Por primera vez un Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, Luis Almagro, hace uso del artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana para solicitar la convocatoria de un Consejo Permanente de los Estados miembros a fin de “realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime convenientes” sobre Venezuela. La reunión se llevaría a cabo entre el 10 y 20 de junio de 2016.
1. ¿Cuál es el argumento principal de Almagro
para convocar al Consejo Permanente?
2. ¿Cuáles son las normas que prevén
la aplicación la Carta Democrática?
a. Con el Artículo 17 se faculta a un Gobierno de un país miembro a solicitar ante el Secretario General o el Consejo Permanente su asistencia, si existiese algún riesgo a la democracia en su nación, o a su ejercicio en el poder.
b. Con el Artículo 18 surge una iniciativa del Secretario General o del Consejo Permanente, que con el consentimiento del Gobierno afectado realiza las gestiones diplomáticas.
c. Con el Artículo 20 se prevé que, en caso de una grave alteración de la democracia, el Secretario General o cualquier país miembro tienen la potestad de convocar un Consejo Permanente para evaluar la situación del país cuestionado.
3. ¿La Carta Democrática puede ser invocada
sin consentimiento del país afectado?
4. ¿Cuántos miembros tiene la OEA?
Formalmente son 35 miembros. Cuba estuvo suspendida durante 47 años, hasta el 3 de junio de 2009, cuando Bolivia, Ecuador, Honduras, Nicaragua y Venezuela lograron un acuerdo entre cancilleres para su reincorporación, derogando la suspensión de la que fue objeto el 31 de enero de 1962, a pedido de Estados Unidos.
Sin embargo, en la práctica son 34 estados miembros los que tienen derecho al voto: Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Dominica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Grenada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Kitts y Nevis, San Vicente y Las Granadinas, Santa Lucia, Surinam, Trinidad y Tobado, Uruguay, y Venezuela.
5. ¿Cómo es el proceso de votación?
Se necesitan 18 votos de los Estados miembros para convocar una reunión de cancilleres, a pedido de un país o, como en este caso, del Secretario General.
Según el Artículo 89 de la Carta de la Organización de Estados Americanos, “el Consejo Permanente, en el ejercicio de estas funciones, adoptará sus decisiones por el voto afirmativo de los dos tercios de sus miembros, excluidas las Partes, salvo aquellas decisiones cuya aprobación por simple mayoría autorice el reglamento”.
Para aprobar el siguiente nivel de aplicación de la Carta Democrática Interamericana, prevista en el Artículo 21, se necesita el voto de dos tercios de los 35 miembros, a pesar de que Cuba no tenga derecho al voto.
Esto conllevaría a realizar una Asamblea General Extraordinaria de los cancilleres de los países miembros, con el objetivo de determinar si existe la necesidad de aplicar la suspensión de Venezuela.
Para esto se necesita el apoyo de 24 países.
6. ¿Es una votación jurídica?
No. El Consejo Permanente toma una decisión política, colectiva.
De hecho, en otras oportunidades se han intentado aplicar medidas contra de Venezuela que no han prosperado. Para algunos analistas, el apoyo que ha conseguido la diplomacia venezolana se basa los países beneficiados de los acuerdos de Petrocaribe.
Luis De Lion, abogado y especialista en Derecho y Política Internacional, explica que “el impacto es eminentemente político. No obstante, el principio y espíritu de la Carta es la reafirmación del bien jurídico tutelado (la Democracia) y la resolución a través de la cual se adopta es un proceso jurídico.
En Derecho Internacional puede entenderse la resolución como un acuerdo y no como un tratado, cuyo principio fundamental es el pacta sunt servanda (“lo pactado obliga”). Y las resoluciones no son obligatorias. En consecuencia el impacto jurídico es limitado”.
7. ¿Con qué apoyo
podría contar el gobierno de Venezuela?
La más reciente votación para dirimir una situación política con Venezuela, que se llevó a cabo el 31 de agosto de 2015 cuando la OEA convocó una reunión por la crisis fronteriza con Colombia, el país neogranadino no logró los 18 votos necesarios para convocar una reunión de cancilleres.
En ese momento cuatro naciones apoyaron a Venezuela: Bolivia, Ecuador, Haití y Nicaragua.
Hubo once que se abstuvieron: Antigua y Barbuda, Argentina, Brasil, Belice, Grenada, Panamá, República Dominicana, San Cristobal y Nieves, San Vicente y Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago. A Colombia la apoyaron 17: Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Paraguay, Perú, Santa Lucía, Uruguay, Bahamas, Barbados, Canadá, Chile y la misión de Colombia.
El mapa político en Latinoamérica ha cambiado un poco desde ese momento.
Desde 1999 Venezuela ha adquirido el apoyo tradicional de los 16 miembros de Petrocaribe: Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, El Salvador, Guatemala, Guyana, Granada, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Vicente y Granadinas, y Surinam. Esos podrían considerarse el voto a favor del gobierno de Venezuela, junto con Bolivia y Ecuador.
Se puede prever que Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, El Salvador, México, Estados Unidos, Chile, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay.
En la mayoría de los análisis queda la incógnita de la posición que tomarían Honduras, y Guatemala.
8. ¿Qué pasaría después de la votación?
Según explica el abogado Mariano de Alba, acá mismo en Prodavinci:
“el primer escenario es que la mayoría de los países (18 ó 24 según la interpretación que prevalezca) decidan que no existe tal alteración o aun si determinan que existe, que la misma no es lo suficientemente grave.
Ello implicaría que los mecanismos de la Carta Democrática no se activarían y adicionalmente, un reconocimiento tácito de la mayoría de los países de que en Venezuela sigue existiendo un gobierno democrático.
Ese voto negativo no impediría que más adelante el Consejo Permanente vuelva a considerar la aplicación de la Carta.
El segundo escenario es que la mayoría que finalmente corresponda vote afirmativamente a esas dos interrogantes y por ende pueda considerarse activada la Carta Democrática con relación a Venezuela”
Varios análisis afirman que si dos tercios de los miembros de la OEA (es decir: 24 votos) determinan que en efecto hay una ruptura del orden democrático en Venezuela, se procede a excluir a la nación del sistema interamericano, limitando la capacidad de acción del gobierno. Sin embargo, en el mismo artículo citado, Mariano de Alba explica que:
“La consecuencia fundamental en el caso de que se active la Carta Democrática en Venezuela la explica muy claramente la misma Carta: la realización de las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la normalización de la institucionalidad democrática. […]
Lo más probable es que el Consejo Permanente designe una comisión de representantes de varios países miembros de la OEA para que inicien esas gestiones diplomáticas de consultas, presión y negociación para que se haga un esfuerzo por atender los distintos temas que han destruido la democracia en Venezuela.
Esas gestiones diplomáticas significarían la promoción del diálogo en Venezuela, con miras a que se concreten una serie de hechos para poder recuperar la democracia”.
9. ¿Ya le han aplicado a Venezuela esta cláusula?
Sí. El 13 de abril de 2002, luego del Golpe de Estado contra Hugo Chávez y apenas a siete meses de haber sido instaurada la norma en el organismo hemisférico, se aplicó la Carta Democrática Interamericana. Sin embargo, la medida quedó sin efecto luego de que el gobernante regresó a su cargo.
10. ¿Qué viene ahora?
Aunque aún no se ha llevado a cabo el Consejo Permanente ni la votación para opinar sobre la situación interna de Venezuela, ya el Gobierno de Nicolás Maduro ha hecho algunas declaraciones repudiando lo que definen como intervencionismo de la OEA.
Desde el punto de vista político y diplomático se espera un despliegue en busca de los votos necesarios, que ya pueden haberse adelantado con los recientes a Trinidad y Tobago y a Jamaica.
Algunos analistas consideran probable que el gobierno de Nicolás Maduro considere sacar a Venezuela del organismo. Sin embargo, esto no es tan sencillo. Existe un antecedente: cuando el presidente Hugo Chávez anunció que Venezuela se retiraría de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ese proceso no pudo oficializarse sino tiempo después, el 10 de septiembre de 2013.
Para el análisis posterior, será imprescindible hacer un seguimiento de las reacciones de otros países no-miembros de la OEA ante la declaración del Consejo Permanente, así como a otros organismos multilaterales como el Mercosur, que también cuenta con su propia cláusula democrática (el Protocolo de Ushuaia) y la ONU.
Verónica Egui
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La aplicación de la Carta Democrática en Venezuela: ¿cuáles son los escenarios?
por Mariano de Alba
El Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha solicitado la convocatoria del Consejo Permanente de los Estados miembros de la OEA para que determine si existe una alteración de la democracia en Venezuela.
Se espera que es este informe sea tomado en cuenta cuando el Consejo Permanente se reúna entre el 10 y el 20 de junio de este año para discutir la situación.
Sin embargo, antes de esa reunión, es importante tener en cuenta que la delegación de Argentina ha convocado otra reunión del Consejo Permanente de la OEA que se celebraría el 1 de junio.
El objetivo es emitir una “declaración conjunta” con respecto a la crisis en Venezuela. Esta reunión, si finalmente ocurre, permitirá tantear en mayor detalle la opinión de los gobiernos de la región sobre lo que está ocurriendo en Venezuela y, en consecuencia, acelerar o retrasar la activación de la Carta Democrática.
¿Cuándo se activaría la Carta Democrática?
Una vez que el Consejo Permanente de la OEA se reúna formalmente para discutir la invocación de la Carta realizada por el Secretario General Almagro, los representantes permanentes de los países allí reunidos deberán decidir, mediante el voto, dos cosas:
1. Si desde su punto de vista existe o no una alteración que afecta el orden democrático en Venezuela
2. Si esa alteración es lo suficientemente grave para activar los mecanismos de la Carta.
El Secretario General de la OEA considera que la respuesta a esas dos preguntas debe ser afirmativa y así lo refleja en su informe, pero la decisión según la Carta corresponde a los países miembros de la OEA.
Según un comunicado de prensa emitido por la Secretaría de Asuntos Jurídicos de la OEA y publicado el pasado 5 de mayo, el Consejo Permanente deberá decidir estos dos puntos mediante la mayoría simple de los países miembros (18 o más).
No obstante, esa determinación podría ser objeto de debate visto que la Carta Democrática no lo dice expresamente y el Artículo 89 del tratado fundacional de la OEA prevé que el Consejo Permanente, en el ejercicio de las funciones que le otorga dicho tratado, adoptará sus decisiones por el voto de los dos tercios de sus miembros (24 o más).
Por tanto, el primer escenario es que la mayoría de los países (18 ó 24, según la interpretación que prevalezca) decidan que no existe tal alteración o aun si determinan que existe, que la misma no es lo suficientemente grave.
Ello implicaría que los mecanismos de la Carta Democrática no se activarían y, adicionalmente, un reconocimiento tácito de la mayoría de los países de que en Venezuela sigue existiendo un gobierno democrático. Ese voto negativo no impediría que más adelante el Consejo Permanente vuelva a considerar la aplicación de la Carta.
El segundo escenario es que la mayoría que finalmente corresponda vote afirmativamente a esas dos interrogantes y, por ende, pueda considerarse activada la Carta Democrática con relación a Venezuela.
¿Cuáles serían
las consecuencias de la activación?
La consecuencia fundamental, en el caso de que se active la Carta Democrática en Venezuela, la explica muy claramente la misma Carta: “la realización de las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la normalización de la institucionalidad democrática”.
Por ende, si se llegase hasta aquí, lo más probable es que el Consejo Permanente designe una comisión de representantes de varios países miembros de la OEA para que inicien esas gestiones diplomáticas de consultas, presión y negociación para que se haga un esfuerzo por atender los distintos temas que han destruido la democracia en Venezuela.
Esas gestiones diplomáticas significarían la promoción del diálogo en Venezuela, con miras a que se concreten una serie de hechos para poder recuperar la democracia.
En este sentido, el Secretario General, Luis Almagro, ya ha realizado una serie de recomendaciones en su informe, revelando así hacia donde podrían ir dirigidos los esfuerzos diplomáticos de la OEA, entre otros esfuerzos:
1. La aceptación de ayuda humanitaria para atender la escasez de alimentos y medicinas.
2. La realización del referéndum revocatorio.
3. La liberación inmediata de los presos políticos.
4. La finalización del bloqueo a las leyes aprobadas por la Asamblea Nacional.
5. La incorporación del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos a la Comisión de la Verdad.
Asimismo, el Secretario General de la OEA recomienda que el Consejo Permanente apoye el proceso de diálogo que está promoviendo UNASUR, incorporando a dos o tres expresidentes más entre aquellos que han demostrado preocupación por Venezuela.
Según Almagro, estos expresidentes podrían ser, por ejemplo, Felipe González, Sebastián Piñera o Andrés Pastrana.
¿Y si fallan
los esfuerzos diplomáticos de la OEA?
Visto que la consecuencia fundamental de la activación de la Carta Democrática sería un apoyo más activo por parte de la OEA al diálogo entre los venezolanos, cabe preguntarse qué podría hacer la OEA si sus gestiones diplomáticas resultaren infructuosas. La Carta dispone que, en ese caso, el Consejo Permanente debería convocar a un período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de la OEA para adoptar las medidas que estime apropiadas.
Unas vez más, esas medidas podrían ser gestiones diplomáticas y, eventualmente, una suspensión de la participación de Venezuela en la OEA, pero únicamente si dos terceras partes de los Estados (24 países) así lo decidieran.
El otro recurso que conforme al derecho internacional tendría la comunidad internacional sería desconocer al gobierno de Nicolás Maduro, lo que se concretaría con declaraciones individuales de las cancillerías de la región y el consecuente retiro de los respectivos embajadores de territorio venezolano. Pero incluso esto no garantizaría la recuperación de la democracia en Venezuela.
El diálogo
supone el respeto de la democracia
En su informe, el Secretario General de la OEA le dice al pueblo venezolano que la comunidad internacional está dispuesta a colaborar directamente para resolver la crisis, pero declara que la solución de los problemas le corresponde fundamentalmente a los venezolanos.
Almagro recuerda que el solo hecho de obtener mayorías electorales circunstanciales no otorga el derecho de cercenar los derechos de los adversarios. Por eso, concluye escribiendo que “dialogar no es sentarse a hablar, es demostrar compromiso con la democracia”.
Mariano de Alba es un abogado venezolano, magíster en derecho internacional en la Universidad de Georgetown. Ha sido profesor de derecho internacional y relaciones internacionales en la Universidad Monteávila.
Por #MonitorProDaVinci | 1 de junio, 2016
El 31 de mayo de 2016, la Cancillería venezolana emitió un comunicado oficial en respuesta a la solicitud que hiciera el Secretario General de la Organización de Estados Americanos Luis Almagro, en donde invoca la Carta Democrática Interamericana por considerar que en Venezuela existen “graves alteraciones” del sistema democrático.
En el comunicado, el gobierno venezolano califica de fraudulenta la invocación de la Carta DEmocrática y acusa a Almagro de ser parcializado a favor de un golpe de Estado en Venezuela. A Continuación reproducimos íntegro el texto publicado en la página web del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores y otros portales oficiales del gobierno nacional.
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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA
RELACIONES EXTERIORES
COMUNICADO
La República Bolivariana de Venezuela rechaza categóricamente la solicitud presentada por el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, que pretende en forma fraudulenta invocar el artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana.
El Secretario General vulnera el ordenamiento legal y constitucional de Venezuela, autoconfiriéndose poderes supranacionales, y violando la Carta de la OEA, particularmente su artículo 118.
Venezuela denuncia la actuación fuera de su competencia con extralimitación de funciones y abuso de poder del Sr. Luis Almagro como Secretario General de la OEA, que impide el buen funcionamiento conforme al artículo 116, contraria a los principios y propósitos establecidos en la Carta de esta Organización.
Luis Almagro se ha parcializado, sin escrúpulo alguno, ni ética, con los sectores golpistas, violentos y antidemocráticos que, con apoyo de factores injerencistas internacionales, promueven el derrocamiento del gobierno legítimo y constitucional del Presidente Nicolás Maduro Moros.
Almagro es actor destacado del forjamiento sostenido y sistemático de falsos supuestos que han levantado contra Venezuela, por las potencias imperiales y sus operadores locales, con el único propósito de justificar una intervención extranjera, incluso militar, para apoderarse de los inmensos recursos naturales existentes en nuestra Patria.
Alertamos al mundo que está en curso, nuevamente, un golpe de Estado que pretende alterar la voluntad soberana de nuestro pueblo.
Hacemos un llamado a los pueblos y gobiernos soberanos y en particular los países del Sur, para que condenen esta nueva tentativa de destruir la democracia constitucional bolivariana y sus conquistas, en materia de Derechos Humanos, inauguradas por nuestro Líder Supremo Hugo Chávez, y hagan expreso su respaldo a nuestro pueblo en esta crucial hora de la historia por la independencia y la libertad.
Venezuela es hoy ejemplo de soberanía y autodeterminación.
Los imperialistas y sus agentes locales pretenden derrumbar este muro infranqueable de dignidad soberana, construido sobre la fuerza histórica invencible de nuestros Libertadores.
Con Simón Bolívar, Padre de la Patria, decimos:
“EL AMOR POR LA PATRIA VENCERÁ”
Caracas, 31 de mayo de 2016
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