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lunes, 1 de abril de 2013

Los RICOS solo producen MISERIA a su alrededor Su alimento es el HAMBRE del POBRE


 





Los Ricos y el Despojo de los Pobres

Artículos de Opinión | Manuel Restrepo Dominguez | 11-06-2012 | 

Uno de cada 4 billonarios del mundo explota recursos naturales y 13 de los 100 hombres más ricos se dedican a actividades de minería y metalurgia. 

En el lado opuesto del mismo mundo 2 de los 10 países más pobres llegaron a esa condición gracias al despojo de sus minerales (Surinamdel aluminio, Liberia del hierro). 

La riqueza de pocos, muy pocos entre 7000 millones de habitantes,resulta equivalente a la miseria de miles de millones que es resultado del modo de capitalista de destrucción y desigualdad basado en relaciones de explotación que destruyen lo colectivo en un lado para acumular lo privado en otro. 

En este balance se calcula que el hombre mas rico del mundo es Carlos Slim de México, cuya fortuna individual es superior a 74 billones de dólares (cifra difícil de entender: 74 mil millones de millones de dólares) equivalentes al PIB de países como Ecuador o Azerbaiyán

Le sigue Bill Gates, con una fortuna superior a 60 billones, algo más que el PIB de Croacia o Luxemburgo.

 
Los potentados, como se les denomina técnicamente, tienen un capital suficiente para comprar un continente o para eliminar del planeta el hambre y las carencias materiales de cientos de millones, empezando por evitar la muerte por hambre y sed de al menos un millón de niños prevista para los próximos tres años. 

Combatir el hambre podría costar un poco menos de medio billón al año. 

 El capital de las cien personas mas ricas del mundo (medido en dólares) supera los 1670 billones, comparables con la suma de los PIB de Japón, Francia, Alemania, India y Rusia juntos.
Solamente las 10 personas más ricas suman un capital de 374 billones, equiparable al PIB de Hong Kong, Suiza o Grecia. 

La cuarta parte de los 100 más ricos están asociados a empresas de energía, petróleo y gas (5 rusos, 4 americanos, 1 Brasilero, un Indio) y 13 a minería y metalurgia. 

Sin duda las trasnacionales de las que estos 24 ricos son sus propietarios, están comprometidas con los megaproyectos mineros y de hidrocarburos del mundo pobre. 

Sus empresas de explotación y extracción cumplen el doble efecto de multiplicar la velocidad del despojo que produce enriquecimiento privado por un lado y de alterar las condiciones de vida que provocan empobrecimiento a sus gentes y deterioro del planeta.

Vistos individualmente cada potentado tiene historia, pertenece a un lugar. 

33 son estadounidenses, 15 rusos, 7 indios, 3 son de Hong Kong destacados en el negocio inmobiliario, 6 son mujeres, 2 son de la familia alemana Quandt que se benefició del nazismo fabricando uniformes y armamento y son dueños de BMW, 2 se dedican a telecomunicaciones, 15 se dedican a la moda. 

Por mencionar algunos: Amancio Ortega es propietario de Zara, Berska, Stradivarius y Massimo Dutti, con 1372 tiendas en 73 países y 400ciudades, el 90% de la materia prima proviene de fuera de España; las familias Ferrero y Mars basan su fortuna en el chocolate producido por campesinos pobres de países del África y América Latina. 

En tecnología, hay 11 billonarios, 9 de ellos Estadounidenses que controlan Microsoft, Oracle, Google, Facebook, Dell. 

En los puestos 79 y 97 aparecen respectivamente los Colombianos Luis Carlos Sarmiento que en los años 70 era un modesto empresario que ofrecía ahorrar el dinero de los pobres y darles a cambio créditos de vivienda y Alejandro Santo Domingo, heredero de Julio Mario, conocido por la cervecera Bavaria y Caracol Radio y Televisión, sus fortunas son superiores a los PIB de Nicaragua y Ruanda.

 

Para los potentados y los que tienden a emularlos o imitarlos solo opera una ley: La riqueza individual prima sobre todo lo demás, y su sueño es acumular al costo que sea. 

Para Sheldon Aldelson (el rey de las vegas) dueño del hotel-casino más grande del mundo, con más de 4,027 habitaciones, su sueño es crear el mayor casino y centro de ocio y convenciones del Sur de Europa. 

El hombre mas rico de Malasia, Robert Kuok, cumplió su sueño de tener un yate hecho en oro macizo que está adornado con una botella de diamantes y huesos de tiranosaurio, su nuevo sueño es tener un avión de oro macizo. 

 Al otro lado de los sueños individuales, millones de personas sueñan en colectivo simplemente con ser reconocidos como seres humanos y tratados como tales, mas de mil millones sueñan con agua y comida, trescientos millones de personas en África que viven con menos de un dólar al día solo sueñan con vivir siquiera un día más.

Vista la riqueza por países según los ingresos con relación al Producto Interno Bruto en millones de dólares por año, aparecen: U.S.A, con 14.256, que sigue la idea de que lo que sea bueno para los americanos no importa como se consiga; Japón con 5.068China con 4.909; Alemaniacon 3.352; Francia con 2.675; Inglaterra con 2.18; El país de América Latina mejor posicionado es Brasil con 1.574. 

Entre los 20 primeros no hay ningún país africano, aunque son la mayor potencia en biodiversidad, diamantes y minería. 

Según el Ingreso Por Persona año, aparecen en miles de dólares:

Qatar con 179.000; 

Liechtenstein con 141.100; 

Luxemburgo con 82.600; 

Bermudas con 69.900; 

Singapur con 62.100; 

Isla de Jersey con 57.000; 

Noruega con 54,600; 

Brunei con 51,600; 

Emiratos Árabes Unidos con 49,600

Kuwait con 48,900; 

Estados Unidos con 47,200; 

Andorra con 46,700; 

Hong Kong con 45,900. 

Y países como Congo, reciben 490 dólares al año.

Entre los diez países más pobres del planeta, medidos por el número de pobladores que viven sin acceso a lo mínimo necesario para estar vivos se destacan los africanos que son ricos en todo aquello que hace ricos a los ricos. 

En estado de máximo empobrecimiento están 

Zambia con el 86% de su población en estado de pobreza, 

Franja de Gaza con el 81%, 

Zimbawe con el 80%, 

Chad con el 80%, 

Moldova con el 80%, 

Haití con el 80%, 

Liberia con el 80%, 

Guatemala con el 75%, 

Surinam con el 70% 

Angola con el 70%. 

Todos ellos tienen en común que no eran pobres, que fueron saqueados, sometidos a las exigencias de las exitosas empresas globales y en particular de sus concretos propietarios que desplazaron de manera “legal” las riquezas colectivas a sus cuentas personales y familiares.
Tienen en común que para empobrecerlos sus gobernantes agenciaron la guerra favorable a la expropiación y al paso de la riqueza a manos privadas. 

Y es común que todos sufrieron cuantiosas pérdidas ante precios fijados por los empresarios. 

Los 10 países más empobrecidos están en esta condición por causas como: 

Un cuarto de siglo de guerra en Angola; 

La quiebra de una economía basada en el aluminio en Surinam como efecto de los precios internacionales; 

la dictadura en Haití; 

dos décadas de guerra y barbarie en Guatemala; 

destrucción de la economía del hierro y del caucho por la guerra en Liberia;

Zimbawe comprometió su capital en la guerra del Congo; 

Franja de Gaza sitiada por Israel

Chad saqueada por los mayores niveles de corrupción, no tiene comida pero tiene corruptos en disputa.

En los años de total dictadura de los mercados, las 100 personas más ricas aumentaron sus fortunas, mientras los trabajadores perdieron sus empleos y la salud, la educación, la comida y el agua, pasaron a ser fuente de fortuna personal. 

La fortuna de los ricos no padece las crisis, las usa para acumular más rápido.

Solo el 1% de población (potentados) vive muy bien y no reconoce la carencia ajena, controla ya no la necesidad si no también los deseos de la gente. 

A ese 1% el neoliberalismo le resulta perfecto y la guerra acomoda sus fortunas. 

Abominan los derechos porque les interfiere su libre desarrollo del capitalismo, razón que utilizan para sembrar miedo y desterrar toda oposición al capital -su capital-. 

El grito de los ocupas en las calles de U.S.A, de los indignados en Europa y de los estudiantes en América Latina fue y sigue siendo contra la alianza de: empresarios, políticos y militares, que han dado por calificar como acto terrorista en su contra toda reivindicación por derechos humanos, por democracia real o por simple justicia.

Los medios, las instituciones y algunas cátedras se encargan de completar la idea de que el capital individual se debe al esfuerzo particular y en cambio la pobreza y la desigualdad se deben a los designios de dios o de la naturaleza y convocan desde el pulpito, la pantalla o el atril a perseverar hasta obtener fortuna individual, invitan a ser imitadores, a alcanzar los sueños de los ricos cuya única expresión es la fortuna. 

La pobreza los desmiente: no faltan alimentos para saciar el hambre de la humanidad, hay comida suficiente pero tiene propietarios que acumulan a través de ella; 

tampoco sobra gente en el planeta, la gente padece hambre o sed porque no puede comprarle el agua, ni los alimentos a los ricos que sin haberlos producido se hicieron dueños. 

La propiedad privada se ampara en un “derecho ilegal e ilegitimo”, que está bien empezar a destituir como derecho humano, porque basados en él legalizan e impiden a los empobrecidos tomarse lo que necesitan, 

mientras los mismos ricos se permiten todo, 

inclusive tomarse hasta lo que no necesitan.

mrestrepouptc.blogspot.com

Profesor Titular UPTC, Dir. Maestriaddhh, Observatorioddhh.com


A los usureros y especuladores


Esta ansia que os devora es infinita
nunca es mucho ni bastante suficiente
cabalgando siempre vaís como demente
al frenético vaivén que da la guita.

Deshojaís al mundo de sus margaritas.
Desahuciáis de sus tierras a la gente.
No teneis corazón. Tan solo mente.
Fría el alma aunque la tierra se derrita.

Acaparar y acaparar, como mendigos
solo daríais por tener un poco más.
Sois del mundo la cizaña que no trigo,

sanguijuelas sin pudor ni humanidad.
Acaparar es vuestro crimen y el castigo
                                        TENER dinero SÍ, pero...  NA MÁS.

                                                                                   ARMAK de ODELOT 



La brecha entre ricos y pobres se agranda en Estados Unidos

Javier Villate 

La brecha entre los más ricos y los más pobres en Estados Unidos se ha incrementado de manera preocupante desde los años 20 del siglo pasado, justo antes de la Gran Depresión. 

Según un análisis realizado este año por Edward Wolff, de la Universidad de Nueva York, el 20 por ciento más rico posee alrededor del 85 por ciento de la riqueza del país, mientras que el 40 por ciento apenas posee poco más del cero por ciento. 

Muchos de este 40 por ciento más pobre, no solo no tienen bienes, sino que tienen una riqueza negativa, o sea, no tienen dinero ni bienes para pagar sus deudas.
Así lo explican Michael I. Norton y Dan Ariely en un artículo de Los Angeles Times

Estos dos periodistas realizaron una modesta investigación con una pequeña muestra representativa de poco más de 5.000 estadounidenses. 

La gran mayoría subestimaba la brecha existente entre ricos y pobres. 

Creían que el 20 por ciento de los más ricos poseían el 60 por ciento de la riqueza y que el 40 por ciento de los más pobres tenían el 10 por ciento de la riqueza. 

Es decir, sabían que la riqueza estaba desigualmente repartida, pero ignoraban que lo estaba de una forma realmente extrema. 

Lo curioso es que, cuando les preguntaron cuál sería, en su opinión, la distribución ideal de la riqueza, respondieron que el 20 por ciento más rico debía poseer el 30 por ciento de la riqueza y el 40 por ciento más pobre, alrededor del 25 por ciento. 

Es decir, aceptaban que los ricos fueran bastante más ricos que los pobres, pero querían que la desigualdad no fuera tan extrema como lo es en realidad. 

Todavía más curioso es que la mayoría reconocía querer vivir en un país que se pareciera más a Suecia que a Estados Unidos.
La conclusión es realmente interesante. 

Para lograr que la sociedad norteamericana se parezca lo más posible al (realista) ideal de los encuestados, habría que tomar el 50 por ciento de la riqueza total de Estados Unidos de manos de los más ricos y distribuirla entre el 80 por ciento restante. 

Con otras palabras, los encuestados y, si el estudio es representativo, la mayoría de los estadounidenses están a favor de que se realice una profunda redistribución de la riqueza, gravando las ganancias de los más ricos y distribuyendo los ingresos entre los pobres. 

La pregunta es: ¿quién tendrá las agallas para llevar a cabo este programa de lucha contra las desigualdades extremas?
En un artículo de opinión del New York TimesFrank Rich sostiene que el 1 por ciento de los norteamericanos más ricos obtuvo el 23,5 por ciento de los ingresos brutos del país en 2007, lo que contrasta brutalmente con el 9 por ciento que recaudaron en 1976. Durante los años de prosperidad económica entre 2002 y 2007, estos superricos aumentaron sus ganancias un 10 por ciento cada año. 

En ese mismo periodo, el ingreso medio de los norteamericanos no jubilados cayó y la tasa de pobreza creció.
A pesar de esto, recientemente el presidente Obama argumentaba que extender los beneficios fiscales de los más ricos (aprobados por Bush) al resto de la sociedad le costaría al estado 700.000 millones de dólares. 

Y luego preguntó: «¿podemos permitirnos esto?». 

Pero como bien dice Rich, esta no es la cuestión. La cuestión es si el país puede permitirse que la desigualdad entre los superricos y todos los demás crezca constantemente. 

Para mayor escarnio, ese 1 por ciento de superricos paga ahora impuestos que representan una tercera parte de lo que pagaban al fisco en 1970.

Este ha sido un punto más en el que Obama ha fallado a quienes antes había encandilado.
En Estados Unidos son estos superricos quienes mandan en última instancia. 

Son tan poderosos que han conseguido que los políticos beban y coman de sus manos. 

La democracia más antigua del mundo está herida de muerte porque tiene un poder por encima de ella: el de los superricos. 

¿No sucede algo parecido en otras democracias occidentales?

El mundo produce el doble de alimentos que los que sus siete mil millones de habitantes necesitan

A pesar de lo cual 925 millones de personas se encontraban en situación de hambre crónica en 2010

¿Cómo en un planeta con tal producción puede haber gente que pasa hambre?

Las paradojas de la globalización y del mundo en que vivimos. 

El planeta Tierra genera dos veces más alimentos de los que sus 7.000 millones de habitantes precisan para vivir, a pesar de lo cual 925 millones de personas se encontraban en situación de hambre crónica en 2010.

Así lo aseguró aServimedia el director de la oficina de la FAO enEspaña, Enrique Lleves, quien se preguntó “cómo en un planeta con tal producción puede haber gente que pasa hambre”.

A su juicio, “el libre juego de la oferta y la demanda no explica el hambre en el mundo”, y ni siquiera las últimas sequías y el crecimiento poblacional son motivo en vista de los datos.

Lleves apuntó a la falta de voluntad política de los Estados y a la especulación con el precio de los alimentos como las principales causas del problema, tal como recoge el libro “Especulación financiera y crisis alimentaria”, de José María Medina y Kattya Cascante.

Medina, director de la ONG Prosalus y coordinador de la campaña “Derecho a la alimentación. Urgente”, explicó cómo el índice de precios de los alimentos de laFAO permaneció constante entre 1990 y 2006, con oscilaciones entre 90 y 120 puntos y una media en torno a los 100 para todo el período.

Sin embargo, a finales de 2006 y principios de 2007 los precios comenzaron a subir de forma incesante y alcanzaron el índice 213 en 2008, señaló. 

Volvieron a caer en 2009, aunque en 2010 iniciaron otra subida (hasta los 214) y en 2011 llegaron a situarse en los 240 puntos, destacó Medina.

El libro también destaca que el mercado de materias primas alimentarias pasó de unos 35.000 millones de dólares en 2004 a acumular 350.000 millones en 2009.

Para Medina, “el bluf de la burbuja inmobiliaria atrajo a los fondos de inversión a este sector, que parece seguro y rentable”, lo que a su juicio explica el alza y la volatilidad en el precio de los alimentos.

A esto hay que añadir el acaparamiento del mercado en manos de unas pocas empresas, prosiguió este experto, y la acumulación de tierras, sobre todo en África, donde las multinacionales se están haciendo con grandes extensiones de terreno.

Cinco empresas controlan el 80% de la producción y el comercio de granos, 

cuatro el 100% de las semillas transgénicas, 

tres monopolizan el mercado mundial de lácteos 

y otras tres acaparan la producción de maíz en el mundo, apunta en el libro.

Por ello, exigió al G-20 aprobar una regulación internacional para 

limitar el porcentaje del mercado alimentario en manos de un solo grupo inversor

establecer una tasa contra los movimientos especulativos en este terreno; 

imponer una moratoria a la compraventa de tierras, 

y acabar con las primas a los agrocombustible.

Lleves señaló la falta de transparencia en este mercado, con gobiernos como los deChina o India que no informan sobre su producción por ser secreto de Estado, lo que “solo beneficia a unas pocas empresas”, indicó.

@El_Ciudadano

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