El economista canadiense William White, presidente del Comité de Revisión y Desarrollo Económico de la OCDE y antiguo economista jefe del Banco de Pagos Internacionales, asegura que las cosas están peor ahora que en los albores de la crisis financiera de 2008:
“La situación es peor de lo que era en 2007. Nuestra munición macroeconómica para combatir las recesiones está esencialmente agotada.
La deuda ha seguido aumentando durante los últimos seis años y ha llegado a tales niveles en todas las partes del mundo que se ha convertido en una potente causa de problemas”.
White fue uno de los pocos economistas que predijo y alertó de forma clara sobre la última recesión antes de que se produjera la crisis de las hipotecas subprime. Ahora, los tipos de interés bajos y las inyecciones de dinero de los principales bancos centrales nos habría llevado a lo que el economista describe como “inter-temporal smoothing”. Es decir, nos estamos gastando ahora el dinero del futuro.
El sistema financiero global se ha vuelto muy inestable y encara una avalancha de quiebras —de empresas y de bancos— que va a poner a prueba la estabilidad social y política en muchos lugares del mundo, avisa White.
“Durante la próxima recesión se va a hacer obvio que muchas de esas deudas nunca van a ser pagadas, y eso va a resultar incómodo de aceptar para mucha gente que piensa que posee una serie de activos que valen algo”.
Según el economista, el sistema bancario europeo va a necesitar de una recapitalización sin precedentes, y los líderes políticos, sobre todo los del norte, van a querer que los acreedores y los depositantes se hagan cargo de parte de las pérdidas, a través de algún tipo de “bail-in” o recapitalización interna, antes de echarse al hombro la responsabilidad de sustentar esos bancos.
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