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lunes, 11 de abril de 2016

Alarma por la Directiva Europea de Secretos Comerciales que se vota este jueves


DIFERENTES GRUPOS PIDEN A LOS EURODIPUTADOS QUE VOTEN 'NO' AL TEXTO ESTE JUEVES
Alarma por la directiva europea de secretos comerciales
Medio centenar de organizaciones por la transparencia y el derecho a la información alertan de que la Directiva de Secretos Comerciales, que se vota este jueves en el Parlamento Europeo, amenaza a cualquiera que divulgue información confidencial de las empresas sin tener ánimo de lucro.
11/04/16 
Con la Directiva, empresas como VW tendrían más margen para despedir a empleados que filtren información y para denunciar a periodistas.
Alarma entre organizaciones de derechos humanos, por la transparencia o por los derechos de consumidores. Este jueves el Parlamento Europeo vota la Directiva de Protección de Secretos Comerciales, un texto que prevé fuertes sanciones, en nombre de la protección de las grandes empresas frente al espionaje comercial y las prácticas de competencia desleal, contra quien divulgue información considerada sensible por estas empresas.
Diversas organizaciones europeas, entre las que se encuentran las españolas Asociación Libre de Abogados, Ecologistas en Acción, Attac España o X.net, han enviado una carta a los diputados europeos en la que solicitan su voto negativo a la directiva, que marca un mínimo común para todos los Estados miembros, a partir del cual los parlamentos estatales podrán legislar.
En principio, para proteger los intereses legítimos de las empresas por defenderse de posibles intromisiones de sus competidores; para las asociaciones que mandan la carta,la definición de secreto comercial que establece la directiva es lo bastante abierta como para amenazar a periodistas, filtradores, organizaciones de consumidores o incluso los exempleados de estas compañías.
Para las 46 organizaciones que han activado esta campaña de urgencia –el texto ya no podrá ser reformado–, la directiva “otorga a las empresas privadas el derecho a demandar a cualquiera que adquiera, utilice o publique cualquier información o documento pueda considerarse un secreto comercial, aunque esa persona no tenga ninguna motivación económica”.
El texto considera secreto comercial como “una información que reune todos los requisitos siguientes: es secreta en el sentido de que no es, en su conjunto o en la configuración de cada uno de sus componentes, generalmente conocida o fácilmente accesible a personas del ámbito que normalmente se desenvuelve con este tipo de información en cuestión; b), tiene valor comercial porque es secreta (C) ha estado sujeta de modo razonable, por la persona legítimamente al cargo de la información, a ser mantenida en secreto”.
Aunque la directiva prevé excepciones para proteger a periodistas, filtradores y empleados, las organizaciones que piden el veto a la normativa consideran que no son suficientes y que, en algunos casos, son meras indicaciones políticas que los parlamentos estatales podrán ignorar cuando adapten su contenido.
Estos grupos consideran que la industria puede defender legítimamente sus intereses proponiendo una definición mucho más estricta de secreto comercial. 
“Las compañías deben identificar proactivamente a qué se refieren por secreto comercial, y para ello deben usar una terminología específicamente ligada a las cuestiones de competencia desleal (para restringir su alcance a los agentes económicos), en vez de usar terminología en defensa de la propiedad intelectual, que puede aplicarse a todos los ámbitos”, señalan en un análisis de la directiva.

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