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miércoles, 17 de agosto de 2016

La epidemia de intolerancia al gluten: Monsanto y la dialéctica Hegeliana



La epidemia de intolerancia al gluten: 
Monsanto y la dialéctica Hegeliana

En junio de 2014, se publicó un nuevo trabajo de investigación en el Journal of Cereal Science (tagline:”Cereal Science for Food Security, Nutrition and Sustainabitity”- 
“La ciencia de los cereales para la Seguridad Alimentaria, Nutrición y Sostenibilidad”) todo acerca de cómo la ingeniería genética podría salvar a los millones de personas que sufren todos los días de intolerancia al gluten. 
Los alimentos sin gluten se han convertido en una industria de unos  4 mil millones de dólares. 
Cada vez más personas se están dando cuenta cada día que no están tan enfermos como ellos pensaban que estaban – una  reacción al gluten de trigo puede ser a causa  de los miles de productos que se encuentran en sus estantes de la tienda de comestibles, que en realidad está dañando el revestimiento de su intestino, haciéndolos incapaz de absorber correctamente los nutrientes, manifestando todo tipo de problemas de salud. 
La intolerancia al gluten y los problemas celíacos en realidad se puede enmascarar en  más de 200 enfermedades autoinmunes
Por ejemplo, padecer de Asma puede crear intolerancia al gluten.
Tristemente, esto no es todo. 
Además que el gluten tiene la capacidad para hacer a una persona sensible a que no pueda absorber correctamente los nutrientes, también ha estado marcada en multitud de problemas reproductivos y cáncer, que va en aumento. 
Mientras que organizaciones como one in133 hayan surgido alrededor de este problema, las cifras muestran que al menos 18 millones de estadounidenses son sensibles al gluten (lo que significa que experimentan síntomas negativos en la salud cuando se lo comen) y otros 3 millones son celíacos en toda regla – que es una forma extrema de la sensibilidad al gluten que puede ser mortal (aunque todo ello puede en última instancia ser mortal). 
Esas cifras son conservadoras en el mejor de los casos; porque, considerando: a) que son de 2011 y b) 
Es un hecho que algunas personas no muestran ningún síntoma de fuerte intolerancia … pero se les hace creer que sufren de algo más que la intolerancia al gluten y la deficiencia de nutrientes resultante que sigue. 
Una investigación presentada recientemente ha sugerido que el principal culpable de este aumento de intolerantes al gluten es el glifosato que es el principal ingrediente activo del” best-seller” herbicida de Monsanto: 
Monsanto también comenzó a producir sorgo genéticamente modificado tolerante al glifosato  en la última década, que se utiliza en muchos de los alimentos sin gluten que componen ese mercado de alimentos sin gluten de 4 mil millones y que según  Monsanto menciona en su página web : 
“es un excelente sustituto del trigo para aquellos que no pueden tolerar el gluten. ” ¿Y ahora qué?  
La sensibilidad al gluten se está extendiendo por toda la sociedad moderna como el cáncer, y el glifosato está en todas partes hoy en día. Estamos usando más glifosato ahora que en cualquier otro momento desde que se inventó, y esa cifra no va a disminuir a corto plazo con la continua proliferación de los cultivos resistentes al glifosato de Monsanto en todo el mundo.
Bueno, la “respuesta”  de la comunidad científica ha llegado con  … ¿lo has adivinado? … más GMO . 
Uno de los componentes clave del trabajo de investigación mencionado al principio es el enfoque transgénico:
El informe reconoce que la creación de variedades de trigo con toxicidad del gluten reducida es difícil usando métodos convencionales de mejoramiento, y que la modificación genética, en particular, una tecnología llamada interferencia de ARN (RNAi), sería la mayor promesa en la reducción o en “silenciar” las proteínas del gluten en el trigo y otros cereales. 
Esta tecnología permite a los investigadores a desarrollar variedades de trigo sin gluten ajustando las fracciones tóxicas del gluten para las personas con enfermedad celíaca. 
Asimismo, reconocen que sus esfuerzos podrían enfrentarse a la resistencia impulsada por las preocupaciones globales sobre los alimentos modificados genéticamente. También señalan que los esfuerzos actuales y anteriores de modificación genética no han producido productos con beneficios tangibles para el consumidor. 
Por el contrario, los principales beneficiarios de estos esfuerzos han sido grandes empresas y / o productores.
Así que ya ves, nosotros necesitamos la modificación genética para salvarnos de la cuestión de la intolerancia al gluten floreciente. Bueno y, ¿quién mejor para salvarnos que el gigante mundial en modificación genética, Monsanto que está ya en el proceso de probar una cepa de trigo modificada genéticamente en estos mismos momentos que estás leyendo esto?
¿Ves cómo funciona? 
Problema: la proliferación de glifosato. 
Reacción: amplia intolerancia al gluten. 
Solución: Trigo GMO.
La paranoia antigluten
. Pizza sin gluten. / SAMUEL SÁNCHEZ

LA PARANOIA ANTIGLUTEN

Pobre gluten. Sin comerlo ni beberlo, ha caído en el cesto de los conservantes, los aditivos, los transgénicos, el glutamato monosódico y otros demonios de la alimentación moderna, y hoy muchos lo sienten como una amenaza para la salud. 
A tenor de la explosión de productos que emplean su ausencia como reclamo comercial, cualquiera diría que esta proteína presente en el trigo, el centeno, la avena y la cebada puede causar daños en todos los seres humanos, cuando en realidad sólo es perjudicial para los alérgicos y los celíacos.
Muchas culturas, incluida la nuestra, llevan siglos no sólo tomando alimentos con gluten -esa cosa tan rara llamada "pan"-, sino basando buena parte de su nutrición en ellos. 
El hecho, tan obvio que podría entenderlo desde un niño de ocho años a un monguer de 80, no impide sin embargo que la moda antigluten nos arrastre a todos. 
El último dato publicado al respecto es bastante heavy: el 30% de los adultos de Estados Unidos, casi uno de cada tres, han dejado o intentan dejar de consumir productos con gluten. 
Según el estudio de la empresa NPD, la tendencia va al alza, y ha crecido cerca de cinco puntos en los dos últimos años. Si cruzas los datos con el número de celíacos estimado -entre un 0,75% y un 1% de la población-, te preguntas: ¿por qué esta locura?
Una posible respuesta es que exista un grupo de población que, sin llegar a padecer celiaquía -un transtorno genético que convierte el gluten en un serio peligro-, sufra de algún tipo de alergia o de intolerancia leve a esta sustancia. 
No hay cifras concluyentes al respecto, porque no existe un test para detectarlas aceptado por la comunidad científica. 
Algunos apóstoles de la dieta sin gluten aseguran que hasta un 40% de la población sufre intolerancia, pero no sé si creerlos porque suelen estar metidos en el negocio de los tratamientos para "la sensibilidad" a la proteína. 
Más razonables me parecen los números que manejan expertos médicos, que apuntan a una horquilla entre un 6 y un 10%. De ser ciertos, un 20% de los estadounidenses no quiere ver el gluten ni en pintura... sin tener ningún motivo real para rechazarlo.
El boom del "no al gluten" parte, sin duda, de una necesidad: la de los celíacos, que con toda lógica reclaman a la industria un etiquetado claro en los productos que les ayude a evitar riesgos, a la vez que demandan productos sustitutivos sin la proteína y piden una legislación que les proteja. Normal: ellos sí se la juegan. 
Ahora bien, la extensión de la glutenfobia al resto de la sociedad tiene más que ver con la enfermiza obsesión por "lo sano" propia de estos tiempos, y me temo que está promovida por una industria alimentaria que ha visto un filón en el asunto.
"Una vez que las marcas deciden apostar por alguna característica, ésta toma vida propia y se convierte en una profecía autocumplida", me contó hace meses el experto en márketing Martin Lindstrom en una entrevista que le hice para un reportaje en El País Semanal. 
"Los alimentos sin gluten son un gran ejemplo: sólo los necesita de verdad un porcentaje minúsculo de la población, y aún así se han convertido en una de las más grandes tendencias de todos los tiempos”.
Las cifras que maneja el mercado no hacen más que confirmar las palabras de Lindstrom. 
En 2010 alcanzaron los 2.600, mientras que la previsión para 2015 es de 5.500. Es decir, en apenas una década se pueden multiplicar casi por seis. 
Como ocurre con los alimentos funcionales, la industria no sólo gana en ventas, sino también en márgenes: los alimentos sustitutivos libres de gluten son notablemente más caros que los convencionales. Los celíacos y alérgicos lo pagan porque no les queda más remedio, y el resto se deja engatusar porque cree que está comprando una variedad más saludable.
Da igual que las propias asociaciones de celíacos desaconsejen el abandono del glutensin prescripción médica. ¿Para qué queremos médicos si podemos guiarnos por lo que dicen los famosos? 
Las celebrities, siempre dispuestas a adoptar la primera dieta chiflada que se les cruce por delante, han hecho mucho por la difusión del falso mito de que el gluten es malo para todos. Victoria Beckham, Lady Gaga, Kim Kardashian y, cómo no, doña perfecta Gwyneth Paltrow han abrazado la religión que demoniza el trigo, con el consiguiente efecto en los consumidores de mente débil. 
Sus argumentos: un supuesto efecto beneficioso en la piel, en el aparato digestivo o en los problemas de sobrepeso que ningún nutricionista serio se atreve a avalar.
Para los que piensen que esta tendencia es propia de países locos como Estados Unidos, debo anunciar que ya ha llegado a Europa. Los supermercados británicos hablan de subidas en las ventas de entre un 30 y un 40% el año pasado
En España comienzan a detectarse absurdeces en el márketing de algunos productos, claro indicio de la infección.
¿De verdad es un valor digno de anunciar en grande que un zumo de fruta no tiene gluten, si hasta el celíaco más desinformado sabe que no debería contener la proteína?
Esta por ver si la tendencia está aquí para quedarse o se la llevará el viento como tantas otras. 
Por lo que he leído, algunos expertos creen que pasará, y que se impondrá el hecho de que muchos productos en los que se ha eliminado el gluten son en realidad más engordantes e insanos que sus modelos originales. 
Yo no pondría la mano en el fuego: dada la estupidez con la que llevamos a cabo tantas decisiones de compra en el terreno alimentario, todo es posible.

Comentarios

Para los vegetarianos, el gluten es una de las fuentes de proteinas más importante. 

El seitán u otros preparados como el chorizo ( http://bit.ly/YENgvE ) se hacen a base de gluten de trigo. Pero hay algo más importante: el pan, el buen pan que comemos a diario los españolitos se hace con harina de trigo que tiene en torno a un 10% de gluten ( http://bit.ly/VRXxbO ). 

Sin esa fuente de proteinas nuestra dieta quedaría coja y habría que buscar ese nutriente en cosas más raras y caras.Me temo que detrás de esta moda, además de todo lo dicho por ti, también está la "guerra del trigo" ( http://bit.ly/YENClP ), donde los intereses económicos de la balanza entre EEUU y Rusia tienen mucho que decir.

La única buena noticia de todo este embrollo es que el grupo de personas que tienen celiaquía, que han venido teniendo restringido el suministro de alimentos aptos para ellos, ahora encuentran una gama mayor, pero no más barata (¿cómo era aquello de cuando aumenta la oferta baja el precio?).Gracias, Mikel.Carlos, de Vegetal... y tal.http://vegetalytal.com

03/26/2013 07:40:29 AM
Y no será que el trigo es más indigesto ahora por su mala calidad, y no por el hecho de ser trigo? 

Además, tengo entendido que ahora se seleccionan variedades de trigo con más gluten para aguantar mejor los procesos de panificado. 

Lo mejor sería hacer las cosas bien, y no demonizar el trigo en sí. Y según cuentan en este blog, todo esto no es más que una estrategia para colarnos trigo sin gluten, TRANSGÉNICO claro, y de Multimultinacional...



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