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domingo, 25 de septiembre de 2016

Gobierno sueco estimula la reparación de las cosas antes que su compra para acabar con el consumo desaforado

El Gobierno sueco aprueba varias medidas que estimulan la reparación de las cosas antes que la compra de otras nuevas.



Por Adnan Al-Daini, 22 de septiembre de 2016
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Hace poco tuve un pequeño golpe en el parachoques trasero de mi coche y sufrió ligeros desperfectos. Llevé el coche al servicio oficial, donde me dijeron que el parachoques tenía que ser reemplazado por otro, con un coste desmedido. No sólo eso, el vehículo tenía que ser enviado a otra ciudad para realizar la reparación. Les dije que me lo pensaría.
Al volver a casa, me puse en contacto con un pariente que es dueño de un pequeño taller local. Me dijo que no hacía falta reemplazar el parachoques, que fácilmente se podía soldar y con un coste cinco veces menor que el precio que me dio el servicio oficial. 
El parachoques fue reparado con tanta habilidad que era imposible saber dónde se había realizado la soldadura. Le dije a mi pariente, de broma, si en realidad no había cambiado el parachoques.
Este incidente demuestra el despilfarro [comunicado urgente contra el despilfarro] energético y el derroche de recursos que se ha instalado en nuestros hábitos de consumo, eso de cambiar antes de reparar. Las emisiones de carbono se reducen si en lugar de cambiar reparamos, de modo que no hay que enviar otro nuevo componente desde la fábrica, o al no tener que enviar el objeto a otro lugar. También se producen menos residuos, algo que se está convirtiendo en un problema en todos los países del mundo.
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¿Cómo podemos cambiar nuestros hábitos de consumo? 
No hace falta reinventar la rueda: el Gobierno sueco lo ha pensado por nosotros. 
Tiene la intención de fomentar la cultura de la reparación en lugar de sustituir, de modo que se reduce sustancialmente el IVA en los artículos que son reparados. 
Además, las personas pueden reclamar un reembolso equivalente en el  impuesto sobre la renta de la mitad del coste laboral de las reparaciones. El Gobierno sueco espera recoger estas medidas en una ley, que sería aprobada en el mes de enero.
Si otros países siguieran el ejemplo de Suecia, el impacto que esto tendría a nivel mundial sobre las emisiones de CO2 sería enorme. 
La fabricación de nuevos productos de consumo supone una gran cantidad de energía. 
La página “Reparar no reemplazar” muestra un ejemplo sobre el iPhone6: el 85% de la huella de carbono que deja durante su ciclo de vida se genera durante el proceso de fabricación, no durante el uso, y otro 3% por los gastos de transporte hasta los lugares de venta.
reparar_no_reemplazarPágina web de Reparar, no reemplazar
El cambio climático está ya presente y se necesitan medidas urgentes. 
Tal propuesta no debiera ser puesta en duda por ningún partido político: se crearían muchos puestos de trabajo en el país donde se utilicen esas cosas y los consumidores ahorrarían mucho dinero, siendo también beneficioso para el medio ambiente.
¿Se podría hacer algo similar en España? ¿Tendrán que recogerlo los partidos políticos en sus programas electorales antes de que tales medidas se lleven a cabo? 
No veo motivos de desacuerdo entre ellos. No veo por qué los grupos parlamentarios no podrían aprobar juntos e impulsar tales medidas como las que Suecia ha propuesto.
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Por poco sustituyo el parachoques en lugar de repararlo; todos podríamos hacer lo mismo, por nuestro bien y el del medio ambiente. Tenemos que obligar a nuestros Gobiernos a que hagan su parte para que este tipo de medidas salgan adelante.
Adnan Al-Daini (Profesor en la Universidad de Birmingham, Reino Unido) trabajó en la Escuela de Ingeniería. Es un ciudadano británico nacido en Irak. Escribe con regularidad sobre temas de justicia social y sobre Oriente Medio.



El plan de Suecia contra el consumo desaforado: bajar los impuestos sobre las reparaciones

Si no lo desecha, no querrá uno nuevo: el gobierno sueco se enfrenta a la “cultura de lo desechable” reduciendo el IVA sobre las reparaciones de todo, desde bicicletas hasta lavadoras.


Una tienda de reparación de bicicletas en Estocolmo.
Una tienda de reparación de bicicletas en Estocolmo.

El gobierno de Suecia se prepara para reducir los impuestos sobre las reparaciones de todo tipo: desde bicicletas hasta lavadoras. 
El gobierno pretende que ya no tenga sentido deshacerse de los artículos viejos o rotos para comprar nuevos.
Este martes, la coalición entre el Partido Socialdemócrata y el Partido Verde que gobierna Suecia ha presentado propuestas en el parlamento que reducen del 25% al 12% los impuestos sobre la reparación de bicicletas, ropa y calzado.
También presenta una propuesta que permitirá desgravar sobre el IRPF sueco la mitad de la mano de obra pagada para reparar electrodomésticos como neveras, hornos, lavaplatos y lavadoras.
Según Per Bolund, ministro de Mercados Financieros y de Defensa del Consumidor y uno de los seis integrantes del Partido Verde en el gabinete, la "medida podría bajar sustancialmente el costo y de esa manera convertir la reparación de bienes en una práctica racionalmente económica”.
Bolund ha sido uno de los principales promotores de los nuevos incentivos. Calcula que la reducción al IVA bajará el costo de una reparación de 400 coronas suecas (42 euros) hasta unas 50 coronas (5 euros), suficiente como para estimular la industria de la reparación en Suecia.
El ministro confía en que la reducción de impuestos sobre los aparatos de uso doméstico estimule una nueva industria de servicio de reparación hogareña, generando así los tan necesarios puestos de trabajo para los inmigrantes recientes sin educación formal.
Los incentivos forman parte de un cambio de visión del gobierno, que pasó de limitarse a reducir las emisiones de dióxido carbono en el país, a buscar también la reducción de emisiones que generan los productos fabricados fuera de Suecia.
Entre 1990 y hoy, Suecia ha reducido sus emisiones anuales de dióxido de carbono en un 23%. Actualmente, más de la mitad de su energía eléctrica proviene de fuentes renovables.
Pero las emisiones vinculadas con el consumo han aumentado de manera constante. Según Bolund, las nuevas medidas del gobierno también están en línea con el “Maker Movement” y el consumo colaborativo, dos tendencias internacionales de reducción del consumo y creación que cuentan con muchos seguidores en Suecia. “Hay un cambio de perspectiva en Suecia. 
Cada vez se hace más patente que tenemos que hacer durar más a nuestras cosas para reducir el consumo de materiales”. 
Las propuestas se presentan en el parlamento sueco como parte del proyecto de presupuesto del gobierno. De aprobarse en diciembre, el 1 de enero se convertirán en ley.
Traducción de Francisco de Zárate

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