Páginas

viernes, 19 de febrero de 2016

Un analista de WikiLeaks muestra cómo EE.UU. patrocinó el separatismo en Bolivia


Evo Morales

Un analista de WikiLeaks muestra cómo EE.UU. patrocinó el separatismo en Bolivia

Publicado: 19 feb 2016 
Un investigador de WikiLeaks ha revelado cuánto dinero obtuvieron de EE.UU. las fuerzas opositoras bolivianas.
El Comité de Acción de Emergencia y el Comando Sur de EE.UU. contemplaron en 2008 un golpe de Estado en Bolivia o el asesinato del presidente Evo Morales, según un documento de la Embajada de EE.UU. filtrado por WikiLeaks y analizado por el especialista noruego Eirik Vold, publica 'Prensa Latina'.
Según correos electrónicos datados entre 2006 y 2009, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID) entregó al menos 4 millones de dólares a movimientos separatistas de la región conocida como la Media Luna, que integra los departamentos orientales del país.
La estrategia de EE.UU. contra el Gobierno boliviano debía ser llevada a cabo por grupos opositores radicales que debían volar gasoductos para obligar al Gobierno a aceptar la separación de esos departamentos.
Washington estaba al corriente de los planes de esta serie de atentados pero no los denunció, aseveró Vold. El periodista noruego ha explicado que existen más de 14.000 documentos de WikiLeaks en los que figura el nombre del presidente Evo Morales, lo que verifica la importancia de este país rico en hidrocarburos y otros recursos naturales  para la estrategia norteamericana.

"Esto no es un chantaje, es la simple realidad"

A finales de 2005, Evo Morales ganó las elecciones presidenciales con la promesa de reformar la Constitución, garantizar los derechos de los indígenas y luchar contra la pobreza y el neoliberalismo. 
El 3 de enero de 2006, dos días después de su juramento, el nuevo presidente recibió al embajador estadounidense, David N. Greenlee, que le explicó la visión que la Casa Blanca tenía del futuro de Bolivia, según la publicación de Alexander Main y Dan Beeton en la revista Jacobin.
La asistencia multilateral a Bolivia, según el embajador, dependía del "buen comportamiento" del Gobierno de Morales. "[El embajador] ha subrayado la importancia crucial de las contribuciones de EE.UU. a las instituciones financieras internacional claves como el Banco de Desarrollo Internacional (BID), el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI)". "Cuando piense en el BID debería pensar en EE.UU.", dijo el embajador. "Esto no es un chantaje, es la simple realidad", recalcó. 
Cuando piense en el Banco de Desarrollo Internacional debería pensar en EE.UU. Esto no es un chantaje, es la simple realidad
Sin embargo, Morales, según los cables, mantuvo sus promesas electorales en materia de regulación de los mercados laborales, la nacionalización de los hidrocarburos y la cooperación con Hugo Chávez. En respuesta a estas acciones de Morales, Greenlee sugirió un "menú de opciones" para tratar de obligar a Bolivia a doblegarse a la voluntad del Gobierno de EE.UU. 

Evo Morales: "Nos hemos liberado del FMI"

Algunas de estas medidas eran: vetar todos los préstamos multilaterales en dólares, posponer el plan de alivio de la deuda multilateral, desalentar la financiación de la Corporación del Desafío del Milenio (que pretende acabar con la pobreza extrema) y cortar el "apoyo material" a las fuerzas de seguridad bolivianas.
Pocas semanas después de asumir el cargo, Morales anunció la revocación del contrato de préstamo con el FMI. Años más tarde, Morales aconsejó a Grecia y otros países europeos endeudados a seguir el ejemplo de Bolivia y "liberarse económicamente del dictado del Fondo Monetario Internacional". 
El Departamento de Estado norteamericano reaccionó financiando a la oposición boliviana. Las fuerzas políticas opositoras de la región de la Media Luna comenzaron a recibir más ayuda. Según un correo datado en abril de 2007, la Cancillería de EE.UU. consideraba que la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) "debe fortalecer a los Gobiernos regionales como contrapeso al Gobierno central".
El Departamento de Estado de EE.UU. se tomó en serio la posibilidad de un golpe de Estado en Bolivia o del asesinato del presidente Evo Morales
El informe de 2007 de la USAID menciona unas 101 subvenciones por un total de 4.066.131 dólares "para ayudar a los Gobiernos departamentales a operar más estratégicamente. 
El dinero de la Casa Blanca también fue destinado a los grupos indígenas locales que estaban "en contra de la visión de Evo Morales de las comunidades indígenas". 
Un año más tarde, los departamentos de la Media Luna estaban en abierta rebelión contra el Gobierno de Morales y llamaban a un referéndum sobre la autonomía en el trasfondo de las protestas violentas que acabaron con la vida de al menos veinte partidarios del Gobierno.
Este intento de golpe de Estado fracasó bajo la presión del conjunto de presidentes de América del Sur, que emitieron una declaración conjunta de apoyo al Gobierno constitucional de Bolivia. EE.UU. siguió manteniendo comunicación constante con los líderes del movimiento separatista de la oposición. 
Según Alexander Main y Dan Beeton, contrariamente a su postura oficial durante los acontecimientos de agosto y septiembre de 2008, el Departamento de Estado de EE.UU. tomó en serio la posibilidad de un golpe de Estado en Bolivia o del asesinato del presidente Evo Morales. 
"[El Comité de Acción de Emergencia] junto [al Comando Sur de EE.UU.] desarrolla un plan de respuesta inmediata en caso de una emergencia repentina, como un intento de golpe de Estado o la muerte del presidente Morales", dice el correo de la Embajada de EE.UU. en La Paz. 

'Promoción de la democracia'

Algunos de los métodos de injerencia implementados en Bolivia se aplicaron también posteriormente en otros países con Gobiernos o fuertes movimientos de izquierda. 
Por ejemplo, después de la vuelta al poder de los sandinistas en Nicaragua en 2007, la Embajada de EE.UU. en Managua lanzó un programa de apoyo intensivo al partido derechista de la oposición, Alianza Liberal Nicaragüense (ALN).

'Amenaza bolivariana'

Durante la Guerra Fría, la supuesta amenaza de la Unión Soviética y la expansión del comunismo cubano sirvieron para justificar un sinnúmero de intervenciones políticas de EE.UU. con el objetivo de eliminar Gobiernos de izquierda e implantar regímenes militares de derechas. 
Del mismo modo, las filtraciones de WikiLeaks muestran cómo en la década de 2000 el fantasma del "bolivarianismo" venezolano fue utilizado para justificar la injerencia en asuntos de Gobiernos encabezados por líderes antineoliberales. 
De esa manera, Washington se dedicó a librar una lucha escondida con el Gobierno boliviano, "que había caído abiertamente en brazos de Venezuela" y el Gobierno de Ecuador, que realizaba la función de "portavoz de Chávez".
RT

La “guerra sucia” 

y el financiamiento contra Evo Morales

Publicado: 15 feb 2016

Era evidente que, tras los recientes triunfos electorales en Argentina y Venezuela, la derecha continental iba a concentrar sus esfuerzos en la elección boliviana del próximo 21 de febrero. Ese envalentonamiento tiene una explicación concreta: golpeando con certeza a Morales se terminaría de debilitar el “bloque posneoliberal”, es decir, aquellos gobiernos que, a lo largo de la última década, han impulsado una serie de transformaciones sociales y económicas, impulsando economías favorables para las mayorías. Ese es el cálculo que, a esta hora, debe explicar cualquier análisis sobre lo que suceda en Bolivia, independientemente de la orientación ideológica de quien lo firme.
La nueva “guerra sucia” contra Evo inició semanas atrás con una campaña de prensa sobre un hipotético “tráfico de influencias” de Morales en beneficio de una ex novia suya, Gabriela Zapata Montaño. La operación se caía apenas explicado el escenario global, algo que hicieron pocos medios: Morales se había distanciado de la jóven en 2007, ingresando Zapata Montaño en 2013 -es decir, seis años después- a la empresa china CAMC Engineering Co, que, vale la pena decir, no depende del Estado boliviano. "Estamos convencidos de que todo esto viene de Estados Unidos", dijo Morales explicando su visión del tema al canal Bolivisión, para luego decir que anteriormente "era acusado de sedición, narcotráfico y terrorismo y ahora, como no tienen nada que inventar, me señalan por tráfico de influencias".
Pero la desinformación operada por los artífices de la campaña del NO continuó, incluso con operaciones casi de principiantes. 
La oposición circuló dos fotografías falsas que replicaron algunos periodistas. 
Una, intentando hacer ver a Morales con Zapata Montaño, en un encuentro reciente que jamás ocurrió: la foto mostraba al presidente con Mayra Medinacceli, quien fuera personal de seguridad. 
Otra, una operación de baja calaña de parte del empresario cementero y ex candidato presidencial Samuel Doria Medina, circulando una factura falsa según la cual Evo Morales habría gastado 1400 pesos bolivianos -unos 200 dólares- por un corte de cabello. 
Como se ve: todo suma desde el punto de vista del NO a la operación de erosión presidencial, intentando instalar ideas como nepotismo y corrupción cerca de Morales, a fin de volcar el número de indecisos -un 15% apróximandamente- a la negativa. 
La idea parece ser: “Yo instalo y difundo. ¿Quién se va a enterar después de la desmentida si el gobierno no maneja a los medios de comunicación?”. 
Como se ve, una lógica a todas luces perversa, equiparable al “todo vale”.
Sin embargo, el despliegue de una ayuda externa para confrontar con Morales resulta notablemente más relevante para los intereses de Washington que las tropelías de Doria Medina y compañía: la agencia norteamericana NED, auspiciosa contribuyente de diversas desestabilizaciones en nuestra región contra gobiernos nacional-populares, progresistas y de izquierda, desembolsó unos 8 millones de dólares entre 2003 y 2014 para financiar a dos decenas de ONG´s bolivianas -según cifras oficiales-. Una de ellas, la Asociación Boliviana de Ciencia Política, presenta a su titular participando activamente de la campaña del NO.
La NED juega fuerte porque cree que es el momento para golpear a Morales, quien hasta esta elección cuenta con un impresionante handicap electoral propio: 53.7% en 2005, 64% en 2009 y 61.3% en 2014. 
Sería, por tanto, el “brazo ejecutor” de una política que EE.UU. ya no ha podido implementar de forma presencial desde la expulsión del embajador Philip Goldberg, en 2008, tras ser declarado “persona no grata” por el propio Morales. 
Pero los fondos, como se ve, siguen arribando, independientemente de embajadores, contando con ejecutores de veinte ONG`s, medios de comunicación afines y un conjunto de políticos que está dispuesto a llevar una campaña por un referéndum a los lugares más oscuros posibles.
Esto nos lleva a una conclusión final inocultable: la elección del próximo 21 de febrero no sólo tendrá repercusiones dentro de Bolivia, sino a nivel regional. 
Mientras las fuerzas progresistas anhelan un triunfo de Morales, que frene la “primavera” de las derechas tras las elecciones de Argentina y Venezuela, los sectores conservadores son conscientes de que un triunfo del NO sería la reafirmación de un nuevo giro en la política latinoamericana. 
Y Washington, como vemos, tiene posición tomada en la contienda: apalancar la “guerra sucia”, incrementar las líneas irregulares de financiamiento, e intentar promover una derrota del “bloque posneoliberal”. Evo cuenta con una ventaja: aún con todas estas mediaciones, será sólo el pueblo boliviano el que defina su lugar en la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario