 90.000 millones de marcos alemanes (algo así como 56.000 millones de dólares USA) en forma de pagos de reparación “voluntaria”. Esencialmente se trata de pagos de indemnizaciones por las cámaras de gas de Auschwitz.
Sólo esta circunstancia demuestra que no es fácil deshacer este mito. Cientos de millones de hombres honrados e inteligentes han sido engañados postbélicamente mediante una campaña fuertemente financiada y brillantemente efectuada.
Se trataba hasta hoy de la continuación de un plan ya elaborado anteriormente en el año 1942 por el P.W. E. (Psychological Warfare Exccutive = Servicio para la Dirección Psicológica de la Guerra). Ya entonces debía difundirse en todos los países participantes en la guerra la tesis de que el Gobierno del III Reich mataba en cámaras de gas a millones de judíos y de otros indeseables grupos étnicos.
En agosto de 1943 el Jefe del P. W. E. informaba en un escrito confidencial al gabinete inglés que. a pesar de todas las historias publicadas sobre el empleo de gases mortales, no existía el más mínimo punto de apoyo sobre la existencia de tales instalaciones. El advertía en su circular que las fuentes judías a este respecto eran especialmente sospechosas.
En mi calidad de historiador tuve oportunidad de utilizar laboratorios para la identificación de documentos falsificados e investigar la autenticidad de ciertos documentos. 
Al final de los años sesenta pude poner en evidencia ciertos diarios del vicealmirante Canaris, que me habían sido ofrecidos a mí y también a los editores William Collins Ltd. 
Resultó que la tinta utilizada para las firmas de estos diarios no existía todavía en la época de la Segunda Guerra Mundial. 
Fui también quien descubrió como falsificación los “Diarios de Hitler” de la revista “Stern” en el curso de una conferencia de prensa internacional celebrada en abril de 1983 en Hamburgo.
A pesar de todo ello, he de confesar que nunca se me hubiera ocurrido poner en duda los hechos de Auschwitz y sus cámaras de gas (el más sagrado relicario de la religión del siglo XX) ni someter a unas pruebas químicas sus muros y su suelo para ver si descubría en ellos vestigios de Cyanid.
Los resultados esenciales del Informe Leuchter son los siguientes: en las pruebas sobre piedras de los edificios de despioje, donde se utilizaba el mortal Zyklon-B para la desinfección de vestimenta, los laboratorios encontraron considerables restos de Cyanid. Pero en las llamadas internacionalmente “cámaras de gas” por los “expertos del holocausto”, no se detectó ningún resto valorable.
Además el experto en cámaras de gas [Ing. Fred A. Leuchter) explica claramente que dichos edificios, tanto por su forma como por su construcción, de ningún modo podían utilizarse como cámara de gas para el exterminio de seres humanos.
Cuando en Abril de 1988 tuve que declarar en el proceso contra Ernsl Zúndel como experto en historia contemporánea, hube de enfrentarme por primera vez con estos informes de laboratorio, que han sido demoledores sobre las cámaras de gas. 
No existe la menor duda en la exactitud de los resultados.
He de confesar que, personalmente, me habría gustado aplicar métodos más severos para el examen de los materiales sacados de los edificios y suelo de Auschwitz. 
Pero tengo que reconocer las enormes dificultades a las que hubo de enfrentarse la comisión en un lugar que es actualmente polaco. 
No es fácil sacar trozos de piedras de unas estancias vacías, a espaldas de los nuevos vigilantes de los campos. Todos los trabajos han sido documentados con tomas de video actuales. 
Estas imágenes las he estudiado con el máximo cuidado, y prueban, sin lugar a dudas, la exactitud de los métodos de trabajo en los que está basado el Informe [Leuchter].
Hasta el final de este trágico siglo siempre habrá historiadores, estadistas y publicistas incorregibles que crean firmemente, o no tengan otra perspectiva económica para sobrevivir que creerlo, que los nazis utilizaron cámaras de gas para matar seres humanos en Auschwitz.
Evidentemente les toca ahora a ellos, a los estudiosos inteligentes y críticos de la historia moderna, explicarme a mí porqué no encontraron restos apreciables de Cyanid precisamente en las edificaciones en las que se practicaron esos supuestos gaseamientos, mientras que en las construcciones edificadas como cámaras de desinfección de vestimentas —mundialmente conocidos por los “expertos” de Auschwitz— sí se encontraron considerables cantidades de Cyanid. 
La química jurídico-científica. lo repito, es una ciencia exacta. El balón se encuentra ahora en el terreno contrario.
David Irving
PREFACIO
En enero de 1988, estando en Toronto, Canadá, participé en la defensa del señor Ernst Zündel, un germano-canadiense, quien fuera procesado por “difundir noticias falsas”, publicando: “¿Murieron, realmente, seis millones?”, un librito que desafiaba el punto de vista prevaleciente de que seis millones de judíos fueron asesinados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, mediante el uso de cámaras de gas, utilizando cianuro (gas Zyklon-B).
Ernst Zündel fue procesado, anteriormente, por el mismo asunto en 1985. El juicio duró siete meses y terminó con una sentencia y una condena de 15 meses de prisión. 
En enero de 1987, la Corte de Apelaciones de Ontario anuló el juicio a raíz de graves errores legales y ordenó la iniciación de un nuevo juicio. Este nuevo juicio se inició el 18 de enero de 1988 y aún sigue, al momento de escribir este informe.
Fred A. Leuchter, de 45 años de edad, es un ingeniero que vive en Boston, Massachusetts, especialista en el diseño y fabricación de equipos para ejecución, utilizados en las cárceles de Estados Unidos. 
Uno de sus mayores proyectos ha sido el diseño de una cámara de gas para la penitenciaría estatal de Missouri, en Jefferson City.
Mis conversaciones iniciales con Fred Leuchter tuvieron lugar en Boston el 3 y 4 de febrero de 1988. Me impresionó por sus respuestas concisas a mis preguntas y por su habilidad para explicar cada detalle del proceso de gasificación. El me confirmó la naturaleza particularmente peligrosa de una ejecución con gas de cianuro.
Las ejecuciones, con ese gas, se llevaron a cabo por primera vez en los Estados Unidos en 1924, pero hasta el día de hoy, en 1988, aún existen dificultades en la construcción de cámaras de gas para este propósito, además de problemas con las filtraciones. Por otra parte, noté que Fred Leuchter no dudaba sobre la veracidad del Holocausto.
De regreso a Canadá y después de haber informado a Ernst Zündel de mis conversaciones con Fred Leuchter, Zündel decidió solicitar a aquél un peritaje sobre las supuestas cámaras de gas en Auschwitz, Birkenau y Maidanek.
Fred A. Leuchter aceptó el encargo luego de una reunión donde además revisó fotografías de campos de concentración durante la guerra, planos de crematorios y de las supuestas cámaras de gas, documentación sobre el Zyklon-B y diapositivas tomadas de los sitios por el investigador sueco Ditlieb Felderer, en 1970.
El 25 de febrero de 1988, Fred A. Leuchter viajó a Polonia, junto con su esposa Carolyn, su dibujante, Howard Miller; el cameraman Jürgen Neumann y el traductor polaco Theodor Rudolf. Ellos regresaron el 3 de marzo, después de ocho días de permanencia en Polonia
Posteriormente, Fred Leuchter escribió un informe de 192 páginas, incluyendo los apéndices. Sus conclusiones fueron claras: 
La evidencia de que no hubo cámaras de gas para ejecuciones en Auschwitz, Birkenau y Majdanek fue contundente y se estableció que las supuestas cámaras de gas no podrían haber sido utilizadas para ejecuciones, ni ahora ni nunca.
El 20 y 21 de abril de 1988 participó el señor Leuchter como testigo en el juicio contra Zündel en Toronto, Canadá.
Al principio contestó las preguntas que le hizo el abogado defensor de Emst Zündel, Douglas H. Christie, asistido éste por Keltie Zubko y Bárbara Kulaszka Leuchter encaró, luego, el interrogatorio contradictorio del fiscal de la Corona, John Pearson, quien fue asistido durante todo el juicio por otro fiscal de la Corona, por un empleado judicial y por frecuentes consultas de asesores judíos que se encontraban sentados directamente detrás de él en la sala del juzgado.
El interrogatorio tuvo lugar en presencia de un juez y de un jurado de once miembros. 
En la sala del juzgado la atmósfera era en extremo tensa. Me tocó estar sentado al lado de numerosos expertos revisionistas, entre ellos el Dr. William Lindsey, investigador químico jefe de la Corporación Dupont hasta su retiro en 1985 
Cada uno en la sala del juzgado, independiente de sus puntos de vista personales con respecto al tópico en investigación, se estremecía, así lo creo, pues participábamos en un evento histórico. El mito de las cámaras de gas se acabó.
El día anterior, el director de la penitenciaría estatal de Missouri, Bill Armóntrout, había dado testimonio explicando el procedimiento y el funcionamiento en la práctica de una cámara de gas de cianuro. Para cualquiera que escuchara atentamente le quedaría claro que fue imposible ejecutar a una sola persona de esta manera y que entonces la supuesta ejecución de centenares de miles de personas por los alemanes, utilizando Zyklon-B, seria tratar de resolver el problema de la cuadratura del circulo.
Siguiendo a Fred Leuchter dio testimonio el Dr. James Roth, Ph.D. (Cornell University), gerente de Alpha Analytical Laboratories, en Ashland, Massachusets 
El Dr. Roth dio un informe sobre los análisis de las muestras tomadas de las paredes, de los techos, de los pisos y de otras estructuras interiores de las supuestas cámaras de gas de Auschwitz 1 y Birkenau. 
Los análisis revelaron que no había vestigios de cianuro en las muestras y que en algunos casos el nivel era extremadamente bajo. 
La única excepción se encontró en la muestra de control número 32, tomada de las instalaciones de desinfección número 1 en Birkenau. 
Estos resultados fueron reproducidos en el gráfico del Apéndice 1 del Informe y expuestos al jurado por un proyector “overhead”. 
La diferencia en el cianuro detectado en las instalaciones de desinfección, por un lado, y en las supuestas cámaras de gas, por el otro, fue espectacular. 
Los niveles de cianuro extremadamente bajos que se encontraron en algunos crematorios fueron, según mi opinión, el resultado de la desinfección de los inmuebles durante la guerra.
Creo que fui el primero en señalar que todos los estudios sobre las supuestas cámaras de gas para ejecuciones alemanas, utilizando Zyklon-B, deberían comenzar con un estudio de las cámaras de gas para ejecuciones americanas 

Ya en 1977 empecé, con la ayuda de un amigo americano, Eugene»C. Brugger, abogado en New York City, una investigación en esta área. Durante esas investigaciones conseguí información de seis penitenciarías americanas: 

Saint Quentin, en California; Jefferson City, en Missouri; Santa Fe, en New México; Raleigh, en North Carolina; Baltimore, en Maryland, y Florence, en Arizona. 

Me vi obligado a concluir, en ese entonces, que solamente un experto en la tecnología de cámaras de gas americanas podría, finalmente, determinar si las supuestas cámaras de gas para ejecuciones alemanas estaban capacitadas para tal uso como lo describe la literatura a favor del Holocausto.
Durante los siguientes años, mis artículos sobre las cámaras de gas alemanas siempre hacían referencia a las cámaras de gas americanas. 
Estos artículos incluyeron “El rumor sobre Auschwitz o el problema de las cámaras de gas”, publicado el 29 de diciembre de 1978, en el diario francés Le Monde, y una extensa entrevista publicada en agosto de 1979 en la revista italiana Storia Illustrata, 
En septiembre de 1979 visité la cámara de gas en Baltimore, Maryland, y conseguí ocho fotografías de la cámara y documentación adicional. 
Luego, durante una reunión sostenida en New York City, bajo la dirección de Fritz Berg, enseñé la hoja de control del procedimiento de la cámara de gas de la penitenciaría de Baltimore y discutí sus implicaciones. 
En 1980 publiqué en el primer número del recién creado Journal of Histórica! Review un artículo titulado “Los Mecanismos de la gasificación”, en el cual describí con detalles los procedimientos de las cámaras de gas en uso en los Estados Unidos. 
En el mismo año publiqué en Vérité historique ou vérité politique? las ocho fotografías de la cámara de gas de Baltimore. Preparé un video titulado “El problema de la cámara de gas”, en 1982, el cual empezaba con un análisis de las cámaras de gas americanas. 
En 1983 redacté para el Institute for Historical Review, de Los Ángeles, un libro en idioma inglés sobre las controversias del Holocausto que incluyó, por vez primera, un listado de preguntas hechas a los administradores penitenciarios y sus respuestas. 
El libro, sin embargo, nunca fue publicado: el 4 de julio de 1984, el Día de la Independencia Americana, los archivos del Instituto fueron destruidos por un incendio. 
Este fuego destruyó intencionalmente la capacidad financiera del Instituto, y una cantidad de proyectos, incluido el de mi libro, fueron abandonados.
El Holocausto apareció como un asunto de enormes proporciones. Pero este “gigante”, como lo señaló el Dr. Arthur Butz en “la Estafa del Siglo Veinte” (The Hoax of the Twentieth Century), es un gigante con pies de barro Para observar los pies de barro hay que visitar solamente el Campo de Concentración de Auschwitz en.Polonia. 
Con las palabras del Dr, Wilhelm Stáglich: “La tesis del exterminio se mantiene o cae con la alegación de que Auschwitz fue una ‘factoría de la muerte’ “; y para mí todo el misterio de Auschwitz gira alrededor de los 65 metros cuadrados de la supuesta cámara de gas de Auschwitz 1 y de los 210 metros cuadrados de la supuesta cámara de gas de Birkenau
Estos 275 metros cuadrados tendrían que haber sido sometidos a una investigación forense inmediatamente después de la guerra por parte de los Aliados, pero una investigación de esta naturaleza no se llevó a cabo ni entonces ni después 
En Polonia, el magistrado Jan Sehn ordenó algunas investigaciones forenses en Auschwitz, pero éstas no se hicieron en las supuestas cámaras de gas para ejecuciones.
Las investigaciones hechas por “Revisionistas” han demostrado que las supuestas cámaras de gas para ejecuciones no pudieron haber sido utilizadas para tal fin. Ditlieb Felderer publicó fotografías que muestran la precaria construcción de las aberturas de aireación y de las puertas que conducen hacia el interior de las cámaras de gas y la falta de manchas de azul de Prusia en las paredes. 
Yo mismo descubrí en los archivos del Museo Estatal de Auschwitz (archivos que fueron bien guardados por los oficiales comunistas) los planos de estas supuestas cámaras de gas, y mandé publicarlos en distintos libros y artículos. 
Estos planos fueron, también, mostrados en la primera convención del Institute for Histórica! Review, en Los Ángeles, en 1979, donde estuvo presente el Sr. Zündel. 
En realidad, estas supuestas cámaras de gas han sido salas mortuorias o, como indicaban los planos, “Leichenhalle” (sala de muertos) para Krema I(posteriormente transformado en refugio antiaéreo) y “Leichenkeller”(sótano de morgue) para Krema I!.
No obstante, para obtener una confirmación científica completa de lo que el sentido común nos compelió a ver y de lo que el trabajo de investigación revisionista y las documentaciones han revelado, fue necesario buscar un especialista en cámaras de gas americano. 
Desesperadamente traté de encontrar un especialista pero, francamente, tenía pocas esperanzas de encontrar a un hombre quien no sólo fuera un experto en tecnología de cámaras de gas, sino que tuviera coraje suficiente para llevar a cabo una investigación semejante en un país comunista y de publicar los resultados en el caso que éstos confirmaran las conclusiones revisionistas. Felizmente, me equivoqué.
Mauthausen,¿Entrada a la cámara de gas, crematorio y sala de ejecuciones?
Fred Leuchter fue el especialista. El viajó personalmente a Polonia, condujo la investigación forense, escribió su informe y dio testimonio ante la Corte canadiense en el proceso del Sr. Zündel. Al hacerlo, entró silenciosamente en la historia.
Fred Leuchter es un hombre modesto, decidido, quien, además, habla con precisión. 
Sin duda, seria un excelente profesor, pues tiene el verdadero don de hacer entender a la gente las dificultades de cualquier problema. 
Cuando le pregunté si él tendría temor por posibles consecuencias peligrosas, contestó: “un hecho es un hecho”
Después de haber leído el Informe Leuchter, David Irving, el famoso historiador británico, declaró el 22 de abril de 1988, durante su testimonio en Toronto, que aquello es un documento “aplastante”, el cual será esencial para todo futuro historiador que escriba sobre la Segunda Guerra Mundial.
Sin Ernst Zündel casi nada de todo lo que ha trascendido podría haber sido concebido. 
El sacrificó todo por la búsqueda de la exactitud histórica, viviendo bajo condiciones difíciles, enfrentando enemigos influyentes y poderosos. 
Las presiones pesan sobre él, permanentemente, siendo éstas de lo más inesperadas y, a menudo, arteras. 
Pero él posee una personalidad fuerte y un carisma especial, sabe cómo analizar cualquier situación dada, cómo evaluar las relaciones de fuerzas y cómo revertir la adversidad en ventaja. 
Es capaz de atraer y movilizar personas de elevadísima competencia desde todos los rincones del mundo. 
En suma, es un hombre que cala profundo, un genio que combina el sentido común con una aguda comprensión de la gente.
El podría ir, una vez más, a la prisión por sus investigaciones y sus convicciones o podría ser amenazado con la deportación. Todo esto es posible. 
Cualquier cosa puede ocurrir cuando existe una crisis intelectual y un realineamiento de conceptos históricos de semejantes dimensiones.
Revisionismo es el gran reto intelectual del fin de este siglo. Independiente de lo que pueda ocurrir, Ernst Zündel ya es el vencedor. El es un pacifista-activista, quien consiguió esta victoria por medio del poder de la razón y de la persuasión.
Robert Faurisson
Toronto, 23 de abril de 1988.
P.S.: Ernst Zündel fue declarado culpable por el Jurado, el II de mayo de 1988, “por difundir noticias falsas, a sabiendas, sobre el Holocausto”. Fue sentenciado a 9 meses de prisión, y se le concedió libertad bajo caución después de haber firmado una orden mordaza, prometiendo no escribir ni hablar sobre el Holocausto hasta el fin del procedimiento de su apelación. De este modo se juntó, pues, con Galileo.
Incluso, existen autores judíos que han tenido la valentía de negar aquello que predica el Sionismo Mundial sobre las supuestas cámaras de gases: ellos son J.G. Burg (“Schuld und Schicksal, editado en Munchen, 1960) y el doctor Benedikt Kautzky (“Teufel u. Verdammmte”, editado en Suiza, 1945). 
Esto desmiente a los defensores del Holocausto que aseguran que todos los revisionistas son “neo-nazis” intentado encubrir el supuesto genocidio con acciones que llaman “negacionistas”
Judíos como Noam Chomsky y David Cole, incrèdulos del Holocuento, han sido catalogados por su propia gente como “ignorantes”“dèbiles mentales”, “incultos”, “anafabetas” y hasta supuestos “hijos adoptivos” de importantes revisionistas en impresionantes campañas difamatorias.

Escándalo Faurisson

El escándalo Faurisson es el nombre con el que se conocen los eventos en los que estuvo envuelto a principios de 1979 el negador del Holocausto Robert Faurisson(n. 1929), de nacionalidad francesa.
En 1979, Robert Faurisson (50), profesor universitario francés, escribió un libro donde se concluye que los nazis no utilizaron cámaras de gas, ni intentaron realizar ungenocidio de los judíos (ni de ningún otro grupo), y que el mito de las cámaras de gas fue montado por la propaganda aliada durante y después la guerra en los juicios de Nüremberg. Grupos sionistas se aprovecharon financieramente de las mentiras post-guerra para beneficiar la creación del estado de Israel en detrimento deAlemania y del pueblo palestino.
Tras la aparición del libro, Faurisson fue atacado por una multitud de estudiantes y, poco después, suspendido de deberes de enseñanza en su universidad
La razón aducida fue que la universidad no poseía los medios para garantizar su protección. 
Posteriormente fue procesado por falsificación de la Historia
Como resultado de una entrevista en televisión, también fue encontrado culpable de difamación e incitación al odio racial, recibiendo una condena condicional de tres meses, 21.000 francos(3.200 €) de multa y la obligación de costear la publicación en prensa y televisión del resultado del juicio (esta última parte, demasiado onerosa le fue suspendida tras una apelación).
Serge Thion, en la época investigador del CNRS (destituido en 2000 por violación de las leyes sobre negacionismo), solicitó a Noam Chomsky   que firmara una petición solicitando a las autoridades garantizar la seguridad y el ejercicio libre de sus derechos legales de Faurisson. 
La petición fue firmada por 500 intelectuales extranjeros, incluido Chomsky. El texto de la petición mencionaba la extensa investigación histórica realizada por Faurisson y de sus conclusiones. 
En este último caso, la polémica provenía del uso de la palabra findings, que puede significar «hallazgos» pero suele significar sólo «conclusiones». 
La petición fue interpretada por algunos como una defensa de las opiniones de Faurisson, al mismo tiempo que de sus derechos.
En 1980Serge Thion (n. 1942) escribió un libro sobre el escándalo Faurisson, desde el punto de vista negacionista.
Defensa de Chomsky[editar]
En respuesta a las críticas recibidas por su firma en la petición, Chomsky escribió el ensayo Comentarios elementales sobre el derecho a la libertad de expresión, donde discute el derecho a realizar y publicar investigaciones impopulares. También expresa en ese ensayo no haber encontrado evidencia de antisemitismo en las partes del trabajo de Faurisson que revisó. Chomsky escribe:
«Las conclusiones de Faurisson son diametralmente opuestas a mis puntos de vista y que he expresado en publicaciones (por ejemplo, en mi libro Paz en el Oriente Medio, donde describo el Holocausto como la peor muestra de locura colectiva en la historia de la humanidad). Pero es elemental que la libertad de expresión (incluyendo la libertad académica) no sea restringida a los puntos de vista que uno aprueba, y es precisamente en el caso de puntos de vista que son casi universalmente descartados o condenados que este derecho debe ser defendido con mayor fuerza. Resulta sencillo defender aquellos que no necesitan defensa o unirse a una condena unánime de la violación de los derechos civiles cometida por un oficial enemigo.» [1]
Chomsky autorizó el uso de este ensayo para cualquier propósito y el editor de Faurisson, Pierre Guillaume, lo utilizó como prefacio de un libro de éste, sin informar de ello a Chomsky, quien, al enterarse, solicitó que no lo utilizara de esta forma, pero la editorial La Vieille Taupe ya lo estaba imprimiendo. Más adelante, Chomsky comentó que lo único que lamentaba de todo este asunto es el haber solicitado que se eliminara su ensayo del libro.
En su artículo Su derecho a decirlo publicado en The Nation, Chomsky expresa:
«Me parece escandaloso que sea todavía necesario debatir sobre esto dos siglos después que Voltaire defendiera el derecho a la libre expresión de ideas que él detestaba. Al adoptar una doctrina central sobre sus asesinos, se le hace un muy mal servicio a la memoria de las víctimas del Holocausto.»
Su argumento separa la distinción conceptual entre apoyar el punto de vista de alguien y defender su derecho a decirlo'. Dado que lo último no implica lo primero, la condena a la censura no puede ser interpretada como el apoyo al punto de vista del censurado.

Detalles a tener en cuenta sobre la “historia oficial”:
Aunque es soluble al agua y altamente inflamable, el HCN tiene la característica de impregnar los sólidos y manifestarse en forma de grandes manchas azuladas que permanecen por mas de un siglo. 
Tales manchas NO APARECEN en las “cámaras de gas” ni en los hornos crematorios y en estos era inevitable que alguna parte del HCN de los millones de cuerpos incinerados -según la historia oficial- se depositara en las paredes.





Mauthausen


Las paredes de las pretendidas “cámaras de gas” analizadas tampoco tenían ninguna clase de cobertura impermeable o de aislamiento de superficie, de modo que el cianuro debería permanecer hasta nuestros días peligrosamente acumulado en los muros.
Si agregamos que para fumigar con HCN es necesario airear una sala un mínimo de 48 horas, esto sería imposible si fueran ciertas las cifras entregadas descaradamente por los “expertos del genocidio”
Ademas, Leuchter comprobo que las condiciones de aislamiento ambiental de las camaras eran absolutamente incompatibles con el supuesto de que se usaran para gaseamientos, pues el vapor tóxico hubiera escurrido causando estragos, matando a todos los presentes, operarios y presos por igual. 
Las puertas son simples portones metalicos con vulgares bisagras como las de cualquier puerta de un dormitorio o baño, es decir, 
SIN LA MÁS MÍNIMA AISLACIÓN CONTRA LOS GASES VENENOSOS, lo que hace por sí sola imposible la idea de que esas salas eran empleadas como cámaras de gases sin que en cada turno muriera intoxicado, ademas, todo el personal que trabajaba en las ejecuciones. 
Se decía que, por una pequeña mirilla ubicada en el centro de cada una de estas puertas metálicas, los operadores miraban al interior de la recièn ocupada cámara para ver si quedaba alguien vivo antes de entrar a retirar los cuerpos… Hoy sabemos que hubiese bastado esa pequeña mirada al interior para intoxicar instantáneamente al imprudente observador!.
Los hornos crematorios analizados tampoco cumplen con los minimos requerimientos para incinerar siquiera una ínfima parte de las cifras que entrega la propaganda. 
El Informe analiza uno por uno los hornos y da las cantidades maximas de incineraciones fisicas posibles, aclarando que corresponderían a un uso de 24 horas durante todos los días que estuvieron en funcionamiento. 
O sea, sin manutención alguna, sin posibilidad de enfriarse ni de retirar las cenizas… ¡durante años!
Horno – Mauthausen
Treinta años antes que Fred A. Leuchter, el profesor Einar Aberg había publicado un sencillo pero lapidario cálculo estadístico, en el que los pretendidos 6.000.000 de judíos no aparecía (o mejor dicho no“desaparecían”) por ninguna parte. Dicho documento fue publicado en 1959 en Norniken, Suecia, y decía lo siguiente:
En 1938 había en el mundo 15.688.259 judíos, según el ‘World Almanac’ de 1947. Esta cifra fue proporcionada a dicho Almanaque por la ‘American Jewish Commitee’ y por la ‘Jewish Statistical of the Synagogues of America’.
En 1948 existían en el mundo entre 15.600.000 y 18.700.000 judíos, según un articulo aparecido en el ‘New York Times’, del 22 de febrero de 1948, escrito por Mr. Hanson W. Baldwin, reconocido experto y de probaba imparcialidad cuestiones demograficas, personalidad que, ni aun haciendo alarde de la mayor fantasia, puede ser tildada de antisemita. Su jefe, Arthur Sultzberger, propietario del ‘New York Times’, y judío èl mismo, es reconocido como amigo incondicional de Gran Bretaña.
Tomando, pues, por cierta la evaluacion mas alta de Mr. Baldwin, o sea 18.700.000 de judíos, resultaría que entre los diez años que mediaron entre 1938 y 1948 -período que incluye los años de la guerra de 1939 a 1945- , durante los cuales se pretende que Hitler habría hecho matar a seis millones de judios, la poblacion judia del mundo habría aumentado en más de 3 millones. 
Si, a los efectos de la comprobación, supusièramos que Hitler efectivamente hizo matar a 6.000.000 de judíos, nos encontraríamos con que el incremento de la cifra demográfica es realmente de 9.000.000. 
Es decir, un aumento de 3.000.000, mas otros 6.000.000 de nacimientos, para suplir los 6.000.000 de judíos pretendidamente gasificados bajo el règimen hitleriano.
Teniendo en cuenta que actualmente existen en el mundo tan solo 18.000.000 de judíos, supone ello un aumento de 9.000.000 de judíos durante los diez años que van de 1938 a 1948, o sea, un incremento total (en solo diez años) del 50%, cosa imposible, incluso para una raza sexualmente tan desenfrenada como la judía. 
Aún cuando todo judío, fisicamente apto, se hubiese dedicado exclusivamente, día tras día, durante las 24 horas, en los años de 1939 a 1949 a la procreación, con cada una de las mujeres de su raza, en plena pubertad, el que pudiesen haber llegado a engendrar en diez años 9.000.000 de judíos, estaría absolutamente en pugna con las leyes de la eugenètica.”
Vale precisar que, promediando las cifras extremas de judíos existentes en el mundo en 1948, según Mr. Baldwin, obtenemos por resultado 17.150.000 judíos. 
Vemos que la estadística poblacional no solo aumentó normalmente con relación a los 15.688.259 de 1938 (en diez años) sino que registró un incremento en el ritmo de nacimientos judíos en años anteriores, de modo que los pretendidos 6.000.000 desaparecidos no aparecen por ninguna parte.
Y aún tomado la menor de las cifras de Baldwin, que coincide con la de 1938, es decir, cerca de exageradamente pocos 15.600.000 judíos en el mundo, pretender que de esa cantidad de judíos vivos pudieron producirse 6.000.000 de nacimientos en diez años (y exactamente en los tormentosos años de la guerra, en ghettos y en albergues de refugiados, y durante sus penosas migraciones al recièn fundado Estado de Israel), para suplir los otros 6.000.000 de muertos y dejar la cuenta saldada en cero, es realmente imposible y fuera de toda logica de ciencias poblacionales y etnográficas.(sic)
La Cruz Roja tuvo durante toda la guerra acceso total a todos los campos sin que jamás fueran denunciadas las famosas cámaras y hornos. Más aún, terminada la guerra, la Cruz Roja (que incluso controlaba la correcta alimentación de los internos) informó oficialmente que los judíos muertos entre 1939 y 1945 fueron unos 300.000. 
MUERTOS, NO ASESINADOS, por lo que nos extraña la increíble cantidad de“sobrevivientes” que incluso hoy en dia siguen rapiñando indemnizaciones, inicialmente solicitadas al gobierno de la República Federal. 
Lo que más sorprende es que no las pedían a la desaparecida República Alemana Oriental de los comunistas…
No hay judío anciano que no haya sido “sobreviviente” de un campo; no hay judío joven que no haya tenido un pariente en uno de estos campos y no hay judío que no haya llegado èl o sus ancestros a un país cualquiera “arrancado del holocausto”, como si la repartición de la diáspora judía en el mundo hubiese sido un fenómeno reciente. 
A pesar de ésto, hay abiertos desafíos a quien pueda comprobar que efectivamente fueron ejecutados judios en cualquiera de los campos de concentración durante el règimen nazi alemán:
– La Federación de Ex-Combatientes de Alemania ofrece DM 10.000.
– El historiador inglès David Irving, 1.000 libras esterlinas.
– La Revisao Editora de Brasil 6.000.000 de cruceiros.
– El Instituto de Revisión Histórica de EE.UU ofrece US$ 50.000
Muchos las han pretendido, pero aún siguen disponibles. NADIE PUDO COMPROBARLO JAMÁS
Increíblemente, el Instituto de Revisión Histórica Estadounidense, fue demandado por un “sobreviviente” por US$ 17.000.000, alegando que la oferta antes señalada “le ha hecho perder el sueño” y que la misma sería un intento de manipulación de la verdad.
Por otro parte, se dice siempre que en los Campos de Concentración los crematorios funcionaban día y noche, lo que queda como una evidente mentira al observar todas las fotos que tomó la inteligencia aliada de los campos durante la guerra, y en las cuales NO SE VE NINGUNA CHIMENEA EMITIENDO HUMO desde su boca, imágenes que frecuentemente acompañan los mismos textos de historia que fomentan el mito de los crematorios.
PRIMERO QUEMADOS, LUEGO GASEADOS: el “sobreviviente” Elie Wiesel hace éstas afirmaciones extrañas. Hasta 1959 sostuvo como“testigo” que los judíos eran asesinados ARROJÁNDOLOS AL FUEGO, y de ahí se bautizó al supuesto genocidio como “holocausto”, en referencia a la quema ritual. Pero sorpresivamente, apareció despuès afirmando que los judíos habían sido asesinados “en cámaras de gases”, mito sostenido hasta hoy y que èl nunca antes había citado.
PRIMERO ELECTROCUTADOS Y LUEGO GASEADOS, VERSIÓN RUSA: Tal como en el caso de Eli Wiesel, los rusos tampoco mencionaron “gaseamientos” como la forma de exterminio usada por los alemanes. Los primeros informes de 1945 de las tropas rusas, antes de ponenerse de acuerdo todos los aliados en difundir la mentira de las ejecuciones por medio de cámaras de gas, reportaron tener pruebas de que en el campo de Padua a los internos se les ejecutaba “con descargas mortales de electricidad”, a veces incluso dentro de una piscina con agua electrificada… Porque claro, ¿què iban a hacer piscinas instaladas en los Campos de Concentración si no eran para matar a los presos en vez de tenerlas para sus actividades recreativas?.
PRIMERO ELECTROCUTADOS Y LUEGO GASEADOS, VERSION EXPORTADA A AMÉRICA: 
Los norteamericanos tambièn cayeron en la fantasía del holocausto de que los judíos eran electrocutados en masa en Auschwitz, antes de sustituir el mito por el de las cámaras de gas. Periódicos americanos tomaron las citas de un “testigo soviètico liberado de Auschwitz”, en febrero de 1945, según el cual se empleaba “una banda transportadora elèctrica en la que se podía electrocutar simultáneamente a cientas de personas y de ahí conducirlas a los hornos crematorios. Eran quemadas casi al instante, produciendo un fertilizante para los campos cercanos”.
LA MÁQUINA DEL TIEMPO
Rudolf Hess, primer comandante del campo de trabajo de Auschwitz, fue torturado u obligado a declarar en Nuremberg una serie de incongruencias usadas en los juicios, como el de haber visitado el campo de Treblinka en junio de 1941 (Treblinka fue inaugurado en julio de 1942, o sea UN AÑO DESPUÉS), que en Auschwitz se calcinaban completamente (incluyendo los huesos) tres cadáveres por crematorio cada 20 minutos y que, apenas terminaban de ser ejecutados los prisioneros de las cámaras de gas, los funcionarios del campo solían “entrar fumando” a retirar los cadáveres (a pesar de que el HCN es tremendamente explosivo y de que se afirme que “entraban con máscaras antigas”).
UN VAPORIZADOR DE HOMBRES EN AUSCHWITZ!!!:
Este relato debe estar entre los primeros lugares de idiotez y ridiculez… 
En el Tribunal de Nuremberg, el fiscal mayor de los Estados Unidos, señor Robert Jackson, seguramente desesperado por agregarle mas muertos imaginarios a las listas, aseguro que los guardias de Auschwitz contaban con un moderno “invento” con el que “vaporizaron” a 20.000 judíos prisioneros, según sus palabras, “en una forma tal que no quedaba ningún rastro de ellos”.
Sólo en Estados Unidos las organizaciones judías habían gastado, hasta octubre de 1999, cerca de 250.000 dólares en avisos publicitarios a página completa, donde eran difamados los nombres de empresas como la Ford, Siemens, Bayer, Mercedes-Benz y varias compañías mas por el mito de que “trabajaron con esclavos judíos”
Para evitar conflictos, 16 de estas compañías ofrecieron pagarles la suma 3.300 MILLONES DE DOLARES EN COMPENSACIONES, de los que mas de 2.000 iban a ser aportados por el Estado Alemán. 
Sin embargo, los abogados y los acongojados “familiares de la víctimas” rechazaron indignados la oferta por encontrarla“muy baja”… 
Querían 25.000 millones de dólares!!!
Y por sobre las fábulas de muertos por millones y de cámaras de gases estarán documentos tan indesmentibles como los Informes de la Cruz Roja, al final de la guerra; ellos tuvieron acceso durante todo el conflicto a los campos sin que jamás reportaran las atrocidades descritas. 
Además, sus informes señalan de manera fehaciente, que los judíos muertos durante la guerra cayeron en los bombardeos, en los campos que quedaron incomunicados por la destrucción de las vías y por la epidemia de tifus que mató por igual a todos, alemanes, polacos o judíos.
Por Al Muru Andalucí 
Fuentes:
*EL INFORME LEUCHTER (Primer Pericia Forense en los campos de concentración de Auschwitz / Birkenau y Majdanek) M.A.C. Ediciones
*Asociación de Antiguos Aficionados a los Relatos de Guerras y Holocaustos*Libre opinión 
Nos colocamos bajo la protección del artículo 19 de la Declaración de Derechos Humanos, el cual estipula :<ARTICULO 19 
<Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundidrlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.>Declaracion universal de los derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 en París” 
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Holocausto Judío = Cámaras de Gas ¿El Fin de un Mito? 

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