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lunes, 2 de noviembre de 2015

TTIP, la 'OTAN' económica que busca someter el mercado europeo al imperialismo del dólar


Activistas europeos de los derechos de los consumidores participan en una marcha en protesta contra el TTIP, la austeridad y la pobreza en Bruselas, Bélgica
Activistas europeos de los derechos de los consumidores participan en una marcha en protesta contra el TTIP, la austeridad y la pobreza en Bruselas, Bélgica / Eric Vidal / Reuters

TTIP, la 'OTAN' económica que busca someter el mercado europeo al imperialismo del dólar

Publicado: 2 nov 2015 12:10 GMT
Pese a las protestas ciudadanas en contra de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión entre EE.UU. y la Unión Europea (TTIP, por sus siglas en inglés), Bruselas y Washington siguen negociando el acuerdo que, según advierten los expertos, aspira a someter el mercado europeo a EE.UU.
Varios países europeos ya han acogido manifestaciones en contra del TTIP, cuyos participantes no creen que el acuerdo contribuya al crecimiento económico y temen que este paso no haga sino reforzar el papel de las corporaciones y aumentar el desempleo, escribe el periódico en línea 'Svobódnaya Pressa', que ha intentado averiguar qué está detrás del acuerdo "que se presenta como un proyecto comercial mutuamente beneficioso" y por qué está rodeado de tanto secretismo.
Los proyectos integracionistas de EE.UU. son una versión moderna del Plan Marshall que se extiende a todo el mundo
En cuanto al componente económico de dicho acuerdo, el docente de la Universidad Estatal de San Petersburgo Dmitri Barýshnikov sostiene que lo que busca EE.UU. es "afianzar su presencia en el mercado de la Unión Europea a través de una base normativa concreta", a la vez que persigue "los intereses de sus grandes corporaciones, bancos y fondos de inversiones".
Con relación al aspecto político, Barýshnikov opina que "la igualdad de derechos entre EE.UU. y sus socios europeos no fue posible desde el principio, teniendo en cuenta el dominio político-militar de EE.UU. en Europa". 
El experto advierte de que los detalles de las negociaciones no se hacen públicos precisamente porque durante este proceso se debaten "asuntos delicados que atañen a todos los miembros de la Unión Europea" y cuya publicación podría influir negativamente en el electorado europeo afectando su postura hacia sus líderes".
Como consecuencia, este paso podría activar todavía más las fuerzas nacionalistas en Europa, y, en este sentido, el proyecto del TTIP "está dirigido objetivamente a la destrucción de la integración europea", advierte el experto.
 "La Unión Europea fue pensada como una estructura de integración regional", pero no como una alternativa a EE.UU. sino como "un centro de fuerza más en la escena internacional". Este enfoque nunca le gustó a la élite estadounidense, señala Barýshnikov.
En opinión del economista Vladislav Zhukovski, EE.UU. intenta mantener a Europa en la órbita de la globalización financiera construida a partir del "imperialismo del dólar". 
"Aumentan la zona de su influencia y los mercados del capital controlado por las corporaciones transnacionales", dice el experto. 
"Por un lado, EE.UU. somete el mercado europeo a través de la creación del TTIP. Por otro, realiza una maniobra similar en la región Asia-Pacífico", advierte Zhukovski. 
El objetivo de EE.UU. consiste en "suprimir los puntos de crecimiento en la periferia a través de un dólar caro", explica el economista. 
En concreto, EE.UU. busca abrir las fronteras aduaneras en la región europea y del sur de Asia para eliminar a sus competidores. 
Quizás sean una excepción países como Alemania, Reino Unido y los del Benelux, pero "toda la Europa suroriental espera una ola de bancarrotas". 
"Estos países no soportarán una competición abierta con el capital, las tecnologías, la industria e incluso la agricultura estadounidense", advierte Zhukovski.
Una de las consecuencias es que la "apertura" económica de Europa supondrá un golpe para China, que prevé aumentar el volumen de intercambio comercial con la Unión Europea en el marco del proyecto Nueva Ruta de Seda.

 "Los proyectos integracionistas de EE.UU. son una versión contemporánea del Plan Marshall. Pero ahora se extiende a todo el mundo", concluye el economista.

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