Páginas

miércoles, 17 de febrero de 2016

RECOMENDADO - Los “Nuevos” Pobres de los Países Ricos (Relato Trágico de la Crisis)


Los “nuevos” pobres, de los países ricos 

(un relato trágico de la crisis) (I)

Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 123456

Obertura

Los "nuevos" pobres son aquellos que no vieron venir la cachetada. Aquellos que se creyeron "predestinados" a ser más ricos que sus padres. Aquellos que "hipotecaron" la mitad de los ingresos familiares (o más) para vivir en una casa, muy por encima de sus posibilidades. Aquellos que "confiaron" en el empleo continuo y el ingreso creciente.
Dicen Alberto Minujin y Gabriel Kessler, en su libro "La nueva pobreza en la Argentina" - Temas de Hoy - 1995) que, "los "nuevos" pobres se parecen a los no pobres en algunos aspectos socioculturales, como el acceso a la enseñanzamedia y superior, el número de hijos por familia -más reducido que entre los pobres estructurales- etc.; y a los pobres de veja data, en los aspectos asociados a la crisis: el desempleo, la precariedad laboral, la falta de cobertura de salud, entre otros"…
No es fácil captar en toda su extensión las consecuencias que la pauperización de una parte considerable de la clase media (norteamericana o europea, en el caso que nos ocupa) tiene para aquellos que la sufren en carne propia como en lasociedad en su conjunto. Es que este hecho marca un punto de no retorno, el fin de un tipo determinado de sociedad.
Hasta no hace muchos años, los ciudadanos de Estados Unidos y los países miembros de la Unión Europea, habían formado una sociedad relativamente integrada, en la que una importante clase media había surgido como resultado de un proceso de movilidad social ascendente cuya continuidad no se ponía en cuestión. Desde 1989 (caída de muro de Berlín) en adelante, y ahora, luego de algo más de seis años de empobrecimiento masivo de la clase media, no hay duda de que estos países ya no son los mismos países.
El empobrecimiento de una parte importante de las clases medias de estos países (antes considerados "avanzados") no fue un acontecimiento natural ni una catástrofe inexorable, ni tampoco un hecho que pueda ser analizado en forma aislada. 
Fue el resultado de una serie de factores de orden externo e interno; un proceso para cuya comprensión sería necesario referirse a la poderosa transferencia de recursos del sector público hacia el sector privado, al endeudamiento público y privado, la pérdida de derechos sociales y la falta de una intervención estatal eficaz dirigida a los sectores más vulnerables.
Simultáneamente, se conformó la contracara indisociable del empobrecimiento masivo: la globalización, la privatización, la desregulación, la deslocalización, el libre movimiento de capitales y mercancías… la "nueva" riqueza, que alcanza su apogeo en gran medida en individuos y grupos económicos muy vinculados con el poder político.
En suma: el empobrecimiento fue (y sigue siendo) un hecho económico, un hecho social y un hecho político.
Parte I

El fin del sueño americano

Monografias.com
¿Un fundamento que se desmorona?
El aumento de la diferencia de renta entre la población se ha convertido en una cuestión controvertida en EEUU, a medida que los liberales critican la disminución de la clase media y los conservadores argumentan que unaeconomía de mercado saludable debe recompensar el esfuerzo, el espíritu emprendedor y la toma de decisiones arriesgadas. Pero en lo que concierne a la cuestión relativa a la movilidad económica, o la capacidad del individuo de ascender en el nivel de renta, la mayor parte de las personas parece estar de acuerdo: la movilidad ascendente es algo bueno.
De hecho, los conservadores siempre citan la movilidad económica como razón para no preocuparse por la cada vez mayor desigualdad de los ingresos. Si las personas tienen la posibilidad de subir socialmente, no importa que algunos sean muy ricos y otros estén muchos escalones por debajo en el nivel de renta: con la movilidad económica, las personas no se quedan atrapadas en el punto de partida.
Sin embargo, un volumen cada vez mayor de datos muestra que la movilidad económica ya no es tan común en EEUU como mucha gente piensa. Además, varios estudios muestran que la movilidad económica disminuye a medida que la desigualdad de renta aumenta, señal de que en los próximos años podría ser más difícil para las personas pasar de la pobreza a la clase media, o de la clase media hasta lo alto de la pirámide.
"Estudios recientes indican que hay menos movilidad económica en EEUU de lo que siempre se ha creído", dice un estudio de The Economic Mobility Project (Proyecto de Movilidad Económica) elaborado por The Pew Charitable Trusts, The American Enterprise Institute, The Brookings Institution, The Heritage Foundation y por The Urban Institute. "Los últimos 30 años registraron una caída gradual considerable en el crecimiento de la renta de la familia media en comparación con las generaciones anteriores. Según algunas medidas, somos, de hecho, una sociedad menos móvil que la de muchos otros países, entre ellos Canadá, FranciaAlemania y la mayor parte de los países escandinavos. Eso pone en duda la idea de EEUU como tierra de oportunidades".
¿Cuál es el motor de la movilidad económica?
Se utilizan dos tipos de medidas para evaluar la movilidad económica, observa Nikolai Roussanov, profesor de Finanzas de Wharton. En primer lugar, está lo que se llama movilidad "absoluta", que es la riqueza de los hijos comparada con la de los padres. En segundo lugar, está la movilidad "relativa", que es la capacidad de los hijos de alcanzar una posición económica superior a la que sus padres tenían, que es lo que sucede cuando los hijos de los pobres se incorporan a la clase media.
Aunque ambos tipos de movilidad sean importantes, la movilidad relativa es bastante interesante porque revela hasta qué punto las personas se ven limitadas por las circunstancias de nacimiento o son capaces de ascender en comparación con otras. El estudio del Proyecto de Movilidad Económica dice que la movilidad relativa determina si un país tiene una sociedad que premia la meritocracia, en que las personas progresan por el esfuerzo propio, o si su sociedad está basada en factores de suerte, o incluso si se trata de una sociedad "estratificada en clases", en que los hijos tienden a ocupar la misma posición que los padres.
Los americanos siempre se consideraron una sociedad de meritocracia, sin embargo los datos indican que ése no es necesariamente el caso. "La mayor parte de los estudios muestra que, en EEUU, cerca de un 50% de las ventajasderivadas de tener padres de renta elevada son transmitidas a la generación siguiente", concluye el estudio del Proyecto de Movilidad Económica. "Eso significa que uno de los mayores indicadores del éxito económico futuro de un niño -identidad y características de sus padres- está predeterminado y no se tiene control alguno sobre eso".
Evidentemente, padres prósperos pueden dar a sus hijos una buena educación y otras ventajas que, en general, no están disponibles para las personas de baja renta. Aunque los hijos de padres con más dinero puedan fracasar debido a la pereza, falta de ingenio o mala suerte, de media, ellas se benefician de la buena situación inicial. Al medir la movilidad económica entre las generaciones comparando la renta de los hijos con la de los padres, el estudio del Proyecto de Movilidad Económica constató que los americanos tienen un grado un poco mayor de movilidad que la población de Reino Unido, pero menos que la población de Francia, Alemania, Suecia, Canadá, Finlandia, Noruega y Dinamarca. En los cuatro últimos países citados, el grado de movilidad es dos o tres veces mayor que en EEUU.
Un segundo estudio del Proyecto constató que "un 42% de los niños nacidos de padres pertenecientes a la quinta parte inferior de la distribución de la renta continúan ahí, mientras que un 39% nacidos de padres de la quinta parte superior continúan en los primeros puestos. Solamente cerca de un tercio de los americanos fueron clasificados en el grupo de "ascenso social", o, en otros términos, ganaban más que sus padres y habían alcanzado la quinta parte superior de la escala de la distribución de la renta.
Además, "la historia del pobre que se vuelve rico es más común en Hollywood que en la vida real", concluyó el Proyecto Movilidad. "Solamente un 6% de los niños nacidos de padres pobres con renta familiar muy baja llegaban al nivel superior".
¿Qué hace que la movilidad económica aumente o disminuya?
Un factor fundamental es la desigualdad de los ingresos: cuanto mayor es la desigualdad, menor la movilidad. Roussanov destaca que se necesita menos renta adicional para subir de un quinto al siguiente si la pirámide es más plana, y más renta si es más inclinada. Tal vez eso ayude a explicar la mayor movilidad de Europa y de Canadá. "No está claro si hay más movilidad en las sociedadeseuropeas (...) esto porque la distribución de la renta allí es más compacta", dice Roussanov.
La mayor parte de los especialistas cree que hay otros factores en juego, pero no hay duda de que la desigualdad de la renta está aumentando de forma clara en EEUU. Durante una charla el día 12 de enero (2012) en el Center for American Progress, Alan B. Krueger, economista de Princeton y presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente Obama, presentó datos que muestran una fuerte correlación entre desigualdad de renta y ausencia de movilidad económica. De las diez economías desarrolladas analizadas en el estudio, EEUU tenía la mayor desigualdad y la menor movilidad medidas por el éxito de los hijos en alcanzar niveles superiores al de sus padres. Países con nivel de desigualdad menor -Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca- tenían una movilidad más elevada.
De 1947 a 1979, la tasa real (ajustada por la inflación) de aumento de los ingresos era casi el mismo en todos los niveles de renta de EEUU, dijo Krueger citando cifras de la Oficina del Censo que señalaban un 2,5% de crecimiento anual en la quinta parte de renta más baja y un 2,2% en la quinta parte superior. Después, de 1979 a 2010, las rentas anuales cayeron un 0,4% en la quinta parte más baja y subieron un 1,2% en la más alta. En 1970, un 50 % de las familias americanas pertenecían a la clase media; en 2010, ese porcentaje era del 42,2 %. Según La Oficina del Presupuesto del Congreso, de 1979 a 2004, la tasa de renta real después de descontados los impuestos subió un 9 % en la quinta parte inferior, un 69 % en la superior y un 176 % entre el 1 % más rico.
Citando diversos economistas, Krueger dijo que el cambio tecnológico, que reduce la demanda de trabajadores que no dominan el uso del ordenador y no tienen conocimientos de nivel más elevado, fue el principal factor del aumento de la desigualdad de renta. Entre otros factores importantes destacan: comercio internacional, descenso del salario mínimo después de ajustado por la inflación, caída de afiliación a los sindicatos e inmigración creciente. Además, la disminución de la renta en la era Bush, las ganancias de capital y los impuestos sobre propiedades inmobiliarias contribuyeron aún más a enriquecer a los americanos más ricos. La mayor parte de los países europeos, dijo Krueger, tienen sistemas de impuestos más progresivos que el de EEUU, lo que contribuye a aplanar la pirámide de la renta.
Herring y Roussanov observan que la movilidad de la renta también se vio afectada por el descenso del nivel de la enseñanza. EEUU, dice Herring, "se ha quedado muy por detrás de otros países en desempeño educativo en prácticamente todos los niveles (...) No hay duda de que los estándares han caído. Un menor número de estudiantes termina la facultad, y de los que la terminan, un grupo muy pequeño tiene conocimientos suficientes para hacer una especialización en ciencias o ingeniería".
Eso tuvo lugar en una época, dice Roussanov, en que "la importancia de la educación aumentó", es decir, el trabajador con poca formación tiene menos oportunidad de conseguir empleos bien pagados. "Es evidente la percepción de que el sistema de enseñanza, en particular el sistema de enseñanza primaria, se ha deteriorado con el paso del tiempo". Los últimos años, añade Herring, la crisis financiera y sus consecuencias contribuyeron al declive de la movilidad económica. No hay sólo millones de personas desempleadas, o ganando menos de lo que ganaban antes de la crisis, sino también hay muchas que se encuentran en un verdadero callejón sin salida porque no consiguen vender sus casas.
"Una de las razones por la que las recesiones americanas han sido más superficiales y cortas que en la mayor parte de los otros países se debe al hecho de que los trabajadores americanos siempre han demostrado una disposición notable para trasladarse a lugares donde hay trabajo cuando se quedan sin empleo", dice Herring. "Como el mercado inmobiliario está deprimido, muchos trabajadores que, en otras circunstancias, estarían dispuestos a desplazarse a áreas con mejores oportunidades de trabajo están atados a sus casas que no consiguen vender. Es probable que esa situación mejore con el tiempo, pero ya está tardando mucho".
Como la desigualdad está creciendo en EEUU, la movilidad económica caerá en el futuro, dijo Krueger en su charla. "En otras palabras, la continuidad de las ventajas y desventajas de la renta pasada de padres a hijos debería aumentar cerca de un cuarto en la próxima generación como consecuencia del aumento de la desigualdad experimentada por EEUU en los últimos 25 años", dijo. "Es difícil mirar a esas cifras y no sentirse preocupado por el hecho de que el aumento de la desigualdad está poniendo en riesgo nuestra tradición de oportunidad. La suerte de los padres parece un dato cada vez más importante en la sociedad americana".
¿Un fundamento que se desmorona?
Para muchos americanos, la movilidad ascendente es un valor fundamental, el fundamento del Sueño Americano. Pero la desigualdad de la renta y la disminución de la movilidad son dos cuestiones que relacionadas también tienen implicaciones económicas.
El Pew Charitable Trusts constató que un número cada vez mayor de americanos se muestran pesimistas respecto al futuro, y dudan de que la próxima generación sea tan próspera como la anterior. Según la entidad, "en marzo de 2007, un estudio del Pew Research Center mostró que un 73% de los entrevistados -un aumento del 8% desde 2002- coincidían con la afirmación "Hoy sin duda alguna es verdad que los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres"".
Si las personas creyeran que no pueden progresar, ¿cómo afectará eso a su dedicación en el trabajo o su búsqueda de otras formas de enriquecimiento como, por ejemplo, cursos de especialización o un curso superior? Las personas atrapadas en los escalones inferiores de la pirámide son talentos que se pierden: innovadores, investigadores, emprendedores, educadores, artistas y líderes políticos y empresariales que no recibieron atención. Algunos investigadores dijeron que la creciente desigualdad y la caída en la movilidad han llevado alconsumidor a pedir más préstamos para mantener los niveles deseados deconsumo, lo que contribuye a que tengan lugar sucesos como la burbuja inmobiliaria. Otros dicen que la demanda del consumidor, que es crítica para el crecimiento económico, se ve más perjudicada cuando hay menos gente en la clase media y hay más personas pobres.
Krueger recurrió a un cálculo simplificado para mostrar que de 1979 a 2007, un 1% de las personas de renta más elevada tuvieron un aumento de renta del 13,5%, o cerca de US$ 1,1 billones en 2007. Como los ricos ahorran cerca de la mitad de los incrementos de rentas, frente a un 10% del resto de la población, esa renta desviada redujo el consumo anual en US$ 440.000 millones. Aunque admita que esa cifra pueda ser cuestionada, Krueger concluyó diciendo que "los cálculos dejan claro que la economía estaría en mejor situación, y la demanda agregada sería más robusta, si el tamaño de la clase media no hubiera disminuido como consecuencia del aumento de la desigualdad".
Herring y Roussanov observan que EEUU ha de redoblar su compromiso con la educación. "Una fuerza laboral menos preparada será sin duda menos móvil porque no tendrá flexibilidad para adaptarse a las condiciones económicas en proceso de cambio", dice Herring. "El declive de la movilidad de la fuerza de trabajo lleva al declive de la movilidad social y a una sociedad en que pocos de nosotros querrían vivir".
"Sea como sea, la idea de que EEUU es la tierra de las oportunidades dotada de una movilidad excepcional continúa vigente en Estados Unidos y en el resto del mundo", añade Herring. "Es muy importante, para motivar a las personas, que ellas se esfuercen en sacar lo mejor de sí mismas, pero tal actitud no puede durar mucho si no hay evidencias sólidas de que vale la pena. Eso dependerá de arreglar el sistema de enseñanza, pero nadie parece dispuesto a hacerlo".
Roussanov añade: "No queremos que las personas se queden atrapadas en la pobreza simplemente porque tuvieron la mala suerte de nacer pobres"…
(Fuente: Wharton School de la Universidad de Pennsylvania - 25/01/12)
"Horatio Alger debe morir"
"Tal vez el mayor éxito de la guerra contra el terror haya sido la capacidad para distraer al país de la guerra corporativa contra nosotros. En los dos años transcurridos desde los atentados del 11 de septiembre, las empresasestadounidenses han practicado un saqueo sonado que ha dejado a millones de ciudadanos de a pie sin ahorros, sin pensiones y con pocas o nulas esperanzas de poder dar un futuro agradable a su familia. Los bandidos del mundo de losnegocios (y sus cómplices del gobierno) que han destrozado nuestra economía han intentado culpar a los terroristas, a Clinton y a nosotros.
Pero, de hecho, la destrucción sistemática de nuestro futuro económico se basa meramente en la codicia del "muyahid" corporativo. Hay un plan general, amigos míos, todas las empresas tienen uno, y cuanto antes superéis la tendencia a no querer creerlo, y dejéis de preocuparos porque el hecho de creerlo os sitúe en las filas de los chiflados que prosperan con teoríasconspiratorias, antes tendréis la oportunidad de detenerles. Su curioso objetivoes asumir el control suficiente de nuestras vidas para que, al final, prometamos lealtad, no a una bandera o a alguna noción etérea de libertad y democracia sino a los dictados de Citigroup, Exxon, Nike, GE, GM, P&G y Philip Morris.
Sus ejecutivos son quienes tiene la última palabra y ya podéis votar y protestar y timar a Hacienda todo lo que queráis para vengaros de ellos, pero reconocedlo: ya no estáis en el mundo. Vosotros lo sabéis y ellos lo saben, y lo único que queda es el día en que se codifique en un trozo de papel: la Declaración de los Estados Corporativos de América.
"Consideramos estas verdades manifiestas: que todos los hombres y mujeres y sus hijos menores de edad son iguales para servir a la Corporación, para ofrecer su trabajo sin rechistar, para aceptar cualquier remuneración sin quejas y para consumir sus productos sin pensar. A cambio, la Corporación proveerá el bien común, asegurará las defensas de la nación y recibirá el grueso de impuestos del pueblo…"…
Y si no os calláis y acatáis la disciplina y trabajáis como burros, os despediremos, y luego intentad encontrar otro trabajo en esta economía, ¡imbéciles!
Esta mierda da tanto miedo que claro que hacemos lo que nos dicen, vamos con pies de plomo en nuestro cubículos deprimentes y ondeamos nuestras banderitas americanas para demostrar que sí, jefe, creemos en su guerra contra el terrorismo.
La otra droga es mejor. Se nos receta por primera vez cuando somos niños en forma de cuento de hadas, ¡pero es un cuento de hadas que puede convertirse en realidad! Es el mito de Horatio Alger. Alger era uno de los escritores estadounidenses más famosos de finales del siglo XIX. Las historias de Alger las protagonizaban personajes de entornos empobrecidos que, mediante el coraje, la determinación y el trabajo eran capaces de conseguir grandes éxitos en esta tierra de infinitas oportunidades. El mensaje era que cualquiera puede triunfar en Estados Unidos y a lo grande.
En este país somos adictos al mito feliz de pasar de la pobreza a la riqueza. Las personas de otras democracias industrializadas se conforman con ganar un buen sueldo para pagar sus facturas y mantener a su familia. Pocas tienen el deseo furibundo de hacerse ricas…
Seguro que algunos fantasean con ganar un montón de dinero, pero la mayoría de las personas del resto del mundo no vive su vida pensando en los cuentos de hadas. Viven en la realidad, donde saben que solo habrá unos cuantos ricos y que no serán ellos. Así que vete acostumbrando.
Por supuesto, los ricos de esos países se cuidan mucho de no alterar elequilibrio. Aunque hay unos cuantos cabrones avariciosos entre ellos, se rigen siguiendo ciertos límites… Pero en Estados Unidos el presidente medio gana 411 veces más que los obreros…
En Estados Unidos nos da miedo meternos con ellos. Odiamos encarcelar a nuestros presidentes de empresa cuando infringen la ley. ¡Estamos más que dispuestos a recortarles los impuestos mientras los nuestros aumentan!
¿Por qué? Porque nos tragamos la mentira de que nosotros también podemos ser ricos algún día. Por consiguiente, no queremos hacer nada que nos perjudique el día que acabaremos siendo millonarios. La zanahoria americana cuelga delante de nuestras narices toda la vida y creemos que estamos a punto de alcanzarla…
Este mito tan tentador ha hecho que millones de personas trabajadoras inviertan en bolsa desde la década de los ochenta y pensaron, eh, ¡me puede tocar a mí!... De repente, parecía que todos mis conocidos se subían al tren de la bolsa, colocaban su dinero en fondos de inversión o abrían planes de pensiones. Permitieron que los sindicatos invirtieran el dinero de las jubilaciones enacciones. ¡Los medios de comunicación no paraban de publicar artículos en los que se hablaba de gente trabajadora que se jubilaría casi como millonaria! Fue como una enfermedad contagiosa. Nadie quería quedarse al margen…
Pero era una farsa. Fue una artimaña tramada por los que mandan a nivel corporativo que nunca tuvieron ninguna intención de permitirte la entrada en su club. Solo necesitaban tu dinero para llegar al siguiente nivel, el que incluso les permite no tener que trabajar para vivir…
Y eso es lo que pasó… En el mercado de valores se perdieron más de cuatro billones de dólares. Más billones de dólares en fondos de pensiones y donaciones para universidades han dejado de existir. Pero lo que no ha desaparecido es lo siguiente: los ricos. Siguen entre nosotros y le va mejor que nunca.
Se fueron riendo al banco suizo por el chanchullo del milenio. Lo consiguieron, legalmente en su mayor parte, y si infringieron la ley alguna vez, ningún problema, no hay más que un puñadito de ellos entre rejas mientras escribo esto. El resto está en una playa privada con la arena bien cuidada.
Por tanto, allá va mi pregunta: tras desplumar al público estadounidense y destruir el sueño americano para la mayoría de la clase trabajadora, ¿cómo es que el Congreso en vez de destriparlos, descuartizarlos y colgarlos al amanecer a las puertas de la ciudad, les dio a los ricos un gran beso en forma de recortefiscal sin precedentes y nadie dice ni mu? ¿Cómo es posible?
Creo que se debe a que seguimos siendo adictos a la droga de la fantasía de Horatio Alger. A pesar de todo el daño y las pruebas que apuntan a lo contrario, el estadounidense medio sigue queriendo aferrarse a esta creencia que quizá, solo quizá, él o ella (sobre todo él) lo consiga algún día. Así que no ataques al rico porque algún día ¡ese hombre puedo ser yo!
Escuchad, amigos, tenéis que enfrentaros a la verdad: Nunca seréis ricos. Las posibilidades de que eso ocurra son una entre un millón. No es que nunca vayas a hacerte rico, sino que vas a tener que pasarte el resto de tu vida dejándote lapiel trabajando para pagar la factura del cable y las clases de música y bellas artes de tus hijos en la escuela pública, esas que antes eran gratis.
Y la situación no va sino a empeorar. Las prestaciones que tengas van a quedar en nada. Olvídate de la pensión, olvídate de la Seguridad Social, olvídate de que tus hijos se ocupen de ti cuando seas viejo porque apenas tendrán dinero para mantenerse. Y ni se te pase por la cabeza tomarte unas vacaciones porque lo más probable es que tu trabajo haya desaparecido para cuando vuelvas. Eres prescindible, no tienes derechos y, por cierto, "¿qué es un sindicato?"
Lo sé, muchos pensáis que la cosa no está tan mal. Claro la situación es dura, pero creéis que sobreviviréis. Seréis las únicas personas que, de alguna manera, lograrán salvarse de la locura. No vais a prescindir del sueño de conseguir algún día una porción del pastel. De hecho, algunos creéis que algún día la tarta entera podría ser vuestra.
Tengo noticias: ni siquiera vais a poder lamer la bandeja. El sistema está montado de tal forma que favorece a unos pocos y tu nombre no está en la lista, ni ahora, ni nunca. Está tan bien montado que embauca a personas decentes, trabajadoras, sensibles para que crean que también funciona para ellas. Les sostiene la zanahoria tan cerca de la cara que consiguen olerla. Y con la promesa de que algún día podrán comerse la zanahoria, el sistema recluta un ejército de consumidores y contribuyentes que, con mucho gusto y pasión luchan por los derechos de los ricos, independientemente de que signifique darles miles de millones de dólares en forma de recorte fiscal mientras ellos envían a sus propios hijos a escuelas ruinosas o aunque signifique mandar a sus hijos a morir en guerras para proteger el petróleo del hombre rico…
Como hemos visto, asustar a la gente también funciona. Igual que la religión. Así pues, los ricos tienen un ejército incondicionales de conservadores, derechistas y tipos de la Coalición Cristiana que actúan como soldados de infantería. Es un matrimonio curioso porque los ricos, por lo general, no son ni conservadores ni liberales, ni de derechas ni de izquierdas, ni son cristianos nijudíos devotos. Su verdadero partido político se llama Codicia y su religión es elCapitalismo. Por eso, lo que les satisface es ver a millones de blancos pobres e incluso millones de personas de clase media tirando de la palanca alegremente en las urnas para los candidatos que no harán más que esquilmar a estos blancos pobres y gente de clase media en cuanto tomen posesión del cargo.
Así pues, nuestro reto, nuestra misión, es encontrar maneras de llegar a esos millones de trabajadores y demostrarles que están votando en contra de sus intereses…
Mira, no sé cómo decirlo de forma más suave pero los desgraciados que mandan en nuestro país son una panda de gilipollas maquinadores, ladrones y petulantes a los que hay que hacer caer, eliminar y reemplazar con un sistema totalmente nuevo controlado por nosotros. Se supone que eso es la democracia: el pueblo al poder, joder. ¿Qué nos ha pasado?...
En cuanto caigan en la cuenta que nunca se llamarán Horatio Alter y que los cuentos de hadas son para niños, se harán mayores, y se alzarán, a toda prisa"…
(Párrafos del libro: "¿Qué han hecho con mi país, tío?", de Michael Moore - Ediciones B - 2004)
"Somos los mejores"… (E la nave va)
Entre los veinte países más industrializados del mundo, EEUU es el país número uno en: millonarios, billonarios, gasto militar, muertes por armas de fuego,producción de carne de vacuno, gasto en energía per cápita, emisiones de dióxido de carbonoproducción de basura per cápita, producción de residuos peligrosos, consumo de petróleo, consumo de gas natural, menor cantidad de ingresos generados por impuestos (como porcentaje del PIB), menor tasa de gasto gubernamental (como porcentaje del PIB), consumo diario de calorías per cápita, menor número de partidos representados en la Cámara baja, en violaciones, en muertos por accidente de carretera, en partos de menores de veinte años, en ratificación de menor número de tratados internacionales sobrederechos humanos, entre los países de las Naciones Unidas con un gobierno legalmente constituido que no ratificaron la Convención de la ONU sobre losDerechos del Niño, en cantidad de ejecuciones registradas por delitos cometidos antes de cumplir la mayoría de edad, en muertes de niños menores de 15 años con un arma de fuego, en malas notas en los exámenes de matemáticas de octavo, en convertirse en la primera sociedad en la historia cuyo colectivo más pobre son los niños…
"Cualquier intento de aliviar la indigencia y la pobreza costaría una gran cantidad de dinero, con el agravante de que esta transferencia de capital debe producirse de los adinerados, que votan, a los pobres que no votan. La clase media tiene una profunda aversión a pagar impuestos y los políticos que favorecen aumentos impositivos son castigados en las elecciones. De esta manera se perpetúa el gran tabú de la sociedad norteamericana, el único tema del que no se puede hablar sin peligro de despertar la más escéptica sonrisa del ciudadano medio: la enorme desigualdad en la distribución de la riqueza en el país. En el país de la oportunidad, quien no tiene dinero es porque no quiere trabajar o porque es un inepto. Esta idea está fijada en el inconsciente colectivo con cemento armado, y es realmente complicado para un norteamericano medio deshacerse de ella"... (Párrafo del libro: "América Sociedad Anónima", de Mercedes Odina & Gabriel Halevi - Planeta - 1997)
En el que ha sido por tanto tiempo el país de las oportunidades y la tierra de promisión, la brecha entre ricos y pobres ha ido aumentando en los último tiempos de tal manera que solo puede indicar que el sagrado símbolo del esfuerzo individual ya no es en la actualidad un factor que por sí solo pueda asegurar la promoción social y económica, tal como se había producido históricamente en Norteamérica.
El ex secretario de Trabajo con Clinton y canciller de la Universidad de Berkeley, Robert Reich, sostiene que no es posible una economía creciente y vibrante sin una clase media creciente y vibrante, por lo que insta a "restaurar la enorme clase media estadounidense" para volver a la senda de la recuperación económica.
- La verdad sobre la economía de EEUU (El Economista - 4/6/11Lecturarecomendada
(Por Robert Reich)
La economía estadounidense sigue estancada. El consumo es bajo. Los salarios, también. Es vital que comprendamos cómo hemos pasado de la Gran Depresióna 30 años de Gran Prosperidad; de ahí a 30 años de ingresos estancados y crecientes desigualdades, para terminar en la Gran Recesión, y de ésta a una recuperación anémica.
Desde 1947 a 1977, la nación aplicó lo que podría denominarse una negociaciónbásica con los trabajadores estadounidenses. Los empresarios les pagaban lo suficiente para comprar lo que producían. La producción y el consumo en masa demostraron ser complementos perfectos. Casi cualquiera que quería un trabajo podía encontrarlo con un salario decente. Durante estas tres décadas crecieron los sueldos de todos, no sólo de quienes estaban arriba. Y el Gobierno hizo cumplir esa negociación básica de muchas maneras. Utilizó una políticakeynesiana para conseguir casi el pleno empleo. Brindó a los trabajadores comunes más capacidad de negociación. Proporcionó el seguro social. Y amplió la inversión pública. Por consiguiente, creció la parte de los ingresos que iba a la clase media mientras mermó la porción destinada a lo más alto. Pero no consistía en un juego de suma cero: a medida que la economía crecía, casi todo el mundo mejoró, también los que estaban en lo más alto.
La paga de los trabajadores incluidos en el 20 por ciento más pobre creció un 116 por ciento en estos años, más rápido que los ingresos del 20 por ciento más rico (que subió un 99 por ciento). La productividad también subió más rápido. El rendimiento por hora trabajada se dobló, así como los ingresos medios. Expresadas en dólares de 1997, las rentas de una familia media se elevaron de unos 25.000 a 55.000 dólares. La clase media tenía los medios para comprar, y al hacerlo creaba nuevos empleos. A medida que la economía crecía, la deuda nacional reducía su peso.
La Gran Prosperidad también trajo una reorganización del trabajo. A los empresarios se les exigía por ley dar una paga extra -la hora y un 50 por ciento más- por lo que rebasara las 40 horas a la semana. Esto creó un incentivo para que se contrataran más trabajadores cuando la demanda repuntaba. Además, estaban obligados a abonar un salario mínimo, lo que mejoró los sueldos más pobres. Cuando se despedía, normalmente durante una recesión, el Gobierno concedía prestaciones por desempleo que solían durar hasta la recuperación. Lo que no sólo sacaba a las familias del apuro, sino que les dejaba seguir comprando, un estabilizador automático para una economía en receso.
Quizá lo más significativo sea que el Gobierno elevó la fuerza negociadora del trabajador común. Se le garantizaba el derecho a afiliarse a sindicatos, con los que los empresarios tenían que negociar de buena fe. A mediados de los 50, más de un tercio de los empleados del sector privado estaba afiliado. Y los sindicatos exigían una ración justa del pastel. Las compañías sin sindicatos, temiendo que sus trabajadores quisieran uno, ofrecían tratos similares.
Los estadounidenses también disfrutaban de una seguridad económica frente a los riesgos, no sólo con prestaciones de desempleo, sino también a través de la Seguridad Social, el seguro por discapacidad, por pérdida del sostén económico de la familia, por lesión en el lugar de trabajo o por incapacidad de ahorrar lo suficiente para la jubilación. En 1965, llegó el seguro sanitario para las personas mayores y pobres (Medicare y Medicaid). La seguridad económica fomentó la prosperidad. Al exigir a los estadounidenses compartir los costes de la adversidad, les permitía compartir los beneficios de la tranquilidad. Y eso los dejaba libres para consumir los frutos de su trabajo.
El Gobierno patrocinó los sueños de las familias estadounidenses de tener su hogar en propiedad, facilitando hipotecas de bajo coste y deducciones de los intereses. En muchas zonas del país, subvencionó la electricidad y el agua para que las casas fueran habitables. Y construyó carreteras que conectaban sus hogares con los principales centros comerciales.
El Gobierno también amplió el acceso a la educación superior. Pagó la de quienes volvían de la guerra. Y la expansión de las universidades públicas hizo que la clase media pudiera acceder a ella. El Estado sufragó todo con los ingresos fiscales procedentes de la creciente clase media. Los ingresos también se vieron impulsados por quienes estaban en lo alto de la escala de ingresos, cuyos impuestos marginales eran mucho más altos. El tipo marginal máximo delimpuesto sobre la renta durante la II Guerra Mundial era superior al 68 por ciento. En los años 50, con Eisenhower, a quien pocos llamarían un radical, subió al 91 por ciento. En la década hasta 1970, el tipo marginal máximo estaba en torno al 70. Incluso después de explotar todas las posibles deducciones ycréditos, el contribuyente medio de ingresos altos pagaba un impuesto federal marginal de más del 50 por ciento. Pero en contra de lo que los conservadores habían predicho, los altos tipos no redujeron el crecimiento. Al contrario, permitieron ampliar la prosperidad de la clase media.
Durante la Gran Prosperidad de 1947-1977, la negociación básica había garantizado que la paga de los trabajadores estadounidenses coincidiese con su rendimiento. Pero después de este punto, el rendimiento por hora siguió subiendo. Sin embargo, se dejó que la retribución real por hora se estancase. Es fácil echarle la culpa a la globalización, pero los avances tecnológicos han desempeñado un papel equivalente. Las fábricas que quedan en EEUU han ido echando trabajadores según se automatizan. Y lo mismo le ha ocurrido al sectorservicios. Pero en contra de lo que dice la mitología popular, el negocio y latecnología no han reducido el número de trabajos estadounidenses. Su efecto más profundo ha sido sobre la paga. En lugar de quedarse sin empleo, la mayoría de los estadounidenses se ha contentado con salarios reales inferiores o que se han elevado más lentamente que el crecimiento de la economía. Aunque el desempleo que vino después de la Gran Recesión sigue siendo alto, los puestos de trabajo lentamente vuelven. Pero, para conseguirlos, muchos tienen que aceptar una paga inferior.
Hace más de tres décadas, el comercio y la tecnología empezaron a abrir una brecha entre las ganancias del nivel más alto y las demás. La paga de los titulados por prestigiosas universidades ha remontado el vuelo. Pero la paga y prestaciones de la mayoría de los trabajadores se han mantenido o bajado. Y la consiguiente división también ha hecho que las familias estadounidenses de clase media se sientan menos seguras.
El Gobierno podría haber hecho cumplir la negociación básica. Pero hizo lo contrario. Redujo drásticamente los bienes públicos y las inversiones, golpeando los presupuestos escolares, incrementando el coste de la educación pública superior, reduciendo la formación laboral, recortando el transportepúblico y dejando que los puentes, puertos y autopistas se deterioraran.
Hizo trizas las redes de seguridad, reduciendo la ayuda para las familias desempleadas con hijos, endureciendo las condiciones para optar a los cupones de alimentos, y recortando el seguro de desempleo tanto que, en 2007, sólo el 40 por ciento de los parados estaba cubierto. Redujo a la mitad el tipo máximo del impuesto sobre la renta, pasando del ámbito del 70-90 que prevalecía durante la Gran Prosperidad al del 28-35 por ciento; permitió a muchos ricos tratar sus ingresos como ganancias de capital sometidas a un impuesto del 15 por ciento; y contrajo los impuestos de sucesiones que sólo afectaban al 1,5 por ciento de los asalariados del máximo nivel. Pero al mismo tiempo, EEUU impulsó los impuestos sobre el consumo y las nóminas, que se llevaron un trozo de la paga de la clase media y los pobres mayor que de los ricos.
Tres mecanismos de supervivencia
Pero Estados Unidos siguió comprando mediante tres mecanismos de supervivencia. El primero: las mujeres entran en el trabajo retribuido a partir de finales de los 70, y subiendo en los 80 y 90. Para la parte relativamente pequeña de mujeres con títulos universitarios, era la consecuencia natural de oportunidades educativas más amplias y de las nuevas leyes contra ladiscriminación, las cuales abrieron posibilidades profesionales. Pero la gran mayoría lo hizo para aumentar los ingresos familiares cuando los hogares se vieron golpeados por el estancamiento de los salarios de los hombres. Esta transición de la mujer al trabajo remunerado ha sido uno de los cambios sociales y económicos más importantes de las últimas décadas. En 1966, el 20 por ciento de las madres con hijos pequeños trabajaba fuera de casa. A finales de los 90, la proporción se había elevado al 60. Para las mujeres casadas con hijos de menos de 6 años, la transformación ha sido aún más dramática, del 12 de finales de los 60 al 55 por ciento a finales del siglo XX.
Mecanismo de supervivencia número dos: todos trabajan más horas. En 2005, no era extraño que los hombres trabajaran más de 60 horas a la semana y las mujeres, más de 50. Es decir, el estadounidense medio hacía más de 2.200 horas al año, 350 por encima del europeo medio, más incluso que un japonés.
Mecanismo de supervivencia número tres: gastarse los ahorros y tomar prestado hasta las cejas. Tras agotar los dos primeros mecanismos, era la única forma en que los estadounidenses podían seguir consumiendo como antes. Durante la Gran Prosperidad, la clase media ahorraba el 9 por ciento de sus ingresos. A finales de los 80 y principios de los 90, esa parte se había cercenado al 7 por ciento. Después, la tasa de ahorro cayó al 6 en 1994, y siguió bajando hasta el 3 en 1999. En 2008, los estadounidenses no ahorraron nada. Mientras, la deuda de los hogares explotó. En 2007, el estadounidense medio debía el 138 por ciento de sus ingresos después de impuestos.
Partes: 123456
Página [=página]
Los tres mecanismos se han agotado. El desafío consiste en restaurar la enormeclase media estadounidense. Esto exige resucitar la negociación básica que relaciona los salarios con las ganancias generales, y facilitarle a la clase media una porción de la tarta suficiente. Como deberíamos haber aprendido de La Gran Prosperidad, no es posible una economía creciente y vibrante sin una clase media creciente y vibrante.
"The Truth About the Economy", by Robert Bernard Reich:
Expone lo que considera es la verdad sobre la economía actual, sobre cuál es el principal error que estamos cometiendo.
El razonamiento que se realiza, con datos válidos para Estados Unidos, es el siguiente. En los últimos 30 años el PIB se ha doblado, pero, paradójicamente, los sueldos se han estancado y son prácticamente iguales que por aquel entonces. ¿Quién es el responsable? La inflación, ganamos más nominalmente pero no realmente. Entonces, ¿a dónde van las ganancias? Según el Sr. Reich a los "super rich" (súper ricos), que identifica como los que están en la cima de la pirámide cuando de dinero hablamos. Lo justifica con los datos de ingresos, hace treinta años el 1% más rico de la población se llevaba a su casa el 10% de los ingresos totales, hoy es el 20% y poseen el 40% de la riqueza del país.
Monografias.com
Cree que esto conduce a que aumenten su poder en la legislación y por tanto se reduzcan los impuestos a los más acaudalados. El resultado son menores ingresos tributarios, déficit fiscal y menores servicios como educación, sanidad, infraestructuras… Asimismo las personas empiezan a echarse la culpa unas a otras, nacionales contra inmigrantes, trabajadores de la empresa privada contra la empresa pública, y demás debates que también se reproducen en nuestro país. Pero la realidad, según el vídeo, es que la clase media está débil, lo que les nos lleva a consumir menos, a no querer endeudarnos y en definitiva a una recuperación insatisfactoria y alto desempleo. Conclusión, economía fuerte = clase media fuerte.
Monografias.com
Vemos que el "top 20%" gana un 59.1% de los ingresos totales, pero por la contra paga el 64.3% de los impuestos.
La cuestión no son tanto los tipos impositivos como la creciente divergencia entre "ricos y pobres", no es que los ricos paguen poco, es que "los pobres" ganan poco.
Más datos interesantes:
Monografias.com
¿Curioso, no? Nos pegamos entre nosotros cuando actualmente un CEO gana unas 350 veces más que un empleado medio mientras el ratio histórico es inferior a las 100 veces. Además vemos que los sueldos en la parte alta de la jerarquía suben muy por encima de los beneficios a la par que los de los trabajadores se estancan. Y si bien es simplificar demasiado centrarse en los "CEO" vamos enfocando el problema.
¿En dónde converge todo esto? Globalización. Observen el siguiente gráfico:
Monografias.com
Si bien los resultados del 40% son puntuales, el progresivo menor porcentaje sobre el total por el impuesto de sociedades es un hecho. A raíz de la SegundaGuerra Mundial y coincidiendo con la apertura de mercados y fronteras parece que las empresas han buscado la forma de "optimizar" su carga fiscal aprovechando esta circunstancia, llegando a mínimos del 10% sobre el total o incluso menos.
Claro, con un tipo marginal de los más altos del mundo en Estados Unidos la "optimización" puede entenderse, donde ya jugamos a algo peligroso es cuando una empresa como Google tributa el 2.4% gracias a Irlanda pero sus beneficios vienen de otros lugares con altos impuestos. Es decir, hago mis negocios gracias a unos pero les doy el dinero a otros. Y si bien es injusto personificar en Google porque muchas lo hacen, es un ejemplo que muestra perfectamente lo que está ocurriendo globalmente.
Qué largo me lo fiais: tarde, mal o… ¿nunca?
"Dos años después del final oficial de la peor recesión desde la Gran Depresión, la recuperación de Estados Unidos demuestra ser una de las más decepcionantes desde el fin de la Segunda Guerra Mundial"... La recuperación de EEUU es una de las más decepcionantes (The Wall Street Journal - 4/7/11)
(Junio 2011) Según una amplia gama de indicadores -el crecimiento del empleo, los niveles de desempleo, el crédito bancario, la producción económica, el crecimiento del ingreso, los precios de las viviendas y las expectativas de los hogares de bienestar financiero- la recuperación de la economía estadounidense desde el final de la recesión, en junio de 2009, ha sido la peor, o una de las peores, desde que el gobierno comenzó a seguir estas tendencias tras el final de la Segunda Guerra Mundial.
En algunos sentidos, la recuperación es muy parecida a las registradas en los períodos de 1991 y 2001. Las tres estuvieron marcadas por el crecimiento gradual de la producción y el empleo en vez de la rápida recuperación económica típica de anteriores casos. Pero esta mejoría puede seguir deslucida por años, dicen muchos economistas, debido a la pesada carga de deuda de los hogares, unsistema financiero aún debilitado por la crisis hipotecaria, una confianza frágil y un gobierno con pocas opciones para estimular el crecimiento.
Hay facetas positivas. Las exportaciones, particularmente de bienes agrícolas y manufacturados, están mejorando, en parte debido a las pujantes economías de los países en desarrollo y a la debilidad del dólar.
Aun así, ajustes estructurales mayores están frenando la economía estadounidense.
Los bancos tienen menos capacidad o predisposición para prestar que antes de la crisis. Desde que comenzó la recuperación, los bancos han reducido el dinero que tienen disponible mediante líneas de crédito de US$ 3,04 billones (millones de millones) a US$ 2,69 billones y han reducido las líneas de crédito sobrecapital inmobiliario de US$ 1,33 billones a US$ 1,15 billones, según el Banco de la Reserva Federal de Nueva York.
En general, el crédito bancario a hogares y empresas en EEUU ha caído 4% desde que comenzó la recuperación, algo que contrasta con otras recuperaciones posteriores a la Segunda Guerra Mundial en las cuales el préstamo usualmente repuntó.
Los estrategas, entretanto, están reacios a hacer más para estimular elcrecimiento económico. La Reserva Federal ya ha reducido las tasas de interés a cero y ha tenido resultados débiles con la flexibilización cuantitativa (la inyección de dinero en la economía a través de la compra de valores). Un estímulo fiscal -ya sea por medio de reducción de impuestos o aumento del gasto gubernamental- parece improbable dado el alto déficit fiscal y los magros resultados de intentos anteriores.
El mayor problema quizá sea la deuda que tienen los hogares estadounidenses. En el apogeo de la bonanza económica en el tercer trimestre de 2007, las familias de EEUU habían tomado prestado colectivamente el equivalente de 127% de sus ingresos anuales para financiar las compras de casas, autos y otrosbienes, en comparación con un promedio de 84% en la década de los 90. El dinero empleado para saldar esa deuda significa que haya menos disponible para compras nuevas. Para el primer trimestre de este año, los hogares habían reducido la correlación de deuda respecto de ingreso a 112%, en parte porque los bancos han catalogado parte de la deuda como incobrable.
Librarse de la deuda podría ser un proceso largo y lento. Para volver a la correlación de deuda e ingresos de la década de los 90 de 84%, los hogares tendrían que pagar otros US$ 3,3 billones de deuda, o registrar un alza en sus ingresos de US$ 3,9 billones. Eso es equivalente a alrededor de nueve años de crecimiento del ingreso en tiempos normales, calcula Dana Saporta, economista de Credit Suisse.
Las restricciones de la deuda son especialmente difíciles para los consumidores que antes de la crisis dependían de las tarjetas de crédito o líneas de crédito con garantía hipotecaria para seguir gastando cuando su ingreso caía. Ahora, muchas de estas líneas de crédito se han limitado o eliminado. Con menos acceso a crédito, muchas familias descubren que la única manera de llegar a fin de mes es reducir el gasto.
La deuda y el débil mercado laboral han perjudicado la confianza delconsumidor, lo cual modera aún más su predisposición al gasto. La Universidadde Michigan revela que 24% de las familias espera estar mejor financieramente dentro de un año (junio 2012), el mínimo de esta medición en una recuperación desde la Segunda Guerra Mundial.
Las empresas producen y ganan más, pero no aumentan su personal
- ¿Por qué falla la máquina de empleos de EEUU? (The Wall Street Journal -29/7/11)
(Por David Wessel) Lectura recomendada
He aquí algunos números del desempeño de las empresas y el mercado laboral en Estados Unidos que sirven de barómetros clave de la economía del país. En los últimos 10 años:
- La producción de bienes y servicios se ha expandido 19%.
- Las ganancias de las empresas que no pertenecen al sector financiero han aumentado 85%.
- La fuerza laboral ha crecido en 10,1 millones de empleos.
- El número de puestos de trabajo del sector privado, sin embargo, se ha reducido en casi dos millones.
- Y el porcentaje de adultos estadounidenses con trabajo se ha reducido a 58,2%, un nivel que no se había visto desde 1983.
¿Por qué está fallando la máquina de empleos estadounidense? Como señaló hace poco Greg Hayes, director financiero de United Technologies Corp., "lasventas han regresado, pero la gente no".
En gran parte, eso ocurre porque la economía crece demasiado despacio o como para absorber la fuerza laboral disponible, y los sectores que suelen contratar en las primeras etapas de la recuperación -como la construcción y la pequeña empresa- se vieron paralizados por el descalabro del crédito.
También hay que considerar el factor de la confianza. Si los empleadores estuvieran seguros de que podrían vender más, contratarían a más personas. Si estuvieran menos inseguros de la durabilidad de la recuperación y otros factores, estarían más inclinados a incrementar sus niveles de contratación.
Hay, además, un fenómeno que precede a la recesión y que ha persistido a lo largo de ella. Se trata de los cambios en la forma en que funciona el mercado y cómo los empleadores ven a su fuerza laboral.
Trabajadores desechables
Los ejecutivos lo llaman "reducción estructural de costos" o "flexibilidad". El economista Robert Gordon, de la Universidad de Northwestern, lo llama el surgimiento de "los trabajadores desechables", una abreviación de unaestrategia de las empresas para reducir costos laborales dondequiera que puedan, a un nivel sin precedentes.
El economista Alan Krueger, de la Universidad de Princeton, calcula que 70% de la escasez de trabajo actual es simplemente cíclica, el resultado de una decepcionante recuperación de una profunda recesión. Sin embargo, atribuye 30% a cambios en el mercado laboral que comenzaron una década atrás o más.
Consideremos lo siguiente:
En la recesión más reciente y en las dos anteriores -1990-91 y 2001- los empleadores han sido más rápidos a la hora de despedir empleados y recortar sus horas de trabajo que en las recesiones que las habían precedido. Muchos de ellos también fueron más lentos para volver a contratar. Como resultado, la "recuperación sin empleo" se ha convertido en la norma.
En el pasado, cuando los negocios se desplomaban, las empresas reducíanpersonal y aceptaban menos trabajo por empleado. Durante la profunda recesión de principios de la década del 70, la producción estadounidense de bienes y servicios se redujo en 5% y el empleo en 2,5%. Los economistas trataban de comprender el "acaparamiento laboral", la tendencia de las empresas a retener a los empleados que no necesitaban.
Pero ya nadie piensa así. Entre finales de 2007 (cuando el empleo estadounidense alcanzó su mayor pico) y finales de 2009 (cuando tocó fondo), la producción estadounidense de bienes y servicios disminuyó 4,5%, pero el número de trabajadores se redujo mucho más: 8,3%. El rompecabezas de hoy es entonces: ¿cómo y por qué los empleadores lograron aumentar la productividad, o la producción por hora de trabajo, como nunca antes durante la peor recesión en décadas?
La nueva norma
En una época anterior, cuando más estadounidenses trabajaban en líneas de ensamblaje, muchos despidos eran temporales. Cuando el negocio se recuperaba, los trabajadores volvían a ser convocados, a menudo debido a garantías sindicales.
En el peor momento de la recesión de 1980-82, uno de cada cinco desempleados correspondía a un "despido temporal". En la reciente recesión, la proporción de despidos temporales nunca fue superior a uno de cada 10. Eso se debe en parte a que menos estadounidenses trabajan en fábricas. Hoy, en cambio, si un restaurante no tiene suficientes clientesquiebra.
"Cuando los despidos son temporales, las recontrataciones pueden realizarse muy rápido", comentan los economistas Erica Groshen y Simon Potter, de la Reserva Federal de Nueva York.
Cuando los despidos son permanentes, la recuperación del empleo es lenta, añaden. Si el empleador quiere contratar, debe embarcarse en la tarea de revisar currículos, lo que consume mucho tiempo.
Las empresas, con sus ojos fijos en el precio de las acciones y en las ganancias, valoran más que nunca la flexibilidad encima de la estabilidad. La recesión les demostró que podían hacer más con menos trabajadores de lo que muchos de ellos creían.
En una encuesta a 2.000 empresas a principios de este año, McKinsey Global Institute, el centro de estudios de la enorme empresa deconsultoría, encontró que 58% de los empleadores esperaba tener más trabajadores a tiempo parcial, temporales o subcontratados en los próximos cinco años y más de 21,5% trabajadores "tercerizados o externos".
"La tecnología", señala McKinsey, "permite a las empresas gestionar el empleo como un aporte variable. Con el uso de nuevos sistemas de programación derecursos, se pueden proveer de personal sólo cuando lo necesitan, ya sea por un día completo o unas pocas horas".
Las agencias de ayuda temporal juegan un papel cada vez más importante, desde la provisión de personal fabril y administrativo hasta enfermeras e ingenieros.
Black & Veatch, una empresa de ingeniería de Missouri, que antes de la recesión contaba con 9.600 empleados y los redujo luego a los 8.700 que tiene hoy, contrata alrededor de 100 trabajadores por mes. Cerca de 10% de sus empleados son temporales, indica Jim Lewis, jefe de recursos humanos de la empresa. "Esa es una forma rápida de traer gente, y da un poco de tiempo para saber si el crecimiento se mantendrá o no", explica.
También facilita volver a recortar en tiempos difíciles. Los trabajadores, en pocas palabras, ahora pueden ser contratados "en el momento preciso". Y aparentemente, muchos empleadores no creen que todavía sea el momento. Debido a que pueden contratar personal temporal casi al instante, hay poca necesidad de contratar a la espera de una recuperación en los negocios.
Cuando sí reclutan personal, las grandes empresas multinacionales con sede en EEUU están en mejor condición de y más dispuestas a contratar en el exterior, en parte porque los salarios son a menudo más baratos, pero también porque es allí donde están sus clientes.
En la década de los 90, las multinacionales incorporaron en EEUU casi dos puestos de trabajo por cada nuevo empleo fuera del país; en tanto que en la década siguiente, recortaron 2,9 millones de empleos estadounidenses, mientras que aumentaron 2,4 millones en el extranjero, de acuerdo con el Departamento de Comercio de EEUU.
Hal Sirkin, de Boston Consulting Group (BCG), afirma que el aumento de los salarios en China resta un poco de atractivo al país. En 2000, los salarios de los trabajadores chinos promediaron 3% de los de sus contrapartes estadounidenses. Hoy en día, representan 9%, y la firma de consultoría espera que la cifra llegue a 15% en 2015. Sirkin predice que ello impulsará a muchos fabricantes a devolver el trabajo a EEUU. ¿Cuántos? Sirkin todavía trabaja en un cálculo.
Aun cuando el gobierno cuenta 4,68 trabajadores desempleados por cada puesto que se abre, algunos empleadores insisten en que no pueden encontrar empleados con las habilidades que necesitan a los salarios que pueden pagar.
¿Malbaratando a los Estados Unidos?
"Hubo momentos, en los últimos años, cuando los dirigentes de Estados Unidos no estaban seguros del camino que tomaría la crisis. En sólo un punto, se sentían absolutamente seguros: Estados Unidos no tomaría -mejor dicho: no podía- tomar la ruta de Japón. La economía era demasiado flexible; las respuestas gubernamentales a la crisis, muy contundentes; y el electorado, extremadamente exigente como para permitir que el estancamiento al estilo japonés sucediera en suelo de Estados Unidos"... La década perdida de Estados Unidos (BBCMundo - 1/9/11)
Si a principios de septiembre de 2011, le preguntáramos al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Tim Geithner, nos diría lo mismo.
Pero, ¿qué diría el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke?
Sí, pero... En una conferencia en agosto de 2011 a la que asistieron los gobernadores del banco central y economistas, Bernanke dijo que "no esperaba que el potencial crecimiento a largo plazo de la economía de Estados Unidos fuera a resultar afectado considerablemente por la crisis". Pero Bernanke también dijo que para evitar un daño de ese tipo, los creadores de las políticasgubernamentales deben dar una serie de pasos difíciles.
Las dudas sobre la capacidad para confrontar esos desafíos es lo que lleva a muchas personas, dentro y fuera del país, a preguntarse si, después de todo, no se está yendo por el camino japonés. Incluso hace seis meses, ese pesimismo sonaba un tanto exagerado.
Aunque hubo problemas en el sistema financiero estadounidense que ayudaron a desencadenar la recesión global de 2008-09, la pérdida de la productividad estadounidense fue mucho más pequeña que en otras economías avanzadas y la recuperación estadounidense fue más rápida que en la mayoría de los países europeos y Japón.
Pero la verdad es que esta recuperación fue mucho más lenta que en el pasado. Sin embargo, se sintió como que era el precio inevitable que se tenía que pagar tras la crisis financiera.
¿Aprendieron la lección?
El gobierno todavía sintió que habían aplicado las lecciones del experimento japonés y, por ende, había evitado el mismo destino.
Por ejemplo, la Fed había cortado, en menos de dos años, las tasas de interés a cerca de cero. Eso le tomó al Banco de Japón, en la década de los 90, seis años.
La respuesta fiscal a la crisis en Estados Unidos fue mucho más contundente (ver el Gráfico 3), si bien es cierto que a un alto precio: las relaciones entre los dos principales partidos se enturbiaron de cara al futuro.
Monografias.com
Pero, recientes revisiones de las cifras oficiales del Producto Interno Bruto(agosto 2011) hacen que la crisis se vea mucho más profunda: se ha registrado una caída de 5,1% en la productividad nacional y no 4,1% como se pensó previamente.
La recuperación también se ve más débil.
El resultado es que el ingreso nacional no ha regresado al punto donde estaba antes de la crisis, como sí sucedió en Alemania, país que, de hecho, sufrió una recesión más profunda.
Desempleo
En términos de crecimiento económico, el desenvolvimiento de Estados Unidos en los últimos cinco años (2006/2011) no ha sido mejor que el de Japón durante los cinco años que le siguieron al estallido de la burbuja de activos, a finales de los años 80. El desempleo estadounidense es considerablemente peor.
El panorama del empleo era un terreno inhóspito al inicio del año 2011. A septiembre 2011, es peor, con una tasa de desempleo alrededor del 9% y con un récord de 40% de los desempleados en esa condición por más de seis meses.
En el pasado, los economistas han tendido a alabar la flexibilidad del mercado laboral estadounidense: el desempleo aumenta más rápidamente en una recesión, pero cae más velozmente a medida de que la economía se recupera. Además, el desempleo de largo plazo fue siempre mucho más bajo.
En septiembre de 2011, esa flexibilidad laboral de Estados Unidos pareciera operar en sólo una dirección, mientras que el "sobre-regulado" mercado laboral alemán se ha desempeñado impresionantemente bien.
Algunas estadísticas destacan el fracaso de la economía estadounidense para crear empleos para su creciente población: en 1958, 85% de los hombres estadounidenses en edad de trabajar estaban trabajando. En septiembre de 2011, menos del 64% tiene empleo y, en caso de que crean que es simplemente debido a que las mujeres entraron a la fuerza laboral, el porcentaje de todos los estadounidenses, hombres y mujeres, que tienen un empleo es menor que lo que se ha registrado desde inicios de la década de los 80.
Pero no se trata sólo de trabajos. En su último estudio sobre la economía de Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional analizó en detalle las últimas diez recesiones de Estados Unidos.
Tomando como base la mayoría de los indicadores clave, las dos crisis del siglo XXI (la de 2000-01 y 2008-09) han sido las peores.
Eso es lo que hace que muchos piensen que Estados Unidos ya sufrió una "década perdida", al menos en Main Street (es decir, en el bolsillo de los consumidores).
El ingreso promedio de los hogares estadounidenses cayó 3,6% entre 2001 y 2009.
Los ingresos reales volvieron a caer nuevamente en 2011, mientras que la inflación repunta y los salarios se mantienen en el mismo lugar.
La debilidad de los salarios es similar a la que experimentó Japón (ver el Gráfico 8).
Monografias.com
Como muestra el gráfico, Estados Unidos no es Japón todavía. Necesitaría otros cinco años de lo mismo para realmente seguir el camino de Japón.
El problema es que los analistas están empezando a ver otro síntoma que el Estados Unidos de 2011 comparte con el Japón de los 90: parálisis política.
Eso, más que el crecimiento débil o el actual nivel de endeudamiento público, es lo que más le preocupa a la agencias de riesgo.
¿Recuperación moderada?
Muchos economistas piensan que Estados Unidos podría experimentar una moderada, pero estable, recuperación económica en los próximos años.
Pero, como ha enfatizado Bernanke, eso requerirá que los políticos tomen decisiones difíciles, incluyendo un plan creíble de reducción, a largo plazo, de préstamos federales.
Asimismo, se debe evitar, el año que viene, poner en riesgo la recuperación económica con un retiro demasiado pronto del programa de estímulo.
Incluso -pese al acuerdo al que llegaron los legisladores sobre el límite de endeudamiento estadounidense- existe una gran posibilidad de que las discrepancias entre demócratas y republicanos tengan un efecto adverso: una excesiva rigidez a corto plazo, del orden del 2% del PIB en 2012, sin una sólida estrategia para encaminar la deuda pública hacia un patrón de reducción en cinco años.
Por todas estas razones, es un tanto fácil deprimirse sobre el futuro de Estados Unidos. También es sencillo entender por qué la agencia de calificación Standard & Poor's concluyó que la deuda del gobierno de Estados Unidos no sería triple-A por ahora.
Pero, también se podrían encontrar razones para pensar que los pesimistas, entre ellos S&P, no están vendiendo bien a Estados Unidos.
¿Por qué? Porque dejando la política a un lado, muchos de los ajustes que la economía estadounidense necesitaba para frenar el aumento de su deuda y para competir en los mercados globales, ya están en marcha.
Los ahorros de las corporaciones y de los hogares han aumentado considerablemente y la productividad está despegando. A septiembre de 2011 déficit por cuenta corriente ha ido cayendo, es decir, casi la mayoría del déficit presupuestario del país está siendo financiado por los propios ciudadanos (aunque un significante porcentaje de la deuda acumulada está en bancos internacionales).
De acuerdo con Diana Choyleva, de Lombard Street Research, los costos laborales unitarios en la industria de Estados Unidos cayeron 2% en 2009 y otro 2,8% en 2010.
Las estadísticas de China son más difíciles de conseguir, pero el aumento de los precios y los salarios significa que los costos laborales unitarios de las compañías chinas han probablemente aumentado entre 2,5% a 4,3% al año.
Eso significa que, incluso con China permitiendo una nominal apreciación del yuan contra el dólar, compañías estadounidenses están siendo percibidas mucho más competitivas que hace pocos años.
¿Futuro asiático?
Quizás el siglo XXI le "pertenecerá a China y a India", como muchos sugieren. Pero, Estados Unidos ha sido dado de baja muchas veces antes. Las empresas globales a las que les fue bien en la década pasada, particularmente en el ámbito de la economía digital, saber apreciar a los iconoclastas, a lo que toman riesgosy quienes piensan creativamente. Para bien o para mal, Estados Unidos es mejor conocido por esas características, mucho más que China o Alemania.
Detrás de un vidrio oscuro (sabor amargo)
"Pese a que ya han transcurrido dos años desde que Estados Unidos salió de la recesión, muchos de sus ciudadanos sienten que no es mucho lo que ha cambiado. La economía se sigue recuperando a paso de tortuga de una crisis que no respetó edad, sexo, región ni profesión"... EEUU: Una recuperación con sabor a recesión (The Wall Street Journal - 1/11/11)
Una serie de estadísticas sombrías sirve como telón de fondo de los numerosos estadounidenses obligados a cambiar de carrera, volver a vivir con sus padres o reducir drásticamente sus gastos para ajustarse a sus nuevas circunstancias.
Una cifra, el ingreso mediano por familia, es decir el que está precisamente en la mitad, descendió 3,2% a US$ 53.518 durante la recesión de 2007-2009. Entre junio de 2009 y junio de 2011 cayó otro 6,7% según un análisis de los datos mensuales de la Oficina del Censo.
Otros datos pintan un panorama igual de sombrío. La última recesión sólo fue superada en duración y fuerza por la Gran Depresión de los años 30. La producción total de bienes y servicios demoró dos años en retomar el nivel anterior a la crisis, el lapso más prolongado desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El PIB per cápita, a su vez, aún permanece 3% por debajo del de fines de 2007.
Desde mediados de 2009, cuando acabó la recesión, la economía se ha estadoexpandiendo pero a un ritmo que resulta insuficiente para reducir el desempleo, que se ubica en 9,1%. Y el sector inmobiliario, el más golpeado por la crisis, aún no repunta. Los precios de las viviendas en junio, por ejemplo, estaban 10,1% por debajo de los de mediados de 2009. Uno de cada cinco deudores hipotecarios tiene que pagar una hipoteca que supera el valor de su casa.
La educación, otrora un camino confiable hacia un empleo bien remunerado, no ha frenado el declive de los salarios durante la recuperación. Durante junio de 2009 y junio de 2011 cayeron los ingresos medios de las familias encabezadas por los egresados de la escuela secundaria (8,2%), y por quienes tienen un título universitario (5,9%), según los cálculos de la firma Sentier Research.
El resultado es que las personas que reciben menores ingresos y ven cómo sus pensiones se han reducido gastan menos. Las preocupaciones acerca de perder o encontrar un empleo, o el pago de deudas, se traducen en una mayor cautela a la hora de abrir la billetera.
Monografias.com
Sólo 21% de los estadounidenses espera una mejoría de la economía durante los próximos 12 meses, según una encuesta realizada en octubre (2011) por The Wall Street Journal y NBC News.
La mayoría de los economistas que participaron en la última encuesta de proyecciones de The Wall Street Journal, por su parte, estima que el ingreso medio demorará más de 10 años en regresar a los niveles previos a la recesión.
En momentos en que los ingresos están estancados, las familias han optado por reducir paulatinamente sus niveles de endeudamiento. Jerry Webman, director de inversión y economista jefe de Oppenheimer Funds, estima que los estadounidenses sólo han recorrido la mitad del camino en este sentido. Basándose en información como los niveles de crédito de consumo, "pareciera que a estas alturas estamos tocando fondo", indicó.
Hasta que termine, este proceso de reducción de deuda limitará el repunte de la economía, aunque EEUU no reciba ningún shock externo, lo que obliga a los estadounidenses a tratar de sobrevivir en una recuperación económica que es muy desigual.
Las firmas gastan en maquinaria, pero no crean empleos.
"En ninguna otra recuperación estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial las empresas han sido tan rápidas en impulsar el gasto en maquinaria y software y, al mismo tiempo, más lentas a la hora de contratar empleados"... El hombre vs. la máquina, el dilema de EEUU (The Wall Street Journal - 17/1/12)
Parte de esto tiene que ver con la vieja historia de sustituir capital por mano de obra. Pero una combinación de exenciones tributarias temporales que en 2011 permitieron a las empresas en Estados Unidos reducir el valor contable de la totalidad de sus inversiones en el primer año y tasas de interés históricamente bajas a corto y largo plazo ha acelerado el proceso.
La contratación, en tanto, es demasiado lenta como para reducir rápidamente la tasa de desempleo. Las empresas han incorporado trabajadores a una tasa mensual de 142.000 durante los últimos seis meses del año 2011, la mitad del ritmo necesario para reducir de manera significativa la desocupación, que en la actualidad se ubica en 8,5%.
Billy Cyr, presidente ejecutivo de Sunny Delight Beverage Co., una firma de bebidas de Cincinnati, Ohio, cuenta que está comprando nueva maquinaria en parte gracias a los precios de liquidación. "Cuando el costo del capital aumenta, es difícil justificar la compra de equipos y, en cambio, puede dar lugar a un mayor empleo a partir del uso de la maquinaria existente", opina, por ejemplo añadiendo turnos u horas extras. A finales de 2011, ocurre lo contrario.
En lugar de contratar, empresas como Sunny Delight y el fabricante de motosierras Stihl Holding AG están invirtiendo en tecnología para realizar susoperaciones de manera más productiva. La historia sugiere que la inversión que aumenta la productividad a la larga crea puestos de trabajo y eleva los niveles de vida. La mecanización agrícola y la automatización de las fábricas desataron temores de desempleo permanente, pero la eficiencia en la producción de las materias primas creó puestos de trabajo en todo tipo de servicios.
La mayoría de los economistas dice que el aumento de la productividad surtirá el mismo efecto benéfico a largo plazo. En el corto plazo, sin embargo, la mayor eficiencia permite a las empresas demorar la contratación.
Y eso es lo que ha estado sucediendo en las últimas recuperaciones de la economía estadounidense. El gasto en equipo y la incorporación de empleados están, en general, sincronizados. Desde que EEUU comenzó a crecer de nuevo, en 2009, el gasto real en equipo y software se ha incrementado en 31%. En el período de posguerra, sólo después de las recesiones de 1970 y 1982 ese tipo de gasto experimentó una expansión más rápida. El empleo en el sector privado aumentó apenas 1,4% durante el mismo lapso. Sólo el repunte posterior a las recesiones de 1980 y 2001 mostró un crecimiento más lento del empleo.
Erik Brynjolfsson, economista del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), afirma que las empresas comenzaron a priorizar la inversión en tecnología que ahorra mano de obra en la primera mitad de la década pasada. El punto de inflexión, señala, se produjo durante la recesión, cuando se dieron cuenta de que podían hacer mucho más de lo que esperaban con menos gente.
Las compañías han reaccionado al retroceso de la demanda invirtiendo en maquinaria que automatiza funciones.
"Es como si la economía tuviera un potencial reprimido de ahorro de mano de obra que no había manifestado hasta la recesión", sostiene Brynjolfsson, autor de un nuevo libro sobre la automatización.
Por supuesto, el aumento del gasto en capital no es el único impedimento para la creación de empleos. Algunos empleadores dicen que contratarían más si no hubiera tanta incertidumbre. Otros se quejan de que no pueden encontrar trabajadores calificados para cubrir sus vacantes.
El gobierno estadounidense dice que la situación del empleo sería peor si no fuera por el salto en la inversión empresarial.
Jason Furman, director adjunto del Consejo Nacional Económico de la Casa Blanca, señala que el gasto en equipamiento y software ha creado puestos de trabajo en las empresas en expansión, así como en las que fabrican e instalan los equipos. La contratación, sin embargo, es impulsada principalmente por el crecimiento de la demanda y ese es el aspecto más problemático.
As time goes by: de los "déficits gemelos" a los "déficits trillizos"
- Los tres déficits de Estados Unidos (Project Syndicate - 2/2/12) Lectura recomendada
(Por Laura Tyson)
Berkeley.- Este año comenzó con una serie de informes que incluyen reconfortantes pruebas de que la recuperación económica en los Estados Unidos se está fortaleciendo. El ritmo de creación de empleos ha aumentado, los indicadores de manufactura y servicios han mejorado, y el consumo ha sido más fuerte de lo previsto. Pero es demasiado pronto para celebrar.
El crecimiento de la producción en EEUU sigue siendo anémico y la economía continúa enfrentando tres importantes déficits: un déficit de puestos de trabajo, un déficit de inversión y un déficit fiscal de largo plazo. No es probable que en un año electoral se aborde ninguno de ellos.
Aunque hoy la producción es más alta que en el cuarto trimestre de 2007, sigue estando muy por debajo de lo que podría si la capacidad productiva y la mano de obra se utilizaran plenamente. Esa brecha -entre la producción real y potencial- se estima en más del 7% del PIB (más de 1 billón de dólares).
La brecha del producto refleja un déficit de más de 12 millones de puestos de trabajo, la cantidad necesaria para volver al nivel máximo de empleo de la economía en 2007 y absorber las 125.000 personas que ingresan a la fuerza de trabajo cada mes. Incluso si la economía crece a un 2,5% en 2012, como estiman la mayoría de las previsiones, el déficit de puestos de trabajo seguirá existiendo y no se cerrará sino hasta el año 2024.
Este déficit es principalmente el resultado de una demanda agregadainsuficiente. El consumo, que representa alrededor del 70% del gasto total, se ve limitado por el alto desempleo, el débil aumento de los salarios y un brusco descenso del valor de la vivienda y la riqueza de los consumidores. El repunte del consumo en los últimos meses de 2011 fue financiado por una disminución en la tasa de ahorro de los hogares y un gran aumento del crédito al consumo. Ninguna de estas tendencias es saludable ni sostenible.
Con una tasa de desempleo del 8,5%, una tasa de participación laboral de apenas el 64% y el estancamiento de los salarios reales, el ingreso laboral se ha reducido a un mínimo histórico de 44% del ingreso nacional. Y se trata del componente más importante de los ingresos de los hogares y el principal motordel consumo.
Incluso antes de la Gran Recesión, los trabajadores y los hogares estadounidenses estaban en problemas. La tasa de crecimiento del empleo entre 2000 y 2007 se redujo a sólo la mitad de su nivel en las tres décadas anteriores. El aumento de la productividad fue fuerte, pero superó ampliamente el crecimiento de los salarios; las compensaciones de los trabajadores por hora real se redujeron, en promedio, incluso para aquellos con una educación universitaria.
De hecho, el período 2002-2007 fue la única recuperación registrada durante la cual se redujo el ingreso real de las familias medias. Más aún, las oportunidades de trabajo siguieron polarizándose, con un crecimiento del empleo en ocupaciones de altos salarios profesionales, técnicos y de gestión, así como en los de bajos ingresos de servicios de alimentos, cuidados personales y servicios de seguridad.
Por el contrario, el empleo cayó en ocupaciones que requieren habilidades medias, tanto de obreros como administrativos, sobre todo en la industria manufacturera. Los hogares estadounidenses en apuros redujeron sus tasas de ahorro, tomaron préstamos poniendo como garantía sus viviendas y aumentaron su deuda para mantener el consumo, lo que contribuyó a las burbujas inmobiliaria y crediticia que estallaron en 2008 y que han requerido un doloroso desapalancamiento desde entonces.
Tres fuerzas han impulsado los cambios estructurales adversos del mercado laboral de EEUU:
· Un cambio tecnológico que exige habilidades especializadas y ha automatizado el trabajo de rutina, al tiempo que impulsa la demanda de trabajadores con al menos un título de educación superior.
· La competencia global y la integración de los mercados laborales a través del comercio y la subcontratación, que han eliminado puestos de trabajo y reducido los salarios.
· El descenso de la competitividad de Estados Unidos como un lugar atractivo para ubicar la producción y el empleo.
El cambio tecnológico y la globalización han creado similares retos del mercado laboral en otros países desarrollados. No obstante, las opciones de políticas de EE.UU. son responsables de la erosión de la competitividad de Estados Unidos.
En particular, Estados Unidos está subinvirtiendo en tres áreas importantes que ayudan a los países a crear y conservar empleos de salarios altos: habilidades ycapacitación, infraestructura, e investigación y desarrollo. El gasto en estas áreas representa menos del 10% del gasto de gobierno de los EEUU, y esta proporción ha ido disminuyendo con el tiempo. Hoy el gobierno federal puede pedir prestado a tasas de interés históricamente bajas, y hay muchos proyectos en educación, infraestructura e investigación que podrían generar una retribución mayor, crear puestos de trabajo ahora y reforzar la competitividad de EEUU en la atracción de empleos con salarios altos.
El presidente Barack Obama ha planteado numerosas propuestas para reforzar la competitividad nacional, pero los republicanos del Congreso las han rechazado, alegando que el país se enfrenta a una crisis fiscal inminente. De hecho, el déficit federal como porcentaje del PIB se reducirá significativamente en los próximos años, incluso sin más medidas de reducción del déficit, antes de subir a niveles insostenibles para el año 2030.
En efecto, EEUU se enfrenta a un déficit fiscal de largo plazo, en gran parte resultado del aumento de los costos de la salud y el envejecimiento de la población. Sin embargo, el déficit fiscal actual se debe principalmente a los débiles ingresos fiscales, por la lentitud del crecimiento y el alto desempleo, y las medidas temporales de estímulo que se desvanecen en momentos en que la demanda agregada sigue siendo débil y se justifica un estímulo fiscal adicional.
Como mínimo, para mantener la economía en un camino de crecimiento del 2,5% este año, la reducción de impuestos de nómina y las prestaciones por desempleo propuestas por Obama deberían extenderse hasta fines de año. Estas medidas serían un refuerzo para la frágil recuperación y no aumentarían la brecha fiscal de largo plazo.
Entonces, ¿cómo se deben afrontar el déficit de empleos, inversiones y fiscal de largo plazo de la economía estadounidense?
Las autoridades deberían complementar hoy mismo las medidas fiscales para mejorar los déficits laboral y de inversión con un plan plurianual para reducir gradualmente el déficit fiscal de largo plazo. Este plan debería aumentar el gasto en educación, infraestructura e investigación, al tiempo que reduce el crecimiento futuro del gasto en atención de salud a través de los mecanismos de contención de costes contemplados en las leyes de reforma a la salud de Obama.
Si se aprueba hoy un plan de reducción del déficit en el largo plazo pero se difiere su inicio hasta que la economía está cerca del pleno empleo, se evitaría que una contracción fiscal prematura haga caer nuevamente la economía en una recesión. De hecho, la aprobación de ese paquete podría reforzar la producción y el empleo, aliviando las preocupaciones de los inversionistas sobre los futuros déficits y fortaleciendo la confianza de los consumidores y los empresarios.
Habría que tomar hoy decisiones dolorosas sobre cómo cerrar la brecha fiscal de largo plazo y aplicarlas con diligencia una vez que la economía se haya recuperado. Sin embargo, para los próximos años, las prioridades de la política fiscal deben ser el empleo, la inversión y el crecimiento.
(Laura Tyson, ex Presidente del Consejo de Asesores Económicos del Presidente de Estados Unidos, es profesora de la Escuela Haas de Negocios de la Universidad de California, Berkeley. Copyright: Project Syndicate, 2012)
La desigualdad creciente: causas y efectos
- La trampa de la desigualdad (Project Syndicate - 8/3/12) Lectura recomendada
(Por Kemal Dervis)
Washington, DC.- A medida que crece la evidencia de que en todas partes del mundo está aumentando la desigualdad de los ingresos, el problema recibe una mayor atención de los académicos y responsables del diseño de políticas. Por ejemplo, en los Estados Unidos, la participación en los ingresos del 1% de la población que más gana se ha más que duplicado desde los años setenta, pasando de un 8% del PIB anual a más del 20% en fechas recientes, un nivel que no se había alcanzado desde los años veinte.
Si bien hay razones éticas y sociales para inquietarse por la desigualdad, éstas no tienen una fuerte relación con la política macroeconómica per se. Esa relación se observó en los primeros años del siglo XX: algunos señalaban que elcapitalismo tendía a generar una debilidad crónica de la demanda efectiva debido a la concentración creciente del ingreso que conducía a una superabundancía de ahorros porque los excesivamente ricos ahorraban mucho. Esto alimentaría "guerras comerciales" porque los países tratarían de buscar más demanda en el extranjero.
Sin embargo, a partir de los años treinta este argumento desapareció porque las economías de mercado de Occidente crecieron rápidamente en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial y la distribución del ingreso se volvió más uniforme. Mientras existiera un ciclo de negocios no aparecía una tendencia perceptible hacia la debilidad crónica de la demanda. Las tasas de interés de corto plazo, diría la mayoría de los macroeconomistas, podrían establecerse en un nivel suficientemente bajo como para generar tasas razonables de empleo y demanda.
Sin embargo, ahora, cuando la desigualdad está aumentando nuevamente, los argumentos que relacionan la concentración del ingreso con los problemas macroeconómicos se escuchan otra vez. Raghuram Rajan, de la Universidad de Chicago, y ex economista en jefe del Fondo Monetario Internacional, ofrece una explicación razonable sobre la relación entre la desigualdad en el ingreso y la crisis financiera de 2008 en su más reciente libro, Fault Lines, que ha sido premiado.
Rajan argumenta que en los Estados Unidos la enorme concentración del ingreso en los que más tienen condujo a diseñar políticas destinadas a promover el crédito insostenible en los grupos de ingresos medios y bajos, mediante subsidios y garantías de crédito en el sector de la vivienda y unapolítica monetaria laxa. También hubo una explosión de deuda de tarjetas de crédito. Estos grupos protegieron el aumento del consumo al que se habían acostumbrado mediante un mayor endeudamiento. Indirectamente, los más ricos, algunos de ellos fuera de los Estados Unidos, ofrecieron créditos a los otros grupos de ingreso en donde el sector financiero actuó, con métodos agresivos, como intermediario. Este proceso insostenible se vio interrumpido abruptamente en 2008.
Joseph Stiglitz y Robert Reich han hecho argumentos similares en sus libros, Freefall y Aftershock, respectivamente, mientras que los economistas Michael Kumhof y Romain Ranciere han diseñado una versión matemática formal de la posible relación entre la concentración del ingreso y la crisis financiera. Mientras que los modelos de base difieren, las versiones keynesianas hacen hincapié en que si los muy ricos ahorran demasiado se puede prever que el aumento constante de la concentración del ingreso conducirá a un exceso crónico de ahorros programados con respecto a la inversión.
La política macroeconómica puede servir para compensar mediante un gasto deficitario y tasas de interés muy bajas. O, un tipo de cambio subvaluado puede ayudar a exportar la falta de demanda interna. No obstante, si la participación de los grupos de ingreso más altos sigue aumentando, el problema seguirá siendo crónico. Y en algún momento, cuando la deuda pública haya crecido mucho como para permitir un gasto deficitario continuo, o que las tasas de interés estén muy cercanas a su límite inferior de cero, el sistema se quedará sin soluciones.
Este argumento tiene una parte contradictoria. ¿Acaso en los Estados Unidos el problema era más bien que se ahorraba muy poco y no lo contrario? ¿No es cierto que el déficit sistemático en la cuenta corriente del país refleja un consumo excesivo, en lugar de una demanda efectiva débil?
El trabajo reciente de Rajan, Stiglitz, Kumhof y Ranciere, y otros, explica la aparente paradoja: los de los niveles muy altos de ingresos financiaron la demanda de todos, que permitió altas tasas de empleo y déficits elevados de la cuenta corriente. Cuando estalló el problema en 2008, la expansión monetaria y fiscal masiva impidió que el consumo de los Estados Unidos se derrumbara. Sin embargo, ¿resolvió el problema de fondo?
Aunque la dinámica que condujo a una mayor concentración del ingreso no ha cambiado, ahora ya no es fácil obtener créditos, y en ese sentido es improbable otro ciclo de auge y crisis. Sin embargo, ello genera otra dificultad. Cuando se les pregunta por qué ya no están invirtiendo, gran parte de las empresas dicen que se debe a una demanda insuficiente. ¿Pero cómo puede haber una fuerte demanda interna si el ingreso se sigue concentrando en los niveles superiores?
Es improbable que con la demanda de consumo de bienes de lujo se resuelva el problema. Además, las tasas de interés no pueden ser negativas en valores nominales, y la deuda pública creciente puede inhibir cada vez más la política fiscal.
Entonces, si la dinámica que estimula la concentración del ingreso no se puede revertir, los más ricos ahorran una gran proporción de sus ingresos, los bienes de lujo no pueden estimular una demanda suficiente, los grupos de más bajos ingresos ya no pueden obtener créditos, las políticas monetaria y fiscal han llegado a su límite, y el desempleo no se puede exportar; la economía se puede estancar.
El temprano repunte de 2012 de la actividad económica de los Estados Unidos se debe en mucho a la política monetaria extraordinariamente expansiva y los insostenibles déficits fiscales. Si se pudiera reducir la concentración del ingreso como se hizo con el déficit presupuestal, la demanda podría financiarse con una amplia base de ingresos privados. Se podría reducir la deuda pública sin temor a una recesión porque la demanda privada sería más fuerte. La inversión aumentaría a medida que las perspectivas de demanda mejoran.
Este tipo de razonamiento es particularmente relevante en el caso de los Estados Unidos, dada la magnitud de la concentración del ingreso y los desafíos fiscales por venir. Sin embargo, la gran tendencia hacia mayores proporciones del ingreso en los que más tienen es global, y las dificultades que puede representar para la política macroeconómica no deberían seguir sin atenderse.
(Kemal Dervis, ex ministro de Asuntos Económicos de Turquía y director del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, es vicepresidente y director del Programa de Desarrollo y Economía Global de la Brookings Institution. Copyright: Project Syndicate, 2012)
Yes, you can"t: los pobres tienen prohibido enfermarse (¡50 millones de desasistidos!)
- No seguir a Estados Unidos en cuanto a atención de salud (Project Syndicate -28/3/12)
(Por Prabhat Jha, Dean T. Jamison) Lectura recomendada
Toronto.- En momentos que la Corte Suprema de Estados Unidos se encuentra a punto de abordar la Ley de Asistencia Asequible (la histórica reforma de salud ridiculizada por sus opositores como "Obamacare"), vale la pena señalar que el número de estadounidenses sin seguro de salud alcanzó un máximo histórico en 2010, su año de promulgación. Alrededor de 50 millones de residentes de Estados Unidos (uno de cada seis) pagan de su bolsillo los gastos médicos en que incurren.
La recesión de 2008 no es la única razón para esta escalofriante cifra; también hay que culpar a políticas y decisiones políticas de larga data. A nivel mundial, pero especialmente para las economías de rápido crecimiento, la lección es simple: evitar el modelo de salud privada de Estados Unidos.
EE.UU. es uno de los pocos países de ingresos altos que no financia la asistencia sanitaria mediante un sistema financiado con fondos públicos de prepago. En promedio, los países más ricos gastan aproximadamente el 11% de su PIB en salud, con una financiación pública de más del 80%; sólo el 14% de los gastos tienen lugar sobre una base de pago por servicio. Las finanzas públicas (o, en algunos casos, fondos de seguros cooperativos regulados por el gobierno que equivalen a financiación pública) cubren la mayoría de los servicios médicos discrecionales; los seguros privados complementan solo servicios adicionales mínimos.
La mayoría de los países ricos opta por financiar su atención de la salud de manera pública por varias razones. En primer lugar, la atención de salud de libre mercado suele ser injusta e ineficiente. Las necesidades individuales varían considerablemente, y las empresas privadas suelen ser reacias a asegurar a las personas que más lo necesitan (como quienes ya están enfermos o sufren de dolencias como la diabetes, que les predisponen a otros problemas de salud). Más aún, es improbable que quienes adquieren la atención - las aseguradoras y los pacientes - tengan la información necesaria para elegir los tratamientos más seguros y eficaces.
Al mismo tiempo, el gasto público actúa como un freno sobre el gasto general, y evita la rápida escalada de costes a la que contribuyen las empresas de seguros privadas de Estados Unidos. El país gasta el 1% de su PIB cada año, simplemente para administrar su complejo y difícil sistema de seguros. Sin una reforma del tipo que tiene ante sí la Corte Suprema de Justicia, el total de los gastos de salud de Estados Unidos aumentará de 16% del PIB hoy al 25% en 2025.
El impacto económico del sistema actual ya es grave. El último censo de EEUU mostró un marcado incremento en el número de estadounidenses que viven por debajo del umbral de pobreza, hecho estrechamente relacionado con la falta de seguro de salud, que a su vez refleja el exceso de confianza en la cobertura de seguro provista por los empleadores.
En las economías de los países emergentes, los gobiernos deberían tener en cuenta cinco consideraciones a la hora de diseñar los sistemas de salud. En primer lugar, las inversiones en salud proporcionan una importante red de seguridad contra las trampas de la pobreza, especialmente en tiempos de crisis económica. Por ejemplo, cada año, 37 millones de indios sin seguro caen por debajo del umbral de la pobreza debido a gastos catastróficos en salud (que por lo general se definen como costes superiores al 10%de los gastos totales de un hogar).
En segundo lugar, la financiación pública de la atención sanitaria permite a los pobres usar ese dinero para satisfacer otras necesidades. En países de bajos ingresos, la mitad de todos los gastos de atención de salud (alrededor del 2,5% del PIB) son privados (en comparación con el 2% en países de ingresos medios). Este gasto consume una gran proporción de los ingresos de los hogares más pobres, impide inversiones más productivas en el hogar, crea pocos puestos de trabajo, y con frecuencia permanece sin pagar impuestos, ya que a menudo se paga a los médicos y los hospitales "en negro".
En tercer lugar, financiar la salud con fondos públicos podría aumentar el empleo en general. Las provincias de Canadá fueron integrando de a fases el seguro nacional de salud de 1961 a 1975. El empleo y los salarios aumentaron en las áreas donde se introdujo el programa, a pesar de que el promedio de horas de trabajo se mantuvo sin cambios. Por el contrario, las provincias con altos niveles de cobertura de seguro privado tenían menores tasas de empleo y un más lento crecimiento de los salarios. Más recientemente, Canadá venció a EEUU al competir por dónde se crearía una nueva planta de Toyota, en parte porque los costes de seguro privado de salud en EEUU suponían añadir varios miles de dólares al coste de fabricación de un coche allí.
En cuarto lugar, los sistemas de salud nacionales existentes en los países más ricos pueden servir como modelos para las economías de mercados emergentes que opten por adoptar sistemas similares. Es importante destacar que lasfinanzas públicas no tienen por qué significar solamente la provisión pública; los hospitales y clínicas privadas a veces pueden ofrecer servicios con mayoreficacia. Taiwán inició un sistema de pagador único en 1995, frenando significativamente los costes de salud y mejorando la calidad de vida de la población. El nuevo sistema de cobertura universal de México se puso en marcha primero en las zonas más pobres del país.
Por otra parte, China constituye un ejemplo aleccionador de las consecuencias de retirar el seguro de salud financiado públicamente. A principios de la década de 1980, las reformas de mercado dejaron alrededor de 100 millones de ciudadanos rurales sin seguro, casi de la mañana a la noche. Los costes privados se dispararon, las tasas de mortalidad infantil dejaron de disminuir, y se debilitó el sistema de vigilancia de enfermedades, lo cual puede haber contribuido a la epidemia de SARS de 2002-2003, que se cobró más de 900 vidas en todo el mundo y causó pérdidas económicas por un valor estimado de $60 mil millones de dólares. El gobierno chino ha reconocido que las reformas fueron un fracaso, y se ha comprometido a destinar varios miles de millones de dólares a asistencia sanitaria financiada con fondos públicos.
Por último, siguiendo el principio, "todo el mundo está cubierto, pero no todo está cubierto", los gobiernos deben investigar qué servicios son más eficaces enfunción de los costes y cuáles no deben ser financiados con fondos públicos, debido a que son costosos e ineficaces. La lista de los servicios asegurados siempre puede elevarse en sintonía con las rentas y los ingresos del gobierno. En particular, el aumento de los impuestos del tabaco produce un beneficio doble: reducir el tabaquismo, la principal causa de muerte en adultos, y aumentar los ingresos.
China, India y Sudáfrica se han comprometido a adoptar un seguro nacional de salud. Cuál de estos países lo logre primero no sólo dependerá de sus ingresos, sino también de su voluntad política por superar intereses creados. También de la capacidad de las instituciones para diseñar una atención de salud racional, monitorear la entrega del servicio y valorar correctamente los nuevos tratamientos.
Los costes de salud en EEUU son exorbitantes, con escaso valor por el dinero. Solo cabe esperar que el "Obamacare", junto con los modelos que están implementando los futuros competidores de EEUU, le inclinen a adoptar el sistema de atención universal y con financiamiento público que hace mucho debería haber instaurado.
The Huffington Post: "traición al sueño americano"
"La fundadora de "The Huffington Post" alerta en su nuevo libro de la erosión del poder adquisitivo y de la calidad de vida en Estados Unidos"… El país de la (des)igualdad de oportunidades (Cinco Días - 14/4/12)
Inconformismo. Llamada a la reflexión popular. Toque de atención a la clase dirigente. Exhortación, y no súplica, a que estos cambien las cosas ahora o nunca. Todo eso destila el último libro de la muy influyente escritora y columnista Arianna Huffington, mundialmente famosa por ser la directora del exitoso The Huffington Post, el diario online estadounidense que le dio una vuelta de tuerca al negocio del periodismo en 2005.
Traición al sueño americano. Cómo los políticos han abandonado a la clase media (Taurus) denuncia una realidad ya palpable. El poder adquisitivo y las oportunidades de prosperar de la gran mayoría de estadounidenses caen en picado desde hace dos décadas. El dinero no se emplea en lo que se debería, lo cual es muy indicativo de las prioridades de la clase política de EEUU.
"El famoso sueño americano dice que si uno trabaja duro y sigue las reglas, puede mejorar la existencia propia y la de sus hijos. Eso ya no pasa, ni en EEUU ni en Europa. Pero el declive es mucho más grave en el caso americano porque es, o ha sido, un país muy, muy rico", señala Huffington en conversación telefónica. Su interés en la actualidad le lleva a preguntar a continuación: "¿Lahuelga está siendo muy seguida?", en referencia a la del 29-M, día en que tiene lugar la entrevista.
El tono del libro es directo, incisivo, y los argumentos que brinda están bien respaldados por cifras. Un ejemplo: "Desde 2003 se han gastado en Iraq más de 747.000 millones de dólares de los contribuyentes. Con ese dinero se habría suministrado o financiado lo siguiente: asistencia sanitaria durante un año a 115 millones de personas de bajos ingresos,... u 11 millones de maestros de escuela,... o 94,7 millones de becas universitarias", reza la página 55.
Huffington es una firme activista contra las guerras de Afganistán e Iraq, indicador inconfundible de su giro a la izquierda. Nacida en Atenas en 1950 como Arianna Stasinopoulos, la empresaria de la comunicación recibió su actual apellido de su exmarido, el congresista republicano Michael Huffington. Se hizo popular como comentarista conservadora, tendencia que revertió en los años noventa y que incluso la impulsó en 2003 hasta la candidatura demócrata a gobernadora de California (perdió contra Arnold Schwarzenegger).
"Mantener dos guerras a miles de kilómetros es muy caro, pero lo peor es que se están sacrificando las vidas de muchos jóvenes para nada. Porque seamos sinceros: la seguridad nacional de EEUU no depende de lo que suceda en Iraq, donde supuestamente había armas de destrucción masiva, o Afganistán, que se vendió como la cuna de Al Qaeda", señala con su hablar pausado y sosegado la autora.
Igual de reprobable le parece el enorme esfuerzo empleado en rescatar los bancos y empresas quebrados desde 2008. "El sentido de la emergencia con el que se rescató a Wall Street nunca se ha empleado en mejorar las condiciones de vida de la clase media americana. No se ha priorizado el bienestar social, y por eso ahora estamos pagando un precio tan alto", exclama la mujer a quien larevista Forbes sitúa entre las 30 más influyentes del mundo.
En su libro, Huffington incide en la erosión de todos y cada uno de los pilares sobre los que, tal y como evoca hasta el imaginario colectivo, se fundó el todavía país más poderoso del mundo. Por ejemplo, la autora recuerda las reflexiones que hizo a principios del siglo XIX Alexis de Tocqueville, un aristócrata francés enviado al Nuevo Mundo por la Corona para estudiar la novedosa y revolucionaria arquitectura democrática que despegaba en EEUU. "¿Todavía promovemos el bienestar del mayor número de personas posible? Resulta difícil imaginar que un Tocqueville moderno que comprendiera la amplia dimensión de nuestro actual paisaje político y económico, con su menguante clase media, sus empleos en extinción, su creciente desigualdad económica, su codiciosa oligarquía y su política pública vendida al mejor postor, llegara a las mismas conclusiones", escribe en la página 62.
¿Es reversible esta situación? "Dependerá completamente de las decisiones que tomemos", exclama. "El mundo está ahora mismo en una encrucijada. Veremos si se acaba asumiendo la narrativa de la austeridad o si se pasa a dar más importancia al crecimiento económico".
Su nuevo libro, que salió a la venta en España el pasado jueves, es el decimotercero que publica. La autora dedica buena parte de su tiempo a dar conferencias por todo el mundo sobre política y periodismo. En su opinión, la irrupción de las redes sociales y la innovación tecnológica han cambiado para siempre el mundo de la comunicación. "Le han dado voz a mucha gente que de otra manera no hubiese tenido acceso a una plataforma para expresar sus puntos de vista", asevera. "El futuro de la profesión será un híbrido entre lo mejor del periodismo tradicional (rigor, imparcialidad, búsqueda de la verdad) y la transparencia y la interactividad que ofrece la tecnología", concluye.
Stiglitz: "el sueño americano es un mito"
- El precio de la desigualdad (Project Syndicate - 5/6/12) Lectura recomendada
(Por Joseph E. Stiglitz)
Nueva York.- A los estadounidenses les gusta pensar en su país como una tierrade oportunidades, opinión que otros en buena medida comparten. Pero aunque es fácil pensar ejemplos de estadounidenses que subieron a la cima por sus propios medios, lo que en verdad cuenta son las estadísticas: ¿hasta qué punto las oportunidades que tendrá una persona a lo largo de su vida dependen de los ingresos y la educación de sus padres?
En la actualidad, estas cifras muestran que el sueño americano es un mito. Hoy hay menos igualdad de oportunidades en Estados Unidos que en Europa (y de hecho, menos que en cualquier país industrial avanzado del que tengamos datos).
Esta es una de las razones por las que Estados Unidos tiene el nivel de desigualdad más alto de cualquiera de los países avanzados. Y la distancia que lo separa de los demás no deja de crecer. Durante la "recuperación" de 2009 y 2010, el 1% de los estadounidenses con mayores ingresos se quedó con el 93% del aumento de la renta. Otros indicadores de desigualdad (como la riqueza, la salud y la expectativa de vida) son tan malos o incluso peores. Hay una clara tendencia a la concentración de ingresos y riqueza en la cima, al vaciamiento de las capas medias y a un aumento de la pobreza en el fondo.
Sería distinto si los altos ingresos de los que están arriba se debieran a que contribuyeron más a la sociedad. Pero la Gran Recesión demostró que no es así: hasta los banqueros que dejaron a la economía mundial y a sus propias empresas al borde de la ruina recibieron jugosas bonificaciones.
Si examinamos más de cerca la cima de la pirámide encontraremos allí sobreabundancia de buscadores de rentas: hay quienes obtuvieron su riqueza ejerciendo el monopolio del poder; otros son directores ejecutivos que aprovecharon deficiencias de las estructuras de gobierno corporativas para quedarse con una cuota excesiva de la ganancia de las empresas; y hay todavía otros que usaron sus conexiones políticas para sacar partido de la generosidad del Estado, ya sea cobrándole demasiado por lo que compra (medicamentos) o pagándole demasiado poco por lo que vende (permisos para explotación deminerales).
Asimismo, parte de la riqueza de los financistas proviene de la explotación de los pobres, por medio de préstamos predatorios y prácticas abusivas con el uso de tarjetas de crédito. En estos casos, los que están arriba se enriquecen directamente de los bolsillos de los que están abajo.
Tal vez no sería tan malo si hubiera aunque sea un grano de verdad en la teoríadel derrame: la peculiar idea de que enriquecer a los de arriba redunda en beneficio de todos. Pero hoy la mayoría de los estadounidenses se encuentran peor (con menos ingresos reales ajustados por la inflación) que una década y media atrás en 1997. Todos los beneficios del crecimiento fluyeron hacia la cima.
Los defensores de la desigualdad estadounidense argumentan que los pobres y los que están en el medio no tienen por qué quejarse: puede ser que la porción de torta con la que se están quedando sea menor que antes, pero gracias a los aportes de los ricos y superricos, la torta está creciendo tanto que en realidad el tamaño de la tajada es mayor. Pero una vez más, los datos contradicen de plano este supuesto. De hecho, Estados Unidos creció mucho más rápido durante las décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, cuando el crecimiento era conjunto, que después de 1980, cuando comenzó a ser divergente.
Esto no debería sorprender a quien comprenda cuál es el origen de la desigualdad. La búsqueda de rentas distorsiona la economía. Por supuesto que las fuerzas del mercado también influyen, pero los mercados dependen de la política; y en Estados Unidos, con su sistema cuasicorrupto de financiación de campañas y el ir y venir de personas que un día ocupan un cargo público y al otro están en una empresa privada, y viceversa, la política depende del dinero.
Por ejemplo, cuando la legislación de quiebra privilegia los derivados financieros por encima de todo, pero no permite la extinción de las deudas estudiantiles (por más deficiente que haya sido la educación recibida por los deudores), es una legislación que enriquece a los banqueros y empobrece a muchos de los que están abajo. Y en un país donde el dinero puede más que lademocracia, no es de extrañar la frecuencia con que se aprueban esas leyes.
Pero el aumento de la desigualdad no es inevitable. Hay economías de mercado a las que les está yendo mejor, tanto en términos de crecimiento del PIB como de elevación de los niveles de vida de la mayoría de sus ciudadanos. Algunas incluso están reduciendo las desigualdades.
Estados Unidos paga un alto precio por seguir yendo en la otra dirección. La desigualdad reduce el crecimiento y la eficiencia. La falta de oportunidades implica que el activo más valioso con que cuenta la economía (su gente) no se emplea a pleno. Muchos de los que están en el fondo, o incluso en el medio, no pueden concretar todo su potencial, porque los ricos, que necesitan pocosservicios públicos y temen que un gobierno fuerte redistribuya los ingresos, usan su influencia política para reducir impuestos y recortar el gasto público. Esto lleva a una subinversión en infraestructura, educación y tecnología, que frena los motores del crecimiento.
La Gran Recesión agravó la desigualdad, provocando recortes en gastos sociales básicos y un alto nivel de desempleo que presiona sobre los salarios a la baja. Por añadidura, tanto la Comisión de Expertos de las Naciones Unidas sobre las reformas del sistema monetario y financiero internacional, que investiga las causas de la Gran Recesión, como el Fondo Monetario han advertido que la desigualdad conduce a inestabilidad económica.
Pero, lo que es más importante, la desigualdad en Estados Unidos está corroyendo sus valores y su identidad. Cuando llega a semejantes extremos, no es sorprendente que sus efectos se manifiesten en todas las decisiones públicas, desde la política monetaria a la asignación del presupuesto. Estados Unidos se ha convertido en un país que en vez de "justicia para todos" ofrece favoritismo para los ricos y justicia para los que puedan pagársela: esto quedó demostrado durante la crisis de las ejecuciones hipotecarias, cuando los grandes bancos creyeron que además de demasiado grandes para quebrar, eran demasiado grandes para hacerse responsables.
Estados Unidos ya no puede considerarse la tierra de oportunidades que alguna vez fue. Pero no tenemos por qué resignarnos a esto: todavía no es demasiado tarde para restaurar el sueño americano.
(Joseph E. Stiglitz es profesor de la Universidad de Columbia, premio Nobel de Economía y autor del libro Caída libre: Estados Unidos, el libre mercado y el hundimiento de la economía mundial. Copyright: Project Syndicate, 2011)
El "fin de la historia" que no contó Fukuyama
- "¿El sueño americano? Los ricos son más ricos y ahí se acaba la historia" (El Confidencial - 14/6/12) Lectura recomendada
(Por Miguel Ayuso)
El "sueño americano" está basado en una premisa errónea que no funciona ni en el país que la vio nacer. El escritor e historiador Morris Berman (Nueva York, 1944) no se anda con rodeos. Esta semana está de visita en España para presentar su último libro, "Las raíces del fracaso americano" (Sexto Piso), dónde traza una evolución del pensamiento político y económico de su país y llega a una conclusión: Estados Unidos fracasará por no haber prestado nunca atención a soluciones alternativas. En su opinión, "las bases del capitalismo no están funcionando. Se está derrumbando y va a desintegrarse".
"La meta principal de la civilización americana", explica Morris en el libro, "es y siempre ha sido una economía en expansión perpetua e innovación tecnológica sin límites". Morris define esta tradición como "oportunismo", pues se basa en la premisa del "sueño americano" de que todo individuo tiene la oportunidad de triunfar, de crecer, como el conjunto de la sociedad. El problema es que, tal como ha explicado Morris a El Confidencial, esta ideología es errónea: "El crecimiento no redistribuye la riqueza y además está basado en la idea del infinito, de que los recursos van a durar siempre, y esto no es verdad".
En opinión de Morris, "todo el sistema se basa en la noción, popularizada mayormente por Ronald Reagan, de que la riqueza se acaba filtrando a toda la población. Pero eso nunca pasa. Los ricos son más ricos y ahí se acaba la historia". El problema, según el historiador, es que la población estadounidense no se da cuenta de que vive en un engaño: "Las cifras reales de paro rondan el 18% (Morris insiste en que las cifras oficiales, de un 8,2%, no son reales). 200 millones de personas viven de cheque en cheque. Tienen un trabajo, pero si tienen un accidente están en un verdadero aprieto. La asistencia sanitaria cuesta dinero en los EEUU y no lo tienen. Dos tercios de la población viven en la cuerda floja. No me parece un gran éxito como país".
La tradición alternativa
Morris ha rastreado la historia ideológica de su país y explica en el libro que siempre existió una alternativa al oportunismo; una tradición de corte espiritual que insistió, "desde el siglo XVII", en la idea de que el dinero y el crecimiento sin fin no debían ser la meta de la sociedad. Esta "tradición alternativa", tal como la define el historiador, era la dominante en el Sur hasta la guerra civil. "La lucha entre el Norte y el Sur", explica Morris, "fue un choque de civilizaciones. La esclavitud no era el tema central, lo que quería el Norte era imponer en el Sur el régimen oportunista, el capitalismo, aunque ellos no lo querían. Desafortunadamente, la tradición del sur estaba muy atada a la economía esclavista. Esa es la parte triste. Teóricamente se pueden separar las dos cosas, pero no por aquel entonces: el esclavismo soportaba esa forma de vida".
Tras la guerra, la tradición alternativa fue completamente ignorada y marginalizada. En 1979 Jimmy Carter -al que Morris considera el último ideólogo alternativo de peso- pronunció su famoso discurso, "El malestar espiritual", en el que decía: "Americanos, ¿creéis que comprar puede llenar vuestras vidas? Volved a pensar". Tal como cuenta el historiador, "Carter tuvo la mayor derrota electoral de la historia de los Estados Unidos. Ronald Reagan ganó por una barbaridad, porque decía que comprar era la base de la vida. Después del 11-S George W. Bush dijo lo mismo, que era necesario seguir comprando en las grandes superficies".
La alternativa al "sueño americano", al oportunismo, siempre ha existido, pero "se ha considerado algo estúpido". Morris cree que la ideología americana es tremendamente simplista: "Es como una guitarra con una sola cuerda. Los americanos creen que realmente sus vidas consisten en comprar. Es lo único que quieren hacer y es lo que hacen. Ven la televisión, trabajan y compran. No somos un país inteligente. En EE.UU. los ricos duermen confortablemente todas las noches y no están preocupados porque saben que el 99% del país quiere ser como ellos. No quieren encarcelarles, colgarles, ni hacer una revolución: quieren ser ellos. Ese es el gran problema. Si un americano no tiene trabajo no se para a pensar que el capitalismo ha hecho que casi el 20% de la población tampoco lo tenga. Lo que piensa es que es culpa suya. La población americana está de acuerdo con la cábala capitalista y quiere entrar en ella.La democracia está funcionando bien. Se está dando a la gente lo que quiere".
Indignación pesimista
Morris no es en absoluto optimista. En su opinión las alternativas a la ideología oportunista han fracasado y su resurgir sólo vendrá de un colapso total del sistema: "Podría haber una alternativa al colapso total si Carter hubiera ganado y Reagan hubiera perdido. La habría si Rajoy dijera: "¿Rescate? Eso no es lo que necesitamos. Es lo de siempre". En vez de eso sale en televisión contento y diciendo que está bien lo que ha hecho. El rescate es sólo un patético intento de sostener un sistema que no funciona. Rajoy ha ganado algo de tiempo pero, ¿qué va a hacer con él? No tiene ni idea. Puedes estar seguro que dentro de seis meses España volverá a la misma situación y estarán hablando de otro rescate. Alguien tiene que levantarse y decir que no podemos estar haciendo esto todo el tiempo. Hay que hacer algo diferente".
¿Pero qué podemos hacer? Morris cree que la base de todo es no pensar sólo en términos de blanco y negro -que es cómo dice que piensan los americanos-. En su opinión, algo que "funciona bastante bien" es una economía mixta: "La crisis de 2008 tuvo un impacto mucho menor en Noruega, Suecia, Finlandia o Dinamarca. Protegieron sus economías porque no están totalmente basadas en el capitalismo. Esto es un sistema inteligente, no el capitalismo de cowboys y casinos de EEUU o el comunismo de la extinta Unión Soviética. Es una alternativa y es real".
El historiador insiste en que siempre "ha habido gente que ofrecía una alternativa, pero nunca tuvieron acogida". En su opinión, los americanos están entrenados en el capitalismo desde que nacen: "Tienen pensamientos inconscientes como que hay crecimiento infinito y el individuo es lo que cuenta. Todo esto lo maman desde que tienen dos o tres años. Quién va a ganar, ¿la sociedad que te ha educado durante toda tu vida o yo que te voy a dar una charla de 45 minutos? Se creen que soy un mal chiste. Hay algo que nos ha enseñado la historia, la exhortación no funciona, funciona el poder y mi lado nunca lo ha tenido. La conclusión es que sólo nos daremos cuenta de esto cuando el capitalismo fracase por completo y nos quedemos sin recursos. Tendremos que recapacitar a la fuerza".
"No hay país en el mundo que sea tan estúpido"
Aunque Morris ha seguido de cerca el movimiento de los "indignados", y le resulta "esperanzador", no cree que logre nada: "No creo que Occupy Wall Street sea un movimiento serio. Es una cosa descentralizada que no se ha planteado ninguna meta. Si fallan no va a ser una sorpresa. Hay que tener las cosas más planeadas. No puedes ganar una guerra basándote en una emoción".
El historiador asegura que no es optimista porque conoce a la gente de América."Casi dos tercios de los americanos creen en alguna versión del creacionismo", explica. "No hay país en el mundo que sea tan estúpido. Me quita la respiración". Por eso mismo hace unos años se mudó a México: "Estaba cansado de los EEUU. No podía hablar con nadie, no podía tener conversaciones como esta. Todo gira en torno al oportunismo. Era demasiado opresivo. Quería ir a un sitio donde aún hubiera aspectos de la cultura tradicional". O quizás prefería estar un poco apartado: "No me cabe duda de que, con el tiempo, acabaré torturado en Guantánamo. Suena extremo, pero tarde o temprano los EEUU acabarán siendo como la Inglaterra que imaginaba Orwell en 1984. ¿Cuánto tardarán en cogerme? Para mi América no iba de esto cuando empezó".
El "auténtico" fin de la historia: "así se jodió en invento" (décadas de pérdidas)
"En la planta de AMI, una productora de pilas de combustible con base en Michigan, Estados Unidos, se puede escuchar el futuro de la manufactura"... El declive de los empleos industriales en EEUU (BBCMundo - 8/8/12)
Partes: 123456
Página [=página]
Es muy, muy silencioso. El ruido más fuerte es el sonido de un ascensor hidráulico utilizado para reemplazar bombillas. El contraste con la manufacturatradicional es fuerte: casi no hay ruido, casi no hay mugre, hay poco esfuerzo físico. Y los requisitos para los trabajadores son muy diferentes.
"Hay que tener personas listas que ayudan a construirla de abajo a arriba", dice el presidente de AMI, Aaron Crum. "No forjamos más las cosas. Usamos láserpara cortar metal, extrudamos cerámica, hacemos cosas que son diferentes. Y entonces, por eso, necesitamos una fuerza laboral distinta para hacerlo realidad".
En Estados Unidos, la industria manufacturera está experimentando la mismarevolución tecnológica que envió a los trabajadores de la agricultura a la industria al final del siglo XIX, dice Lou Glazer, del grupo consultor Michigan Future Inc.
En los años 50, dice, los trabajos de fábrica correspondían a un tercio del trabajototal en Estados Unidos. Ahora son menos del 10%. Aunque el empleoindustrial ha aumentado ligeramente en los últimos meses -añadiendo 30.000 empleos desde marzo- los beneficios palidecen junto a las pérdidas de la última década. En diez años han desaparecido 3,5 millones de empleos en el sector, lo que lleva el total a poco menos de 12 millones.
Pero mientras el empleo ha caído, la productividad se ha disparado. No en vano, la Asociación Nacional de Manufactureros de Estados Unidos se precia de que los trabajadores de fábrica estadounidenses sean "los más productivos del mundo".
A unos 30 minutos en auto de la planta de AMI está el fantasma del pasado manufacturero: Willow Run. Es una planta increíblemente grande con más de 460.000 metros cuadrados, que alguna vez produjo aviones bombarderos Liberator, luego autos Kaiser, luego transmisores y cuerpos de vehículos para General Motors.
Willow Run cerró en 2010 cuando General Motors quebró y buena parte de la fábrica es un recordatorio impresionante de lo que era la manufactura: pesadas prensas del tamaño de una casa de tres pisos se llenan de polvo, los corredores serpentean sin fin aparente hacia la penumbra y el aire es denso por el olor delaceite para máquinas.
Reunidos en una mesa en un restaurante cercano, antiguos trabajadores de Willow Run recuerdan sus primeros días en la planta. Ahora cuando tienen alrededor de 50 años, ellos explican cómo consiguieron el trabajo en la planta. "No se necesitaba un diploma de secundaria", dice Sterling Mullins. "Uno sólo debía ser un buen trabajador", dice Gerry Gardner, "y debía ir todos los días, pues no era un trabajo fácil".
Tom White creció en una finca, "así que las habilidades que tenía no eran muy aplicables". Era la época en que la manufactura servía a los hombres poco educados para incluirse en la clase media industrial de Estados Unidos. "Uno podía meter a los hijos a la universidad, teníamos un par de semanas de vacaciones", dice Gardner. "Y uno tenía suficiente dinero para salir a comprar un auto nuevo. No éramos ricos -no conduzco un Rolls Royce ni nada- pero sí me compré un auto de General Motors".
Los trabajos manufactureros todavía son bien remunerados, con un promedio en 2010 de US$ 77.186 en pagos y beneficios. Pero hay muchos menos y están cambiando, según Glazer, el consultor. "La vía hacia el trabajo masivo de clase media se ha ido", dice. "El único trabajo de fábrica con altos salarios va a ser para personas que pueden programar y mantener máquinas. Ese trabajo va a ser bien remunerado pero requiere habilidades más desarrolladas".
Estados Unidos todavía es un jugador importante en la industria manufacturera. Más del 18% de la producción global manufacturera viene de fábricas estadounidenses. E incluso aunque la manufactura en Estados Unidos ha tropezado un poco recientemente a causa de la caída en órdenes de trabajo desde la eurozona, muchos de los fabricantes de Michigan son optimistas sobre el futuro.
Pero el genio no puede volver a meterse en la botella. La manufactura en Estados Unidos ya cambió y continuará cambiando, presionada por un lado por la tecnología y por el otro por la globalización. Será muy difícil que los trabajadores estadounidenses menos hábiles obtengan un estilo de vida similar al que obtuvo la generación que los precedió.
Para los partidarios de los sistemas privados de pensiones (favor tomar nota)
- El "agujero" de las pensiones en EEUU (El Confidencial - 2/10/12)
(Por Ignacio Sarría) Lectura recomendada
Uno de los aspectos que cada vez preocupan más a los ciudadanos estadounidenses, especialmente aquellos que se aproximan a su edad de jubilación, es la solvencia de sus planes de pensiones. Este problema, que continuamente se relaciona con Europa y con la insolvencia del estado de bienestar, también es un quebradero de cabeza al otro lado del Atlántico.
Los mayores cien fondos de pensiones americanos de empleados públicos gestionaban a final de 2011 un total de 2.700 millones de dólares, lo que supone aproximadamente dos veces el PIB español. Según los últimos análisisactuariales de los fondos públicos, se estima que existe un "agujero" de un 25% entre el valor de los activos bajo gestión y las obligaciones de pago a futuros pensionistas.
El problema de financiación de los fondos de pensiones no es nuevo, pero se agravó de forma considerable tras la crisis crediticia del 2007, lo que aumentó el déficit de las pensiones americanas pasando de un 15% a un 25%.
Según los expertos, los fondos de pensiones tienen que alcanzar niveles derentabilidad anuales superiores al 7% para poder hacer frente en un futuro a sus obligaciones de pago con los pensionistas. Sin embargo, la rentabilidad media de los fondos de pensiones americanos durante la última década ha sido de un 5.6% anual, muy por debajo del 7-8% deseado para corregir el "agujero" de financiación.
El entorno actual de los tipos de interés, que tal como ha anunciado la Fed recientemente "estarán cercanos a cero hasta mediados del 2015", tampoco ayuda a mejorar la solvencia financiera de las pensiones americanas.
Una de las estrategias por la que han adoptado la mayoría de los gestores en Estados Unidos es la de aumentar su exposición a activos alternativos con expectativas de rentabilidad superiores para poder alcanzar el deseado 7-8% retorno anual.
Si comparamos el "asset allocation" de 2007 con el actual, los fondos de pensiones han pasado de invertir un 60% en renta variable a un 50%, han mantenido un 25% en renta fija y las inversiones alternativas en activos "menos líquidos" como private equity, inmobiliario y hedge funds han pasado de un 12% en 2007 a un 20% de media en la actualidad.
Los mayores cien fondos de pensiones públicos americanos están destinando de media un 8% a invertir en private equity, un 6% en el sector inmobiliario y un 3-4% a hedge funds para poder corregir de forma progresiva su déficit de financiación.
Esta tendencia que se dio a conocer a finales de los ochenta por los endowments de prestigiosas universidades americanas como Princeton, Harvard y Yale, invirtiendo hasta un 50% en inversiones alternativas es cada vez más popular entre los inversores institucionales. Los modelos tradicionales de inversiónno funcionan, por lo menos para garantizar que los americanos cobren sus pensiones.
Habrá que esperar unos años para analizar los resultados de esta política de inversión más "arriesgada" de los fondos de pensiones para superar susproblemas de financiación, en un entorno de mercado donde los modelos tradicionales de renta variable y renta fija no son suficientes para alcanzar las rentabilidades deseadas. La búsqueda de rentabilidades atractivas invirtiendo una parte de la cartera en "activos ilíquidos" es una estrategia cada vez más asumida entre los grandes fondos de pensiones americanos.
El desapalancamiento del hogar estadounidense (Fedea - 8/10/12) Lectura recomendada
(Por Tano Santos)
Monografias.com
Gráfico I: EE.UU.: Crédito total a los hogares: Tasas de crecimiento intertrimestral anualizada (%) nominal y real (utilizando el deflactor del PIB) del crédito total a los hogares. Datos Anuales de 1977 a 2005 y trimestrales desestacionalizados de 2006Q1 a 2012Q2. Fuente: Flow of Funds Accounts of the US (Federal Reserve Board) y el deflactor del PIB es del Bureau of Economic Analysis.
Monografias.com
Gráfico II: EE.UU.: Crédito hipotecario a los hogares: Tasas de crecimiento intertrimestral anualizada (%) nominal y real (utilizando el deflactor del PIB) del crédito hipotecario a los hogares. Datos Anuales de 1977 a 2005 y trimestrales desestacionalizados de 2006Q1 a 2012Q2. Fuente: Flow of Funds Accounts of the US (Federal Reserve Board) y el deflactor del PIB es del Bureau of Economic Analysis.
Monografias.com
Gráfico III: EE.UU.: Crédito al consumo a los hogares: Tasas de crecimiento intertrimestral anualizada (%) nominal y real (utilizando el deflactor del PIB) del crédito al consumo a los hogares. Datos anuales de 1977 a 2005 y trimestrales desestacionalizados de 2006Q1 a 2012Q2. Fuente: Flow of Funds Accounts of the US (Federal Reserve Board) y el deflactor del PIB es del Bureau of Economic Analysis.
Hemos discutido aquí en alguna ocasión que parte de la historia de esta crisis es precisamente el "reequilibrio" de la economía estadounidense que ha visto un incremento notabilísimo del porcentaje que al PIB contribuye el consumo final privado desde mediados de los años 80. Parte importante del crecimiento estadounidense es precisamente este apalancamiento del hogar estadounidense, este traerse consumo del futuro al presente que tanto ha estimulado la actividad económica no sólo en los EEUU, sino en el mundo entero ya que se ha traducido en fuerte desequilibrio de la balanza comercialtambién…
Las brechas en oportunidad y logros educativos por ingreso imponen el equivalente de una recesión permanente de 3-5% del PBI en la economíaestadounidense
Los "efectos colaterales" de la pobreza: el desempleo y la brecha de habilidades
- Cómo achicar el déficit de empleos de Estados Unidos (Project Syndicate -15/10/12)
(Por Laura Tyson) Lectura recomendada
Berkeley.- Los datos más recientes de desempleo en Estados Unidos confirman que la economía estadounidense sigue recuperándose de la Gran Recesión de 2008-2009, a pesar de la desaceleración que aqueja a las otras naciones del G-20. Por cierto, el ritmo del crecimiento del empleo en el sector privado, en rigor de verdad, ha sido mucho más fuerte durante esta recuperación que durante la recuperación de la recesión de 2001, y es comparable a la recuperación de la recesión de 1990-1991.
Durante los últimos 31 meses, el empleo en el sector privado ha crecido en 5,2 millones y la tasa de desempleo ha caído por debajo del 8% por primera vez en casi cuatro años. Pero la tasa de desempleo sigue estando más de dos puntos porcentuales por encima del valor a largo plazo que la mayoría de los economistas consideran normal cuando la economía está operando casi en su potencial.
Es más, la cantidad de desempleados de larga data (27 semanas o más) es aproximadamente el 40% del total -el porcentaje más bajo desde 2009, pero aun así mucho más alto que en las recesiones anteriores desde la Gran Depresión, y cerca del doble de lo que sería en un mercado laboral normal-. De modo que el mercado laboral de Estados Unidos, si bien se está recuperando, todavía está muy lejos de donde debería estar.
Esto es en parte porque las pérdidas de empleos durante la Gran Recesión fueron tan grandes -el doble que en las recesiones previas desde la Gran Depresión-. En términos de la historia económica de Estados Unidos, lo que es anormal no es el ritmo del crecimiento del empleo en el sector privado desde que terminó la recesión de 2008-2009, sino más bien la extensión y el alcance de la recesión en sí misma.
El decrecimiento fue una recesión distintiva de balances que causó caídas considerables en la riqueza de los hogares y necesitó un desapalancamiento doloroso. La demanda, coherente con las recuperaciones de esas recesiones, ha crecido lentamente, a pesar de un estímulo fiscal y monetario sin precedentes, y eso explica por qué la tasa de desempleo sigue alta. Por cierto, las empresascitan la incertidumbre respecto de la fortaleza de la demanda, no la incertidumbre en cuanto a la regulación o las cargas fiscales, como el factor principal que retrasa la creación de empleo.
La demanda del sector público también se ha contraído, debido al deterioro de los presupuestos de los gobiernos estatales y locales. Como resultado, el empleo público, que normalmente aumenta durante las recuperaciones, ha contribuido marcadamente al alto nivel de desempleo durante los últimos tres años. A pesar de un repunte modesto en los últimos tres meses, el empleo gubernamental está 569.000 por debajo de su nivel de junio de 2009 -un mínimo de 30 años como porcentaje de la población civil adulta-. Según cálculos de Hamilton Project, si este porcentaje estuviera en su promedio de 1980-2012 de aproximadamente 9,6% (a decir verdad fue superior entre 2001 y 2007), habría aproximadamente 1,4 millón más de empleos en el sector público y la tasa de desempleo rondaría el 6,9%.
Informes recientes sugieren que existen más de tres millones de vacantes laborales no cubiertas, y aproximadamente el 49% de los empleadores sostienen que les resulta difícil ocupar los puestos, especialmente en los sectores detecnología de la informacióningeniería y tareas calificadas. Esto ha avivado la especulación de que un "desajuste" entre las capacidades de los trabajadores y las necesidades de los empleados es un factor importante detrás de la elevada tasa de desempleo.
Sin embargo, la evidencia que respalda esta visión es escasa. La relación entre la tasa de desempleo y la tasa de oferta de trabajo es coherente con los patrones registrados en recuperaciones anteriores. Tampoco hay nada inusual respecto del tamaño de los desajustes entre los puestos vacantes y la disponibilidad de trabajadores por industria.
Estos desajustes industriales aumentan durante las recesiones, lo que refleja una mayor agitación en el mercado laboral ya que los trabajadores se desplazan entre sectores que se achican y se expanden, pero caen a medida que la economía se recupera. Este patrón también caracteriza la recuperación actual, y los datos recientes sugieren que los desajustes entre la demanda y la oferta de mano de obra por industria regresan a los niveles previos a la recesión.
Sin embargo, conforme la economía estadounidense se recupera, el cambiotecnológico se acelera, avivando la demanda de más habilidades en un momento en el que los niveles de formación de la fuerza laboral se han estancado. Esta es la verdadera brecha de habilidades que existía antes de la Gran Recesión, y que empeora con el tiempo.
La brecha se manifiesta en tasas de desempleo mucho más altas para trabajadores con estudios secundarios que para trabajadores con formación universitaria en cada etapa del ciclo comercial. La brecha también se observa en una desigualdad significativa -y creciente- entre los ingresos de los trabajadores con estudios secundarios y aquellos con un título universitario o superior.
Las alzas de los ingresos han sido particularmente fuertes para aquellos trabajadores con títulos terciarios, mientras que los salarios reales de los trabajadores con estudios secundarios, especialmente hombres, han caído marcadamente. A los trabajadores con bajos niveles de formación les está resultando cada vez más difícil encontrar empleos bien remunerados en cualquier sector, incluso cuando la economía está funcionando casi a su capacidad plena.
Estados Unidos fue el líder mundial en tasas de estudios secundarios y universitarios completos durante gran parte del siglo XX. Hoy está ubicado en el medio de los países de la OCDE.
Un factor importante detrás de esta caída relativa ha sido la imposibilidad delsistema escolar estadounidense de asegurar una educación de alta calidad para los norteamericanos desventajados, particularmente hijos de hogares pobres, minoritarios e inmigrantes. Según el censo más reciente, aproximadamente un 25% de los niños de menos de seis años viven en la pobreza. Estos niños tienen menos probabilidades de acceder a programas en su niñez temprana que los preparen para la escuela, y tienen más probabilidades de asistir a escuelas que tienen ratios estudiantes/maestros elevadas y que no pueden atraer y retener maestros calificados.
Como resultado de estos y otros problemas, el estudiante secundario promedio en Estados Unidos recibe una preparación inadecuada en temas centrales comoescrituramatemáticas y razonamiento analítico, lo que a su vez reduce la inscripción universitaria y las tasas de estudios completos. La experiencia estadounidense es coherente con la evidencia de la OCDE de que los estudiantes de países con una mayor desigualdad de ingresos obtienen peores resultados en las pruebas de logro académico. Y un estudio reciente de McKinsey sugiere que las brechas en oportunidad y logros educativos por ingreso imponen el equivalente de una recesión permanente de 3-5% del PBI en la economía estadounidense.
Para resolver estas brechas, Estados Unidos debe fomentar la formación educativa de los trabajadores actuales y futuros. Esto implica invertir más en educación en todos los niveles -en programas de educación en la niñez temprana, escuelas primarias y secundarias, universidades comunitarias, programas de institutos profesionales para empleos específicos en sectores específicos y ayuda financiera para la educación superior. Por sobre todo, implica solucionar las disparidades de ingresos en la oportunidad y el logro educativo.
(Laura Tyson, a former chair of the US President's Council of Economic Advisers, is a professor at the Haas School of Business at the University of California, Berkeley)
La transmisión intergeneracional de la pobreza
- Las generaciones perdidas (Project Syndicate - 24/10/12) Lectura recomendada
(Por Jeffrey D. Sachs)
Nueva York.- El éxito económico de un país depende de la educación, las aptitudes y la salud de su población. Cuando sus jóvenes están sanos y bien educados, pueden encontrar empleos bien remunerados, lograr la dignidad y conseguir ajustarse a las fluctuaciones del mercado laboral mundial. Las empresas invierten más cuando saben que sus trabajadores serán productivos. Sin embargo, muchas sociedades de todo el mundo no cumplen con el imperativo de garantizar una salud básica y una educación decorosa para todas las generaciones de niños.
¿Por qué no se cumple con el imperativo de la educación en tantos países? Algunos son, sencillamente, demasiado pobres para disponer de escuelas decorosas. Los propios padres pueden adolecer de una educación insuficiente, lo que les impide ayudar a sus hijos más allá del primer o segundo año de escuela, con lo que el analfabetismo y la falta de conocimientos básicos de aritmética se transmiten de una generación a la siguiente. La situación más difícil es la de las familias numerosas (de seis o siete hijos, pongamos por caso), porque los padres invierten poco en la salud, la nutrición y la educación de cada uno de los hijos.
Sin embargo, también los países ricos fallan. Los Estados Unidos, por ejemplo, permiten cruelmente el sufrimiento de sus niños más pobres. Los pobres viven en barrios pobres con escuelas pobres. Con frecuencia los padres están desempleados, enfermos, divorciados o incluso encarcelados. Los niños quedan atrapados en un persistente ciclo generacional de pobreza, pese a la riqueza general de la sociedad. Con demasiada frecuencia, los niños que se crían en la pobreza acaban siendo adultos pobres.
Un nuevo y notable documental, The house I Live In ("La casa en la que vivo"),muestra que el caso de los Estados Unidos es incluso más triste y cruel, a consecuencia de unas políticas desastrosas. Hace unos cuarenta años, los políticos de los Estados Unidos declararon una "guerra a las drogas" aparentemente para luchar contra el uso de drogas adictivas como la cocaína. Sin embargo, como muestra claramente el documental, la guerra contra las drogas se convirtió en una guerra contra los pobres, en particular los gruposminoritarios pobres.
En realidad, la guerra contra las drogas provocó la encarcelación en masa de jóvenes pobres de grupos minoritarios. Actualmente en los Estados Unidos hay 2,3 millones de personas encarceladas en todo momento, una mayor parte de los cuales son pobres que fueron detenidos por vender drogas para poder costearse su adicción. A consecuencia de ello, los EEUU han acabado con la tasa más elevada de encarcelación del mundo: ¡la escandalosa de 743 personas por 100.000 habitantes!
El documental retrata un mundo de pesadilla, en el que la pobreza de una generación se transmite a la siguiente, con la facilitación del proceso por la cruel, costosa e ineficiente "guerra contra las drogas". Los pobres, con frecuencia afroamericanos, no pueden encontrar empleos o han vuelto del servicio militar sin aptitudes ni contactos laborales. Caen en la pobreza y se entregan a las drogas.
En lugar de recibir asistencia social y médica, son detenidos y convertidos en delincuentes. A partir de ese momento, no cesan de entrar y salir del sistema penitenciario y tienen pocas posibilidades de conseguir jamás un puesto de trabajo legal que les permita escapar de la pobreza. Sus hijos crecen sin un padre en casa… y sin esperanza ni apoyo. Los hijos de los usuarios de drogas con frecuencia llegan a serlo, a su vez; también ellos acaban con frecuencia en la cárcel o sufren violencia o una muerte temprana.
Lo demencial de esta situación es que los EEUU no han advertido una evidencia… y durante cuarenta años. Para acabar con el ciclo de la pobreza, un país debe invertir en el futuro de sus hijos, no en el encarcelamiento de 2.3 millones de personas al año, muchas de ellas por delitos no violentos que son síntomas de pobreza.
Muchos políticos son cómplices entusiastas de esa locura. Juegan con los miedos de la clase media, en particular con el miedo de la clase media a los grupos minoritarios, para perpetuar ese extravío de las medidas sociales y el gasto estatal.
La cuestión general es la siguiente: a los gobiernos corresponde un papel excepcional para velar por que todos los jóvenes de una generación -los niños pobres igual que los ricos- tengan una oportunidad. Si no existen programas estatales sólidos y eficaces que apoyen la enseñanza y la atención de salud de la máxima calidad y la nutrición adecuada, no es probable que un niño pobre se libre de la pobreza de sus padres.
Ése es el genio de la "democracia social", la filosofía cuya adelantada fue Escandinavia, pero que también se ha plasmado en muchos países en desarrollo, como, por ejemplo, Costa Rica. La idea es sencilla y sólida: todas las personas merecen una oportunidad, por lo que la sociedad debe ayudar a todo el mundo a conseguirla. Lo más importante es que las familias necesitan ayuda para criar a niños sanos, bien alimentados y educados. Las inversiones sociales son importantes, se financian con impuestos altos, que los ricos pagan de verdad, en lugar de evadirlos.
Ése es el método básico de acabar con la transmisión intergeneracional de la pobreza. Un niño pobre en Suecia tiene subsidios desde el principio. Sus padres tienen una licencia de maternidad o paternidad para ayudarlos a criar al niño. Además, el Estado brinda guarderías de la máxima calidad, lo que permite a la madre -por saber que el niño se encuentra en un ambiente seguro- volver al trabajo. El Estado vela por que todos los niños tengan una plaza en la enseñanza preescolar, a fin de que estén listos para la escolarización oficial a la edad de seis años, y la atención de salud es universal, para que el niño pueda criarse sano.
Así, pues, una comparación entre los EEUU y Suecia es reveladora. Si recurrimos a datos y definiciones comparables facilitados por laOrganización de Cooperación y Desarrollo Económicos, vemos que los EEUU tienen una tasa de pobreza del 17,3 por ciento, el doble, aproximadamente, de la de Suecia, que es del 8,4 por ciento. Y la tasa de encarcelación de los Estados Unidos es diez veces la de Suecia, que asciende a 70 personas por 100.000 habitantes. Los Estados Unidos son, por término medio, más ricos que Suecia, pero el desfase en ingresos entre los más ricos y los más pobres de los Estados Unidos es mucho mayor que el de Suecia y los EEUU tratan a sus pobres con una actitud punitiva y no de apoyo.
Una de las realidades escandalosas de los últimos años es la de que los Estados Unidos tienen ahora el menor grado de movilidad social de los países con grandes ingresos. Lo más probable es que los niños nacidos pobres sigan siendo pobres y que los niños nacidos en la abundancia sean adultos acomodados.
Esa distancia entre generaciones equivale a un profundo despilfarro de talentos humanos. Los Estados Unidos pagarán el precio a largo plazo, a no ser que cambien de rumbo. La inversión en sus niños y jóvenes brinda el mayor rendimiento que una sociedad puede obtener, tanto económica como humanamente.
(Jeffrey D. Sachs, Director of the United Nations Millennium Project from 2002 to 2006, is a professor at Columbia University, Director of its Earth Institute, and a special adviser to UN Secretary-…)
Las asimetrías provocadas (la desigualdad proviene de decisiones políticas)
- La rebelión de los ricos y su "teoría de la fuente del poder" (El Confidencial -9/11/12)
(Por Miguel Ayuso) Lectura recomendada
principios del siglo XIX Estados Unidos presumía de ser una de las sociedades más igualitarias del planeta. En una carta fechada en 1814 Thomas Jefferson aseguraba que en su país no había pobres: "La mayor parte de nuestra población es trabajadora; nuestros ricos, que pueden vivir sin trabajar, son pocos, y tienen una riqueza moderada. La mayoría de la clase trabajadora tiene propiedades, cultiva su propia tierra, tiene una familia, y puede establecer precioscompetitivos que les permiten alimentarse abundantemente, vestir muy por encima de la mera decencia, trabajar moderadamente y criar a sus familias". Para Jefferson esta equidad era la esencia misma del recién independizado país: "¿Puede ser cualquier estado de la sociedad más deseable?"
El tercer presidente de los Estados Unidos estaba obviando la situación de toda la población afroamericana que vivía en la esclavitud pero, al margen de esto, tenía razón en una cosa: pese a lo que podría parecer, la sociedad estadounidense del siglo XIX era relativamente igualitaria en términos económicos. Mucho más que hoy en día. Tras el revulsivo que supuso larevolución industrial, donde una gran oligarquía controlaba toda la producción, y la desigualdad alcanzó una de sus cotas más altas, la situación fue estabilizándose hasta los años ochenta del siglo XX. Desde entonces, la brecha entre ricos y pobres no ha dejado de crecer: entre 1980 y 2007 la desigualdad ha aumentado en un escandaloso 135%. Hoy en día, en EEUU, el 1% de la población controla el 23,5% de la riqueza. Y las cifras son similares en el resto de los países industrializados. En España, en 2008, el 1% más rico de la población controlaba el 18,3% de la riqueza del país (Davies, J., Sandström, S., Shorrocks, A., y Wolff, E., 2008).
Este auge de la desigualdad es el que trata de analizar un nuevo estudio, "The Rise of the Super-Rich" ("El auge de los súper-ricos") publicado en la revistaAmerican Sociological Review, que, centrándose en el caso estadounidense, asegura que, a partir 1980, los ricos supieron imponer sus criterios en el Congreso, los sindicatos perdieron fuelle, disminuyeron los impuestos a las rentas altas y, en definitiva, el 1% más adinerado no dejó de acumular riqueza, mientras el resto de la sociedad la perdía. Una tendencia que no ha disminuido ni un ápice desde entonces, y que es similar a la que están viviendo las sociedades europeas.
La desigualdad vuelve a niveles de la era industrial
La situación no es nueva. Con la llegada de la industrialización se vivió una situación parecida en todo el mundo occidental: la brecha de la desigualdad creció enormemente, auspiciada por gobiernos y élites. Entre 1913 y hasta que finalizó la II Guerra Mundial, el 1% de la población acumuló entre el 11,3% y el 23,9% de la riqueza de Estados Unidos. Tal como el propio Franklin D. Roosevelt argumentó en un discurso en 1932, durante una reunión de la Commonwealth, la revolución industrial había sido posible "gracias a un grupo de titanes financieros cuyos métodos no habían sido examinados con demasiado cuidado". El presidente justificó esto tirando de pragmatismo, en su opinión Estados Unidos tenía el derecho de aceptar esta realidad "agridulce". El resultado, tal como reconocía el propio presidente, era que la igualdad de oportunidades había desaparecido.
En 1928 la diferencia entre ricos y pobres de Estados Unidos alcanzó su cenit: el 1% de la población controlaba cerca del 25% de la riqueza. Desde entonces, pese a la "agridulce" visión de Roosevelt, la brecha empezó a disminuir. La lucha por los derechos civiles, los sindicatos -que pese la represión de la Guerra Fríatuvieron una gran fuerza en los Estados Unidos- y, en definitiva, la extensión de cierto estado del bienestar, lograron que en 1975 la diferencia entre ricos y pobres disminuyera notablemente: en 1975 el 1% más rico "solo" acumulaba el 8,9%. La brecha había disminuido en un 63%. La situación ha dado un vuelco desde entonces, al menos a nivel estadístico: ¿Qué ha ocurrido en los últimos 30 años para que la brecha de la desigualdad sea similar a la de la revolución industrial?
El ejemplo veneciano
Para la experiodista del Financial Times y actual redactora jefe de Reuters, Chrystia Freeland, el hecho de que la brecha entre ricos y pobres sea la mayor desde la época dorada de la industrialización no es accidental: "Ahora, como entonces, los titanes están buscando tener una mayor presencia en la política, que coincida con su poder económico. Ahora, como entonces, el peligro inevitable reside en que van a confundir su propio interés con el del bien común". Esta es la teoría que traza en su último libroPlutocrats: The Rise of the New Global Super-Rich and the Fall of Everyone Else ("Plutócratas: el auge de los nuevos súper-ricos globales y la caída del resto del mundo", Pinguin Press).
Para Freeland la situación que estamos viviendo se parece en gran medida a la que se dio en la República de Venecia en el siglo XVI, y que acabó para siempre con la prosperidad de la ciudad de los canales. Una lección histórica que utiliza para ilustrar el peligro al que nos enfrentamos si no se trata de atajar rápidamente esta desigualdad.
A principios del siglo XIV Venecia era una de las ciudades más ricas de Europa. Su sistema económico se regía por la colleganza, una forma básica de sociedad anónima, creada para financiar una expedición comercial. Estas primeras empresas tenían una particularidad esencial, estaban abiertas a todo el mundo, lo que permitía a cualquier emprendedor participar en las finanzas junto a hombres de negocios ya establecidos, que financiaban sus viajes comerciales.
Este sistema llevó a la prosperidad a la República Veneciana, que se convirtió en el centro neurálgico del comercio mundial. En 1315, justo cuando Venecia se encontraba en el punto más alto de su poder económico, las personas más adineradas de la República presionaron para que se legislara a su favor. Se creó un veto oficial a la movilidad social, El libro de oro, un registro de la nobleza, que dejaba fuera del sistema a todo aquel que no estuviera inscrito en el mismo.
Bajo el control de los oligarcas Venecia empezó a recortar las oportunidades económicas de la población general y la prosperidad de la República entró en barrena. La ciudad se estancó: en 1500 la población de la ciudad era menor que la que tenía en 1330. Nunca volvió a recuperar su esplendor.
La desigualdad proviene de decisiones políticas
El caso de Venecia sirve para ilustrar una idea clara: si las élites económicas toman partido en las decisiones políticas estas irán encaminadas a su propio beneficio, que no es el del conjunto de la sociedad. "La ironía del auge político de los plutócratas", cuenta Freeman, "es que, como los oligarcas de Venecia, están amenazando el sistema que han creado".
Para Thomas W. Volcho y Nathan J. Kelly, autores del estudio de la American Sociological Review, cuya tesis es similar a la de Freeman, el aumento de la desigualdad no es casual, y no tiene que ver con la crisis (aunque ésta ha aumentado la brecha), sino con unas determinadas decisiones políticas, fruto de la presión del 1% más rico. El fundamento teórico de su trabajo se basa en la Power Resource Theory ("la teoría de la fuente del poder"), según la cual ladistribución de la riqueza y el poder se debe al éxito o fracaso de las distintas ideologías políticas. En su opinión, los trabajadores y la clase media solo tienen dos formas de lograr una distribución progresiva de la riqueza: a través de la política y el mercado. Esta desigualdad iría de la mano, por tanto, del declive de los partidos de izquierda (que empujaban a favor de la redistribución de la riqueza en la esfera política) y los sindicatos (que empujaban en el mercado). En EEUU, desde 1978, los tipos impositivos máximos han bajado del 39% al 15%, lo que en su opinión es decisivo para entender el aumento de la brecha entre ricos y pobres.
En definitiva, lo que Kelly y Volcho quieren dejar claro es que, pese a lo que muchos piensan, la desigualdad no es fruto de los vaivenes del mercado, que se escapan del control, sino de unas determinadas decisiones políticas. Es cierto que el mercado influye en las decisiones gubernamentales (algo que se ha hecho evidente en los últimos tiempos), pero esas decisiones repercuten a su vez en la economía. Un círculo vicioso destinado a crear mayor desigualdad, si no se toman medidas para atajar la tendencia.
El fin "voluntario" de la unipolaridad (el CNI y la calle del adiós)
- El mundo en 2030 (Project Syndicate - 9/1/13) Lectura recomendada
(Por Joseph S. Nye)
Cambridge.- ¿Cómo será el mundo dentro de dos decenios? Evidentemente, nadie lo sabe, pero algunas cosas son más probables que otras. Las empresas y los gobiernos tienen que hacer conjeturas con conocimiento de causa, porque algunas de las inversiones de hoy durarán más de veinte años. En diciembre, el Consejo Nacional de Inteligencia de los Estados Unidos (CNI) publicó la suya: Global Trends 2030: Alternative Worlds ("Tendencias mundiales 2030: otros mundos").
El CNI prevé un mundo transformado, en el que "ningún país -ni los EEUU niChina ni ningún otro país grande- será una potencia hegemónica". Es el reflejo de cuatro "megatendencias": adquisición de poder por parte de los individuos y aumento de una clase media mundial; difusión del poder de los Estados porredes y coaliciones oficiosas; cambios demográficos, debidos a la urbanización, la migración y el envejecimiento; y una mayor demanda de alimentosagua y energía.
Cada una de dichas tendencias está cambiando el mundo e "invirtiendo en gran medida el ascenso histórico de Occidente desde 1750, restableciendo la importancia de Asia en la economía mundial y dando paso a una nueva era de "democratización" en los niveles nacional e internacional". Los EEUU seguirán siendo los "primeros entre iguales" en poder duro y blando, pero "el "momento de la unipolaridad" se ha acabado".
Sin embargo, la proyección del futuro mediante la simple extrapolación de corrientes actuales nunca es segura. La sorpresa es inevitable, por lo que el CNI determina también los que llama "motores de cambio" o resultados que podrían desviar las tendencias más importantes de formas sorprendentes.
La primera de esas fuentes de incertidumbre es la economía mundial: ¿inducirán la inestabilidad y los desequilibrios un desplome o bien una mayor multipolaridad apuntalará una mayor capacidad de resistencia? Asimismo, ¿podrán los gobiernos y las instituciones adaptarse con la suficiente rapidez para dominar el cambio o resultarán arrolladas por él?
Además, si bien los conflictos interestatales han ido disminuyendo, losconflictos intraestatales impulsados por poblaciones jóvenes, políticas deidentidad y recursos escasos seguirán asolando algunas regiones como Oriente Medio, Asía meridional y África, lo que da paso a otra cuestión que podría ser unmotor de cambio: la de si la inestabilidad regional sigue contenida o contribuye a la inseguridad mundial.
Además, hay una serie de cuestiones relativas a las repercusiones de las nuevas tecnologías. ¿Exacerbarán los conflictos o se desarrollarán a tiempo y estarán accesibles de forma generalizada para resolver los problemas causados por una población en aumento, una rápida urbanización y el cambio climático?
La cuestión final que puede ser un motor de cambio es la relativa al papel que desempeñarán los Estados Unidos en el futuro. A juicio del CNI, el caráctermultifacético del poder de los EEUU indica que, aun cuando China los supere económicamente -tal vez en fecha tan próxima como 2020-, lo más probable es que mantengan la dirección mundial junto con otras grandes potencias en 2030. Según el CNI, "las posibilidades de que unos EEUU en el límite de sus recursos afronten demandas en aumento son mayores que el riesgo de que se vean substituidos como rectores políticos preeminentes del mundo".
¿Es eso bueno o malo para el mundo? A juicio del CNI, "lo más probable es que un desplome o retirada repentina del poder de los EEUU diera como resultado un período prolongado de anarquía mundial", sin "un sistema internacional estable ni una potencia rectora que los substituya".
Tras examinar borradores anteriores de su informe con intelectuales y funcionarios de veinte países, el CNI informa de que ninguna de las potencias en ascenso del mundo tiene una concepción revisionista del orden internacional al estilo de la Alemania nazi, el Japón imperial o la Unión Soviética, pero las relaciones de esos países con los EEUU son ambiguas. Se benefician del orden mundial encabezado por los EEUU, pero con frecuencia se resienten de los desaires y el unilateralismo americanos. Un atractivo de un mundo multipolar es un menor dominio de los EEUU, pero lo único que sería peor que un orden internacional apoyado por éstos sería una total inexistencia de orden.
La cuestión del papel de los Estados Unidos para contribuir a la formación de un mundo más positivo en 2030 tiene consecuencias importantes para el Presidente Barack Obama al comienzo de su segundo mandato. El mundo afronta una nueva serie de amenazas transnacionales, incluidos el cambio climático, el terrorismo transnacional, la inseguridad cibernética y las pandemias. La resolución de todos esos problemas requiere cooperación.
En la Estrategia Nacional de Seguridad 2010 de Obama se sostiene que los EEUU deben concebir el poder como una suma positiva y no como una simple suma cero. Dicho de otro modo, puede haber ocasiones en que una China más potente sea positiva para los EEUU (y para el mundo). Por ejemplo, los EEUU deben estar deseosos de ver a China aumentar su capacidad para controlar sus emisiones -las mayores del mundo- de los gases que producen el efecto de invernadero.
La Secretaria de Estado de los EEUU, Hillary Clinton, se ha referido a la política exterior del gobierno de Obama como un "poder inteligente", que combina los recursos del poder duro y del poder blando, y sostiene que no debemos hablar de "multipolaridad", sino de "asociaciones múltiples". Asimismo, el informe del CNI indica que los americanos deben aprender mejor a ejercer el poder con –además de sobre– otros Estados.
Desde luego, respecto de las relaciones militares interestatales, seguirá siendo decisiva la capacidad para formar alianzas y equilibrar el poder, pero de poco servirán los mejores acuerdos militares para resolver muchos de los nuevos problemas transnacionales, que ponen en peligro la seguridad de millones de personas al menos tanto como las amenazas militares tradicionales. La dirección al respecto requerirá cooperación, instituciones y la creación de bienespúblicos de los que todos puedan beneficiarse y no se pueda excluir a nadie.
La conclusión del informe del CNI es la de que no existe una respuesta determinada a la cuestión de cómo será el mundo en 2030. La cuestión de si el futuro nos reserva situaciones positivas o negativas depende en parte de las políticas que adoptemos hoy.
(Joseph S. Nye, a former US assistant secretary of defense and chairman of the US National Intelligence Council, is University Professor at Harvard University. His most recent book is The Future)
The american way of suffering
- America the Unequal (Project Syndicate - 31/1/13) Lectura recomendada
(By Naomi Wolf)
Park City, Utah.- The last documentary film that used dry charts and statistics to make an abstract argument about a global issue and nonetheless became a pop-culture hit was Al Gore"s An Inconvenient Truth. But the hit of this year"s Sundance Film Festival was a low-key affair called Inequality for All, in which Robert Reich, a labor secretary in the Clinton administration, explains how rising income inequality and the demise of the middle class is causing so many Americans to suffer.
President Barack Obama recently taking up some of these themes in his second inaugural address, it is worthwhile to examine the message of Inequality for All more closely. The film"s charts are not boring, but actual showstoppers: Reich makes the point that the mid-1940"s to the mid-1970"s were decades of relative income equality, which corresponded with overall affluence. (The last time that income inequality in the United States was as deep as it is now was immediately before the 1929 stock-market crash.)
But the last 20 years have witnessed a spike in the difference between the top earners and the middle class: the "1%" really are living in a stratospheric bubble. As the journalist Chrystia Freeland has recently argued, a meta-class of global "plutocrats" is emerging - people who have little in common with the rest of us.
Inequality for All makes the case that the wealthiest 1% simply cannot consume enough, no matter how hard they try, to generate the revenue that an affluent middle class could. The secret to a strong economy is to invest in education, strengthen household incomes with a decent minimum wage and strong unions, and raise skill levels, thereby generating sustained consumer demand. This, Reich argues, is the "virtuous cycle" that we see in strong economies such as Germany, in which workers are highly skilled and educated, unions are protected, and the middle class has leisure and money to spend.
Reich also persuasively describes the "vicious circle" -with falling wages undermining consumer demand and leading, in turn, to shrinking output- that has made the US economy fragile and boosted social instability. He analyzes a middle class that is skating on the thinnest of ice, with employment coming at the price of lower wages and benefits. Moreover, millions of middle-class American homes are "underwater" (the mortgage is more than the home"s underlying value).
The film interviews one of the rich, a charming millionaire who owns a pillow company and points out that he and his fellow rich guys and their families simply cannot spend enough to offset the lost demand of a strong middle class. In fact, the richest save rather than spend their dollars, and send them around the globe in transnational hedge funds rather than using them to create more jobs at home.
So, the "trickle-down" story that the middle and working class are told every election cycle in America -that cutting wealthy people"s taxes means more job creation in America- is simply not true. Those wealthy people"s untaxed dollars stay in hedge funds and out of the revenue stream. The cost to social programs, infrastructure, and public schools intensifies stress on the middle class, who end up poorly educated, work long hours in dual-career ill-paid jobs, lack leisure time and money to spend, and so on.
Are we stuck with this vicious circle, which advocates of laissez-faire globalization have told us for 15 years is an inevitable consequence of the "invisible hand"? Or could Reich"s retro prescriptions, which he has affirmed for decades, be taken up again? Could they bring back the affluent years of the early Clinton era, when it seemed as if domestic policies could actually influence and even benefit the US economy?
I asked Reich what three policy prescriptions he would give to an American president and Congress today, especially drawing on the lessons of other countries. "I"d like to see what we did so successfully in the first three decades after World War II, when prosperity was widely shared." That means large investments in public education, including higher education; substantial investments in infrastructure, funded by a highly progressive tax whose top marginal effective rate never fell below 50%; and strong labor unions.
"Anyone who thinks these policies are no longer feasible in a global economy", Reich told me, "hasn"t looked at modern Germany, which features all of them, and where the median wage is higher than ours".
It sounded great - but it also seemed to contradict the conventional wisdom, according to which cut-rate labor in Pakistan or Mexico is the inescapable death knell for $ 25-an-hour union jobs, with benefits, in Detroit.
"How do you keep US labor unions strong if Mexico, for example, undercuts US hourly wages", I asked. Reich replied in more detail: "Strengthen labor unions in industries sheltered from global competition - workers in retail chains, hotelchains, restaurant chains; childcare and elder-care; hospital workers; and so on. Attract manufacturing and manufacturing engineering back to the US by improving the skills and productivity of US workers (as Germany has done for German workers). And encourage trading partners to improve their own wages and labor standards (for example, by requiring in all trade treaties that a country"s minimum wage be half its median wage)".
Is this agenda feasible in America today? To be sure, one would have to mend the broken political system first. But, looking at the affluent German middle class from the US, where a quarter of jobs pay wages that place workers at or below the poverty line, Reich"s recommendations seem worth fighting for.
(Naomi Wolf played a leading role in so-called "third-wave" feminism and as an advocate of "power feminism," which holds that women must assert themselves politically in order to achieve their goals…)
Algunos comentarios "de película": sobre cómo, un señor bajito "venido a más", le cuenta la "triste realidad" a una clase media americana, "venida a menos"
"Robert Reich siempre fue el más bajito de la clase. Por eso tiende a levantar la voz y a crecerse en público con su sentido del humor. En tiempos de crisis, sus delirantes clases sobre la riqueza y la pobreza en Berkeley rompieron los confines universitarios. Cientos de jóvenes hacían cola todas las semanas para escucharlo. Le invitaron a trasladar el aula al foro del movimiento Occupy, que hizo suyos algunos de sus originalísimos e ilustrativos dibujos La verdad "incómoda" de la economía (Elmundo.es - 9/2/13)
Pero Robert Reich no es un economista anti-sistema, no nos confundamos. Fue secretario de Trabajo con Bill Clinton, auspiciado precisamente por Larry Summers. Estuvo vinculado al poder, aunque lleva más de 15 años por libre. Fustigó por igual a republicanos y demócratas y se desmarcó con un libro, "Aftershock", que intentó explicar al gran público el antes y después de la debacle financiera.
"Aftershock llegó a manos del director de cine Jacob Kornbluth ("El mejor ladrón del mundo") y de ahí surgió la "terrible idea" de hacer un documental sobre un tema tan palpitante como poco "sexy": la desigualdad económica.…
"Dicho así suena como algo muy seco y aburrido", reconoce Kornbluth. "Pero si a la gente le decimos que es como "Una verdad incómoda" sobre la economía, entonces se despierta el interés".
El interés se ha disparado tras el paso fulminante de "Inequality for All" ('Desigualdad para todos') por el Festival de Sundance. El peso pesado Harvey Weinstein ha decidido poner toda la carne en el asador y convertirlo en "el documental del año". Y Robert Reich, mucho más punzante y divertido que Al Gore, se dispone a convertirse a los 66 años en lo que nunca fue: el gran "comunicador" de la economía.
A Reich empiezan a lloverle ya los improperios, de "manipulador" a "comunista". Los escépticos de la desigualdad (también los hay) no dudarán en usar todas lasarmas a su alcance para fustigar al profesor de la incorregible Berkeley y desacreditar el mensaje.
Esta vez, sin embargo, será difícil acusarle de afán de lucro por el "cuento de la desigualdad". La película ha sido posible gracias a una campaña de "crowdfunding" en Kickstarter hasta llegar a los 83.391 dólares. Pese al acuerdo para la gran distribución comercial, director y economista han prometido ser fieles al espíritu y entrar en el cuerpo a cuerpo con la audiencia en proyecciones populares.
El mensaje de Reich es así de simple: "La desigualdad nos ha llevado a un callejón sin salida. El 70% de la economía depende del gasto de los consumidores. Pero la clase media no gasta por la pérdida de empleo y de poder adquisitivo. Y las empresas no contratan porque no tiene clientes. Entre tanto, los Gobiernos han caído en la trampa de la austeridad y hacen que se contraiga aún más de la demanda. Simultáneamente, permiten que el 1% de los más ricos se hagan con más y más riqueza".
En apenas dos minutos y medio, ayudado por su rotulador negro, Robert Reich es capaz de explicar la "verdad" sobre los impuestos, y cómo es posible que multimillonarios como Mitt Romney acaben pagando sólo el 14% de sus ingresos. En "Desigualdad para todos", orquestada en torno a las conferencias de Reich en Berkeley, los ricos como Nick Hanauer (inversor de capital riesgo) toman ocasionalmente la palabra y admiten que deberían pagar más impuestos. El propio Hanauer rompe ante las cámaras el mito: "No crean eso de que los millonarios crean empleo; quienes crean de verdad empleo son las clases medias".
Entre tanto, y a bordo de su Mini Cooper, Reich sale al encuentro de los americanos de clase media venidos a menos. Gente como Robert y Erika Vaclav, que hace horas extras como cajera en un supermercado para poder pagar las actividades extraescolares de su hija. Al marido le despidieron como gerente de Circuit City, una cadena de venta de ordenadores que cerró, y desde entonces no encuentra un trabajo estable…
"Esta es la dinámica en la que estamos metidos", explica Reich. "La clase media, que era el motor de la economía, vive al límite y está totalmente exprimida. El poder adquisitivo ha caído en picado desde finales de los años setenta, mientras que los ricos han ido aumentando las diferencias. Los cien americanos más ricos ganan más que los 150 millones de americanos en el fondo de la pirámide. La mitad de los activos en Estados Unidos están en manos de 400 millonarios… Eso no es sólo malo para la economía, es malo para la democracia".
Sostiene Reich que la debacle financiera es precisamente un subproducto de la desigualdad, y recuerda como en el 2007 se alcanzó el mayor "pico" en la diferencia entre ricos y pobres desde 1928, un año antes del famoso "crack". Nos previene el profesor de Berkeley contra la polarización extrema, la política del miedo y los falsos profetas que suelen medrar en épocas de incertidumbre económica.
"Pero nuestro principal enemigo es el cinismo", insiste. "La falta de confianza en los políticos y en las instituciones no nos puede llevar al conformismo. El cambio es posible, pero no basta con votar cada cuatro años. Tenemos que ser ciudadanos activos e intentar cambiar el sistema desde dentro".
Reich reclama en el fondo "una economía que funcione para la gente". Y sus recetas pasan necesariamente por una mayor intervención del Gobierno, empezando por una subida de impuestos a las rentas más altas y con medidas de alivio y estímulo para las clases media. En pocas palabras, una "redistribución de la riqueza" (con perdón) como la que existía hasta primeros de los setenta, antes de la revancha del neoliberalismo.
"Una cierta desigualdad es inevitable e incluso deseable", admitía recientemente Reich, en declaraciones al "Observer". "Al fin y al cabo, es lo que ha hecho funcionar el capitalismo. Ahora bien, nunca hasta el punto al que hemos llegado ahora, en que el 70% de la gente tiene un pedazo tan pequeño de la tarta que no sólo afecta a sus vidas, sino a toda la economía".
Una pesadilla de la que resulta difícil despertar (¿caminando hacia atrás en el futuro?)
- La desigualdad y un futuro de privaciones (Project Syndicate - 30/5/13)
(Por J. Bradford DeLong) Lectura recomendada
Berkeley.- No importa qué indicadores económicos consideremos, esta es una época de desilusión. En Estados Unidos, el 7,2 % de la fuerza laboral disponible está ociosa; la brecha del empleo aumenta en Europa y se prevé que superará a la estadounidense para fines de este año. Es importante entonces dar un paso atrás y recordarnos que la "década perdida" que actualmente sufrimos no constituye nuestro destino económico de largo plazo.
Como nos lo recordara recientemente Paul Krugman, tal vez haya sido John Maynard Keynes quien mejor lo describió:
"Esta es una pesadilla que desaparecerá en la mañana. Ya que los recursos de lanaturaleza y los dispositivos humanos son tan fértiles y productivos como antes. Nuestros avances para solucionar los problemas materiales de la vida no han perdido velocidad. Somos tan capaces como antes de lograr que un elevado nivel de vida para todos -elevado respecto de, digamos, hace 20 años- y pronto aprenderemos a alcanzar un nivel todavía más alto. No habíamos sido defraudados antes. Pero hoy nos hemos sumergido en un enredo colosal, nos equivocamos en el control de una delicada máquina, cuyo funcionamiento no comprendemos. El resultado es podemos desperdiciar nuestras posibilidades de riqueza durante un tiempo".
Pero, ¿cuál es nuestro destino económico de largo plazo? Keynes anticipaba una época, tal vez 2050, cuando todos (al menos en Inglaterra) podrían tener el nivel de vida de un Keynes. Y, como imaginaba que ninguna persona en su sano juicio podría desear más de lo indispensable, comodidades y lujos de la vida a los que accedía un Keynes, el problema económico estaría resuelto.
Somos más sabios -y tal vez estemos más descorazonados- que Keynes. Sabemos que queremos reemplazos de cadera y trasplantes de corazón, tratamientos de fertilidad y viajes aéreos baratos, calefacción central e Internetcon banda ancha, y acceso exclusivo a la playa desde nuestras casas. Ya casi todos en la región del Atlántico Norte tienen comida suficiente para evitar el hambre, vestimenta suficiente para evitar el frío y refugio suficiente para estar protegidos. Pero, sin embargo, queremos más, nos enojamos cuando no lo tenemos, y somos lo suficientemente conscientes como para saber que los lujos se convierten en comodidades, y luego en necesidades -y que tenemos una excelente capacidad para inventar nuevos lujos a los cuales aspirar.
Ciertamente el problema económico, entonces, nos acompañará durante un largo tiempo. Pero al menos podemos contar con la capacidad de generar una sociedad relativamente igualitaria de clase media mientras avanzamos penosamente hacia nuestra utopía consumista, ¿verdad?
Fue Karl Smith, de la Universidad de Carolina del Norte, quien me explicó que probablemente esto no sea así. La prolongada bonanza posterior a la Revolución Industrial, que llevó los salarios de los trabajadores no cualificados a valoresantes impensables -y mantuvo a esa gente a una distancia salvable (o, al menos, soñable) de los niveles de vida de los ricos y famosos- no es necesariamente una buena representación de lo que vendrá.
Para crear riqueza son necesarias ideas sobre cómo dar forma a la materia y la energía, energía adicional para llevar a cabo esa tarea, y medios para controlar el proceso mientras se implementa. La Revolución Industrial trajo ideas y energía a la mesa, pero los cerebros humanos continuaron siendo los únicos medios eficaces de control. A medida que la energía y las ideas se abarataron, los cerebros humanos, que eran sus complementos, se valorizaron.
Pero, a medida que avanzamos hacia un futuro de inteligencia artificial, que observadores como Kevin Drum esperan (o incluso la imbecilidad artificial que claramente ya está disponible), y hacia un futuro de biotecnología que se crea a sí misma de la misma forma que los sistemas biológicos, ¿no dejarán los cerebros humanos de ser los únicos medios valiosos de control?
Esto no necesariamente significa que los niveles de vida de los trabajadores «no cualificados» vayan a caer en términos absolutos: los mismos factores que reducen el valor de los cerebros humanos bien pueden ser igualmente eficaces para reducir los costos de las necesidades, las comodidades y los lujos. Pero la riqueza probablemente fluya hacia los propietarios de las ideas productivas -o, tal vez, de las ideas de moda- y hacia los propietarios de aquello que solo pueda ser imitado con gran dificultad y a un costo elevado, incluso con medios de control baratísimos, energía baratísima, y montones de ideas.
La lección es evidente: el mercado no garantiza por su naturaleza la producción de un futuro de largo plazo caracterizado por un nivel razonable de desigualdad de la riqueza y pobreza relativa. A menos que aceptemos esto completamente, y hasta que lo hagamos, seguiremos a merced de la "delicada máquina" de Keynes que tan poco entendemos.
(J. Bradford DeLong is Professor of Economics at the University of California at Berkeley and a research associate at the National Bureau for Economic Research. He was Deputy Assistant US Treasury S…)
Abuelitos incómodos
- El futuro del sistema previsional estadounidense (Project Syndicate - 28/5/13)
(Por Laura Tyson) Lectura recomendada
Berkeley.- La primera ola de baby boomers estadounidenses está llegando a la edad de jubilarse, y el sistema de pensiones del país comienza a revelar sus fallas. Más de la mitad del total de los trabajadores (y más del 60% de los trabajadores de bajos ingresos) están en riesgo de carecer de ahorros suficientes para mantener su nivel de vida cuando dejen de trabajar. En un reciente estudio comparativo internacional, el sistema de pensiones estadounidense obtuvo la calificación "C" (aprobado), pero para un número importante y cada vez mayor de estadounidenses, no está funcionando bien.
La lentitud de la recuperación de la economía después de la Gran Recesión ha agravado este problema. Llegado el momento de jubilarse, las viviendas son el activo más importante para la mayoría de los estadounidenses; pero a pesar de una subida reciente, los precios de las propiedades siguen un 28% por debajo del pico alcanzado en 2006, mientras que el 28% del total de los propietarios deben más por sus hipotecas que lo que valen sus propiedades.
Uno de los pilares fundamentales sobre los que se apoya el modelo previsional estadounidense es el sistema de planes de retiro empresariales con participación voluntaria. Pero cerca de 16 millones de estadounidenses están desempleados o ya no forman parte de la fuerza laboral; al mismo tiempo, más de la mitad de los empleos creados durante la recuperación son puestos de bajos salarios, que por lo general no cuentan con planes de retiro. En cambio, la mayoría de los 625.000 empleos del sector público que se perdieron durante la recuperación ofrecían generosas pensiones.
Casi el 60% de los trabajadores con empleo en el sector privado y edades comprendidas entre los 25 y los 64 años no están cubiertos por planes de retiro empresariales; además, las tasas de cobertura varían según los ingresos: en el cuartil superior de ingresos la cobertura alcanza al 73% de los trabajadores, mientras que en el cuartil inferior esa cifra se reduce al 38%. También la participación en los planes varía según los ingresos: la participación de trabajadores de bajos ingresos es mucho menor que la de trabajadores de altos ingresos. La falta de cobertura universal implica además que los trabajadores entran y salen de los planes según cambian de empleo; el resultado es que más de un tercio de todas las familias termina sin ninguna cobertura de pensión empresarial. En cambio, en otros países donde los empleadores y los empleados están obligados a participar en planes de retiro empresariales de nivel nacional, la cobertura es casi universal.
El ahorro personal es otro pilar del sistema previsional estadounidense, pero para la mayoría de las familias resulta muy insuficiente, debido en parte a las dificultades para ahorrar provocadas por décadas de estancamiento de la franja media de salarios. Según un estudio reciente, la tercera parte de los estadounidenses de entre 45 y 54 años de edad no tienen ahorros específicamente destinados a la jubilación. En tanto, tres cuartos de las personas próximas a retirarse (aquellas con edades entre los 50 y los 64 años) cuentan con ingresos anuales inferiores a 52.201 dólares y, en promedio, tienen menos de 27.000 dólares ahorrados para el retiro.
En Estados Unidos, los ahorros jubilatorios gozan de generosas exenciones impositivas, pero estas benefician a los destinatarios equivocados y sus resultados son limitados. Más del 80% del valor de las exenciones va a parar al 20% superior de los contribuyentes que ganan más de 100.000 dólares por año. Además, el sistema le cuesta al fisco estadounidense casi cien mil millones de dólares al año, pero tiene poco efecto sobre el nivel de ahorro; en cambio, induce a los contribuyentes de altos ingresos a pasar sus ahorros a activos exentos de impuestos. Esta es una de las razones principales por las que el presidente Barack Obama propone limitar las exenciones.
Hay una propuesta más radical según la cual se eliminarían las exenciones impositivas para reemplazarlas con un crédito fiscal reembolsable, condicionado a los medios del contribuyente, que se depositaría directamente en su cuenta individual de retiro (cuenta "IRA", por sus siglas en inglés) a modo de aporte complementario del Estado. Está visto que los contribuyentes responden mejor a incentivos basados en aportes complementarios que a exenciones impositivas, porque los primeros son más fáciles de comprender y más transparentes.
La falta de inclusión en planes empresariales y la insuficiencia de los ahorros personales provocan que más de la tercera parte de las familias estadounidenses (y más del 75% de las familias de bajos ingresos) dependan totalmente de laSeguridad Social como fuente de ingresos después del retiro. Y como esto compensa solamente alrededor del 40% de los ingresos previos al retiro en el caso de los trabajadores de bajos ingresos y menos de la tercera parte en el caso de los trabajadores de ingresos medios, la dependencia exclusiva de la Seguridad Social equivale a vivir en la línea de pobreza o por debajo de ella. (En otros países desarrollados, el porcentaje de sustitución de ingresos se sitúa en torno del 70%, mientras que el valor de referencia que recomiendan los expertos en asuntos previsionales es 80%.)
Para hacer frente a la crisis jubilatoria que se cierne sobre Estados Unidos, es necesario aumentar la inclusión de los trabajadores en los planes de retiro empresariales. Una medida eficaz sería inscribir automáticamente a quienes no manifiesten explícitamente su decisión en contrario; cuando se aplica este sistema, la participación de los empleados salta por encima del 90%. De hecho, en una investigación reciente se descubrió que la inscripción automática es mucho más eficaz que las exenciones impositivas como modo de incentivar el ahorro para la jubilación.
Sin embargo, aunque casi todos los trabajadores estadounidenses pueden tenercuentas IRA con beneficios impositivos, muchos empleadores no ofrecen los correspondientes planes de retiro. Según la propuesta de Obama, estos empleadores estarían obligados a ofrecer a sus trabajadores la realización automática de aportes a sus cuentas IRA por medio de una retención periódica del sueldo. Para alentar la participación de los trabajadores de bajos ingresos, se deberían ofrecer aportes complementarios del Estado en la forma de créditosfiscales, como sustituto o como añadido al sistema de exenciones impositivas.
En California y algunos otros estados también se está evaluando la creación de nuevos planes de ahorro, administrados por los estados, que beneficiarían a los trabajadores del sector privado que no tengan acceso a planes de retiro empresariales. El plan de California (que se basa en una propuesta de Teresa Ghilarducci y sus colegas) supone la inscripción automática de aquellos trabajadores del sector privado que trabajen en empresas con cinco o más empleados en las que no se ofrezcan planes de retiro. Para los aportes, los empleadores retendrían automáticamente el 3% del salario bruto, que sería el porcentaje estándar; los empleados podrían ajustar esa cifra o pedir que se los excluya del sistema.
Según este esquema, cada trabajador tendría una cuenta individual (que a los efectos impositivos se consideraría equivalente a una cuenta IRA), pero los activos de los que dependerían las prestaciones del plan se colocarían en un fondo fiduciario común, con rentabilidad real garantizada por un seguro privado y que se distribuiría en forma de anualidad tras la jubilación. Cada cuenta estaría vinculada con el trabajador, no con los empleadores, lo que garantizaría la portabilidad entre empleos. (La falta de portabilidad y de anualidades es un importante defecto de la mayoría de los planes de retiro empresariales.) Una junta independiente se encargaría de supervisar la administración del plan del estado, y los administradores de los fondos de inversión se elegirían mediante llamado a licitación.
Hace poco, el senador Tom Harkin propuso un plan nacional con características similares para todos los trabajadores cuyos planes de retiro empresariales no cumplan ciertos requisitos mínimos. En los estudios comparativos internacionales, los países cuyos planes de retiro aventajan a los de Estados Unidos en cuanto a cobertura, nivel de prestaciones y sostenibilidad a largo plazo son los que, además de sus programas básicos de seguridad social, tienen planes nacionales de pensiones. En algunos casos la participación es obligatoria, en otros hay inscripción automática y en otros la participación se incentiva mediante aportes complementarios del Estado.
Si Estados Unidos facilitara el ahorro y lo hiciera financieramente más atractivo, mediante un mejor diseño de las exenciones impositivas, aportes complementarios del Estado, cuentas IRA de inscripción automática y planes de retiro administrados por los estados, lograría un importante incremento del ahorro previsional, especialmente en familias de ingresos bajos y medios. También sería útil mejorar el nivel de conocimientos financieros de la población. La presente obsesión por el déficit fiscal y las restricciones presupuestarias no debe hacernos olvidar la necesidad de implementar reformas para hacer frente a la crisis jubilatoria que se cierne sobre muchos estadounidenses.
(Laura Tyson, a former chair of the US President's Council of Economic Advisers, is a professor at the Haas School of Business at the University of California, Berkeley)
El regreso de las fábricas: la des-deslocalización industrial como última alternativa de recuperación laboral (¿cuántos trabajos se perdieron -y perderán- en la estulticia?)
- ¿Puede China salvar a la clase media estadounidense? (BBCMundo - 19/7/13)
(Por Michelle Fleury) Lectura recomendada
Alguna vez la clase media fue considerada el motor de Estados Unidos, pero desde la recesión muchos de ellos se encuentran en apuros.
Entre ellos, Judy y Richard Gassman, quienes viven en el barrio adinerado Adams Farm, en Greensboro, Carolina del Norte. Richard, un ingeniero electrónico con maestría, perdió un empleo bien pagado hace dos años. Y no ha podido encontrar trabajo desde entonces.
"En este momento, estamos endeudados y lo vamos a estar hasta que encuentre un trabajo", explica Richard. "No estoy pagando el seguro de salud. No lo tengo. Lo perdí cuando me quedé sin empleo".
Y eso no es todo lo que han perdido. Se están preparando para dejar la casa que ha sido su hogar durante 17 años. Van a ser desalojados. "Nunca pensé que iba a perder mi casa de esta manera", dice Judy.
El espiral descendente en las finanzas de los Gassman los ha dejado en una situación precaria, que llega en un momento de creciente preocupación por la desigualdad en los ingresos y sus efectos en la reducción de la clase media en EEUU.
Uno se lleva todo
Durante gran parte del siglo pasado, EEUU creció con la idea de que los beneficios económicos deben ser ampliamente compartidos. Se supone que es la tierra de las oportunidades. Pero Alan Krueger, presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente Obama, cree que las cosas empezaron a cambiar en la década de 1980.
"Cada vez más nos estamos convirtiendo en una economía donde el ganador se lo lleva todo", dijo Krueger en un discurso reciente. "En las últimas décadas, el cambio tecnológico, la globalización y la erosión de las instituciones y las prácticas que sustentan la prosperidad compartida en EEUU han puesto a la clase media bajo una creciente presión".
Durante las últimas tres décadas, los estadounidenses más ricos han visto cómo sus ingresos aumentan mucho más rápidamente que los de la clase media. Este cambio no es exclusivo de EEUU. El panorama es similar en Reino Unido,Francia y Suecia, pero es más dramático en EEUU.
Con el aumento de la desigualdad de ingresos, hay un renovado impulso para resucitar la industria manufacturera del país que se encuentra en declive. EEUU perdió más de cinco millones de empleos industriales entre 2000 y 2010. Dicho de otra manera, casi un tercio del empleo manufacturero.
Obama ha puesto muchas esperanzas en el regreso de la manufactura para ayudar a reconstruir la clase media estadounidense. Después de años de empleos que se enviaban al extranjero, hay indicios de que algunos están regresando.
Regreso de las fábricas
El fabricante de computadoras chino Lenovo acaba de celebrar la apertura de su primera planta de fabricación en Whitsett, Carolina del Norte. Otras compañías como Motorola y Apple han anunciado planes para fabricar en EEUU.
En la ceremonia de apertura, las palabras de Tom Looney, vicepresidente y gerente general de Lenovo North America, fueron recibidas con aplausos:
"Estamos aquí para celebrar el regreso de la fabricación de computadoras personales a EEUU", dijo. "Y está empezando aquí mismo en el gran estado de Carolina del Norte".
A medida que los salarios subieron en China, han caído en EEUU. Dirigentes de Lenovo dicen que aún es más barato fabricar computadoras en el extranjero, pero de esta manera se puede estar más cerca de sus clientes estadounidenses.
Margo Crisp no podría estar más feliz. Ella es una de los 115 trabajadores recién contratados. "Mi planta cerró en 2009 y estaba muy emocionada cuando me hablaron de esto", expresó. Crisp había estado sin empleo en el sector manufacturero desde que la fábrica de automóviles en la que trabajaba cerró hace varios años.
Perdiendo terreno
Sin embargo, los puestos que trabajadores como Crisp están obteniendo son diferentes a los de antes. Lo que los empleados de la línea de producción están armando es uno de los equipos híbridos de Lenovo, una combinación de tableta y computadora portátil apodado Twist. A pesar de que los carteles en la pared de la fábrica proclaman "Hecho en EEUU", muchas de las piezas se construyen en el extranjero.
Hay otras razones por las cuales los puestos de trabajo en la manufactura que están regresando no son lo mismo. La realidad es que no hay muchos puestos con ingresos medios para trabajadores medio y poco calificados.
John Crawford es el presidente de un sindicato local que ha trabajado en la industria durante casi dos décadas. Fue testigo de primera mano del impacto del comercio mundial en los empleos en EEUU. Su temor hoy es que los trabajos temporales mal pagados se estén convirtiendo en la norma.
"Las agencias de empleos temporales han estado en auge últimamente y si nos fijamos en las grandes empresas, ahora contratan a través de una agencia de trabajo temporal. Ya no consigues empleo a través de la compañía. Esa es la diferencia entre las generaciones".
Los empleos temporales no vienen con beneficios como asistencia sanitaria o pensiones. Y a menudo no pagan lo suficiente para permitir ahorrar para cosas como el pago inicial de una casa o la educación de los niños. En resumen, no proporcionan muchas de las cualidades esenciales de la experiencia de la clase media estadounidense.
Así que no es de extrañar que casi tres de cada cinco integrantes de la clase media estadounidense revelen estar preocupados por la caída de su clase económica, según una encuesta reciente.
De vuelta en la fábrica de Lenovo, el gerente de la planta Jeffrey Benes supervisa la línea de montaje. Gracias a la cantidad de pedidos de los clientes, no hayescasez de trabajo. "Durante los primeros seis meses de este año hemos estado llenos de horas extras". El personal se siente orgulloso de lo que está haciendo, a sabiendas de que los productos que salen llevarán una bandera estadounidense.
Este es, después de todo, un país que todavía cree en el poder de los sueños de la clase media, aunque en la realidad están cada vez más fuera de su alcance.
A - La banalización del mal (semillas de distopía)
Monografias.com
La "socialización" de las pérdidas (cómo endosar la crisis al contribuyente)
(Haciendo "zapping" por la hemeroteca)
Dilema: estabilizar a los deudores (Main Street) o a los acreedores (Wall Street)
"La condición necesaria, pero no suficiente, para la salida de la crisis económica es solucionar el posible problema de insolvencia de las entidades financieras. Así, la presentación del Plan de Estabilidad Financiera del Tesoro americano se percibía como una oportunidad para devolver cierta confianza a los inversores. Desafortunadamente, la inconcreción de las medidas y la falta de un horizonte temporal claro para la implementación del plan han ahondado en la desconfianza"...Capitalización vs. nacionalización, o la fórmula mágica para EEUU (El Confidencial - 17/2/09)
¿Capitalización o nacionalización?: that is the question
"Algunas de las mayores empresas del sector financiero están cayendo en manos del gobierno estadounidense. Eso ha mandado en picada a las acciones de los bancos y podría estar profundizando los males económicos. Pero algunos economistas afirman que la nacionalización es la opción más inteligente para arreglar el deterioradosistema financiero y que al gobierno de EEUU le convendría actuar ahora mismo"... El qué, cómo y porqué de la nacionalización bancaria (The Wall Street Journal -24/2/09)
Segunda ronda de rescates (febrero 2009): ya vamos por US$ 10 billones…
"El monto total de los rescates públicos aprobados por el Gobierno de EEUU asciende a cerca de 10 billones de dólares. Sin embargo, esta cifra amenaza, incluso, con quedarse corta a la vista de las nuevas solicitudes de auxilio financiero por parte de grandes empresas y entidades financieras del país"... El coste asciende ya a 10 billones - Segunda ronda de rescates en EEUU: AIG, GM, Chrysler, Citigroup... (Libertad Digital - 24/2/09)
El poder de destrucción de la crisis (al 3/09): casi el 45% de la riqueza mundial
"La peor crisis económica desde la Gran Depresión se traduce, por el momento, en una destrucción de la riqueza mundial próxima al 45%, según la consultora Blackstone Group. Tan sólo el desplome bursátil se ha cobrado ya 11 billones de dólares en EEUU"... "Sin precedentes": La crisis crediticia destruye el 45% de la riqueza mundial - En Wall Street se evaporan 11 billones (Libertad Digital -12/3/09)
Algunos "efectos" de la crisis ("restas" y "saldos" desde 2007…)
"Las empresas cotizadas a nivel mundial alcanzaron su valor máximo en 2007, con 61,2 billones de dólares. En marzo de 2009, la capitalización total de las mayores bolsas se desplomó un 58,2%. En la actualidad, el valor se sitúa en 46,8 billones, un 23,5% menos que en 2007"... Los inversores en bolsa han perdido 14,4 billones de dólares desde 2007 (Libertad Digital - 24/3/10)
Volver a la normalidad no va a ser nada fácil (ni placentero)
"La masa monetaria (M3), dinero en circulación en EEUU, acaba de registrar su mayor desplome desde la primera mitad de años 30 (Gran Depresión). Dicho indicador avanza una tendencia deflacionista a corto y medio plazo y amenaza con una recaída en la recesión (crisis en W)"… EEUU registra la mayor contracción monetaria desde la Gran Depresión (Libertad Digital - 27/5/10)
La financierización de la economía (confundiendo deuda con riqueza)
"Durante las últimas décadas se ha venido produciendo un cambio en las economías occidentales. Del capitalismo industrial se ha pasado al financiero, de la preeminencia de la actividad productiva a la crediticia y de mercados"... Ganan las finanzas, pierde la economía real: el futuro ya está aquí (El Confidencial -14/9/11
La socialización de las pérdidas y a donde no llegó la crisis.
¿Apropiación indebida? ¿Keynesianismo de "oferta", o para los "amiguetes"?
Monografias.com
Las causas (la crisis mutante)
Carta a los dalits, paganos o "paganinis" de la crisis (desde la Europa de los náufragos): la deuda y la vida (escrita a principios del año 2012)
"Dalit": En el sistema de castas de la India, un dalit, panchamas, paria o intocable es un duende o una persona que, de acuerdo con las creencias hindúes tradicionales, se considera fuera de los varnas o castas. Varna se refiere a la creencia de que muchos humanos fueron creados a partir de diferentes partes del cuerpo de la divinidad Purusha, y la parte de la que cada varna fue creada define el estatus social de una persona en relación con aspectos como con quién puede casarse y qué profesiones puede desempeñar.
Partes: 123456
Página [=página]
Al estar fuera de las varnas, a los Dalits, históricamente, sólo se les ha permitido realizar trabajos más marginales. Se incluyen los trabajadores del cuero, llamados chamar; los granjeros pobres y los jornaleros sin tierra, los artesanos callejeros, artistas populares, lavanderos de ropa y otros. Tradicionalmente, eran aislados en sus propias comunidades, hasta el punto de que las clases superiores evitaban el contacto de sus sombras. La discriminación contra los Dalits existe aún en zonas rurales y en la esfera privada.
Este fenómeno, no obstante, no es exclusivo de India, puesto que existen grupossimilares en Bangladesh (denominados arzal), en Yemen (conocidos por Al-Akdham), y en Japón (donde reciben el nombre de Burakumin).
"Pagano": Persona que paga, generalmente por abuso, las cuentas o las culpas ajenas. (Diccionario de la Real Academia Española).
"Paganini": Persona que acostumbra a pagar gastos ajenos o comunes -compartidos por ella con otros. (Diccionario etimológico del lunfardo).
El "peso específico" de la crisis
Haciendo un cálculo sencillo, a partir de los datos anteriores, podemos constatar que el dinero del contribuyente aplicado por los EEUU para "socorrer" a sus bancos ("too big to fail") alcanzó entre los años 2007 y 2009 la friolera de 8,4 billones de dólares, lo que equivale al 60% del PIB de ese país.
Si el cálculo se hace para la Unión Europea, tenemos, inicialmente 1,6 billones de euros (entre 2008 y 2010), que se transforman en 4 billones de euros (según el presidente de la Comisión Europea) para "el conjunto de medidas puestas en marcha para encarrilar la economía" (sic), lo que equivale al 33% del PIB de la Unión.
Dicho en palabras elementales (para que lo entiendan los que se "lían" con los "billones"): los bancos "demasiado grandes para caer" se han "fumado" en la primera etapa del salvataje (digo primera, porque hay una segunda -en marcha- y vaya Dios a saber cuántas más quedan por venir, hasta que saquen todos los cadáveres del armario), el equivalente al 60% de la producción total de un año en los EEUU y el equivalente al 33% de la producción de un año de todos los países miembros de la Unión Europea.
A los contribuyentes ("dalits", "paganos" o "paganinis") americanos les han sacado (robado) de sus bolsillos el 60% del producto (trabajo) de un año para auxiliar a los bancos causantes de la crisis. Esto, sin agregar la "exacción" indirecta (por la vía inflacionaria) de los Quantitative Easing (QE) de la Fed. El helicóptero de Bernanke.
A los contribuyentes ("dalits", "paganos" o "paganinis") europeos les han sacado (robado) de sus bolsillos el 33% del producto (trabajo) de un año para auxiliar a los bancos causantes de la crisis. Esto, sin agregar la "exacción" indirecta (por la vía inflacionaria) de las "barras libres" del BCE. La "ponchera" de Draghi.
¿Si esta crisis ("sistémica", dicen los escribas mercenarios), se hubiera producido en otro sector de la economía (minero, pesquero, agrícola, manufacturero, energético, servicios no financieros, profesional…), creen ustedes que los gobiernos hubieran puesto a disposición de los "damnificados" tan ingente (y probablemente irrecuperable) cantidad de dinero? ¿Y si además (para más inri), esos "afectados", resultaran ser los causantes (culpables) de la crisis?
¿Por qué puede (y tal vez debe) quebrar una explotación agrícola, una fábrica, un supermercado, una tienda, un bar, un restaurante, un taller mecánico, un sanatorio, un profesional… y no puede quebrar un banco? ¿En qué manual de economía están establecidos los parámetros del riesgo sistémico? ¿Cuál es el límite? ¿Y el riesgo moral?
Esto comportamiento no es capitalista, tampoco liberal. Es un falso capitalismo, un liberalismo económico asimétrico, donde se privatizan las ganancias y se socializan las pérdidas. Donde se distorsiona (altera) la selección natural. Donde se "amputa" la mano invisible del mercado. Esta es una economía de casino donde las apuestas (particulares) se "cubren" con dinero del contribuyente (público). Y ya se sabe, "el dinero público no es de nadie" (sic).
¿Cómo se puede entender la "naturaleza y causa de las riqueza de las naciones", si se deja a cargo de la regeneración de las finanzas a los mismos que provocaron la crisis (la mayor desde 1930), si se tolera que continúen aplicando los mismosmétodos (y vicios) que la originaron? El zorro cuida a las gallinas… el pirómano cuida el bosque… y el monstruo de Amstetten cuida a las mujeres y los niños… "Volved a los camarotes, todo está arreglado" (dijo el Capitán del Costa Concordia).
¿Aparte de Madoff (porque "pisó los callos" a muchos judíos ricos) y Rajaratnam (porque no era "uno de los nuestros"), quién más entró en la cárcel? En la "quebrada" Europa, ni uno. Mucha banca "en la sombra" y ningún banquero "a la sombra".
¿Cuántos de los CEOs (los mariscales de la derrota) siguen al mando de los principales bancos, como si no hubieran tenido nada que ver con el "invento"? ¿Han devuelto algo de los premios cobrados mientras sus bancos se iban a laquiebra? ¿Han dejado de cobrar sus "bonus" multimillonarios durante el procesode rescate con dinero público?
Resulta (por lo menos) altamente sospechoso que los bancos centrales hayan ayudado (socorrido) a los bancos (acreedores) y no lo hayan hecho con los particulares (deudores hipotecarios) para que pagaran sus deudas con los bancos. Un caso inaudito en que se ayuda al acreedor en vez de al deudor. El mundo económico al revés. "Y Smith lloró"…
Vamos a suponer que no haya habido "cohecho activo" (en el que el político o el funcionario es el que se aprovecha del delito cometido para enriquecerse), pero sin duda ha habido "cohecho pasivo" (en el que el político o funcionario deja de actuar para permitir que terceras personas hayan podido enriquecerse). "YMontesquieu lloró"…
Según Washington, WikiLeaks (2011) o Megaupload (2012) son miembros del "crimen organizado" (sic). ¿Cómo deberían caratular, entonces, a la banca (losperros de la codicia) y a Wall Street (la mano "visible" de los mercados)? Camino de los 4 años de tormenta financiera (que seguimos soportando), los gobiernos continúan "mareando la perdiz", sin hacer las reformas necesarias del sistema. Sería muy preferible ir a una solución "sistémica" (aquí sí, "sospechosos" escribas liberales), que pase por repensar el conjunto del sistema financiero, reconocer pérdidas, cerrar lo que haya que cerrar, por recapitalizar (sobrecapitalizar) las sobrevivientes, y por poder decirle al mercado (mejor, a los contribuyentes) que hemos puesto fin a la pesadilla.
El fandango de la deuda (la factura de los rescates públicos)
(Haciendo "zapping" por la hemeroteca)
La financiación de los planes de rescate provocará el mayor endeudamiento de la historia (las primeras cuentas a inicios del año 2009)
"Los gobiernos de todo el mundo están centrados en estos momentos en salir cuanto antes de la recesión. No importa cuánto dinero haya que aportar a los planes de estímulo económico ni las participaciones que haya que tomar en bancos privados o las ayudas de Estado que haya que distribuir entre todo tipo de industrias. Hay que hacer lo que sea con tal de salir de la crisis. Ésa es la única prioridad. Después ya veremos"... ¿Y todo esto cómo se paga? (El País - 18/1/09)
Más paro y recesión marcan la herencia dejada por Bush a Obama.
"La herencia económica que recibe Barack Obama es tan excepcional como su elección al frente de la Casa Blanca. Los números asustan. Si tradicionalmente la economía de Estados Unidos se ha permitido un déficit presupuestario y por cuenta corriente de envergadura, el desequilibrio alcanzado en los últimos años es histórico. En el caso del déficit fiscal, la Oficina Presupuestaria del Congreso de EEUU augura un desfase entre ingresos y gastos que este nuevo año alcanzaría 1,2 billones de dólares (el 8,3% del PIB), cifra no vista desde los años 50, posteriores a la II Guerra Mundial. Lejos quedan los 236 millones de superávits fiscales obtenidos por la administración Clinton en 2000"... El mayor déficit en 50 años en EEUU (Cinco Días - 21/1/09)
¿Pueden colapsar la deuda pública de USA y RU? (el dilema de Obama y Brown)
"Máximo nivel de alerta en el día 1 de la era Obama. El valor de la banca se volatilizó ante la "insolvencia" sistémica en EEUU y Gran Bretaña. Obama y Brown avanzan hacia la nacionalización bancaria. La calidad de su deuda pública corre peligro, lo que pincharía la burbuja de los bonos"... El tsunami bancario anticipa el colapso de la deuda pública en EEUU y Gran Bretaña (Libertad Digital - 22/1/09)
Los planes de rescate aprobados en EEUU (2007-2008) comprometen un gasto de casi 10 billones de dólares, cantidad que sería suficiente para pagar el 90% de las hipotecas norteamericanas
"Las generaciones futuras de ciudadanos norteamericanos se preparan para pagar una factura multimillonaria debido al aumento del gasto público que ha decidido efectuar la Administración de EEUU para encarar la crisis financiera que se generó con el estallido de las hipotecas de alto riesgo (subprime) y que fue alimentada por las agencias públicas Fannie Mae y Freddie Mac"… EEUU hipoteca diez billones en rescates (Libertad Digital - 16/2/09)
Las previsiones de déficit fiscal para el año 2009 van a peor (reality show)
"La Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca ha revisado al alza su previsión del déficit para este año y para el próximo ejercicio fiscal tras incluir en las cuentas los datos más recientes sobre la recaudación fiscal y los planes de rescates aprobados por el Gobierno para ayudar a sectores como el financiero y el del automóvil, entre otros"... El déficit de EEUU sigue engordando: alcanzará 1,84 billones en 2009 (El Confidencial - 11/5/09)

No hay comentarios:

Publicar un comentario