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martes, 18 de octubre de 2016

Los Medios de Propaganda detrás del DAESH



PROPAGANDA

Los grupos de comunicación dependientes del Estado Islámico

Los medios detrás del IS


Un ejército de disciplinados funcionarios trabaja a destajo en uno de los pilares más preciados del autodenominado Estado Islámico, su ministerio de Información. "La maquinaria de propaganda del IS es gigantesca. 
En sus centros de producción y en las oficinas de las wilayat [provincias] se manufactura propaganda en cualquier formato conocido, desde piezas escritas, fotografías o vídeos hasta música o infografías", señala a EL MUNDO Veryan Khan, directora editorial de TRAC (Consorcio de análisis e investigación en terrorismo), acostumbrada a navegar por la red yihadista.
Desde los confines del califato declarado hace dos años a caballo de Siria e Irak, los adláteres de Abu Bakr al Bagdadi han construido un complejo organigrama que tiene su génesis en la productora Al Furqan. 
"Al Furqan encabeza el entramado mediático del grupo. 
Fue fundada el 31 de octubre de 2006 con el cambio estructural que experimentó la organización, llamada por aquel entonces Al Qaeda en Irak, tras la muerte de su líder Abu Musab al Zarqaui", explica a este diario el periodista saharaui Bachir Mohamed Lahsen, investigador en propaganda yihadista de la Universidad de Sevilla.
De este primer ente, centrado en la producción en árabe, se desgajó luego Al Hayat, la rama que divulga el mensaje del IS en hasta 16 idiomas
Bajo su epígrafe se editan las revistas Dabiq, en inglés; Istok, en ruso; Konstantiniyye, en turco; o Dar al Islam, en francés. El español no figura entre las lenguas que cuentan con publicación periódica. 
"Los españoles que han emigrado, en su mayoría de origen marroquí, carecen de un alto nivel de estudios. De hecho, las traducciones al castellano de algunos discursos del portavoz del Daesh [acrónimo en árabe del Estado Islámico] presentan errores ortográficos. Y no es ésa la reputación que el IS cuida en su propaganda", recalca el investigador saharaui.
"Al Furqan y Al Hayat son junto a Ajnad las principales divisiones mediáticas del IS", esboza Ayman al Tamimi, reputado experto en yihadismo. 
De los estudios de Ajnad sale el nashid, un cántico religioso sin instrumentos musicales interpretado por un coro polifónico de voces masculinas. 
Una cuarta productora, Al Itisam, tiene encomendada la misión de desmentir la información de los medios internacionales. 
Las huestes del califato también propagan sus mensajes y reivindican sus atentados extramuros de Siria e Irak a través de las ondas de Al Bayan, la principal emisora del IS con postes desperdigados por todo su territorio; las páginas del semanario en árabe Al Nabaa o la agencia de noticias Al Amaq. 
"Al Amaq forma parte de sus medios oficiales aunque no exista un reconocimiento formal", puntualiza Al Tamimi.
De sus grandes proyectos, el lanzamiento de un canal de televisión -anunciado a principios de 2015- ha resultado ser su mayor fiasco. 
"Se iba a llamar Al Jilafa [el califato, en árabe], pero sólo pudimos ver un spot en internet que desapareció después. Prometían emitir ocho programas de diferente temática y un informativo diario", 
relata Lahsen. 
Desde el nacimiento del califato, ha causado sorpresa la cinematográfica puesta en escena de los vídeos en los que los extremistas han voceado el horror de decapitaciones o ejecuciones y han cantado las bondades de emprender la hégira (emigración) a su terruño. 
"Se nota que son profesionales que no se han formado en las televisiones árabes. La mayoría de los cabecillas del ministerio procede de Occidente", 
admite Lahsen.
Un engrasado andamiaje que comienza a resentirse por las derrotas cosechadas en el campo de batalla y la pérdida de efectivos. 
Precisamente dos de sus principales cerebros -el portavoz del IS Abu Mohamed al Adnani y el considerado ministro de Información Abu Mohamed al Furqan- fallecieron hace mes y medio en dos presuntos ataques aéreos de la coalición internacional que lidera EEUU. 
"El IS no ha anunciado reemplazos pero posee una cantera de gente preparada para ocupar los puestos en cualquier lugar y profesión. Está por ver si los sustitutos tienen la misma comprensión de la eficacia propagandística», comenta Khan. «Cuando Al Qaeda en la Península Arábiga perdió a Anuar al Aulaki, la calidad de su revista Inspire se desplomó".
El cerco sobre el califato también ha mermado la cantidad y calidad de sus anuncios. «Su comunicación está cambiando de foco: hay menos mensajes sobre el modelo de Estado y más sobre temática militar. Y está perdiendo calidad. 
Han dejado de publicar Dabiq y la nueva revista en inglés, Rumiya, no alcanza su nivel», indica Al Tamimi. 
La estructura comunicativa, con su epicentro en la ciudad siria de Raqqa, se completa con las oficinas presentes en las 35 provincias del califato en Siria e Irak así como en las declaradas simbólicamente en el Sinaí egipcio, Libia, Yemen, Afganistán o Arabia Saudí. 
Y sus ecos se multiplican a través de una densa y fiel constelación de medios no oficiales y simpatizantes por un sinfín de redes sociales. 
"Incluso si su maquinaria se resiente, la ingente cantidad de propaganda que han producido seguirá circulando durante las próximas décadas. Siempre habrá simpatizantes dispuestos a reciclar sus mensajes una y otra vez", aventura Khan.

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