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sábado, 13 de agosto de 2016

Mientras nuestros GOBIERNOS nos ROBAN, MIENTEN y BOMBARDEAN PUEBLOS INDEFENSOS, la gente cazando POKEMON

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“En un mundo al borde del colapso, la gente está
  cazando Pokémon”

Posted: 12 Aug 2016 12:00 PM PDT
Por RT
¿Vive nuestra sociedad distraída 
       mientras se destruye a si misma? 
Algunos filósofos opinan al respecto, y todos parecen coincidir en el diagnóstico.
No son pocos los filósofos que hacen una diagnosis pesimista del estado de nuestra civilización, en términos de consciencia y felicidad humana. La última crisis económica, por ejemplo, fue frecuentemente enjuiciada como un síntoma superficial (económico, meramente material) de una crisis mucho más profunda: una crisis de valores, y también de consciencia. 
Las voces más optimistas llegaban a proclamar a esa crisis (y a las crisis en general) como una buena oportunidad de despertar, como una ducha fría desagradable pero necesaria para tomar consciencia de la realidad, y salir de la tóxica narcosis materialista que embota las consciencias y condena al mundo a una economía ciclotímica, despiadada con las personas y obsesionada con un crecimiento que ni siquiera es sostenible en términos ecológicos.
Hay una frase muy explícita que el escritor francés Michel Houellebecq, publicada hace unos 16 años: “Nos dirigimos hacia el desastre guiados por una imagen falsa del mundo; y nadie lo sabe”. 
Agudo filósofo y poeta sutil, Houellebecq no duda en considerar que el capitalismo neoliberal, con su absoluta indiferencia por la verdadera naturaleza humana y sus necesidades reales, está abocando a esta civilización “al desastre”. 
Y cuando dice, poéticamente, que “nadie lo sabe” está señalando la evidente dificultad del individuo contemporáneo para tomar verdadera consciencia del estado carencial en que se encuentra, y del gran potencial de distracción (“guiados por una imagen falsa del mundo”) que tiene la economía de consumo a través de su sistema cultural asociado, con su prolífica producción de espectáculos, videojuegos, plataformas digitales y medios de comunicación, y con su hipertrófica industria del entretenimiento y la avanzadísima tecnología al servicio de su disfrute.
Yo creo que no es casualidad, sino que hay un interés poco disimulado del sistema en ese potencial de distracción” -decía el filósofo español Jordi Pigem en una bonita entrevista concedida hace muy poco a un medio local. 
“En un mundo al borde del colapso, es curioso que cada vez haya más entretenimientos para que nos olvidemos de pensar, para que ocultemos las cabezas como avestruces”, añadía.
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Lo cierto es que es no es difícil percibir cierta distracción, cierta inconsciencia en el comportamiento de los seres humanos con respecto a su propio destino. 
Precisamente Jordi Pigem decía en esa entrevista una frase que resume bien la idea y ofrece también una potente imagen poética: 
“Se está hundiendo el Titanic y nosotros nos dedicamos a jugar cazando Pokemon en la cubierta”. Su frase puede considerarse una actualización de la de Michel Houellebecq, sin duda.
En su libro La Buena Crisis, Pigem escribe: 
“La destrucción ecológica tiene su contrapartida en nuevas psicopatologías autodestructivas. El narcisismo, la esquizofrenia y la depresión que caracterizan a nuestra cultura se reflejan en el saqueo de paisajes, de comunidades y de nuestra vida interior”
A escala global, ya no se puede ocultar que persiguiendo el desarrollo económico como un ideal de bienestar y felicidad, hemos destruido una parte importante de nuestro entorno natural. 
Y a nivel psicológico individual, ya no son sólo los budistas quienes advierten sobre los profundos malestares que produce el cultivo excesivo del ego y la individualidad, sino los propios psicoterapeutas y sociólogos de occidente, cada vez más de acuerdo en torno a la idea de que nuestra sociedad está estancada en una fase adolescente y sufre de narcisismo, egolatría, ansiedad y depresión… y gran parte de las personas que la componemos, expuestos a esa contaminación ambiental y educados en ella, somos perfectos candidatos a estas patologías. 
“Nos ha tocado vivir en la sociedad desorientada”, decía también el filósofo francés André Comte-Sponville en una entrevista concedida al diario ‘La Vanguardia‘ hace 5 años’. 
El propio Jordi Pigem, 
en la misma línea, plantea la única pregunta posible, surgida de un asombro genuíno ante lo que está sucediendo:
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“¿Cómo es posible que un mundo con tanta información sobre lo que estamos destruyendo, que estamos destruyendo la base de nuestra existencia, mire para otro lado y no decida cambiar el rumbo?”.
David Romero
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ESTA HORRIBLE NOTICIA TE HARÁ VER 
A LA “MARAVILLOSA INDIA DE BOLLYWOOD” 
Y A LA HUMANIDAD EN GENERAL CON OTROS OJOS
Posted: 12 Aug 2016 12:01 PM PDT
Un hombre fue abandonado a su muerte en el lado de una carretera en la India, después de ser golpeado por un camión de reparto, a pesar de que a su lado pasaron cientos de personas, incluyendo un vehículo de la policía.
La única persona que se detuvo, un conductor de bicicletas-taxi, ignoró al hombre y le robó el teléfono.
Las imágenes grabadas por cámaras de vigilancia (¿para qué sirven si no le salvaron la vida al hombre?), muestran que el hombre, identificado sólo como “Matibool”, fue golpeado por un camión y lo hizo volar hasta caer en una alcantarilla cercana; a su lado, pasaron 140 coches, 82 rickshaws (triciclos-taxi), 181 ciclistas y 45 peatones, sin que ninguno lo auxiliara.
A pesar de que inicialmente el conductor del camión sale de su vehículo, al final decide irse.
Después de que el herido pasara tirado en la cuneta 30 minutos, un amigo lo localizó y alertó a la policía.
Por desgracia, el equipo de emergencia tardó 40 minutos en llegar y el hombre murió de camino al hospital.
La policía ha identificado y detenido el conductor del camión de reparto y está buscando al hombre que le robó el teléfono celular.
Matibool llegó a Delhi desde Bengala hace 10 años. Conducía un rickshaw (triciclo-taxi) durante el día y trabajaba como guardia de seguridad por la noche. Era padre de dos hijos y dos hijas.
¿De qué sirven tantos centenares de dioses, tantos templos, rituales y ofrendas y tantos cantos florales y danzas amorosas en las películas de Bollywood si las personas de un país se comportan así los unos con los otros?
Y lo mismo podemos decir de muchos países occidentales, donde la gente puede dejar morir a alguien en una acera, solo porque le parece un pordiosero o un drogadicto, mientras nos llenamos la boca de valores, solidaridad o principios cristianos.
Para reflexionar sobre la condición humana…
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Activista recorrió 4.700 millas en bicicleta 
comiendo de la basura

Posted: 12 Aug 2016 
Por RT
Rob Greenfield se ha alimentado con los alimentos que ha encontrado en más de 1.000 basureros para inspirar a que la gente “deje de tirar comida”.
“La mayoría de los alimentos que se tiran suelen tener tan buena calidad que podría hacer una cena para cualquiera que lea este artículo y jamás se daría cuenta de que todos los ingredientes proceden de la basura”, cuenta el aventurero y activista estadounidense Rob Greenfield al diario‘La Nación’.
El objetivo de Greenfield es generar un cambio positivo en la gente: “No hago esto por necesidad, realmente quiero inspirar a las personas para que dejen de tirar comida”. 
El aventurero está filmando un documental que saldrá a la luz este mayo en Discovery Channel. En su reportaje, Greenfield muestra su periplo sin dinero por Sudamérica para confirmar que es factible vivir tan solo de la solidaridad de los demás.
Este activista intenta que la gente tome conciencia de la gran cantidad de alimentos que se desperdician en todo el planeta y pone un ejemplo: 
“Estados Unidos tira casi la mitad de los alimentos que produce, mientras que 50 millones de estadounidenses pasan hambre”.
¿Cómo es el ‘modus operandi’ de Greenfield? 
Revuelve los contenedores de basura de los supermercados y recoge alimentos “en buen estado”, que luego exhibe en público. “Es realmente sorprendente la cantidad de comida que podemos juntar en un solo día”, asegura este aventurero.
Rob Greenfield sostiene que la calidad de los productos que se venden es extremadamente alta y que sus fechas de vencimiento se colocan por obligación legal de seguridad alimentaria, pero que “la mayoría de los alimentos pueden consumirse sin problemas después de haber vencido”.
Su polémica idea surgió en 2014, mientras recorría Estados Unidos en una bicicleta de bambú.

Vídeo: Zero Biocidas


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