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domingo, 12 de mayo de 2013

Microutopías en red: Anatomía y prototipos del 15M








2º ANIVERSARIO

Anatomía del 15M

Pocos saben que el germen de la manifestación está en la terraza del madrileño bar Casa Granada. Reconstruimos el nacimiento y evolución de este movimiento social tras aquella multitudinaria protesta de un domingo 15 de mayo, en el que Sol se convierte en la 'Plaza Sol-ución'


NOEMÍ LÓPEZ TRUJILLO

No se sabe quién fue la primera persona que dijo ‘acampemos aquí’, ni quién hizo el cartel que indicaba que Sol se convertía en la plaza Sol-ución
Se desconoce quién usó el término 15M por primera vez, así como el nombre de aquel que llevó una lona para tapar las cabezas de los cientos de acampados cuando comenzó a llover. La anatomía del movimiento social español por antonomasia es tan familiar que se desconocen los detalles
Parece una contradicción, pero es como quien no recuerda exactamente si su abuelo tiene 67 o 68 años.
Las manifestaciones, las concentraciones, las cargas policiales, las noticias han continuado sin que nadie pulse el botón de pausa. 
S irebobinamos la cinta, si tratamos de reconstruir el movimiento 15M, llegamos a abril, a la terraza del madrileño bar Casa Granada
Allí, unas trece personas de entre 20 y 50 años que sólo se conocían por las redes sociales, habían quedado para canalizar sus inquietudes y desacuerdos.
Era el germen de la actual asociación Democracia Real Ya (ADRY, escisión de la plataforma ¡Democracia Real YA!), que decidía aquella tarde de incipiente calor convocar una manifestación de ámbito nacional contra la corrupción política y la banca. 
El lema era ‘No somos mercancía en manos de políticos ni banqueros’ y la fecha que cerró la reunión, el 15 de mayo de 2011
«Era un mes que hacía calor, caía en domingo, por lo que la gente estaría más libre, y nos daba tiempo suficiente para prepararlo todo», explica Miguel Ángel Jiménez, abogado de 48 años y coordinador jurídico de Democracia Real Ya.

«Una rabia feliz»

Muchos son los que coinciden en que aquella fue una manifestación atípica. «No esperábamos que acudiese tanta gente», admite Jiménez de DRY. 
«Era espontánea, como si nadie guiase a nadie», dice el fotógrafo de AFP Pedro Armestre«Había una rabia feliz», reconoce Ana Sáez, una de las que acampó allí. «Nada de sindicatos, era algo diferente», explica el periodista Stéphane M. Grueso.  
Esa noche, un grupo reducido decidió continuar la protesta y cortaron la Gran Vía de Madrid. «Fue el primer síntoma de desobediencia civil», cuenta Jerónimo Martín de 21 años, presente en aquel momento. «La policía comenzó a cargar, detuvo a gente, y ante la rabia alguien dijo ‘acampamos en Sol’.
 Y así lo hicimos», añade este quincemayista. «Esa fue la primera carga policial que veía en mi vida, antes de eso, no recuerdo haber ido a una protesta en la que hubiese una», relata Antonio Trives, otro manifestante que vivió la fermentación del movimiento.
Ahí surge ‘Acampada Sol’, bajo la indignación de lo que ellos consideraban violencia policial frente a un acto reivindicativo y pacífico. Quién le iba a decir a Stéphane Hessel que su libro ‘¡Indignaos!’ daría nombre a las piezas del ajedrez, los indignados. 
Un término que muchos se han apropiado con orgullo y que otros han empleado como reproche.«¿Indignados? Yo sí que me indigno, que desde que estáis aquí no vendo nada», decía una de las kioskeras de Sol a los pocos días del comienzo de la acampada.
 Una crítica a la que se unieron la mayoría de comerciantes de la plaza y aledaños.

Desalojos de los acampados

El lunes, el epicentro de la capital amanecía entre cartones y mantas. Unas 40 personas habían pernoctado la madrugada del 15
El 16, el número aumentó hasta llegar al centenar de personas que, por la noche, fueron desalojadas por la Policía. Se produjeron las primeras detenciones sin que eso frenase que al día siguiente volviesen a acampar
Faltaba menos de una semana para las elecciones municipales, así que a modo de precaución, la Delegación del Gobierno en Madrid decidió prohibir las acampadas. 'Jaque mate', pensarían desde el organismo, pero el efecto fue el contrario. 
Miles de personas decidieron pasar la noche del 17 al 18 allí, y la noche se convirtió en un mes.
Se crearon las comisiones (limpieza, jurídica y hasta del amor),comenzaron las asambleas donde se debatía la situación política, y alrededor del Kilómetro 0 comenzaron a florecer carteles: 
‘Me gustas democracia porque estás como ausente’, ‘Vuestra crisis no la pagamos’, 
'Si viene la policía, sacad las uvas y disimulad’, ‘Yes, we camp’, 
‘No soy antisistema, el sistema es antimí’ o ‘Error 404, democracia not found’ 
eran algunos de los lemas que adornaban las entrañas del centro de la ciudad.
La resistencia encontró su justificación cuando los Mossos d’Esquadra cargaron el 27 de mayo contra los acampados en plaza Catalunya, que se saldó con 121 heridos. «La excusa fue que ese sábado era la final de la Champions League que enfrentaba a Barça y Manchester y querían tener limpia la plaza para entonces. Nos pidieron que desalojáramos, pero nos negamos pacíficamente, así que comenzaron las cargas», cuentaAbraham Morales, uno de los manifestantes que estuvo allí. 
«¿Habría existido el 15M si la policía nunca hubiese cargado aquella noche de domingo en Gran Vía? Creo que fue el detonante, igual que la carga de los mossos fue como acelerar un incendio de rabia ciudadana», argumenta Laura Pita, otra quincemayista de Barcelona.

¿Indignado tú? ¡Indignada yo!

El 13 de junio de 2011 deciden poner fin a la conquista de la Puerta del Sol. «La acampada no se acaba, sino que la física se transforma en mental. Esas ideas se trasladan a la conciencia», opina Pedro Armestre. 
Para entonces, los argumentos contra los ‘indignados’ eran muchos y muy variados: «No se ponen de acuerdo», «empezaron muy bien, pero han perdido el norte», «levantando las manos en señal de paz no se consigue nada». 
Las frases se deslizaban entre las tiendas de campaña como vecinos incómodos hasta que calaron en parte de la sociedad. «Yo creo que esas eran las excusas de quienes en realidad no estaban nada interesados en el 15M y en todo lo que ello significaba: pensar y ser crítico», relata el quincemayista Antonio Trives.
Las elecciones del 20 de noviembre de 2011 hacían explícito el síndrome de Estocolmo que sufría España: los ciudadanos no eran capaces de huir de ese bipartidismo político que había secuestrado el pensamiento social
Que el Partido Popular ganase las elecciones con una mayoría absoluta fue —y sigue siendo— el mayor argumento contra el 15M. «Si de verdad existiese el cambio que ellos dicen que han conseguido, nunca habría ganado el PP. Yo creo que era todo una ilusión», cuenta Pilar Torres, una jubilada que todavía acude a las manifestaciones pero que no cree que el 15M tenga un poder real.
El periodista Ramón Lobo escribía hace unos días en su blog que el 15M «fue un soplo de aire fresco en una habitación claustrofóbica», como si Sol fuese el pulmón por el que una España agonizante conseguía respirar. 
Sin embargo, Lobo asegura que se equivocaron: «El objetivo no era quedarse en la Puerta del Sol, creo que se prolongó demasiado», afirma. 
Según él, todo nació de un sentimiento, por lo que «se volvió muy complicado mantener esa emoción, ese cabreo súbito». No obstante, apunta, «la política tiene fallos muchísimos más graves». «No voy a descalificar al movimiento por eso».

Consecuencias del 15M

¿Ha tenido consecuencias reales la existencia del 15M? Este experiodista de El País opina que de momento no. «Hasta ahora sólo ha supuesto unpuñetazo que ha hecho que la estantería se tambalee. Sí creo que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca es hija del 15M y creo que ese es el camino: un mensaje político claro, cercano a la ciudadanía y muy articulado».
Para Stéphane M. Grueso, a quien incluyeron en el reportaje que la revista Time dedicó a los indignados como ‘personaje del año’, «el 15M ya ha ganado»
«Que tú y yo sepamos lo que significa dación en pagoque la gente sea menos egoísta y que nos hayamos convertido en ciudadanos incómodos son logros del 15M. 
La cuestión ahora es cómo gestionamos esa victoria», explica. 
¿Aún existe ese 15M que conocimos aquel domingo de 2011?, le preguntan, y el ‘periodista quincemayista’, como algunos le llaman, responde: 
«Sigo sin saber qué es el 15M y eso es lo grandioso. No tenemos ni líderes, por lo que no pueden descabezarnos».
Reconoce que la estructura del movimiento es «lenta y poco efectiva» a corto plazo, aunque hay quienes consideran que eso no tiene por qué ser un contra. 
El propio Stéphane Hessel dijo que «progreso no significa acelerarse, sino tender a un mundo mejor»

Microutopías en red: los prototipos del 15M

12 mayo 2013


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La segunda entrega del texto ‘Microutopías en red: los prototipos del 15M’ la publicaré el próxima miércoles 15, coincidiendo con el segundo aniversario del 15M. 
“Las viejas manifestaciones, tan grises y limitadas, se han quedado obsoletas e inútiles, y han dado paso a un infinito de posibilidades. Hemos repensado la acción, la queja, las relaciones, lo público, lo común”. En el texto colectivo Esto no es una manifestación aparecen rincones-detalles que los medios de comunicación de masas ignoranEsto no es una manifestación no es un ejercicio de nostalgia. No es un anhelo de aquella vibrante Multitud Que Ocupada las Plazas que conformó aquel imprevisible cuerpo colectivo, aquel entramado de afectos al que algunos llaman “movimiento 15M”.
Esto no es una manifestación es un inventario de detalles mínimos / máximos, de acciones, procesos, proyectos para los que mal nos sirven las palabras viejas. Esto no es una manifestación, decíamos: “Y nuestra imaginación ha desbordado por completo el espacio de lo posible, construyendo ya nuevos mundos dentro de la vieja carcasa de este”. Esto no es una manifestación. Esto no es una suma cuantitativa. Esto es más que una enumeración de logros. Esto es algo más que un eco de aquel “vamos despacio, porque vamos lejos”.
Algunos medios de comunicación se apresuran a enterrar a “lo que queda del 15M”. Tras la manifestación de hoy, convocada en las principales ciudades de España, algunos colocarán una esquela sobre el 15M. Contarán cabezas, elegirán su foto más despoblada. Manipularán incluso alguna imagen, tal como se hace en las dictaduras. Conmemorarán el entierro, aislados en su cueva, reflejados en el empañado espejo mediático del viejo mundo. No mirarán los detalles, el proceso, el goteo insistente. No observarán. No escucharán. No leerán este texto.
Cierto: el 15M es tan complejo que cuesta categorizarlo, explicarlo, traducirlo. Además, los ojos ven lo que están acostumbrados a ver, como recuerda Amador Fernández-Savater en el recomendable Ver lo invisible: unicornios y 15M. Pero quizá sí se alcance a vislumbrar su potencia transformadora describiendo pequeños gestos, sueños en minúscula, construcciones colectivas, invisibles para muchos. El 15M no necesita más la utopía en mayúsculas, no. No necesita aquella UTOPÍA del Mayo del 68, aquella estúpida “playa debajo de los adoquines” que nunca apareció. No la necesita porque el 15M ya ha construido su propia utopía: decenas, centenares, miles de microutopías en red. El 15M no necesita un modelo utópico porque ya tiene – uno, cientos, miles – de prototipos reales. Prototipos microutópicos, conectados entre sí, conectados (casi) en tiempo real.
Palabras clave, sí: prototipo. “Ejemplar original o primer molde en que se fabrica una figura u otra cosa”. La cultura digital, los procesos copyleft, la ética hacker tan presentes en los preámbulo del 15M impregnaron esta nueva revolución de multitudes conectadas. El prototipo, en el nuevo mundo abierto basado en los procesos, sustituye al modelo definitivo.Y el 15M ha cocinado no ha dejado de cocinar prototipos. Los ha construido colectivamente, en red, de forma abierta. En aquella Acampada Sol inicial no había apenas personas protestando frente al colapso del sistema. En aquellas acampadas estaba el nuevo prototipo de mundo. Y estaba en los detalles. En sus guarderías, en sus bibliotecas abiertas, en sus huertos, en sus streamings, en sus mecanismos analógicos y digitales para proponer cambios. El 15M – ya sea un diagnóstico, un movimiento, un estado de ánimo o un conjunto de vínculos humanos – ha construido prototipos. Y muchos. Jurídicos, urbanos, culturales, económicos, tecnológicos, comunicativos, políticos, afectivos.
La potencia del 15M no está en la reacción, en la (necesaria) defensa colectiva del sistema del bienestar. Su bomba poético-real está en su naturaleza propositiva, creativa, innovadora. Ante la ceguera generaliza de nuestros políticos, ante el ojo tuerto de los medios, visibilizar estos prototipos reales, vivos, exportables-exportados es más necesario que nunca. No es un a lista, no. Tal vez, un acto de justicia poética. Un inventario subjetivo que conforma algo mayor para lo que todavía no tenemos nombre
Nuestra venganza es ser felices, venimos diciendo un tiempo.

                                                                PROTOTIPO 1 / MICROUTOPÍA DEL MÉTODO
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Imagen: Ondas de Ruído. Licencia Creative Commons Share Alike 2.0
Las acampadas de 2011 sorprendieron a la vieja política con un regreso a las asambleas. Asambleas no jerárquicas, abiertas, en las que cualquier persona podía participar. Asambleas políticas, por primera vez en muchas décadas, celebradas en el espacio público. Asambleas que se convirtieron en método y hardware para ensamblar las ciudades. Del diálogo y la convivencia, como reacción al antagonismo visceral de la vieja clase política, surgió la necesidad del consenso: de aquí no nos vamos hasta que nos pongamos de acuerdo. Del desgaste del mecanismo de consenso de las acampadas nació la estrategia de la distribución geográfica y temática. #TomaLosBarrios#TomaLaPlaya#TomaLoqueQuieras. Hazlo con otros. Hazlo abierto. Y de la dificultad de la convivencia, de la lentitud del consenso, de la descentralización, fueron surgiendo mecanismo de autonomía.
El fork – utilizado en jerga del software libre para definir una desviación pacífica en un proyecto– pasó a ser usado en la política ciudadana del 15M. El recién formado Comité Disperso resume bien los nuevos rumbos del método 15M para lidiar con procesos de multitud plurales: “Se puede estar sin estar siempre. Se puede ser sin ser lo mismo. Se puede participar sin que implique casarse con nadie, ni dejar de tener vida propia. Desde el respeto mutuo, organizarse en la dispersión facilita la colaboración de personas y colectivos en diferentes grados, según sus propios deseos, capacidades y posibilidades, en cada momento”. No es de extrañar que el Partido X, Partido del Futuro, un fork del 15M, se defina como “un método”.
                                                                 PROTOTIPO 2 / MICROUTOPÍA URBANA
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Imagen: Campo de Cebada. Licencia Creative Commons Share Alike 2.0
Las acampadas supusieron una doble mutación del espacio urbano. Primera: el paso del espacio público al espacio común. Las plazas, fustigadas por la privatización de su uso y por excesivas prohibiciones, renacieron como un común, como un procomún urbano. Los ciudadanos en red, sin jerarquías ni líderes, organizaron un espacio urbano peer-to-peer (de persona a persona), de plazas-nodos conectados entre síLa segunda mutación: el espacio híbrido. No eran plazas de adoquines. Era plazas hechas de átomos y bits. La vida analógica estaba íntimamente entrelazada con la digital. Inseparablemente. Durante la Acampada sol, el Twittómetroconectaba redes y plazas, espacios virtuales y físicos. La campaña #AbreTuWIFI, que incentivaba abrir el WI-FI desde los apartamentos durante manifestaciones, alimenta esta nueva ciudad híbrida. Otro buen ejemplo: el mapa #Voces25S, creado para proteger a la multitud de la violencia policial. Bastaba tuitear desde el teléfono móvil con la geolocalización activada para colocar la Alfombra Digital a la Ciudad Física.
La primera mutación camina hacia una red de espacios públicos convertidos en espacios comunes, autogobernados, autogestionados, llenos de vida, como el Campo de Cebada de Madrid. Espacios que cuentan, en su mayor parte, con apoyo de unas instituciones sin ideas ni recursos. La segunda mutación vuela hacia la plataforma móvil Convoca!, que permite hacercheck in en una multitud inteligente, manifestación, evento o acampada. Ambas se mezclan en un nuevo espacio de flujos, en red, conectando peers glocalmente, más allá de instituciones y fronteras, al margen de lógicas comerciales.
                                                             PROTOTIPO 3 / MICROUTOPÍA COMUNICATIVA
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Pocos países del mundo viven en la práctica el concepto del sociólogo Manuel Castells de la “auto comunicación de masas” como lo hace España. Ante la mirada de unos medios masivos encerrados en sus clichés y limitaciones corporativas, el 15M creó un sistema de auto comunicación de masas sin parangón en la historia. Instauró la transparencia como método:streaming de asambleas, actas/documentos abiertos de las reuniones. Una transparencia que es acción y comunicación de forma simultánea. El 15M hizo los mejores streamings de las manifestaciones desde los inicios. La TV envejeció un siglo ante los streamings ciudadanos dePeople Witness o Toma La Tele. La revolución sí fue televisada, contrariando el hit sonoro de Gil Scott-Heron (The Revolution will not be televised).De hecho, algunos medios escritos, viendo el impacto global de SolTV y los streamins ciudadanos, empezaron a hacer coberturas audiovisuales en vivo para no quedarse atrás.
Y las fotografías de agencias (una buena parte) perdieron lustre ante los cañonazos poéticos del FotoMovimiento. Y Audiovisol o Agora SolRadio o el Periódico 15M (impreso en papel) marcan el paso en la innovación auto comunicativa de las multitudes inteligentes. Algunos nuevos medios como ElDiario.esLa MareaReset ProjectRevista Números Rojos o Café amb Lletnacieron empapados de la microutopía comunicativa del 15M. Por si fuera poco, resta mencionar la máquina de Trending Topic globales de Twitter del 15M, que se cocinan en PADs colectivos como éste y ya son casos de estudios en las universidades de comunicación de todo el mundo.
                                                                PROTOTIPO 4/ MICROUTOPÍA EN FEMENINO
Vídeo: presentación de Zorras Mutantes en la Asamblea General de Sol, el 13 de mayo de 2012.
Del nosotros al nosotras. Ver a hombres hablando con naturalidad en femenino, algo habitual en el entorno 15M desde las acampadas iniciales, es mucho más que un detalle. Es un síntoma. Es una mutación. Un paso de lo competitivo a lo colaborativo. De la ciudadanía a la “cuidadanía”. Es la punta del iceberg de un nuevo paradigma de mundo. No hablo de microutopía femenina porque creo que es algo más profundo. Como mínimo, asistimos a una remezcla del feminismo clásico que en ocasiones construye los mismos muros categóricos y antagónicos del machismo. El 15M está fraguando una intuitiva bajada a tierra de las utopías ciberfeministas del El manifiesto Ciborg de Donna Haraway.
La existencia de la asamblea TransMaricaBollo (colectivos gays, lésbicos y transexuales de Madrid) es otro síntoma de la microutopía agregadora, plural y transgénero que anhela el cuerpo colectivo del 15M. Sin ser central en el movimiento, la asamblea Zorras Mutantes, que coquetea con el movimiento queer, el poliamor y las consignas del feminismo ciborg, es otra chispa en esta microutopía del #PosFeminismo y #PosPatriarcado. Aquí un extracto de su manifiesto: “Somos animal-humano-máquina-software, y hackeamos las fronteras de lo establecido (…) Nos declaramos en huelga de género y de especie: renunciamos a nuestras categorías de género binarias y a la categoría de humano, que son clasificaciones arbitrarias de una tradición imperialista (…) no reconocemos fronteras corporales, subjetivas y territoriales de ningún tipo (…) Abominamos del dualismo sujeto-objeto, del individuo posesivo y del derecho de propiedad y nos proclamamos metacuerpos”.
                                              PROTOTIPO 5 / MICROUTOPÍA DE LA CULTURA COLECTIVA
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La cultura copyleft – fraguada como resistencia al copyright – es una inspiración directa para el 15M. El Deseo Copyleft – que legitima la copia y el reuso del contenido – encendió los meses previos al 15M contra la Ley Sinde. Y de forma intuitiva, coral y no planeada se convirtió en el proceso vertebral de la #GlobalRevolution. Las plazas copyleft, las plazas corta & pega, aquellas que colgaban en sus espejos digitales cómo ocupar, cómo grabar, How to occupy, desembocaron en una creación y contagio colectivo inaudito.
Tras la explosión del 15M nació la Fundación Robo, diluyendo el concepto de autoría individual, lanzando canciones firmadas con la identidad colectiva Robo. Canciones de libre descarga, con licencia libre. Nació el hermano literario de Robo, el proyecto Asalto, literatura colectiva, pildoritas poéticas remezcladas en intensos Asaltos colectivos. Y las Plazas Invisibles, escritas por Italo Calvino + el 99%. Y VocesConFutura, los gritos gráficos de creadores inspirados – refugiados en el enjambre pixel del 15M. Y Bookcamping.cc, que surgió tras una inocente pregunta: ¿Qué libro te llevarías a la plaza?. Con sus estanterías colectivas de libros, con sus playlists de títulos, con sus visitas guiadas, Bookcamping.cc es un excelente ejemplo de la nueva cultura cocinada en red y orientada al bien común. Aunque quizá sea el proyecto transmedia15M.cc – documental, libro, 15Mpedia – el que resuma mejor el espíritu colectivo, abierto y colaborativo de la microutopía cultural del 15M.
La remezcla – A copia a B, B recrea la obra de A  pasa de ser un defecto  a una virtud. La remezcla pasa a ser un homenaje, una co-creación. Y, por qué no, un grito de guerra. Qué mejor que #cortapegar un fragmento del Asalto nº 4, Lorca remix, en apoyo a la Marea Verdeque defiende la educación: “Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. La educación necesita tu mano para vengarla. Y expulsar a quienes buscan el fracaso de las masas”.

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