La red, las campañas electorales y el
pensamiento político norteamericano
Posted: 27 Apr 2016
Una encuesta llevada a cabo por Harvard University a norteamericanos de entre 18 y 29 años afirma que, en un 51%, rechazan el capitalismo, auténtica piedra angular del sistema económico de su país.
Los datos coinciden con la fuerte popularidad de Bernie Sanders, seguramente el candidato que podría considerarse más “de izquierdas” entre los presidenciables norteamericanos de todos los tiempos,
entre los jóvenes de ese mismo rango de edad, o con la mayor movilización de los jóvenes en causas consideradas tradicionalmente como activismo – ahora reducido más bien a “clicktivismo” o “slacktivismo“ – en plataformas como Change.org o Avaaz.
En algunos países, como es el caso de España, es habitual escuchar en algunos círculos conservadores que la opinión en la red tiende mayoritariamente a apoyar las tesis más próximas a la izquierda.
¿Existe una relación entre la evolución del pensamiento
político norteamericano y la popularización del uso de la red?
En la encuesta de Harvard, la mayoría de los jóvenes norteamericanos entre los 18 y los 29 manifiestan rechazar tanto el capitalismo como el socialismo.
Pero en los Estados Unidos, el dato de que un 33% de los encuestados se consideren más próximos a apoyar tesis identificadas con el socialismo frente a un 42% de jóvenes que se identifican con el capitalismo, independientemente del concepto y de la carga ideológica que lleguen a identificar con esas etiquetas, resulta sumamente provocativo, y podría hacer que el mismísimo senador Joe McCarthy se levantase de su tumba en Wisconsin para intentar tomar medidas radicales.
Profundizando en los datos de la encuesta, se aprecia que típicamente, las ideas más próximas al socialismo son apoyadas por los jóvenes entre 18 y 20 años (41%), demócratas (50%), votantes de Clinton (54%), hispanos (38%) y afroamericanos (39%), mientras las tesis capitalistas reciben el apoyo principalmente de los jóvenes con estudios superiores (56%), blancos (43%), hombres (49%), sureños (46%) o del oeste (45%), y republicanos (54%).
Los datos parecen indicar que, en una sociedad hiperconectada en la que toda la información está al alcance de un clic para aquellos a los que les interesa hacerlo, un número creciente de jóvenes tienden a identificarse y a tomar partido con respecto no tanto al capitalismo, sino a algunos de los problemas derivados de su aplicación:
no rechazan la doctrina económica como tal, pero sí cuestiones tradicionalmente asociadas con los sistemas basados en el libre mercado, tales como las desigualdades, la exclusión o la falta de acceso a necesidades básicas como vivienda, comida o salud.
Básicamente, tienden a rechazar el actual status quo, a criticar de manera especialmente acusada los que consideran los fallos del libre mercado, y a encontrarse con una cámara de resonancia adecuada a la hora de plantear estos temas en numerosos foros en la red.
No es tanto una crítica al capitalismo como tal o a la economía de mercado, como lo es a la manera en la que el capitalismo se lleva a cabo en nuestros días.
Pero por la razón que sea, la mención al capitalismo en la red parece haberse convertido en menos cool, en algo incómodo: incluso los conservadores, de hecho, tienden a utilizar el término para criticar al llamado crony capitalism, o capitalismo clientelista.
Tampoco parece expresarse un apoyo explícito al socialismo o, como tal, al funcionamiento de los sistemas basados en esa ideología, aunque sí cabe destacar que la campaña de Bernie Sanders, que se autodefine como “socialista democrático” (con todo lo provocativo que eso puede resultar en ese país),
y el gran apoyo obtenido entre los más jóvenes, parece estar marcando de una manera profunda la manera en la que los llamados millennials se aproximan a un pensamiento político que, desde hacía varias generaciones, parecía haberse alejado de sus conversaciones e intereses.
Ahora, que un simple pajarito se pose sobre el atril de Bernie Sanders durante un mitin hace que se desencadene casi una locura colectiva.
¿Cabe esperar una evolución del pensamiento político en los Estados Unidos, auténtico bastión del capitalismo entendido como tal, derivada de la popularización mayoritaria del uso de la red para obtener información?
¿Se trata simplemente de un efecto coyuntural derivado del planteamiento de una campaña brillante en la red por parte de un político determinado, o hablamos de una deriva sorprendente para un país como los Estados Unidos y que podría tener incluso un alcance mayor?
El efecto de Bernie Sanders, ese“feel the Bern“ al que muchos ven como un nuevo Ronald Reagan de izquierdas y del siglo XXI cuyo efecto sobre los votantes jóvenes Hillary Clinton podría haber subestimado (y que se dedica a trollearla en Twitter), podría terminar en nada en función del complejo sistema norteamericano para la determinación del candidato de cada partido.
Pero incluso si no llegase a ser el candidato en las presidenciales de 2016… ¿podría llegar a marcar una influencia sobre el pensamiento político de los votantes norteamericanos del futuro?
Hasta el momento, el uso de la red por parte de candidatos presidenciales norteamericanos había representado fundamentalmente la supremacía de la analítica.
La campaña de Sanders, sin embargo, explota otro factor, otra serie de valores, otra forma de comunicar, y la aplica a unas ideas políticas que, tradicionalmente, parecían estar alejadas del pensamiento del votante medio estadounidense, joven o maduro.
¿Pueden una cantidad significativa de votantes norteamericanos pensar en encontrarse cómodos bajo la etiqueta “socialista”, adoptada conscientemente por un político y comunicada utilizando la didáctica desde la red?
Llegue o no finalmente a la candidatura demócrata Bernie Sanders, creo que hablamos de una campaña que va a ser estudiada durante bastante tiempo.
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