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jueves, 19 de noviembre de 2015

Los Secretos más "Ocuros" de Rajoy al Descubierto

Rajoy “cara de cartón”: vida secreta en Pontevedra

Un libro desvela la vida oculta de Rajoy

“El arma secreta de Mariano Rajoy” es el título que el periodista Rodrigo Cota ha puesto al capítulo del libro del también periodista pontevedrésAdrián Rodríguez en su volumen “Solo Rivas Fontán”

En él, José Rivas Fontán, diputado en Madrid y alcalde de Pontevedra entre 1979 y 1991, escucha a Mariano Rajoy, entonces todopoderoso vicepresidente del Gobierno, ministro de Presidencia y portavoz en el Palacio de la Moncloa. El mensaje fue nítido y simbólico: pedirle que se paseara por Pontevedra con «cara de cartón»

“Me pregunto cuántas veces más Rajoy ha sugerido poner cara de cartón y a cuánta gente. Da la impresión de que él lo practica como norma”, señala el redactor. 


Rivas Fontán

Y es que el libro desvela que Manuel Fraga obligó a casarse a Mariano Rajoy, que no logró en cambio que aprendiera gallego ni siquiera de memoria, y que el presidente del Gobierno, el día en que se hablaba de su posible dimisión por los SMS de Bárcenas, se fue a ver el Tour de Francia y a leer el diario Marca, según especulaba un allegado suyo.

Rivas Fontán: -Es que es muy duro en Pontevedra. He quedado en ridículo.
Mariano Rajoy: -Cara de cartón, Pepe, cara de cartón.
RF: -¿Cómo?
MR: -Cara de cartón.

Rajoy había prometido a Rivas la presidencia de la Diputación de Pontevedra pero, en el último momento, acordó dársela a Rafa Louzán. Encolerizado, Rivas apagó el teléfono y amenazó con pasarse al Grupo Mixto. Finalmente, lo convencieron para ir a Moncloa y entrevistarse con Rajoy. 

El mensaje fue nítido y simbólico: pedirle que se paseara por Pontevedra con«cara de cartón». Me pregunto cuántas veces más Rajoy ha sugerido poner cara de cartón y a cuánta gente. Da la impresión de que él lo practica como norma”, escribe el periodista.

“Cuando en 2006 Núñez Feijóo se hizo con la presidencia del PP gallego, Rajoy lo celebró con esa misma cara acartonada, asegurando: «Quizás no se me note, pero estoy muy emocionado. Estoy que me salgo». Nadie sabe nunca qué le pasa por la cabeza. Dentro de la caja de cartón. 

Tras cada debacle electoral o cada crisis interna, todo el PP aguarda la reacción del presidente. 

Él lee a Romanones o el Marca fumándose un puro y poniendo cara de cartón en medio de una escalera. Los barones chillan como criaturas histéricas en un concierto de Abraham Mateo, acusándose unos a otros del desastre y pidiendo explicaciones a Mariano. Y Mariano, cuando ya nadie lo espera, sale de la escalera diciendo que no pasa nada y tiene razón. A él no le ocurre nada. 

Si a alguien le pasa algo es a los demás. Los problemas nunca han parecido suyos: el Prestige era problema del mar, la tramaGürtel de los líderes madrileños o valencianos. Bárcenas, de Bárcenas. Los enfrentamientos entre líderes del PP, habituales en los últimos meses, son problema de todos ellos. Da la impresión de que ni siquieraRajoy es asunto de Rajoy. Que se pone frente a un espejo y se aconseja: «Cara de cartón, Mariano. Cara de cartón»”, prosigue.

La escena de la «cara de cartón» la recoge el periodista pontevedrés Adrián Rodríguez en su libro “Solo Rivas Fontán”. Y explica mucho de por qué el presidente ha llegado tan lejos: “Sus amigos pontevedreses de toda la vida coinciden en que jamás ha perdido el sueño ante una crítica y que soporta como nadie la presión. 

Con uno de ellos me encontré en julio de 2013, dos o tres días después de que El Mundo publicara los SMS intercambiados entre Rajoy y Bárcenas.-A estas horas estará pensando en dimitir -le dije. -¿Quién, Mariano? -me miró sorprendido. 

Dirigió la vista a su reloj-. A estas horas está viendo el Tour”, desvela.

“Antes de que Rajoy abandonara el delfinario de Fraga para dirigirse a Madrid, don Manuel le dio dos órdenes: «Cásate y aprende gallego». A eso habría que sumar otra exigencia que Fraga imponía a todos aquellos que aspiraban a crecer en el partido: «Gana en tu pueblo»

La primera de las instrucciones la cumplió al casarse con Elvira Fernández Balboa. Los otros dos consejos de Fraga, ganar en su pueblo y aprender gallego, los ignoró. 

Desde 1999, el PP no gobierna en Pontevedra y Rajoy es, hoy por hoy, el único presidente de España que no ha podido acudir a su ciudad a saludar a un alcalde de los suyos”.


Rajoy y Lores: el BNG crece a su costa
Miguel Anxo Fernández Lores, del BNG, sacó en las últimas municipales el mejor resultado de su vida y se encamina a los 20 años como alcalde de Pontevedra. En la última campaña municipal, los mítines centrales de PP y BNG coincidieron en día y hora.Mientras el alcalde Lores llenaba su auditorio, el presidente Rajoy dejaba a medias el suyo. 

Eso da una idea de la relación distante que mantiene Rajoy con su ciudad de adopción: 

“Desde su marcha definitiva a Madrid, sólo acude a Pontevedra a pedir el voto que no se le da y a algún acto al que entra disparado y del que sale igual. Antes de llegar a la presidencia, pasaba cada verano unas semanas en Sanxenxo, topónimo que se empeña en pronunciar como Sangenjo”.

“Eso irrita a muchos en su partido y generó alguna que otra risa cuando apareció en un vídeo de la reciente campaña catalana hablando en catalán. ¡Sabe decir guanyem y no ha aprendido a decir Sanxenxo! Así incumplió el tercer consejo de Fraga

Esa negativa a aprender gallego, para Rajoy, es una cuestión ideológica. Difícil de comprender en un nieto de Rajoy Leloup, galleguista represaliado y uno de los redactores del Estatuto de Galicia del 36. Rajoy se lo juega todo de aquí a diciembre. Moneda al aire. O conserva el poder o se convierte en el primer presidente que no consigue gobernar dos veces seguidas. Igual consigue un nuevo éxito. Igual no. Pero si la cosa le sale mal, el remedio está claro: cara de cartón, Mariano, cara de cartón”.

La falsa dimisión de la ex ministra Ana Mato, a la que en realidad no le han dejado continuar en el escaño, y lo que dice y no dice el libro del ministro José Manuel García Margallo titulado “Todos los cielos conducen a España. Cartas desde un avión” (Planeta), un infumable “tocho” de 800 páginas, concluyen el programa de “Espía en el Congreso” en Radio 3w.com.

Programa completo:

Parte 1: El libro secreto sobre Mariano Rajoy
Parte 2: La falsa renuncia de Ana Mato a su escaño
Parte 3: Margallo amenaza la inteligencia de los lectores: escribe 800 páginas con sus cartas
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Influencia del narcotráfico 

en el origen del PP en Galicia

Martín Cúneo
El negocio del narcotráfico pervive en Galicia, aupado en los últimos años, dice Carretero, por los recortes en personal
En el pazo de Baión, el colectivo de madres contra la droga realizó un escrache al que era su propietario, el capo Laureano Oubiña.


Algo pasaba con sus hijos, pero por entonces no sabían mucho más. 


Eran los 80 en las Rías Baixas y la fariña estaba por todos lados. “Al principio pensamos que eran cosas de adolescentes, pero pronto vimos que había mucho más detrás”, cuenta Carmen Avendaño, una de las madres que supo entender que los problemas de adicción de dos de sus hijos no los podría solucionar ella sola. 

Carmen, que venía del mundo asociativo, interpelaba a otras madres: “Olvidaos de vuestro caso concreto, de vuestro hijo, tenemos que pensar en la sociedad, por qué llega la droga, quién la trae”.

Hace 30 años, en 1985, las denominadas madres contra la droga crea­ban la Fundación Érguete, “levántate” en gallego. 


En la presentación, entregaron una lista de 33 bares de Vigo donde se traficaba con droga. Tirando del hilo, no tardaron en descubrir que las complicidades llegaban mucho más arriba: tres años después entregaban a los principales partidos gallegos de la época –Alianza Popular, Partido Socialista y Bloque Nacionalista Galego– una lista negra con los nombres de militantes y cargos de estos tres partidos vinculados con el narcotráfico. 

En la segunda mitad de los años 80, no sólo la política y la policía “miraban hacia otro lado”. Los grandes capos gallegos eran “invulnerables”. Se ha­bían convertido en los “reyes de Galicia”, explica a Diagonal el periodista Nacho Carretero, autor de Fariña (Libros del K.O., 2015), en el que explora la connivencia del narco con altos cargos del PP gallego.

“El narcotráfico estuvo muy cerca de convertirse en un contrapoder, Galicia se podría haber convertido en Sicilia”, pero no se llegó tan lejos. Para el autor de esta introducción al narcotráfico gallego, el trabajo de los grupos de familiares contra el narco tuvo mucho que ver con esto. Su labor fue fundamental para dar a conocer el reciclaje de los contrabandistas en capos de la droga.

La Galicia de la posguerra y los primeros años de la Transición –especialmente las Rías Baixas y la Costa da Morte– era un campo abonado para el tráfico de todo tipo de mercancías, una zona fronteriza con Portugal abandonada por el Estado, con una “orografía ezquizofrénica”, imposible de vigilar, necesitada de todo tipo de productos y azotada en los años 80 por la reconversión de la pesca, que dejó a una parte de la flota gallega en tierra y a cientos de armadores endeudados.

“Cuando Galicia ya no necesitó elementos tan básicos como alimentos o medicinas se empezó a buscar lo rentable, y lo rentable era el tabaco”, cuenta Carretero. De este modo aparecieron estas primeras figuras, los llamados “señores do fume”, que siempre fueron “muy bien vistos porque generaban empleo para una juventud sin trabajo, traían riqueza y daban oportunidades que no daba el Estado”.

Así surgieron personajes como Celso Lorenzo, presidente del Celta de Vigo, o Vicente Otero “Terito”, amigo personal de Manuel Fraga, condecorado con la medalla de oro y brillantes de Alianza Popular (AP). También era el caso de José Ramón “Nené” Barral, alcalde de Ribadumia por AP, o de Ma­nuel ­Díaz González, alias Ligero, alcalde de A Guarda, también de AP, que se ganó su apodo por lo rápido que cruzaba la frontera con Portugal.

“En realidad –explica Carretero–, en la época del contrabando ni siquiera era una connivencia, era una red tan tupida que era difícil distinguir quién era alcalde o quién era contrabandista. Ese entramado aprobado socialmente se heredó con el narcotráfico”.

La historia del capo Sito Miñanco es la del narcotráfico gallego. Al igual que otro de los grandes, Laurea­no Oubiña, había nacido en Cambados, en las Rías Baixas, en una familia humilde de pescadores. 


A principios de los 80 se introdujo en las redes de contrabando de tabaco, un negocio interrumpido en 1983 por un breve paso por la cárcel de Carabanchel, en Madrid, donde coincidió con uno de los miembros del cártel de Medellín, Jorge Luis Ochoa. 

“Se suele decir que el narcotráfico gallego nació en Carabanchel, pero ésta es una visión un tanto romántica”, dice este periodista. Para Carretero, esta alianza internacional surgió en realidad en Suiza, en los canales de lavado de dinero, y en Panamá, donde los cárteles colombianos tenían sus tapaderas.

“En España, el contrabando de tabaco y el tráfico de drogas tenían el mismo castigo, el mismo riesgo con un margen de beneficio mucho mayor. Y en cuanto ven que funciona se convierte en una puerta de entrada casi monopólica para la cocaína en Europa”, cuenta.

Era la época dorada de los clanes. Sito Miñanco compró el club de fútbol de Cambados y en su intento de llevarlo a primera división pagaba a sus jugadores más que el Deportivo o el Celta, relata Carretero. “Miñanco tenía el perfil más de capo, tal como lo entendemos ahora, iba con sus camisas, con sus mujeres, con sus cadenas de oro”, cuenta. “Eran mini Pablo Escobares, presidían clubes de fútbol, financiaban las fiestas, pagaban a la Iglesia, eran más importantes que el alcalde, y en los desfiles de la Virgen del Carmen, el primer barco era el del narco, no el del alcalde, eran los amos”, cuenta.

“No hay un sólo partido en Galicia que no haya sido financiado por el narcotráfico”, le confesaba a Carretero un juez que prefirió mantener el anonimato. El mismo Laureano Oubi­ña recordaba a sus antiguos colegas: “Desde aquí les recuerdo a los políticos que soy el mismo que pagó sus campañas electorales”.

La mayor connivencia se dio con AP, pero no por una cuestión ideológica, sostiene Carmen Avendaño, sino porque eran los que gobernaban. “Cuando no se tienen escrúpulos y se tiene dinero, el dinero lo que busca es poder”, sentencia. Los contrabandistas –y luego los narcos– lo que buscaban era información, pero sobre todo “impunidad”, dice Carretero. 


“Los narcotraficantes hasta la operación Nécora campaban a sus anchas por Galicia. No es normal que Sito Miñanco fuera en un Chevrolet descapotable por las Rías Baixas o que Laureano Oubiña viviese en el pazo de Baión”, en referencia a la lujosa finca de 275 hectáreas.

Hasta tal punto llegaba el control de los clanes sobre el aparato judicial y policial gallego que una de las órdenes del juez Baltasar Garzón antes de lanzar en 1990 la operación Nécora, el primer gran golpe al narcotráfico, fue “ni una palabra a Galicia”, cuenta Carretero.

El periodista Perfecto Conde narraba una escena en el parador de Cambados en la que el debate entre la nueva y vieja guardia sobre cuánto dinero debían aportar a la campaña de los populares terminó a tiros.


Pero no bastaba con financiar a AP. También había que estar dentro. 

Era el caso de Pedro Vioque, “el narcotraficante más peligroso que ha conocido Galicia”, abogado de Miñanco y Oubiña, presidente de la cámara de comercio de Vilagarcía y miembro de AP. O el caso de José Alfredo Bea Gondar, alcalde de O Grove, que no pudo asumir su segundo mandato en 1991 porque estaba en Alcalá Meco condenado por narcotráfico.

Las fotos de otro de los grandes capos, Marcial Dorado, de veraneo en 1995 con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, revelan no sólo las estrechas relaciones entre política y narco, sino también la visión favorable que pervive del contrabando, dice Carretero: “Una de las explicaciones que dio Feijóo era que entonces Dorado sólo era contrabandista. Ah, bueno, entonces nada”.


Aunque tras la operación Nécora muchos de los capos fueron absueltos o consiguieron ser liberados, fue el inicio de una “guerra”, explica Carretero, que a lo largo de 15 años obligó a mutar el negocio. Antes de la operación Nécora eran grupos mafiosos “con todas las letras, con una infraestructura y una cantidad de gente muy grande y, sobre todo, una ostentación insultante”, dice.

Las organizaciones de Miñanco o Oubiña se encargaban de todo. Si había que descargar, tenían barcos y aviones. 


Se ocupaban de la distribución en tierra, a veces se quedaban parte de la mercancía y la distribuían ellos, tenían gente en nómina, recaderos, pilotos, conductores, almacenistas y abogados, relata Carretero.

A partir de la operación Nécora, poco a poco van cambiando de estilo, “se esconden, son discretos, intentan pasar desapercibidos, aunque el negocio sigue siendo el mismo”.

De hecho, es en los 90 y en los primeros años del siglo XXI cuando el negocio alcanza su mayores cotas. Según el testimonio de otro juez que prefiere no dar su nombre, entre 2001 y 2003 entraron por Galicia 150.000 kilos de cocaína, cerca del 85% del total consumido en Europa. 


Y a finales de los 90 y principios de siglo, con la caída de los capos históricos, se produce una nueva transformación: se abandonan las grandes organizaciones y los clanes se especializan en el transporte. 

“Ya en el siglo XXI cuando se convierten en narcotransportistas, se reducen a clanes más pequeños cuya función es más concreta. Los cárteles colombianos los subcontratan para meter la cocaína en tierra”.

Al mismo tiempo perviven clanes gallegos “a la vieja usanza”, como Los Pasteleros o Los Burros, pero que “no son comparables a esos grandes grupos mafiosos”


Sin embargo, el negocio continúa, con íntimas relaciones con las autoridades. En 2012, era detenido el excomandante del puesto de la Guardia Civil de Corcubión José Álvarez-Otero Lorenzo, como presunto jefe de una red que pretendía desembarcar 3,2 toneladas de cocaína y que tenía controlada “a toda la Guardia Civil en la Costa da Morte”, una institución con un “desastroso currículum en cuanto a contrabando y narcotrafico”, señala Carretero. 

Y en 2013, fueron detenidos dos guardias civiles de Pontevedra, Diego Fontán y Javier Ló­pez, que vendían información a las bandas arousanas.

Pero la pregunta más importante sigue en el aire: hasta dónde llegaba la complicidad de los altos cargos del Partido Popular. Carmen Avendaño detalla su encuentro con Manuel Fraga, donde, según relata, el expresidente de la Xunta terminó llorando. 


“Era muy emotivo. Creo que todos lo vimos llorar en algún momento. Él se puso la mano en la frente y yo hablé, hablé, no sé cuánto tiempo estuve hablando, desde luego mucho, y miraba para él y yo pensaba: ‘Bueno, este señor se quedó dormido’. Pues cuando terminé levantó la cabeza y sí, le caían las lágrimas”. “¿De verdad está pasando todo esto?”, preguntó.

Carretero duda que Fraga pudiera ignorar la metamorfosis de los contrabandistas en narcotraficantes. “Tarde o temprano saldrán cosas muy gordas, hay jueces con información y, sobre todo, narcotraficantes con información que si un día tiran de la manta en Galicia se sabrán cosas espectaculares”, dice Carretero.

El negocio del narcotráfico pervive en Galicia, aupado en los últimos años, dice Carretero, por los recortes en personal y medios en la lucha contra las redes de tráfico de drogas. Lo que ha cambiado es la percepción de la sociedad gallega.


En esa tarea, para el autor de Fariña, los grupos de familiares fueron fundamentales. “Le echaron mucho valor, porque se enfrentaron a los narcos cara a cara en un momento en el que hacer eso era jugarse la vida. 

Esa sensación, esa rabia de ver que la vida de tu hijo está destrozada, y tu vecino sale en Mercedes, fue la que levantó a estas madres. Ellas no acabaron con el narcotráfico, pero fueron parte de un sector de la sociedad gallega que hizo reaccionar al Estado e hizo que por fin se hiciera algo, donde hasta entonces nadie había hecho nada”.

En 1984 se produjo la primera gran operación para acabar con el contrabando, liderada por el juez José Luis Seoane Spiegelberg y el gobernador de Pontevedra, Virginio Fuentes. 


Pero una filtración permitió a los principales capos huir a Portugal. Poco después, el entonces presidente de la Xunta, Gerardo Fernández Albor, se encontró con los capos exiliados en el país vecino. “No digo que fuese por esa reunión, pero poco tiempo después los contrabandistas volvieron a Galicia, les pusieron unas multas muy salvables y quedaron libres”.

No hay pruebas de que sean hechos relacionados, insiste Nacho Carretero, pero poco después este juez fue trasladado a Santander y el gobernador a Albacete.


La macrofiesta gay en Madrid 

de los superamigos de Rajoy

Entradas agotadas, desnudos en la barra, fiestón que continuó hasta la madrugada. “Y luego de after a Avalon a partir de las 6 a Santa Engracia 26, sesión única en Madrid”, animaba un visitante. 

El pasado sábado 7 de noviembre los gays más selectos de toda España alquilaron un teatro para celebrar el segundo aniversario de “Marta Cariño”, una “sucursal” del “Baila Cariño”. Para ello alquilaron el céntrico y caroTeatro Bodevil. Y se llenó hasta el punto de que hubo numerosas quejas por sobrepasar el aforo, sin que la Delegación del Gobierno, en manos también del PP, tomara ninguna medida.

Pero lo relevante no es que se celebrara una fiesta gay en Madrid 48 horas antes de que el Parlament de Catalunya mostrara la pantomima de su “independence day” comandado por Artur Mas, que desea ser presidente para evitar la cárcel y así salvar también aJordi Pujol y su prolija y codiciosa familia. Tampoco que se haga pública muestra de alegría, despilfarro y diversión –el champán corrió como la espuma–mientras más de media España está sumida en la crisis, el desempleo y la pobreza

Lo curioso es que según relatan a “Espía en el Congreso” numerosos asistentes a la fiesta, que envían incluso fotografías, es que una buena parte de los asistentes eran dirigentes, militantes y simpatizantes del PP que han decidido “salir del armario” tras el “gesto” del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, “santificando” con su presencia la boda entre el número 3 del PP, Javier Maroto, y su marido, Josema Rodríguez.


Rajoy, Maroto y Rodriguez en la fiesta de estos últimos

De hecho, la propia pareja, junto al dirigente vasco, Iñaki Oyarzábal, todos ellos amigos muy cercanos de Mariano Rajoy, asistieron al “Baila Cariño”y fueron vistos por un periodista, que desde el anonimato, publicó lo siguiente con el titular “Al Descubierto: Famosas”: “Javier Maroto y su ya marido, Josema Rodríguez, demostraron que tenían espíritu bailongo con su enlace en Vitoria (todas las mesas, incluida la de la cúpula del PP, tenían el nombre de una cantante de Eurovisión). 

Este sábado el matrimonio aguantó hasta las 4 de la mañana danzando en el “Baila Cariño”, una discoteca gay de Alonso Martínez. En la salida les acompañaba Iñaki Oyarzábal y este detective vio cómo llegaban al éxtasis cuando sonó Britney Spears”.


Conchita Wurst

Lo de “bautizar” cada mesa con el nombre de una cantante de Eurovisión no deja de tener su gracia. Muchos atribuyen esta “maldad” a Josema Rodríguez porque “Javi (Maroto) sería incapaz de hacerlo”. 

Los homosexuales de todo el mundo que aterrizaron en 2014 en elbarrio de Chueca de Madrid para celebrar su conocida fiesta del Orgullo Gay tuvieron un nuevo “héroe” local que compartió honores con la cantante Conchita Wurst. La representante austriaca en Eurovisión también tuvo su mesa en el ágape de Maroto y Rodríguez y según uno de los asistentes, se colocó en una mesa determinada “con toda la intención”.

En la fiesta para celebrar al “Marta Cariño” se vieron a muchos “peperos” algunos de ellos incluso disfrazados con unas cómicas y exageradas barbas al estilo Rajoy, dado que poseen enorme relevancia pública: “¡Una disco que reúne gente guapa, con buena música y buen ambiente! Para evitar colas mejor llegar temprano, porque se forma mucha cola cuando todos los que quieren entrar, que son muchos, llegan después de los bares de Chueca y Malasaña. ¡Recomendado!”, escribe uno de ellos en las redes sociales. 

La “gente guapa” es, obviamente, la del PP: “Explosión increíble, diversión, los más increíbles. Gracias. La gente muy guapa, saludos”, señala otro asistente. 

Los amigos de Rajoy se lo pasaron en grande, como también se vio a varios conocidos del presidente del Tribunal Constitucional y también militante del PP, Francisco Pérez de los Cobos, que reside en el vecino barrio de Chueca y también es conocido por sus escapadas nocturnas, como desveló “Espía en el Congreso”.


Rajoy se lo pasó en grande en la fiesta de Maroto

El caso deJavier Marotoya fue aflorado por el militante gay del PP, Carlos Alberto Biendicho, que murió de SIDA. 

En su libro “Gaviotas que ensucian su propio nido”, que tuvo que publicarse en EE.UU bajo el sello de Amazon y en español en la plataforma digital Bubok, aparecen otros militantes del PP que han hecho pública su condición homosexual o sus simpatías hacia la Plataforma Popular Gay (PPG): Javier Gómez, Javier Maroto, Pepe Araújo, Javier Núñez, Gonzalo Trenor, Isabel San Baldomero, Daniel Sirera, José Luis Ayllón, Iván Mur, Lluís Fernández…


Iñaki Oyarzábal, nuevo “fichaje” de la corriente rosa del PP

En este libro se cuentan incluso las “salidas del armario” del propio Mariano Rajoy que, a lo que se ve, y ante la ya más que probable pérdida del poder,se ha “despendolado” definitivamente y se ha quitado la careta

La presencia de Iñaki Oyarzábalen la fiesta del “Baila Cariño” ha sorprendido en los círculos rosas del PP, toda vez que en el libro deBiendicho se afirma que Oyarzábal cuestionó al ministro Alfonso Alonso –el auténtico “capo” de esta facción– cuando era alcalde de Vitoria porque “no representaba la línea oficial del partido ya que éste aún no ha adoptado una posición respecto a la articulación de los derechos del colectivo de gays y lesbianas”. 

Y es que, como dijo Churchill, la política hace extraños compañeros de cama (“Politics makes strange bedfellows”): hoy son los gays del PP los que mandan y los homófobos del PP –caso del ministroJorge Fernández Díaz, que también sale en el libro por sus salidas de tono– los que les sirven y reverencian para poder tocar algo de un poder cada vez más menguante en Génova 13.











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