Páginas

sábado, 31 de diciembre de 2016

Un peligroso engaño llamado Trump

Un peligroso engaño llamado Trump


William Engdahl ||

Escritor norteamericano especialista en geopolítica* ||
A pesar que aún queda tiempo antes del comienzo formal del nuevo gobierno de Estados Unidos, en gran parte del mundo, se han desatado esperanzas y fantasías, haciendo de la figura de Donald Trump alguien que definitivamente no es.
Donald Trump es otro proyecto de aquellos viejos y aburridos patriarcas que han pretendido, una y otra vez, crear un nuevo orden Mundial en su beneficio. 
Más allá de la retórica discursiva de Trump, se esconde la aspiración de controlar el mundo. 
Pero, a Donald le han resultado muy baratos sus discursos electorales, sobre todo analizamos los antecedentes de los nominados para su primer gabinete.
El orden del día del gabinete de Trump es la guerra y el imperio global tal como lo fue el de Obama, el de Bush, el de Bill Clinton y el de George W. Bush. Nada bueno ocurrirá en el mundo con esta nueva presidencia.
Señoras y señores, hora “Show time”
Hoy nuestro regalo se llama Donald Trump. Él les dirá justo lo que muchos de ustedes quieren oír. 
Trump, el showman, les dirá que hará a América grande de nuevo; Trump les dirá que enviaremos de vuelta a por lo menos a 3 millones de ilegales a través del Río Grande; Trump introducirá un proyecto de ley que va a declarar a la Hermandad Musulmana como una organización terrorista; 
Trump traerá puestos de trabajo de nuevo a los Estados Unidos desde China y de otros países con bajos salarios; Trump va a sentarse con Putin para trabajar algún tipo de acuerdo para calmar las cosas; Trump declarará chatarra el acuerdo nuclear de Obama con Irán…
Con frecuencia, durante la campaña electoral, que más bien fue más una película de nivel D de Hollywood que un debate honesto de ideas y políticas, el candidato Trump hizo declaraciones que sonaron bien no solo para la “mayoría silenciosa” de los llamados trabajadores de cuello azul, sino también para la clase media cuyos ingresos han disminuido en términos reales desde la década de 1970.
Trump, al igual que el anterior actor-presidente, Ronald Reagan, ha demostrado un talento especial para parecer sincero.
¿Traerá Donald Trump algún cambio real?
Los viejos patriarcas, como David Rockefeller o George Herbert Walker Bush, se sorprendieron por el genio político del candidato Trump, que supo eludir sin inmutarse escándalos de todo tipo. Sin embargo, el triunfo de Trump fue calculado al detalle por un selecto grupo de expertos.
Trump, simplemente, prolongará las políticas que Hillary Clinton representaba; la guerra y la confrontación contra Rusia, contra China, y la promoción de las llamadas “revoluciones de colores” destinadas a desestabilizar a líderes políticos que, como Gadafi o Mubarak (o incluso de Putin), advirtieron que Estados Unidos está perdiendo poder geopolítico sobre enormes regiones del mundo.
Era evidente la necesidad de un Plan B, cuando hasta el mandatario de un país relativamente pequeño, ex colonia de Estados Unidos, afirma abiertamente que el presidente estadounidense es un “hijo de puta” y, a continuación, declara en China que su nación, Filipinas, quiere cooperar económica y políticamente con Rusia y China en el proyecto de cohesión de Eurasia que implicará la construcción de grandes infraestructuras en la nueva Ruta de la Seda.
Ese plan B es el magnate de los casinos, Donald Trump, un político capaz de hacer “tabula rasa”, una persona con una capacidad para llevar a la práctica el programa de los patriarcas, un macho Alfa dotado para hacer sentir miedo a la gente.
Sin abusar de convencionalismos psicológicos, yo diría que la palabra sociópata es el término que más se ajusta al perfil de Trump: ”Trastorno antisocial de la personalidad caracterizado por una ausencia de relación con la moral o las normas jurídicas de la cultura”. Narcisista sería otra acepción : ”Egoísmo extremo, con una visión grandiosa de sus propia talentos y un deseo sin medida de admiración”
Leer la autobiografía de Trump y las descripciones de sus payasadas con su mentor y abogado, Roy Cohn, con el bufido de fondo de la cocaína en el estudio 54 de NY, permite observar de cerca su historia real. Su autobiografía no sólo lo descalifica por su grosera forma de “hablar”. Definitivamente, Trump no es ni de cerca ni de lejos JFK o Charles de Gaulle.
Estoy convencido de lo siguiente y, por favor, recuérdelo para ver si esta previsión es correcta o no. Éstas son las políticas que se desplegarán después del 20 de enero del 2017:
Donald Trump fue instalado en la presidencia para preparar a Estados Unidos para la guerra, una guerra, que los bancos de Wall Street y el complejo militar- industrial no están actualmente en una posición de ganar. 
Su trabajo será invertir la tendencia a la desintegración de la hegemonía global norteamericana.
Tratará de cumplir con el proyecto de Dick Cheney y Paul Wolfowitz para un nuevo siglo americano con “la reconstrucción de las defensas de Estados Unidos”. 
Para llevarlo a cabo, ha preparado “la estrategia del engaño” para debilitar en profundidad la alianza entre Rusia y China. Ésta es la prioridad. La estrategia ya se ha iniciado.
Lo primero fue la amable llamada de Donald a Vladimir Putin que los medios rusos saludaron con euforia, como una nueva era en las relaciones Estados Unidos-Rusia. 
A continuación, y sorpresivamente, Stoltenberg, el belicista jefe de la OTAN, empieza hablar con un cínico ronroneo destinado a tranquilizar a Rusia.
La congresista por California, conocida por Putin, Dana Rohrabacher, filtró que posiblemente Henry Kissinger sea un importante asesor internacional de Trump. 
Se trata de un verdadero clásico en los equilibrios geopolíticos, un partidario de aliarse con el más débil de sus dos mortales enemigos, Rusia y China. 
En este caso, la alianza privilegiaría a Rusia, para aislar a China, probablemente el más fuerte de los dos.
Vladimir Putin no es tan inocente o estúpido como para caer en la trampa, pero ésta es la carta que esperan jugar los manipuladores. 
De acuerdo con el último documento, del verano pasado, escrito por Zbigniew Brzezinski se trata de una estrategia de prevención contra la creciente cooperación entre Rusia y China.
La selección de su gabinete y de sus asesores políticos es la clave para comprender por qué Trump fue elegido (y no por nosotros los votantes) para producir el cambio de las tácticas de la dominación global de acuerdo con los conceptos básicos de la doctrina Bush-Wolfowitz de 1992.
Esa estrategia geopolítica establece que Estados Unidos debe obligatoriamente superar a las Naciones de Eurasia, con el fin de imponerse como única superpotencia hegemónica.
Por tanto, el elenco de personajes elegidos para este nuevo teatro de operaciones durante la presidencia de Trump, tiene como principal objetivo reconfigurar a Estados Unidos como única superpotencia.
El “dramatis personae”
Los puestos claves ya han sido nominados. 
El ex-general Mike Flynn, será director nacional de Seguridad; el congresista por Kansas Mike Pompeo, ocupará el cargo de Director de la CIA; Jeff Sessions será Fiscal General; y Stephen K. Bannon estará instalado en la Casa Blanca como “jefe de estrategia” y consejero del presidente.
Mike Flynn, un ex general de 3 estrellas, estará sentado en la Casa Blanca. Flynn, normalmente perceptivo, ha sido recibido con aplausos de alegría por los bloggers. 
Los analistas citan su oposición al apoyo encubierto de la administración Obama al Isis y a grupos terroristas islámicos, tales como al Qaeda al Nusra; él también alertó, en 2003, que la invasión a Irak era un “error estratégico.”
Además, Flynn se ha opuesto a la agitación belicista contra Rusia y, en su lugar, ha llamado a la guerra contra el Isis y otras organizaciones terroristas.
De hecho, Obama despidió a Flynn como jefe de la Agencia de Inteligencia de la Defensa cuando el general se opuso a la decisión de Obama de priorizar las acciones anti-Rusia en la guerra contra la Jihad y llamó a la cooperación con el presidente sirio Assad para tal fin.
A pesar de su posición en la guerra contra el Isis y, presumiblemente, contra la Hermandad Musulmana   (organización muy querida por Hillary Clinton y la administración de Obama), Mike Flynn no es un hombre de paz.
Más bien, es un frío y calculador militar profesional, partidario de trabajar con el Likud de Netanyahu para avanzar en un programa mundial belicista.
Las declaraciones de Flynn sobre Assad, el Isis o Irak no se deben interpretar en el vacío. 
Flynn cree (como especialista en inteligencia militar) que las décadas invertidas por la CIA y el Pentágono en la organización de la Hermandad Musulmana y en otras organizaciones de fanáticos terroristas, han resultado muy mal para el imperio; cree sinceramente que “salió el tiro por la culata”.
La CIA no sólo falló, el 15 de julio, en el golpe de Estado en Turquía (utilizando las redes de Fethullah Gülen), también fracasó Hillary Clinton y la CIA en la guerra secreta contra Mubarak, contra Gadafi, y contra la mayor parte del mundo islámico, al tratar de imponer regímenes leales a Washington, utilizando el terror practicado por la Hermandad Musulmana.
El efecto ha sido aislar a Washington en gran parte del mundo, por constantes y fracasadas “proxy guerras”. 
Un estratega militar inteligente diría que es el momento para otro plan. Éste será el papel de Flynn. 
El general cambiará la política de Washington de apoyo a la Hermandad Musulmana (y a sus organizaciones terroristas aliadas), por una política de restauración de las relaciones con la ultra-derecha de Israel y el gobierno de Netanyahu.
El principal asesor de Donald Trump sobre actividades terroristas y asuntos del Medio Oriente, Walid Phares, ha declarado recientemente a medios de comunicación egipcios, que Donald Trump apoyará los esfuerzos por declarar fuera de la ley a la Hermandad Musulmana, por tratarse de una organización terrorista, algo que la administración de Obama negó con vehemencia ante el Congreso.
Nadie que haya leído mi último libro, La pérdida de la Hegemonía, podría afirmar que soy amigo de la Hermandad Musulmana, una organización que ha estado en oscura Alianza con la CIA, desde la década de 1950.
Sin embargo, la realidad no es tan simple. Aquí se podría aplicar el refrán“el enemigo de mi enemigo, es mi amigo…” porque hay que recordar que Walid Phares es un miembro fundador de un centro de reflexión apoyada por Netanyahu llamado Fundación para la defensa de la democracia.
¿Fundación para la defensa de la democracia?
La Fundación para la defensa de la democracia (FDD) fue creada después del 11 de septiembre de 2001 por Clifford May, ex director del Comité Nacional Republicano de Comunicaciones. 
En su sitio web, la Fundación dice que tiene como objetivo “promover el pluralismo, defender los valores democráticos y luchar contra las ideologías que promueven el terrorismo.”
Entre los cuatro miembros del consejo de la FDD están al especulador financiero Jim Rickards y el ex director de la CIA James Woolsey.
Sin embargo, el punto más importante es el origen del dinero que financia a la Fundación: los recursos provienen de un selecto grupo de multimillonarios norteamericanos estrechamente ligados a Benjamín Netanyahu y a los intereses geopolíticos del gobierno israelí.
Los donantes incluyen al notorio Sheldon Adelson, magnate de grandes casinos en Las Vegas y en la isla de Macao (según la prensa, este millonario israelí donó 25 millones de dólares en días críticos de la campaña electoral de Trump). 
En realidad, entre los patrocinadores de laFDD hay una larga lista de especuladores financieros pro-Israel, como Bernard Marcus, Samuel y Edgar Bronfman, y especuladores de Wall Street, como los multimillonarios Michael Steinhardt, Paul Singers, y Leonard Abramson.
El director ejecutivo de la FDD, Marc Dubowitz, colaboró directamente con el diseño de las sanciones a Irán con el objetivo de que las ventas de su petróleo cayeran al nivel del 2010. La gran mayoría de los directivos de la FDD son una caja de resonancia de las posiciones del régimen de Tel Aviv. 
Por tanto, no debe sorprender que la Fundación para la defensa de la democracia, haya testificado 17 veces contra el acuerdo de Obama con Irán, exigiendo elevar las sanciones al país persa.
Toby Dershowitz, que estuvo 14 años al frente de las comunicaciones de la AIPAC, es el vicepresidente de la FDD y jefe de su estrategia. 
La AIPACes el Comité de Asuntos Americano-Israelí, descrito por el profesor John Mearsheimer, de la Universidad de Chicago, “como una exitosa agencia del Gobierno de Israel que, con su influencia y poder, tiene casi un dominio completo del Congreso de Estados Unidos”.
Hay que agregar que Trump fue invitado a la reunión anual de la AIPACen marzo del 2016 y tuvo una destacada actuación en el evento.
Mike Flynn y Mike Ledeen
Mike Flynn
Mike Flynn, junto a Mike Pompeo, director de la CIA designado por Trump, están de acuerdo en mandar al desguace el acuerdo nuclear de Obama con Irán. Ambos consideran a Irán un Estado patrocinador del terrorismo, coincidiendo con la posición del Israel de Netanyahu.
Michael Ledeen es un erudito que se dice independiente y que no participa directamente en la Fundación para la defensa de la democracia. Pero, Michael Ledeen es el co-autor, con Mike Flynn, del libro Campo de la lucha: cómo ganar la guerra contra el Islam radical y sus aliados.
Los vínculos entre Ledeen, Trump y Mike Flynn no son una casualidad. Años atrás Ledeen, estuvo implicado en la trama ilegal Irán-Contra, la guerra secreta financiada por los pactos de G.H.W. Bush y la CIA con los cárteles de la cocaína durante los años de Reagan.
Leed escribió su tesis doctoral (que he leído y que hoy día es casi imposible encontrar) con el título Fascismo Universal, postulando la aplicación del fascismo de Mussolini para un Orden Mundial.
Michael Ledeen, que prefiere estar entre bastidores, es quizás el gran nuevo padrino de los neoconservadores. Tiene la talla política de Paul Wolfowitz, Dick Cheney, Donald Rumsfeld y de otros afiliados a la facción de la guerra en los Estados Unidos.
En 2003, durante la guerra en Irak, Ledeen dio un discurso en el Instituto Judío de Asuntos de Seguridad Nacional (Jinsa) titulado Tiempo para centrarse en Irán, la madre de terrorismo moderno.
En su intervención declaró : ”La hora de la diplomacia ha llegado a su fin, es la hora de un Irán libre, de una Siria libre y de un Líbano libre”. Ledeen declaraba casi una década antes de la guerra de Estados Unidos en contra de Assad, que Irak, Irán y Siria debían obtener su “libertad” en una “guerra total” liderada por Estados Unidos.
Winston Churchill dijo una vez, “en tiempos de guerra, la verdad es tan preciosa que siempre debe ser escoltada por mentiras”. Es claro que el proyecto de la presidencia de Trump, es preparar a América para una nueva guerra y que estará escoltada por una estrategia de falsedades.
* Autor de varios libros, el último de ellos editado en 2010: Gods of Money: Wall Street and the Death of the American Century.


por Skiper

© Sott.net
    



En 2017 estallaría una guerra comercial entre potencias mundiales

La comunidad internacional podría experimentar en el nuevo año una guerra comercial entre Pekín y Washington.
Durante el próximo año, el mundo podría ser testigo involuntario de una guerra comercial entre las dos principales economías mundiales: EE.UU. y China.
El medio económico hace referencia a la investigación de James Wang, profesor de la Universidad de la Ciudad de Hong Kong, que indica que Pekín está mucho mejor preparado para esta posible confrontación.

El equilibrio de poder en el mundo es mucho más difuso en comparación con el de principios del siglo XX, y los actores como China y La India han emergido para crear nuevos centros de gravedad política.

Ahora bien, mientras la parálisis económica y política se extienda por todo el mundo desarrollado, mayor es la probabilidad de ver como resultado una guerra comercial”, dice James Wang, profesor de la Universidad de la Ciudad de Hong Kong.

Durante su campaña electoral, el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó con considerar a China un país "manipulador de divisas" y elevar los aranceles comerciales a los productos chinos hasta un 45 % respecto al valor de la mercancía. 

Según estimaciones posteriores de Goldman Sachs, esta decisión provocaría una caída de hasta el 3 % del PIB chino.
Sin embargo, en caso de llegar a este punto, el principal afectado sería el sector tecnológico estadounidense.

A modo de ejemplo, la publicación resalta la situación del gigante informático Apple, principal beneficiario de las relaciones comerciales con China.
Además, el país asiático tendría la ventaja de contar con todos los recursos estatales a su disposición para ayudar a sus exportadores.

En respuesta, podría restringir al máximo la entrada de compañías estadounidenses a su país, como Boeing, General Motors, o la propia Apple, que desde hace mucho ven a China como su mercado principal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario