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viernes, 19 de febrero de 2016

SIRIA: La GUERRA del FIN del MUNDO



    SIRIA: 

LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO

                             Primera parte

Desde que dediqué a Siria la primera entrada en este blog, "Siria: la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad", han transcurrido tres años y medio. Toda la muerte, el dolor y el espanto sin fin que se le pueden causar a una nación entera lo viene sufriendo el pueblo sirio desde entonces, cuando ya llevaba padeciendo dieciséis meses los horrores a los que me referí en mi segunda entrada, "Siria: sangre, fuego y cintas de vídeo"

Los "rebeldes moderados" que perpetraban entonces los continuos atentados contra objetivos civiles o militares y llevaban a cabo el peso de las matanzas en las zonas cristianas y chiitas pertenecían al llamado Ejército Sirio Libre, que actuaba con la bula protectora que le ofrecían Estados Unidos, Turquía, las monarquías teocráticas del Golfo (Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes), así como las naciones integradas en la Alianza Atlántica, encabezadas por Francia y Gran Bretaña.



Hoy el Ejército Libre Sirio es apenas un vestigio fantasmagórico, una máscara más (al igual que Al-Qaeda), tras la que ocultar el verdadero rostro del poder que decidió cambiar el mapa del Oriente Medio, cuando, tras los atentados de Nueva York y Washington de 2001, y con la burda justificación de combatir el terrorismo islamista, el presidente George W. Bush decidió intervenir militarmente en Afganistán, Iraq, Libia y Siria para, por "razones humanitarias" liberar a sus pueblos oprimidos de las tiranías y llevarles el desarrollo económico, la prosperidad y las libertades democráticas consagradas por Occidente. 

Aunque nadie ha sido todavía capaz de explicar que semejante cruzada liberadora no colocara en su blanco a las petromonarquías del Golfo, cuyo respeto por las libertades recogidas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos roza el escándalo.


El Estado Islámico todavía no había escenificado su tetral aparición, que en menos de dos años le ha llevado desde la nada a convertirse en una gigantesca potencia terrorista operativa a nivel internacional, después de haberse adueñado de buena parte de Iraq, Siria y Libia, conquistado yacimientos, refinerías y oleoductos petroleros con los que financiar su yihad universal y cuyo número de combatientes extranjeros en Siria se ha visto duplicado en los dieciséis meses anteriores a dicembre de 2015. 

Y todo sin que Estados Unidos ni sus aliados occidentales hayan hecho nada efectivo para impedir su creación ni su irresistible expansión hasta que hace poco más de cuatro meses, a primeros de octubre del año pasado, Rusia decidió dar un vuelco a la situación e intervenirmilitarmente en Siria para ayudar al gobierno de Bashar Al-Assad en su lucha contra el terrorismo más criminal que ha visto el mundo en las últimas décadas. 


La intervención rusa ha representado un cataclismo universal, porque ha puesto en absoluto entredicho la estrategia de Washington al descubrir la irritación americana, que ha reaccionado apuntando a Putin y a Al-Assad como sus únicos enemigos a combatir, en vez de contemplarlos como aliados en la lucha común contra el Estado Islámico, el Frente Al-Nusra y los otros grupos terroristas que operan en Siria y que, según, Washington y sus aliados occidentales, protagonizan los terribles atentados que se suceden cada vez que son necesarios para dar una nueva vuelta de tuerca a la estrategia de ocupación en el Oriente Medio decidida por Bush y seguida a rajatabla por el actual inquilino de la Casa Blanca. 

Para los observadores internacionales que desde el rigor intelectual y la imparcialidad siguen la evolución del conflicto sirio no ha representado ninguna sorpresa que el Gobierno estadounidense siga aferrándose a que la actual ofensiva que llevan a cabo las Fuerzas Armadas sirias en colaboración con los efectivos rusos no está dirigida contra el Estado Islámico y demás grupos terroristas que operan en Siria, sino contra la "oposición moderada" apoyada por Washington, cuando es más que sabido que tal oposición no es más que una invención americana para justificar, tanto su radical oposición a la intervención rusa, como para hacer fracasar las actuales conversaciones para lograr un alto el fuego que sirva de base para negociar un acuerdo de paz. 

Como acaba de reconocer el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, en la entrevista publicada el pasado 24 de enero en el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung: "Después de cinco años de horrores de guerra civil en Siria no existe oposición moderada”.

Milicias de Ahrar Al Sham, "los rebeldes moderados" según Estados Unidos,
desfilan por Ghouta, suburbio de Damasco
Mercenarios del Frente Ahrar Al-Sham

De lo por mí escrito no se desprende que considere, ni mucho menos, al régimen sirio como un modelo de democracia, pero cualquier juicio condenatorio debe tener en cuenta las especiales circunstancias que en mis análisis ido mencionando, muchas de las cuales recogen mi testimonio directo de la Siria que yo conocí apenas tres meses antes de que los ataques terroristas convirtieran la tierras y ciudades que yo había visitado en un infierno de horror y desolación. 


Como explica con razonada ponderación el escritor y militante belga de origen turco Bahar Kimyongür, uno de los mejores especialistas del conflicto en Siria y del fenómeno del "euroyihadismo" en una reciente entrevista:

"La ecuación más comúnmente difundida en Occidente es “un refugiado = un militante anti-régimen sirio”. 

Ecuación que fue desmentida por el periodista Justin Salhani en un artículo publicado el 24 de abril de 2013 en el Washington Post y cuyo título era "Assad aún goza de partisanos entre los refugiados sirios". 

Había hablado con la diáspora siria en Líbano y parecía sorprendido de encontrar refugiados pro-Assad de todas confesiones (hasta en los sunís) y entre las víctimas de bombardeos por el ejército sirio. 

Estos refugiados se dieron cuenta de que habían sido engañados por grupos armados, por jeques del Golfo, por las potencias occidentales y que el único en garantizar la seguridad, la estabilidad y la cohesión nacional es Bashar Al-Assad (...).


"Lo que yo reprocho al régimen sirio "es que, al margen de ser relativamente generoso en el plan social y cultural, siempre ha sido inflexible en el plano político, negándose a llegar a cualquier compromiso. 

Esto, lógicamente, ha creado descontento entre una parte de la población que han sabido aprovechar grupos y “think-tanks” teleguiados por las potencias extranjeras que veían allí una oportunidad de desestabilizar al régimen. 

Claro que ha habido problemas políticos, errores, abusos y crímenes cometidos por el gobierno. Pero dictadura o no, buena parte del pueblo sirio ha elegido resistir en contra del neocolonialismo y la injerencia del terrorismo. Lo que sí importa saber hoy es quién intenta recuperar este descontento popular sirio y con qué fines.

"El principal reto para resolver el conflicto sirio no es Assad, sino la supervivencia de Siria como estado unitario, como nación compuesta de pueblos diversos pero solidarios. 

Assad no me interesa como individuo, son los trece o catorce millones de sirios de todas las confesiones que continúan apoyándole con cuerpo y alma quienes me interesan. 

En esta guerra han muerto 94.000 soldados y milicianos pro-Assad. Son, de hecho, las primeras victimas de la guerra en lo que respecta al número, ya que son más numerosas que los civiles o los terroristas asesinados. 

Si tantos ciudadanos sirios han dado su vida por la Siria de Assad, hay que plantearse unas preguntas sobre sus motivaciones. 

La defensa de un hombre no puede explicar ese sacrificio. 

Hay un modo de vida, un proyecto de sociedad que el pueblo sirio no puede abandonar y por los cuales lucha hasta el final. La Siria de Assad, no son únicamente salas de tortura. Son escuelas, hospitales, museos, una vida cultural intensa, la igualdad ciudadana, la seguridad..."

     FOTOS TOMADAS DURANTE MI ESTANCIA EN SIRIA

                            EN NOVIEMBRE DE 2010


Avenida en el centro de Damasco


Terraza en la Ciudad Vieja de Damasco

Patio de la Gran Mezquita de los Omeyas


Museo Nacional de Damasco

Cabe añadir que, sin discusión posible, Siria era antes de que comenzara el conflicto una nación bien organizada en la que la seguridad estaba asegurada y constituía un hecho bien perceptible en todo su territorio, así como que los derechos sociales habían alcanzado un notable grado de desarrollo y que la libertad religiosa era plena, tanto para las diversas ramas del islam como a todas las confesiones cristianas, cosas que no pueden decirse de ningún otro país del Oriente Medio, empezando por las monarquías del Golfo que vienen apostando la destrucción del régimen sirio para imponer a sangre y fuego las estrictas normas del wahabismo sunita muy similares a las que emplean los bárbaros del Estado Islámico. 


En la entrada titulada "El holocausto sirio: por el bien del imperio", que el 20 de enero de 2013 puse en este blog, expliqué las razones de la política americana y su estrategia respecto a Siria, considerando entonces que poco le quedaba por hacer al gobierno de Bashar Al-Assar ante un enemigo que ya había convertido a Afganistán, Iraq y Libia en "Estados fallidos", según la tan cínica como eufemística denominación usada por los medios de comunicación occidentales para designar a los países de los que proceden las sucesivas oleadas de refugiados que se lanzan al mar para alcanzar las costas de Europa, evitando mencionar que las únicas causas de tales avalanchas de desgraciados no son otras que las catástrofes humanitarias originadas por las guerras decretadas por Washington y secundadas sin rechistar por sus "aliados" de la Alianza Atlántica. 


¿Cómo cabe explicar que EE.UU. no hubiera previsto lo que sucedería en Libia tras destrozar la OTAN todas las estructuras de poder del régimen de Muammar El Gadafi? ¿Acaso no se repitieron en Libia las mismas barbaridades cometidas en Afganistán e Iraq? 

¿Y esa persistencia en derrocar al gobierno de Damasco, el único del Oriente Medio que viene combatiendo el yihadismo de inspiración wahabita, introducido en en Siria por los Hermanos Musulmanes y exportado desde Arabia Saudí a todo el mundo? ¿Acaso en nombre de la democracia? 

No me lo creo, nadie con dos dedos de luces se lo puede creer. La versión oficial que del holocausto sirio nos vienen contando hace aguas por todas partes desde hace demasiado tiempo.



Ante la magnitud del ataque y la persistente voluntad manifestada por Obama de aplicar en Siria la misma receta aplicada en Libia, creí, al igual que la prensa de entonces, que había llegado el momento esperado del ataque fatal que pondría fin al Estado sirio cuando en agosto y septiembre de 2013, Barack Obama, Francois Hollande y David Cameron se pusieron de acuerdo para acusar al Gobierno sirio de haber utilizado armas químicas cerca de Damasco, causando la muerte a más de mil personas. 

Afirmando que Siria había violado «la línea roja», los tres dirigentes de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña anunciaron la preparación de una expedición militar punitiva contra el régimen acusado de haber usado gas sarin contra la población civil. 

Con toda razón creí que a pesar de que la acusación fuese falsa, como acabó demostrándose sin lugar a dudas, el decidido ataque sería inevitable y que el reparto de Siria era inminente, tal como escibí en la entrada "Apocalipse Now: la hora de repartir Siria ya está señalada", que edité en mi blog el 13 de agosto de 2013. 

Las causas de que mi predicción fallara no las conocí hasta más tarde y aparecen magníficamente explicadas por Seymour M. Hersh, el, periodista de investigación más prestigioso de Estados Unidos, galardonado con los premios Pulitzer, National Book Critics Circle y el Premio Los Angeles Times, además de cinco premios George Polk de la Universidad de Long Island a la Integridad Profesional. Los dos artículos que escribió al respecto, "¿El sarín de quién?" y "Obama, Erdogan, los rebeldes sirios y la línea roja", publicados en la prestigiosa London Review of Books, los días 19 de diciembre de 2013 y 17 de abril de 2014, son de obligada lectura por su rigor y porque aporta fuentes de primera mano, como requiere el verdadero periodismo de investigación.


Seymour M. Hersh

¿El sarín de quién?,
 en "London Review of Books" 
Refiriéndose a datos conocidos ya la información confidencial que recibía a través de una "garganta profunda" de absoluta solvencia, Hersh escribe:

"A raíz del ataque (químico) de 21 de agosto, Obama ordenó al Pentágono planear el bombardeo de objetivos. Al inicio del proceso, me dijo el ex-funcionario de inteligencia que «la Casa Blanca rechazó treinta y cinco grupos de objetivos presentados por el Estado Mayor Conjunto, porque no le parecían suficientemente “dolorosos” para el régimen de Assad». Los objetivos originales incluían sólo instalaciones militares y ninguno que tuviera que ver con la infraestructura civil.

"Bajo presión de la Casa Blanca, el plan estadounidense de ataque evolucionó hasta convertirse en «un ataque monstruoso»: dos escuadrones de bombarderos B-52 fueron trasladados a bases aéreas cercanas a Siria, submarinos y buques de guerra equipados con misiles Tomahawk fueron tambien desplegados: «Cada día se alargaba más la lista de objetivos», me dijo el ex-funcionario de inteligencia. 

Y agregó: «Los planificadores del Pentágono dijeron: “no podemos usar sólo Tomahawks para atacar las instalaciones de misiles de Siria debido a que sus ojivas están enterradas muy por debajo del suelo, por lo que dos escuadrones de bombarderos B-52 con bombas de 2.000 libras fueron asignados a la misión. 

Luego vamos a necesitar equipos de búsqueda y rescate para recuperar pilotos derribados y también drones para la selección de objetivos”. Se transformó en algo enorme.»


El presidente Barack Obama, Premio Nobel de la Paz
"La nueva lista de objetivos estaba destinada a «erradicar completamente cualquier capacidad militar que Assad pudiese tener», dijo el ex-funcionario de inteligencia. Los objetivos centrales incluían redes eléctricas, depósitos de petróleo y gas, toda la logística conocida y depósitos de armas, todas las instalaciones de mando y control conocidas y todos los edificios militares y de inteligencia conocidos.

"Gran Bretaña y Francia iban a desempeñar un papel. El 29 de agosto, día en que el parlamento británico votó contra de la postura de Cameron de unirse a la intervención, el Guardian informó de que Cameron ya había ordenado el despliegue en Chipre de seis aviones de combate Typhoon de la RAF y había ofrecido un submarino capaz de lanzar misiles Tomahawk. 

La fuerza aérea francesa –protagonista crucial en los ataques de 2011 contra Libia– estaba profundamente comprometida, según un recuento publicado en Le Nouvel Observateur

El presidente francés Francois Hollande había ordenado que varios cazabombarderos Rafale se unieran al asalto estadounidense. Se supo que sus objetivos estaban localizados en el oeste de Siria.




"Durante los últimos días de agosto (de 2013), el presidente (Obama) le había dado al Estado Mayor Conjunto un plazo para el inicio del ataque. «La hora H estaba fijada para comenzar, a más tardar en la mañana del lunes (2 de septiembre), un asalto masivo para neutralizar a Assad», dijo el ex-funcionario de inteligencia. 

Así que fue una sorpresa para muchos cuando, durante un discurso en el Rose Garden de la Casa Blanca, el 31 de agosto, Obama dijo que el ataque quedaba en suspenso y que había decidido recurrir al Congreso para ponerlo a votación.


Obama, Erdogan los rebeldes sirios y la línea roja,
en "London Review of Books"  

Hersh sigue dieciendo:

"En 2011, Barack Obama encabezó una intervención militar aliada en Libia, sin consultar al Congreso estadounidense. 

En agosto pasado (2013), después del ataque con sarín en la periferia de Damasco, Obama estaba dispuesto a lanzar un ataque aéreo aliado contra Siria, esta vez para castigar al gobierno sirio por supuestamente haber cruzado la «línea roja» que él había establecido sobre el uso de armas químicas en 2012. Luego, menos de dos días antes del planeado ataque, anunció que buscaría la aprobación del Congreso para la intervención.

"El ataque se pospuso en tanto el Congreso se preparaba para las audiencias y fue posteriormente cancelado cuando Obama aceptó la oferta de Assad de renunciar a su arsenal químico en un acuerdo sugerido por Rusia. 

¿A qué se debieron la demora de Obama y su posterior retroceso en Siria cuando no se achicó para arremeter contra Libia? 

La respuesta está en el choque entre los miembros de la administración de Obama comprometidos en hacer cumplir la línea roja y los líderes militares que pensaban que ir a la guerra era no solamente injustificado sino potencialmente desastroso.

"El cambio de opinión de Obama tuvo sus orígenes en Porton Down, el laboratorio del ministerio de Defensa británico, en Wiltshire. 

La inteligencia británica disponía de una muestra del gas sarín utilizado en el ataque del 21 de agosto (en las afueras de Damasco), muestra que al ser analizada permitió comprobar que el gas utilizado no coincidía con los lotes que se sabe existen en el arsenal de armas químicas del ejército sirio. 

El mensaje de que el caso contra Siria carecía de bases fue transmitido rápidamente a los jefes del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos. 

El informe británico intensificó las dudas dentro del Pentágono en momentos en que los jefes del Estado Mayor Conjunto ya se estaban preparando para advertir a Obama que sus planes para un bombardeo y ataque con misiles de largo alcance contra la infraestructura de Siria podrían desencadenar una guerra de grandes proporciones en el Oriente Medio. 

En consecuencia, los oficiales estadounidenses a última hora se encargaron de advertir al presidente, lo que, en su opinión, eventualmente condujo a Obama a la cancelación del ataque".


Como puede verse en los comentarios a mi primera entrada dedicada al conflicto sirio, el día 16 de septiembre de 2013 escribí:


"En los últimos meses he dedicado muchas horas a intentar que la verdadera historia y las razones del holocausto sirio sean conocidas: los medios de comunicación españoles se han limitados a ser portavoces de las mentiras puestas en circulación por la CIA y el Departamento de Estado norteamericano. 

A pesar de que el tiempo me urge, ya que pasado mañana saldré de viaje hacia Italia, todavía me he propuesto rematar mi labor redactando otra entrada en la que muestro cómo testigos privilegiados y absolutamente fiables de los acontecimientos testimonian, sin ningún género de dudas que el ataque con armas químicas fue obra de las milicias yihadistas y no del Ejército sirio fiel al Gobierno legítimo de Damasco. 

Por el momento, será mi último esfuerzo por contrarrestar la desinformación orquestada de la que somos víctimas en la mayor parte de los países occidentales, sobre todo los que, como España, están vinculados a la OTAN, es decir, a los Estados Unidos. 

Será importante que lo haga porque hoy será anunciado oficialmente el resultado del informe de los investigadores de la ONU acerca del empleo de estas armas, que, como era de esperar, no se pronuncian sobre la autoría para no dejar en entredicho al presidente Obama y, junto a él, a la mayor parte de los gobiernos de las naciones occidentales, especialmente los de Francia y Gran Bretaña."



Todos los que hayan prestado atención a mis artículos sobre Siria podrán comprobar que la información aportada por Seymour M. Hersh en sus artículos es absolutamente coincidente con lo que yo vengo escribiendo desde hace cuatro años sobre el holocausto sirio, el papel director de Estados Unidos en el conflicto, así como la permanente ayuda que Turquía, Jordania, Arabia Saudita y Qatar vienen prestando a los yihadistas del Estado Islámico y del Frente Al-Nusra. 


Pese a que muchos de mis más próximos conocidos prefieren creerse a pie juntillas (ellos sabrán por qué) la torcida versión que ofrecen los medios de comunicación españoles, quiero manifestar una vez más mi absoluta independencia ante cualquier grupo de poder, vinculaciones partidistas o adhesión a posturas ideologizadas. 

Para realizar mis análisis solamente me ha movido el sincero interés por encontrar las razones últimas que sirvan para explicar el holocausto que desde los primeros meses de 2011 viene padeciendo la nación siria y que resultaba inimaginable para mi cuando partí de Damasco en el mes de noviembre de 2010. 

No podía saber entonces que aquella visita sería determinante para que dedicara muchas horas de mi vida a seguir día a día la evolución de un conflicto que en nuestros medios informativos resulta absolutamente falseado en función de la dependencia de nuestra política exterior a la estrategia y a las decisiones de Washington, seguidas acríticamente por las naciones europeas vinculadas a la OTAN y justificada por unos medios de comunicación absolutamente plegados a servir como información fidedigna las consignas oportunistas y la propaganda emanada del poder, en la que la Rusia de Putin es el enemigo de Occidente por antonomasia.


Prof. Michel Jabara Carley

Como advierte Michael Jabara Carley, profesor del Departamento de Historia en la Universidad de Montreal, el principal blanco de los medios dominantes en el mundo occidental es el presidente ruso, Vladimir Putin, pero Rusia también lo es. 


La satanización del presidente ruso se ha convertido en un hecho habitual en todos los medios de comunicación de los países occidentales en una ceremonia de confusión planificada muy parecida a las que desarrollaron los americanos con el pueblo japonés cuando la Segunda Guerra Mundial. En su esclarecedor artículo "Los medios dominantes y el Oso ruso", escribe:

"¿Cómo pudo Occidente representar a Putin de manera tan falsa? 

¿Y por qué? Porque Putin no quería arrodillarse ante Jabba (personaje ficticio de la serie La Guerra de las Galaxias, que apareció en la película Star Wars Episode VI). 

Putin se dedicó a restaurar el poderío económico, político y militar de Rusia. Europa occidental no se ha sentido casi nunca tranquila ante una Rusia fuerte. 

La rusofobia occidental data, en realidad, como mínimo del inicio del siglo XIX. Lo último que los medios dominantes quieren ver en Moscú es un dirigente ruso seguro de sí mismo y con espíritu independiente. 

Putin es para ellos el clásico elefante, o más bien el oso, en la tienda de porcelana. Los poderosos de Occidente temen y odian a todo el que se sale del papel de lacayo que se le había asignado.





"Putin comenzó a hablar con demasiada franqueza de agresión cuando Estados Unidos invadió Irak, en 2003, con un pretexto falso y cuando Washington financió las revoluciones de color en Georgia y Ucrania, en 2003 y 2004. 

Tampoco le gustó a Putin que el presidente Bush abandonara el tratado ABM, a finales de 2001, precisamente en momentos en que Putin trataba de trabar amistad. 

"Tenemos que protegernos de Irán, decía Bush. No hay ninguna amenaza de parte de Irán, insistía Putin, nunca la hubo. 


Los rusos sospechaban que Irán era solamente un pretexto para fortalecer el cerco de la OTAN (léase Estados Unidos) alrededor de Rusia. 

Ahora existe un acuerdo con Irán sobre la cuestión nuclear, pero el desarrollo y despliegue del «escudo antimisiles» sigue adelante. Parece que las sospechas de Rusia sobre Estados Unidos no eran infundadas.

"Putin se atrevió también a desafiar el principal elemento de la ideología política de Estados Unidos, el excepcionalismo estadounidense. 

Estados Unidos es «la Nación excepcional», esa es la idea, es la ciudad que brilla en lo alto de la colina, predestinada a imponer sus valores y sus intereses a los demás pueblos, quieran o no y por su propio bien.


Bush Jr. disfrazado de piloto de combate
"Si algo se puede decir sobre los medios dominantes es que no les gustan las críticas sobre sus mitos. Karl Rove, uno de los neocons de Bush Jr., dijo que «ahora somos un Imperio y cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad». 

A eso habría podido agregar que los medios dominantes son portavoces del Imperio, apuntalando las nuevas realidades, exactamente como se describe en la novela 1984 de George Orwell. 

El problema era, y sigue siendo, que esas realidades no son la realidad de la mayoría de los demás pueblos que viven fuera de Estados Unidos y de sus Estados vasallos. 

¿A quién le importa lo que piensen ellos?, comentaba Rove, y agregaba que Estados Unidos iba a crear nuevas realidades «y ustedes, todos ustedes no tendrán más que estudiar lo que nosotros hacemos (...).

"A Occidente no le gustaron las críticas de Putin sobre la agresión de la OTAN contra Libia, en 2011 y el linchamiento del dirigente de ese país, Muammar el-Kadhafi. 

En una escena grotesca podía verse a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, como un vampiro sediento de sangre, riendo ante las imágenes del cadáver ensangrentado de Kadhafi. Putin calificó la agresión de la OTAN contra Libia de «democracia de los golpes aéreos». 

Era una metáfora muy vívida para la hipocresía occidental. En la Libia antiguamente próspera, hoy no hay democracia sino sólo ruinas, caos y grupos de yihadistas violentos que imponen su propia ley. Y eso es gracias a la OTAN, que se ha abierto además un camino en Siria e Irak. 

"Por cierto, los medios dominantes critican a Rusia por su respaldo a la resistencia de Siria contra los monstruos de Frankenstein occidentales, tan a menudo utilizados, desde la guerra de Afganistán contra los soviéticos hasta hoy en día, para derrocar gobiernos laicos independientes en el Medio Oriente y en Asia. 


Pero los yihadistas no se quedaron en Siria sino que invadieron Irak para crear un Estado Islámico. 

Al enviar a Siria unidades de su fuerza aérea, Putin desenmascaró a Estados Unidos y sus vasallos, padrinos de los miembros «moderados» del Estado Islámico. 

Por supuesto, no hay tales yihadistas moderados, son sólo una invención estadounidense. 

Putin habló del engaño occidental e invitó a Estados Unidos a luchar en serio contra sus aliados yihadistas. 

No será un cambio de actitud fácil de adoptar para Washington. Es muy difícil deshacerse de las viejas costumbres.

"El único caso que ha desatado realmente la cólera de los medios dominantes contra Putin y Rusia es el de la crisis en Ucrania. 

Para Occidente, es culpa de Rusia, es la agresión de Rusia, sobre todo la reunificación con Crimea, olvidando que Estados Unidos y sus satélites de la Unión Europea provocaron la actual crisis con su respaldo al golpe de Estado fascista violento en Kiev. 

Nuevamente, haga usted una pequeña búsqueda en internet y verá que la imagen del amenazante oso ruso también se hace omnipresente en este caso. 

El oso amenaza a los habitantes de Crimea para que voten por la reunificación con Rusia. ¿Hasta dónde puede llegarse en materia de absurdo y alejándose de la realidad? (...)



«¿Acaso no se dan cuenta ustedes de lo que han hecho?», preguntó Putin recientemente en la ONU. Niet, Gospadin Prezident, no se dan cuenta. Antes se decía que la verdad tiene sus propios derechos. 

Pero yo no estoy tan seguro de que siga teniéndolos, ni de que los tenga con tiempo suficiente para llegar a ser algo más que un simple tema de debate entre historiadores cuando, como sugirió Karl Rove, ya sea demasiado tarde.

Para evitarlo, el compromiso con explicar de manera comprensible la realidad de los tiempos en que vivimos por parte de los historiadores pasa por indagar hasta el fondo los hechos que nos ocultan y sin los cuales la Historia no es más que una manipulación organizada para encubrir los manejos criminales de los oscuros poderes que nos gobiernan. 

La injusticia deliberada y conscientemente dirigida para producir guerras, que siempre organizan los mismos y por las mismas razones, nos está llevando a unos umbrales de peligro que la inmensa mayoría es incapaz de ver o comprender. 

Los nuevos conceptos de “guerra preventiva”, “guerra por encargo”, “guerra de falsa bandera”, “guerra contra el terrorismo”, “guerra humanitaria”, “guerra encubierta” o “guerra permanente” elaborados y puestos en práctica por Estados Unidos terminarán desembocando, si alguna nación relevante de Europa no decide impedirlo, en la Tercera Guerra Mundial. 

Pero, con ser esto, terrible, lo más doloroso del caso es la ignorancia de las masas occidentales, que elaboran su visión de la realidad a través de la propaganda institucionalizada que los medios de comunicación nos presentan como información fidedigna, siguiendo las directrices marcadas por la OTAN, es decir, del gobierno de Washington. 

Porque los medios de comunicación europeos no es que estén subordinados al Sistema, sino que forman parte fundamental del Sistema mismo. 

Tal como ocurrió en la Alemania hitleriana, cuya información era decidida por el Ministerio de Propaganda dirigido por el tristemente célebre Joseph Goebbels.


Con mis artículos dedicados a Siria intento, dentro de los modestos medios de que dispongo, alertar al mundo, remover las conciencias para que el pavoroso escenario de desolación que estamos presenciando en las tierras de Siria sea algo más que un simple tema de debate, porque, para decirlo con palabras de Walter Benjamín, “no se puede esperar nada mientras los destinos más terribles y oscuros, comentados a diario, incluso a cada hora, en los periódicos, analizados en sus causas y consecuencias aparentes, no ayuden a la gente a reconocer los oscuros poderes a los que la vida está sometida”.

©  Copyright José Baena Reigal

1 comentario:

  1. Es triste que estemos a merced de unos cuantos y tanta gente muera y sufra por culpa de sus intereses egoístas. Además preocupa la creciente comunidad Musulmana con su gran brazo Yijadizta por toda Europa y el mundo!

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