EL BPI, está advirtiendo de que se están produciendo las condiciones adecuadas para una “crisis bancaria en toda regla” en China.
Desde la última crisis financiera, se ha producido un auge del crédito en China, que no tiene precedentes en la historia mundial. En estos momentos, el valor total de todos los préstamos pendientes de pago en China alcanza un total de más de 28 billones de dólares.
Esto es esencialmente equivalente a los sistemas bancarios comerciales de los Estados Unidos y Japón juntos.
Si bien es cierto que la deuda pública está bajo control en China, la deuda corporativa alcanza ahora un 171% del PIB, y es sólo cuestión de tiempo antes de que esta burbuja de deuda estalle.
Por esa razón, ante la grave situación en China, el Banco de Pagos Internacionales ha hecho sonar las alarmas…
Uno de los indicadores clave de la vulnerabilidad de crédito se encuentra en estos momentos tres veces por encima del umbral de peligro y sigue deteriorándose, a pesar de las promesas del primer ministro chino, Li Keqiang, de dejar de alimentar la economía de crecimiento impulsada por la deuda antes de que sea demasiado tarde.
Li Keqiang
El Banco de Pagos Internacionales, advirtió en su informe trimestral que “la brecha entre el crédito y el PIB” de China ha llegado a 30,1, la más alta hasta la fecha para este indicador financiero; una cifra muy superior a la alcanzada nunca por cualquier otro país importante seguido por la institución. También es significativamente más alta que las puntuaciones de este indicador durante el auge especulativo de Asia Oriental en 1997, o durante la burbuja de las subprimes de Estados Unidos antes de la crisis de Lehman Brothers.
Estudios anteriores de crisis bancarias de todo el mundo durante los últimos sesenta años sugieren que cualquier puntuación superior a diez en dicho indicador requiere de un control cuidadoso.
En China se ha alcanzado el triple…
Recordemos que lo que diga el Banco de Pagos Internacionales importa y mucho, básicamente porque se trata de la punta del iceberg de la mafia financiera que controla el mundo.
Normalmente, el Banco de Pagos Internacionales no es propenso a realizar declaraciones tan audaces, y es precisamente por esta razón que la advertencia sobre China llama tanto la atención.
Los riesgos expuestos por el BPI son bien entendidos por el gobierno de Beijing. El Diario del Pueblo estatal publicó una entrevista en primera plana a principios de este año escrito por una “persona muy autorizada”, advirtiendo que la deuda había “crecido como un árbol en el aire” y amenazaba con hundir a China en una crisis financiera sistémica.
El artículo concluía que es hora de aceptar que China no puede seguir“forzando el crecimiento económico apalancándolo en la deuda” y que el país debía emprender las reformas necesarias.
El BPI afirma ahora que hay amplias razones para preocuparse por la salud del sistema financiero mundial. Las tasas de interés cero y la compra de bonos de los bancos centrales han dejado a los mercados muy sensibles al más mínimo cambio en la política monetaria, o incluso a un indicio de cambio.
Sumémosle a esto otras bombas de relojería a punto de estallar, como el Deutsche Bank y su enorme burbuja de derivados financieros por 42 billones de euros, que en caso de estallar provocaría un cataclismo financiero de magnitudes casi incalculables.
Sabemos que desde hace años se viene advirtiendo de un inminente cataclismo financiero, que no se llega a producir debido a que todo el mundo está implicado en apuntalar un sistema que se va a pique.
Pero no sabemos cuánto tiempo seguirán soportando esta situación, antes de dejarlo caer todo y empezar a dar los pasos necesarios para implantar el nuevo paradigma.
Parece que todos los actores implicados están tomando posiciones para cuando llegue el momento…
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