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domingo, 24 de julio de 2016

Simples, Baratas y Duraderas: ¿ Armas Nucleares al alcance de la mano y del bolsillo de los Terroristas?



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Imagen ilustrativaLee Jae WonReuters
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Simples, baratas y duraderas: ¿armas nucleares al alcance de la mano?

Publicado: 24 jul 2016 
Su versatilidad y efectividad viene generando un interés cada vez mayor entre las organizaciones terroristas actuales.
El armamento nuclear de peso y tamaño reducido se ha convertido gradualmente en la elección de los Ejércitos modernos y viene generando un interés cada vez mayor entre las organizaciones terroristas, señala el historiador y columnista Ian Greenhalgh en su artículo para la revista estadounidense 'Veterans Today'
Simples, baratos y duraderos, estos dispositivos termonuclares de quinta generación vienen implementándose con mayor regularidad dada la relativa facilidad con que distintos grupos al margen de la ley adquieren materiales radioactivos. 
"La inversión es tan rentable que hace que todas las formas previas de guerra se encuentren económicamente en desventaja", añade Greenhalgh.
Básicamente, estas "microarmas  nucleares" son capaces de alcanzar temperaturas superiores a los 4.000°C mediante el uso de uranio empobrecido (una fracción de isótopo U-235), lo que incrementa su poder de penetración e impacto. No requieren de un reactor nuclear, no producen subproductos tóxicos durante su fabricación y funcionan con cantidades menores de este elemento químico. "El proceso de fisión de quinta generación requiere tan solo 100 gramos de U-235 para producir una potencia explosiva de aproximadamente dos toneladas de TNT", subraya el autor.
Según señala el columnista, este tipo de armas es tan simple que un mecánico automotriz con nivel de secundaria podría construir una. Su gran versatilidad se resume en que incluso con algunos miligramos de uranio se podrían fabricar artefactos del tamaño de una bala.
70 años después del descubrimiento del proceso químico que permite su fabricación, en la actualidad está siendo utilizado de manera clandestina en todo el mundo, desde Yemen hasta Afganistán, pasando por Siria e Irak. 
"Solo es cuestión de tiempo antes de que estas armas toquen a su puerta", concluye el artículo.
RT

dirty-bomb




 Hoy nos toca hablar de armas mini-nucleares. En EE.UU. se llaman SADMs por su acrónimo en inglés. Por error, muchos piensan que se trata de SMALL ATOMIC DEMOLITION MUNITIONS (Municiones de Demolición Atómicas Pequeñas). 

En realidad, se trata de (SPECIAL ATOMIC DEMOLITION MUNITIONS, es decir municiones especiales de demolición atómicas). 

El término “mini-bombas”, es un término popular. 

Por lo general, se refiere a una carga nuclear portátil, diseñada para explotar con un potencial destructivo variable, como mínimo de 0,010 kt (10 toneladas de TNT), o 0,015 kt (15 toneladas de TNT), así como 0,1 kt (100 toneladas de TNT); 0,2 kt (200 toneladas de TNT); 0,3kt, 0,4 kt, 0,5 kt, etc. hasta 1 kilotón (1.000 toneladas de TNT). 

El potencial destructivo está determinado por el usuario final de forma manual.
La primera generación de estas mini-bombas nucleares con un rendimiento razonablemente pequeño –entre 2 y 5 kilotoneladas– se desarrolló en los años 50 sin ninguna razón maliciosa. 

Las primeras mini-bombas nucleares fueron diseñadas para ayudar a los ingenieros de combate a demoler los objetos grandes, como los puentes, que eran simplemente demasiado grandes para ser demolidos por una cantidad razonable de explosivos convencionales.

Luego, en los años 60, apareció una nueva generación de mini-nukes en las cuales se implementó un sistema de implosión.

En los años 70 y 80 las mini-bombas nucleares llegaron a ser mucho más pequeñas que antes debido al uso del plutonio 239, en lugar de uranio 235. 

Esto hizo posible lograr que el peso de la 3ª generación de mini-bombas nucleares fuera de poco más de 6 kg y de tamaño tan pequeño como el de una granada de mano. 

Esta generación de mini-bombas nucleares podrían llamarse verdaderamente “maletines nucleares” ya que una de estas armas podría caber en un pequeño maletín.

Con todo lo que ya sabemos de armas atómicas, lo importante para nosotros es saber si en el caso de una explosión atómica: ¿existe una forma de determinar quién está detrás del ataque?

La respuesta es: por supuesto que sí. Existen formas fáciles de diferenciar las armas de 2ª generación y las pequeñas mini-bombas nucleares de la 3ª generación, incluso después de su explosión. Las viejas “mini-nukes” utilizan uranio-238 en su reflector, así que después de una explosión nuclear, se puede encontrar en su residuo uranio-238. 

Las mini-nucleares modernas no utilizan uranio sino sólo plutonio, algo que está completamente fuera del alcance de cualquier grupo terrorista. 

Así que, 
si las autoridades atribuyen la explosión de la última generación de una bomba mini-nuclear a Al-Qaeda, Bin Laden o a Hezbolá, una persona razonable de inmediato debe entender que sus percepciones y la realidad están siendo manipuladas.

¿Por qué?

Porque para producir una explosión atómica utilizando plutonio 239, uno necesitaría unir las dos piezas de plutonio con velocidad de 12 kilómetros por segundo. 

Repito, 
solamente cuatro países tiene la capacidad tecnológica 
para producir armas atómicas de tercera generación: 
Rusia, EE.UU., Israel y Francia. 

China e India pueden producir armas de 2ª generación. 

Aún así, ni China ni tampoco la India podrían producir un mini-atentado. 

Uno con el potencial de destrucción de Hiroshima sí, pero nunca un mini-atentado.

¿Por qué 12 kilómetros por segundo?

Los científicos tuvieron la suerte de observar que la velocidad de las ondas de detonación dentro de los metales es de aproximadamente 6 kilómetros por segundo; así que detonando dos cargas convencionales en ambos lados de un elemento metálico y dejando que las dos ondas de detonación se propaguen una hacia la otra, su velocidad combinada sería exactamente de 12 km/seg. 

Esto podría utilizarse para comprimir plutonio-239 en una masa crítica. 

Esta invención fue la única solución que permitió a los científicos nucleares evitar los problemas técnicos y ser capaces de detonar plutonio-239.

Otra cosa a tener en cuenta es que todas las cargas (charges en inglés) basadas en plutonio utilizan el método de implosión, donde se comprime una masa levemente sub-crítica de plutonio-239 en una masa crítica por explosiones simultáneas bien calculadas de materiales explosivos convencionales (well-calculated simultaneous explosions of conventional explosive materials en inglés) con las cargas que se colocan de forma simétrica alrededor de un núcleo de plutonio. 

El problema utilizando el método de la implosión, es que las cargas de implosión deben calcularse con altísima precisión, y esto no se puede lograr ni en mi cocina, 
ni dentro de una cueva de cinco estrellas en Afganistán.

Los detonadores que se necesitan para detonar todas estas cargas explosivas convencionales, alrededor del núcleo de plutonio, tienen que ser sincronizados con precisión en un nivel de microsegundos (incluso una sincronización del nivel de 1 milisegundo no es suficiente). 

Si estas cargas de implosión se detonaran de forma asincrónica, la onda de detonación que se necesita para comprimir el plutonio desde todas las direcciones, destruiría en cambio el núcleo de plutonio, resultando que la carga nuclear se hace inútil. 

Repito que solamente unos pocos países desarrollados poseen una tecnología tan precisa que les permite producir armas nucleares basadas en plutonio. 

Y solamente Rusia, EE.UU. e Israel son capaces de miniaturizar esas armas nucleares a un tamaño adecuado para caber en un maletín nuclear. 

Para ilustrar lo difícil que es miniaturizar una carga basada en plutonio al tamaño indicado os pongo un ejemplo: la India, que se ha embarcado en el desarrollo de armas nucleares de plutonio desde los años 50 –puesto que no tiene uranio y todas sus armas nucleares están basadas en plutonio– y a pesar de sus considerables recursos financieros e intelectuales consignados en el marco de un programa nacional amplio y ambicioso, no fue capaz de producir una carga nuclear viable basada en plutonio antes de mediados de los años 70.

Más adelante hablaremos de los atentados de Oklahoma City y Bali.

Daniel Estulin

Segunda Parte

En primer lugar los antecedentes del atentado de Oklahoma City. 

Según los medios de comunicación, la versión oficial del atentado es la siguiente:

A las 9:02 de la mañana del miércoles 19 de abril de 1995, en la calle frente al Edificio Federal Alfred P. Murrah, un camión alquilado de la firma Ryder con una carga de alrededor de 2.300 kg de explosivos caseros detonó. 

La bomba estaba compuesta de nitrato amónico mezclado con combustible y nitrometano, un combustible altamente volátil; a esta mezcla se la conoce comúnmente como ANFO (por sus siglas en inglés: Amonium Nitrate and Fuel Oil).

Noventa minutos después de la explosión Timothy McVeigh, un veterano de la primera Guerra del Golfo, fue arrestado mientras viajaba hacia el norte lejos de Oklahoma City por conducir sin permiso de circulación. 

En el juicio a McVeigh, el gobierno estadounidense declaró que la motivación del atentado fue vengar la tragedia de Ruby Ridge (1992) y la masacre de los Davidianos en Waco (1993). 

En ambos casos, McVeigh culpaba a los agentes federales del Gobierno de las muertes violentas que allí se produjeron.
Armas Mini Nucleares Parte I y II corregidas   Municiones especiales de demolición atómicas trans
El atentado de Oklahoma destrozó la tercera parte del edificio, borró de la faz de la tierra la fachada completa y causó un cráter de 9 metros de ancho y 2,4 metros de profundidad. 

El atentado destrozó y/o dañó !324¡ edificios en un radio de 16 manzanas, además destrozó o quemó ¡86 coches! alrededor del atentado.

 El resultado fue de 168 muertos y más de 850 heridos. Los efectos de la explosión se sintieron a una distancia de 89 kilómetros.

 La mayoría de los heridos sufrieron ¡quemaduras graves!. 

Según las autoridades, el efecto de los atentados fue el equivalente a 1.814 kilos de TNT. 

Los sismógrafos en el museo Omniplex en Oklahoma City situados a una distancia de 7 kilómetros y en Norman (Oklahoma) situados a 26 kilómetros registraron la explosión en !3.0¡ en la escala Richter.
Un número importante de testigos confirmaron además a los medios de comunicación estadounidenses que sus ordenadores dejaron de funcionar debido a que los circuitos electrónicos quedaron calcinados. Los lectores astutos, deberían de saber que los circuitos ardieron debido al Pulso Electromagnético. Más informacirón aquí en inglés (http://webfairy.org/haarp/beamweapon.htm).

Aún más llamativo, ha sido el uso de una frase extraña por los medios de comunicación y agentes federales. Los medios de comunicación se refirieron al punto de ataque como GROUND ZERO/ZONA CERO.

 Un tal G.Z. Heuston se había referido al punto de explosión en su articulo titulado “The Oklahoma Bombing Part 2–A Walk Trough Ground Zero.”

Ahora, os explico lo que sucedió en Oklahoma City. 

Eso nos ayudaría a entender lo que pasó en la terminal de Barajas T4, otro atentado que los medios de comunicación y el gobierno achacaron a los terroristas, 
aunque esta palabra “terrorista” (yo y ellos) lo entendemos de forma bastante distinta.

1. Los coches-bomba no dejan ningún cráter. Los cráteres se producen como resultado de alguna carga explosiva enterrada bajo tierra. Como ya hemos visto en las fotos de mi primer artículo sobre bombas atómicas, ningún coche bomba, incluso si se coloca una bomba nuclear en un camión y se detona –incluso en este caso– no causaría ningún cráter.

2. Los explosivos convencionales no queman coches alrededor de la explosión, es una característica típica de la radiación térmica de una explosión nuclear.

3. Los explosivos convencionales, incluso una bomba tan grande como dos toneladas métricas de TNT, no causan bajas masivas en una escala como la que se muestra en Oklahoma City. Dos toneladas de explosivos convencionales, podrían causar como mucho dos o tres docenas de víctimas. En el caso de OKC no había metralla, así que las muertes solamente podrían haber sido resultado únicamente de la explosión.

4. Las explosiones convencionales no causan quemaduras a las víctimas –es una característica típica de una explosión nuclear– debido a que las quemaduras son causadas por la radiación térmica.

5. Los explosivos convencionales no causan Pulso Electromagnético capaz de quemar circuitos electrónicos.

6. Los explosivos convencionales en una cantidad inferior a dos toneladas métricas en el equivalente de TNT nunca serían capaces de causar daños en la medida demostrada en OKC al Alfred P. Murray. 

Los daños en Oklahoma corresponden a una carga de por lo menos 10 bombas de 10 toneladas cada una de la aviación moderna… o a una bomba MINI-NUCLEAR lista para explotar con un potencial destructivo precalculado de 0,1 kilotoneladas.

7. Los lugares de las explosiones convencionales nunca se llaman “zona cero”.

8. Los sismógrafos no pueden detectar explosiones de coches-bomba, y ni hablar además de una magnitud de 3.0 en la escala Richter –debido a que los coches-bomba no comunican a tierra ninguna energía. Solamente cargas enterradas o por lo menos parcialmente enterradas podría causar una señal sísmica perceptible.

9. Una carga profundamente enterrada crearía las siguientes señales sísmicas cuando estalla: 4,6 toneladas de TNT: 2,5 escala Richter; 29 toneladas de TNT: 3,0; 73 toneladas de TNT: 3,5… y un arma mini-nuclear con un potencial destructivo de 0,1 kilotoneladas: 4. Por lo tanto, un 3,52 en la escala de Richter es típico de un arma mini-nuclear de 0,1 kt, que es el equivalente a 100 toneladas métricas de TNT. 

Sin embargo, si las cargas no están enterradas a un nivel demasiado profundo, la señal sísmica producida por la explosión será mucho menor.

10. Teniendo en cuenta que 2.300 kg de fertilizante –que es el equivalente a 1,8 toneladas de TNT– aún enterrados nunca serán capaces de registrar un señal sísmica de 3,0 (y encima de un camión no se produce ninguna señal sísmica en absoluto), y teniendo en cuenta que ni 0.01 kt, ni siquiera 0.015 kt –es decir, la variación más baja de una mini-bomba nuclear en potencial destructivo– sería suficiente para causar una señal sísmica de 3,0 de magnitud, se debe presumir que fue una mini-bomba nuclear parcialmente enterrada la que explotó, con una capacidad de al menos 0,1 kt, causando el destrozo total de la fachada del Alfred P. Murrah (y otros 324 edificios en un radio de 16 manzanas), quemando coches alrededor, causado víctimas mortales en masa, el cráter y lanzando polvo contaminado por radiación, además de producir la señal sísmica de 3,0 en la escala Richter.

FUENTE 
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Bombas Atomicas usadas en SIRIA ?  - Experto dice Yes 



Publicado el 10 oct. 2013

El vídeo que os pongo en las líneas inferiores corresponde a una explosión nuclear que ha ocurrido en Siria, concretamente en la ciudad de Homs, donde las fuerzas de Assad disponían de un polvorín.

Inicialmente, podemos pensar que las armas almacenadas en dicho polvorín han sido las causantes de tan brutal explosión, quizás, aquellos que lanzaron la "mini bomba atómica" esperaban que la comunidad internacional pensara eso mismo, pero resulta que una serie de expertos han admitido que se trata de una explosión nuclear.

Anteriormente y en la zona de Quasyoon (Siria), se había lanzado un artefacto táctico de esta naturaleza y como vemos, ya son dos las bombas atómicas lanzadas contra las posiciones del ejército regular de Assad.

Desde 1991 una nueva generación de armas atómicas había empezado a ser desarrolladas, concretamente por los laboratorios Livermore en Estados Unidos.

Son armas nucleares "regulables" capaces de efectuar deflagraciones como si de un arma convencional se tratase hasta explosiones nucleares en toda la regla, al parecer, son capaces de emitir una baja radiación que se disemina en apenas 72 horas (MRR) con lo que la identificación de dicha arma como nuclear es muy difícil.

Curiosamente, algunas fuentes afirman que esos modelos de armas, se han diseñado para ser lanzadas sobre polvorines enemigos, haciendo difícil identificar si la deflagración procede del propio polvorín o del arma nuclear.

Con ello, evidentemente, el camuflaje mediático internacional se produce de manera perfecta, las agencias de prensa dan por buena la hipótesis del arma convencional, los gobiernos de occidente callan y las palabras del agredido apenas se escuchan limitando su credibilidad por los propios medios de comunicación.

La explosión que aparece en el vídeo, proviene de algún misil tipo crucero lanzado desde algún avión cerca de la frontera Siria o próximo a las costas del Mediterráneo.

Curiosamente, los medios de comunicación británicos que se hicieron eco de la noticia, retiraron la misma a las pocas horas, quizás por "ordenes superiores", no obstante existieron numerosos sitios en Internet donde se hicieron eco de la misma.




Muchos estudiosos creían que el peligro impuesto por las armas de destrucción masiva acabaría junto con el fin de la Guerra Fría, pero lo cierto es que a día de hoy estas armas siguen constituyendo una de las mayores amenazas para la existencia de la humanidad. 
De hecho, la no proliferación de armas de destrucción masiva es considerada como uno de los principales retos y prioridades de la seguridad internacional, y prueba de ello es la atención que este tema recibe por parte de las estrategias de seguridad nacionales y las organizaciones internacionales. 
Su alto poder destructivo fue visto en ambas experiencias nucleares de Hiroshima y Nagasaki, y las prácticas químicas y biológicas fueron ampliamente llevadas a cabo en la Primera y Segunda Guerra Mundial, pero a pesar de que estas armas llevan siendo utilizadas durante siglos, el progreso científico y tecnológico y el desarrollo atómico de las últimas décadas han permitido multiplicar su alcance mortífero a niveles insospechados y convertirlos en una verdadera amenaza para el planeta a día de hoy.
Por todo ello intentaremos discutir cómo las armas nucleares, químicas y biológicas pueden llegar a pasar a manos de agentes no estatales, concretamente grupos terroristas. 
Estar al tanto del estado de las negociaciones internacionales sobre el desarme y la no proliferación, así como averiguar si las medidas implementadas hasta la fecha han tenido algún efecto, es de una gran importancia, pues sin paz y seguridad difícilmente podrá haber desarrollo y respeto de los derechos humanos.

¿Qué son las Armas de Destrucción Masiva (ADM)?

Según la definición de Naciones Unidas, las ADM son todas esas armas atómicas explosivas, armas compuestas de material radiactivo, armas químicas o biológicas letales (NBQ), y cualquier arma desarrollada en el futuro que contenga dichas características y cuyo efecto destructivo sea comparable al de la bomba atómica o cualquier otra arma mencionada anteriormente.
Las ADM varían según de su disponibilidad, letalidad, potencial destructivo y la facilidad con la que pueden ser fabricadas y utilizadas. 
Por ejemplo, las armas nucleares son consideradas los artefactos más sofisticados jamás creadas por el ser humano, mientras que las armas químicas y biológicas llevan siendo utilizadas desde hace siglos. 
Aquello que distingue a las ADM del resto de armas convencionales, también creadas a partir de explosivos a base de químicos, es su potencial destructivo, que puede llegar a generar niveles catastróficos de muerte y devastación, como veremos a continuación.
Las armas nucleares operan en los extremos de tiempo, presión y temperatura, y sus efectos dependen de una gran variedad de factores, incluyendo el rendimiento del explosivo, la altura a la que se hace detonar, las condiciones meteorológicas y las características del terreno. 
Se sabe que los efectos nucleares primarios son los del pulso electromagnético (EMP), pulso de luz térmica, explosión y radiación, pero no todos estos efectos son conocidos y entendidos al cien por cien. 
El EMP produce una carga eléctrica de alta tensión, que aunque es inofensiva para los seres humanos, puede llegar a destruir los sistemas electrónicos. 
El pulso de luz térmica, que sólo dura unos dos segundos, puede causar ceguera y fuego, causando quemaduras de primer grado en personas hasta a 7 millas de distancia. Apenas unos segundos después del pulso de luz térmica, se produce un aumento en la presión atmosférica y un gran viento. 
A 3 km de distancia, la presión atmosférica alcanza 10 psi – pounds-force per square inch, unidad básica de presión en el sistema inglés –, produciendo vientos de 290 kilómetros por hora, suficientes como para destruir la mayoría de las estructuras comerciales y residenciales. 600 REM – Roentgen Equivalent Man, unidad de medida de la radiación – pueden causar la muerte por radiación a toda una población expuesta, mientras que una dosis de 300 REM producirían la muerte por radiación al 10% de la población expuesta.
Las armas químicas varían en función de su letalidad, complejidad, persistencia y la forma en que causan lesiones y muerte. Hay cinco tipos de armas químicas: agentes de sangre, agentes asfixiantes, agentes blister o vasicantes, agentes nerviosos y agentes incapacitantes. 
Los agentes de sangre se basan generalmente en cianuro de hidrógeno (HCN), que interfiere con la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno en la sangre; los agentes asfixiantes producen ácido clorhídrico por inhalación, produciendo sangrados e infiltración de líquido en los pulmones; los agentes vesicantes pueden ser el gas mostaza o el Lewisita, utilizado por los Aliados en la Primera Guerra Mundial. 
Estos se utilizan para contaminar personas, tierra o equipos y son extremadamente irritantes, causando ampollas en la piel y membranas mucosas, así como ceguera temporal. 
Los agentes nerviosos son las armas químicas más letales, pues interfieren con el sistema neurológico, causando parálisis muscular e hipersecreción glandular, lo que lleva a la asfixia. Por último, los agentes incapacitantes suelen ser utilizados en controles antidisturbios y para la protección personal, y pueden ser el gas lacrimógeno o productos eméticos.





Fuente: John Singer Sargent, Gassed, 1918. Imperial War Museum, London. Soldados ciegos al haber sido rociados con agentes químicos en la Primera Guerra Mundial.
Fuente: John Singer Sargent, Gassed, 1918. Imperial War Museum, London. Soldados ciegos al haber sido rociados con agentes químicos en la Primera Guerra Mundial.

Las armas biológicas hacen uso de organismos o toxinas vivas para enfermar o matar a personas, animales y plantas. Estos organismos y toxinas encuentran su lugar en la naturaleza, por lo que es difícil diferenciar los brotes de enfermedades naturales de un posible ataque con armas biológicas. 
Hay tres variedades de agentes biológicos: bacterias, virus y toxinas. 
El más conocido es probablemente el agente bacteriano Ántrax. Sus esporas pueden vivir cientos de años y pueden propagarse rápidamente a través de grandes áreas.
Los terroristas invadieron el correo de los Estados Unidos con Ántrax en otoño de 2001. 
Pero lo que más preocupa a las autoridades en este campo es el virus de la viruela, ya que fue erradicada como una enfermedad de origen natural hace unos años y en la actualidad no existen programas de vacunación en el mundo, dejando a generaciones enteras sin ningún tipo de protección. 
Finalmente, las toxinas son más conocidas como “veneno” y se utilizan a menudo para atacar a individuos específicos, como fue el caso del candidato a la presidencia ucraniana Víktor Yuschenko.





Viktor Yuschenko, candidato a la presidencia Ucraniana en 2004 que fue envenenado con dioxina, un arma biológica, causándole graves deformaciones en el rostro.
Viktor Yuschenko, candidato a la presidencia Ucraniana en 2004 que fue envenenado con dioxina, un arma biológica, causándole graves deformaciones en el rostro.

El concepto de proliferación de las ADM

Este concepto, que engloba todas las ADM, es decir, las armas NBQ y todas esas armas capaces de causar importantes efectos catastróficos, son las que definen la proliferación. 
Fue el físico nuclear Bhabha, conocido como “el padre del programa nuclear en la India”, quien propuso distinguir entre la proliferación nuclear horizontal y vertical. La proliferación horizontal se entiende como el creciente número de nuevos estados poseedores de armas de destrucción masiva, ya sea mediante el uso de su propia tecnología o la tecnología adquirida por otros países. 
La proliferación horizontal se convierte en un conductor de la proliferación vertical, entendida como un aumento en la cantidad y calidad de las armas nucleares por parte de los Estados que ya poseen estas armas. 
A estos dos tipos de proliferación hay que añadir un tercer tipo, la proliferación oblicua, entendida como el incremento en el número de estados que poseen armas nucleares derivadas de la evolución de su propia tecnología para el uso civil. 
Este podría ser el caso de Irán, quien a través de un programa de enriquecimiento de uranio para fines civiles ha iniciado un proceso en el que todos los hechos apuntan a la conversión de dicha tecnología para fines militares de contrucción de armas nucleares.
Mundo - Seguridad - Armas químicas en el mundo
Los riesgos de la proliferación convergen entre los Estados y los agentes no estatales, quienes podrían adquirir ADM cada vez con mayor facilidad, pues la globalización y el desarrollo tecnológico promueven la transferencia de conocimientos en este campo, así como la proliferación tanto horizontal como oblicua, con el peligro de que a largo plazo estas armas puedan llegar a caer en manos terroristas. 
Por ejemplo, el arma NBQ más fácil de adquirir en la actualidad son las armas químicas, pues su seguridad en las condiciones de continua guerra civil en Siria y otros países de Oriente Medio plantea serias preocupaciones.





Mapa interactivo de la CNN mostrando los estados susceptibles de poseer armas nucleares. Hacer click en el mapa para acceder a la versión interactiva.
Mapa interactivo de la CNN mostrando los estados susceptibles de poseer armas nucleares. Hacer click en el mapa para acceder a la versión interactiva.

Casos de Terrorismo NBQ

La mayor amenaza a la que se enfrenta hoy en día el Viejo Continente según la Estrategia Europea de Seguridad es la combinación del terrorismo junto con las armas de destrucción masiva, presentando mayor preocupación por los temas relacionados con la energía nuclear, como es el robo de material fisible o el sabotaje de instalaciones nucleares por parte de grupos terroristas, lo que hoy se conoce como el terrorismo nuclear, es decir, el uso o amenaza del uso de armas nucleares o radiológicas en actos terroristas.
Los casos conocidos de ataques terroristas con armas NBQ son muy limitados, sin embargo, la amenaza del uso de estas armas es muy extensa. Al-Qaeda ha declarado en varias ocasiones su interés por la adquisición de armas de destrucción masiva. 
El culto japonés AumShinrikyo es la única organización terrorista que ha dado prioridad a la estrategia no convencional al atentar en el metro de Tokyo con armas químicas en 1995. No obstante, también hay que destacar los misteriosos envíos de ántrax a los miembros del Senado de Estados Unidos en 2001, inmediatamente después del 11S.
Video sobre la organización AumShinrikyo, el primer grupo terrorista en perpetrar ataques con armas no convencionales o NBQ en 1995.
La relativa estabilidad que trajo el fin de la Guerra Fría de un mundo basado en la existencia de cinco potencias nucleares de iure – EEUU, URSS, Francia, Reino Unido y China, reflejadas por el TNP – y tres potencias nucleares de facto – Israel, Pakistan e India, no reflejadas por el TNP – se ha sustituido progresivamente por las incertidumbres de un mundo en el que el número de estados con capacidad nuclear ha aumentado considerablemente, pues estados como Irán o Corea del Norte han llegado a desarrollar programas nucleares para fines militares. Junto con esto, la existencia de grupos terroristas que han declarado su intención de adquirir, robar u obtener materiales nucleares para fabricar artefactos explosivos, ha elaborado una visión global nueva y preocupante en la que la seguridad nuclear se ha convertido en una de las piedras angulares de la política de seguridad de los países líderes.
La opinión de los expertos es unánime al afirmar que es muy poco probable que una organización terrorista para llevar a cabo el complejo proceso de fabricación de un arma nuclear. 
Tampoco es probable que un Estado se arriesgue a proporcionar los materiales nucleares a los terroristas, lo que resultaría en una devastadora represalia de descubrirse. 
Existe, sin embargo, la preocupación de que los terroristas puedan pasar material nuclear sensible para el uso militar en modo de contrabando, especialmente los materiales procedentes de la antigua Unión Soviética. 
Otro potencial peligro consiste en un ataque convencional contra un reactor nuclear, pudiéndolo dañar severamente y provocar un episodio de contaminación radiactiva en los alrededores del area.
En cuanto a las armas biológicas, a pesar de que los agentes patógenos se puedan cultivar en un pequeño laboratorio, no resulta tan fácil crear una cepa adecuada, y menos aún difundir eficazmente los gérmenes y así causar bajas masivas. 
Incluso AumShinrikyo, cuya capacidad científica y tecnológica ha demostrado ser muy alta, fracasó en el intento producir armas biológicas viables. 
Con lo cual, el mayor peligro en este ámbito es que un Estado pueda proporcionar tales armas a los terroristas, una medida que sería menos arriesgada de la de proporcionan un arma nuclear, ya que no resulta tan fácil identificar el origen de un germen. 
De hecho, un ataque bioterrorista no reclamado podría fácilmente ser confundido con una epidemia natural.
Finalmente, y aunque las dificultades técnicas son considerables, es perfectamente concebible que una organización terrorista puede concluir, con o sin la ayuda de un Estado, un ataque químico.
Por tanto, podríamos destacar dos graves peligros que nos rodean en la actualidad. 
En primer lugar, los ataques con armas NBQ realizados por grupos pequeños o individuos, y en segundo, el terrorismo islamista, considerados actualmente como el más peligroso.
 Al-Qaeda y sus células han demostrado su capacidad financiera y organizativa, su predisposición al suicidio y su inclinación por los ataques masivos. 
Y, precisamente, será más probable que un grupo terrorista opte por el uso de armas no convencionales o NBQ si su objetivo es provocar el terror a escala masiva, cuanto menos se valore la pérdida de vidas de los propios miembros del grupo y menos dependiente sea de las simpatías de un amplio social, como en el caso de grupos inspirados en el fundamentalismo religioso o creencias milenarias. 
Sin embargo, la controversia se eleva al resaltar que los ataques del 11S demostraron la capacidad de causar un gran número de víctimas sin hacer uso de esas armas no convencionales. Así que hasta qué punto pueden resultar las armas NBQ más devastadoras que las convencionales es algo que todavía esta en debate.

El marco legal para combatir el terrorismo NBQ

A día de hoy debemos preguntarnos cómo responder a la amenaza planteada por el terrorismo NBQ y nuclear en especial, y dentro de la lógica del sistema imperante, la respuesta es bastante clara. 
Por una parte, el terrorismo debe abordarse con medidas políticas que proporcionen soluciones a las causas que lo originan. 
Como punto extremo, se ha llegado a sugerir que estas medidas podrían complementarse con la eliminación total de las armas nucleares y la eliminación de la energía atómica como fuente de generación de electricidad, ya que el cierre de las plantas de energía nuclear en la producción de electricidad supondría evitar que puedan llegar a ser utilizadas como objetivo de ataques terroristas, con consecuencias catastróficas. 
Y por otro lado, el principal objetivo a día de hoy es aumentar la seguridad en los almacenes de material fisible e instalaciones nucleares civiles y militares, así como incrementar el control de los desplazamientos nacionales e internacionales de materiales o artefactos nucleares. 
Es importante subrayar que dicho control debe ser promovido y organizado conjuntamente por los Estados involucrados y las organizaciones internacionales. 
El objetivo, no lo olvidemos, es evitar que los materiales radiactivos caigan de manos no deseadas. De hecho, todos los acuerdos internacionales, como veremos a continuación, operan en dicho sentido: políticas para lograr una mayor seguridad por una parte, y concentración del poder de decisión en manos de unos pocos estados, por otra parte.
El Fissile Material Working Group (FMWG) es una coalición no gubernamental de 80 organizaciones de todo el mundo que están comprometidas con la mejora de la seguridad del material fisible a través del desarrollo de propuestas de políticas viables. 
Un hito importante en la organización fue la publicación de las recomendaciones de consenso a la administración de Obama para mejorar la seguridad del material nuclear. 
Igualmente, la Iniciativa Global para Combatir el Terrorismo Nuclear (IGTN) es una asociación internacional de carácter voluntario de las naciones y las organizaciones internacionales que están comprometidas con el fortalecimiento de la capacidad mundial para prevenir, detectar y responder al terrorismo nuclear. 
La IGTN trabaja este objetivo mediante la realización de actividades multilaterales que fortalezcan los planes, las políticas, los procedimientos y la interoperabilidad de los países socios. 
En marzo de 2002, el Organismo internacional de la Energía Atómica (OIEA) lanzó su primer programa integral de lucha contra el riesgo de terrorismo nuclear, ayudando a los Estados a reforzar su seguridad nuclear. 
En septiembre de 2009, su Junta de Gobernadores aprobó un nuevo Plan de Seguridad Nuclear para 2010-2013, que prioriza el asesoramiento sobre la aplicación de los instrumentos internacionales, la elaboración de directrices, y proporcionar apoyo a los Estados para la aplicación de las recomendaciones de seguridad nuclear, la difusión y el intercambio de información entre estados y organismos. 
Finalmente, la Cumbre de Seguridad Nuclear (NSS), que ya va por su quinta edición, también se concentra íntegramente a prevenir el terrorismo nuclear en todo el mundo.


Acerca de Marina Romero
 8 Articles
Menorca (1993). Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Rey Juan Carlos. Cursando el Máster de Internacionalización Empresarial del ICEX. Interesada en Relaciones Internacionales, especialmente el área del Mediterráneo y su seguridad.
El Orden Mundial en el S.XXI


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