Páginas

lunes, 28 de marzo de 2016

No dejemos que nos envenenen el alma con su odio y sus falsas banderas


No dejemos que nos envenenen el alma 

con su odio y sus falsas banderas



No dejéis que os envenenen el alma con su odio

ni seáis títeres manipulados por sus falsas banderas.


No caigáis en la maquiavélica trampa del discurso fácil, 

ése que entra bien y pronto, y que apela 

a lo más bajo de nosotros mismos 

y que por tan mal camino lleva,

ni en las redes que urden y tejen 

sus sibilinas palabras con infinita paciencia.


Porque tan solo el diablo, a ver alcanza

hasta donde llega la oscuridad de sus intenciones 

ésas que ocultas yacen 

tras el negro ruín de sus corazones.


No caigáis en la confusión de sus argumentos 

ni en el caos que conlleva sus falsas premisas

porque lo que no era ni fue cierto antes

no es ni debe ser cierto nunca. 


No seáis carne de cañón ni relleno

de vengativas turbas que enloquecen

con el olor a sangre y a linchamiento.


Lo mejor de nosotros mismos se pierde

cuando nos dejamos llevar por lo peor de nosotros mismos.


La mierda es mierda 

aunque millones de moscas la coman a diario 

por mucho que lo contrario

lo machaque todos los días el telediario.


Ellos no tienen más que los medios y el poder que da el dinero

pero nosotros tenemos la fuerza de la verdad, 

la ilusión de quien busca tan solo el bien común y la justicia social

y la esperanza que brota del inocente deseo 

de querer vivir en un mundo mejor y más igualitario.


La humanidad es una 

como uno solo el destino que en común tiene

por mucho que quieran fragmentarla 

las malas lenguas que se agarran como garrapatas 

a falsos ídolos en los que nadie cree 

ya que nadie realmente los sigue, 

o a artificiales fronteras que nadie ve 

y que cambian con el transcurrir de los años

o al pedigrí de una etnia, nacionalidad, lengua o raza

que marca con dignidad tu singularidad 

pero que nunca debe ser motivo para marcar diferencias.


Que sea la vida como la muerte... que a todos iguala

ARMAK de ODELOT
















No hay comentarios:

Publicar un comentario